Cartas abiertas para el juego presidencial
El 27 de mayo será la elección presidencial. Esta semana se cerraron las inscripciones y quedaron siete candidatos y sus fórmulas vicepresidenciales en la lucha por la Casa de Nariño. Ahora empieza la fase de conseguir las alianzas, con las que se definirán quiénes pasarán a la segunda vuelta.
Lorena Arboleda Zárate Alfredo Molano Jimeno
Se cerraron las inscripciones de candidatos a la Presidencia y el tarjetón está definido. Quedan 71 días de campaña electoral. Dos meses y diez días que se vivirán intensamente en una generación de políticos para los cuales es hoy o nunca. Ya pasaron las elecciones a Congreso y dejaron una claridad: nadie tiene las mayorías para ganar en primera vuelta y, siendo así, después del 27 de mayo sólo dos continuarán en la lucha por el poder. El factor decisivo, sin duda, serán las alianzas que construyan.
La negociación entre fuerzas políticas parte del resultado del pasado domingo en el que, en principio, se podría concluir que el exvicepresidente Germán Vargas Lleras tiene poco más de dos millones de votos. Que el candidato del Centro Democrático, Iván Duque, arranca con los 2,5 millones de apoyos que recibió su partido en las parlamentarias. Y que Gustavo Petro, de acuerdo con los datos de la consulta de la izquierda, tiene para exponer una cantidad de votantes que podría oscila entre los dos y los tres millones. En la mitad están los partidos tradicionales: el Conservador, con poco más de 1,9 millones de sufragios, y el Liberal, con una cifra parecida, al igual que la U. Y Sergio Fajardo, candidato de la Coalición Colombia.
Y es que los expertos en estas lides afirman que el verdadero apoyo del aspirante uribista es el que se vio reflejado en los comicios legislativos, mas no en los cuatro millones de respaldos que obtuvo en la consulta de la alianza Uribe-Pastrana. La razón es evidente y, de hecho, ya se venía debatiendo poco antes de la votación de las interpartidistas de hace ocho días: sectores interesados en menospreciar la fuerza política del candidato Petro acudieron masivamente a votar por el ala que representa la derecha en Colombia. Pero esos votos, a la hora de la verdad, se medirán en mayo y, en ese sentido, congregar alianzas se hace más que urgente.
Duque, por ejemplo, ha venido tocando las puertas del partido que alguna vez representó su mentor, el expresidente Álvaro Uribe: la U. Un importante número de congresistas de esa colectividad han confirmado los acercamientos. Y aunque pareciera extraño ver que el partido del presidente Santos está próximo a volcarse hacia su principal rival, lo cierto es que la U nació con el único objetivo de buscar la reelección del actual jefe del Centro Democrático.
Sin embargo, como es natural, hay divisiones y hay voces que se quieren sumar a la candidatura de Vargas Lleras. Los cierto es que ambos candidatos los representan. No en vano, esta misma semana el país vio el guiño que lanzó Vargas Lleras a Duque, a quien le propuso una alianza, aprovechando los resultados del domingo. Derrotar a la izquierda, según dijo el exvicepresidente, era su principal frente común. Pero la respuesta vino por los lados del expresidente Uribe quien, vía Twitter, comentó sobre Vargas Lleras y su nueva fórmula vicepresidencial, Juan Carlos Pinzón: “Contribuyeron a entregar el país a las Farc, leyeron el rechazo ciudadano, simularon ser críticos de su tarea y de su jefe, y se juntan para aspirar a que todo continúe”. En todo caso, la U se ajustará al ya conocido “plan Messi”. Es decir, mes y medio antes de las elecciones de primera vuelta definirán a quién apoyar, esperando en ser el que incline la balanza.
Vargas Lleras, en efecto, se jugó una carta clave el pasado viernes. Desistió del exministro Luis Felipe Henao como fórmula vicepresidencial y puso en su reemplazo al exministro de Defensa y exembajador en Washington. “La decisión envía un mensaje de experiencia y de que, con Germán Vargas Lleras, son dos personas que han mostrado resultados en los cargos en los que han estado. Mientras que Iván Duque es una persona que, sin Álvaro Uribe, no tiene méritos propios. Si bien ha sido un buen senador, le falta bagaje”, dijo Henao, quien pasó a ser gerente de campaña.
Pero Vargas Lleras también anda tocando puertas. De hecho, poco antes de que se produjera esta noticia, estuvo hablando con los conservadores y hasta les ofreció la fórmula vicepresidencial. La colectividad azul declinó. No reconocieron en Pinzón a uno de los suyos y, al final, guardaron su caudal político (1’927.320 votos exactamente) para el mejor postor. Dijeron que definirán la próxima semana.
Gustavo Petro, por su parte, fue el último en destapar su carta vicepresidencial. A las 4:00 de la tarde del viernes, antes de ir a la Registraduría a inscribir su candidatura, anunció que su compañera de campaña será la representante a la Cámara por la Alianza Verde, Ángela María Robledo. Con esta decisión, el exalcalde de Bogotá dejó en claro que su estrategia apunta a sumar apoyos en la base electoral de los mismos partidos tradicionales, además del Polo y los Verdes. De hecho, en estos dos últimos, que forman parte de la coalición con Fajardo, hay varios que ya están con él.
Con eso, Petro se llevaría una parte importante de los electores de Fajardo, así como aspira a conseguir que el exjefe negociador de paz en La Habana, Humberto de la Calle, o bien se sume a su campaña en segunda vuelta o bien sus votantes terminen apoyándolo por miedo a que en esa segunda vuelta los candidatos puedan ser dos representantes de la derecha: Duque y Vargas Lleras. En términos generales, la estrategia del petrismo parece ser dividir a los partidos entre sus directivas y las bases electorales.
Sergio Fajardo, por su parte, ya tiene a la senadora Claudia López como su fórmula vicepresidencial. Y aunque en su entorno se habla de la necesidad de buscar un acercamiento con De la Calle y Petro para llegar juntos a primera vuelta, él ha sido tajante en que no lo hará. En que el día de las elecciones llegará con lo que tiene, confiado en que será elegido presidente. Pero las encuestas muestran que no son muchas las posibilidades de que sea así, y aunque por mucho tiempo estuvo en la punta en solitario, hoy Duque y Petro aparecen por encima de él. Lo cierto es que de aquí en adelante, como dicen en el póker, todos van a tirar sus restos.
Se cerraron las inscripciones de candidatos a la Presidencia y el tarjetón está definido. Quedan 71 días de campaña electoral. Dos meses y diez días que se vivirán intensamente en una generación de políticos para los cuales es hoy o nunca. Ya pasaron las elecciones a Congreso y dejaron una claridad: nadie tiene las mayorías para ganar en primera vuelta y, siendo así, después del 27 de mayo sólo dos continuarán en la lucha por el poder. El factor decisivo, sin duda, serán las alianzas que construyan.
La negociación entre fuerzas políticas parte del resultado del pasado domingo en el que, en principio, se podría concluir que el exvicepresidente Germán Vargas Lleras tiene poco más de dos millones de votos. Que el candidato del Centro Democrático, Iván Duque, arranca con los 2,5 millones de apoyos que recibió su partido en las parlamentarias. Y que Gustavo Petro, de acuerdo con los datos de la consulta de la izquierda, tiene para exponer una cantidad de votantes que podría oscila entre los dos y los tres millones. En la mitad están los partidos tradicionales: el Conservador, con poco más de 1,9 millones de sufragios, y el Liberal, con una cifra parecida, al igual que la U. Y Sergio Fajardo, candidato de la Coalición Colombia.
Y es que los expertos en estas lides afirman que el verdadero apoyo del aspirante uribista es el que se vio reflejado en los comicios legislativos, mas no en los cuatro millones de respaldos que obtuvo en la consulta de la alianza Uribe-Pastrana. La razón es evidente y, de hecho, ya se venía debatiendo poco antes de la votación de las interpartidistas de hace ocho días: sectores interesados en menospreciar la fuerza política del candidato Petro acudieron masivamente a votar por el ala que representa la derecha en Colombia. Pero esos votos, a la hora de la verdad, se medirán en mayo y, en ese sentido, congregar alianzas se hace más que urgente.
Duque, por ejemplo, ha venido tocando las puertas del partido que alguna vez representó su mentor, el expresidente Álvaro Uribe: la U. Un importante número de congresistas de esa colectividad han confirmado los acercamientos. Y aunque pareciera extraño ver que el partido del presidente Santos está próximo a volcarse hacia su principal rival, lo cierto es que la U nació con el único objetivo de buscar la reelección del actual jefe del Centro Democrático.
Sin embargo, como es natural, hay divisiones y hay voces que se quieren sumar a la candidatura de Vargas Lleras. Los cierto es que ambos candidatos los representan. No en vano, esta misma semana el país vio el guiño que lanzó Vargas Lleras a Duque, a quien le propuso una alianza, aprovechando los resultados del domingo. Derrotar a la izquierda, según dijo el exvicepresidente, era su principal frente común. Pero la respuesta vino por los lados del expresidente Uribe quien, vía Twitter, comentó sobre Vargas Lleras y su nueva fórmula vicepresidencial, Juan Carlos Pinzón: “Contribuyeron a entregar el país a las Farc, leyeron el rechazo ciudadano, simularon ser críticos de su tarea y de su jefe, y se juntan para aspirar a que todo continúe”. En todo caso, la U se ajustará al ya conocido “plan Messi”. Es decir, mes y medio antes de las elecciones de primera vuelta definirán a quién apoyar, esperando en ser el que incline la balanza.
Vargas Lleras, en efecto, se jugó una carta clave el pasado viernes. Desistió del exministro Luis Felipe Henao como fórmula vicepresidencial y puso en su reemplazo al exministro de Defensa y exembajador en Washington. “La decisión envía un mensaje de experiencia y de que, con Germán Vargas Lleras, son dos personas que han mostrado resultados en los cargos en los que han estado. Mientras que Iván Duque es una persona que, sin Álvaro Uribe, no tiene méritos propios. Si bien ha sido un buen senador, le falta bagaje”, dijo Henao, quien pasó a ser gerente de campaña.
Pero Vargas Lleras también anda tocando puertas. De hecho, poco antes de que se produjera esta noticia, estuvo hablando con los conservadores y hasta les ofreció la fórmula vicepresidencial. La colectividad azul declinó. No reconocieron en Pinzón a uno de los suyos y, al final, guardaron su caudal político (1’927.320 votos exactamente) para el mejor postor. Dijeron que definirán la próxima semana.
Gustavo Petro, por su parte, fue el último en destapar su carta vicepresidencial. A las 4:00 de la tarde del viernes, antes de ir a la Registraduría a inscribir su candidatura, anunció que su compañera de campaña será la representante a la Cámara por la Alianza Verde, Ángela María Robledo. Con esta decisión, el exalcalde de Bogotá dejó en claro que su estrategia apunta a sumar apoyos en la base electoral de los mismos partidos tradicionales, además del Polo y los Verdes. De hecho, en estos dos últimos, que forman parte de la coalición con Fajardo, hay varios que ya están con él.
Con eso, Petro se llevaría una parte importante de los electores de Fajardo, así como aspira a conseguir que el exjefe negociador de paz en La Habana, Humberto de la Calle, o bien se sume a su campaña en segunda vuelta o bien sus votantes terminen apoyándolo por miedo a que en esa segunda vuelta los candidatos puedan ser dos representantes de la derecha: Duque y Vargas Lleras. En términos generales, la estrategia del petrismo parece ser dividir a los partidos entre sus directivas y las bases electorales.
Sergio Fajardo, por su parte, ya tiene a la senadora Claudia López como su fórmula vicepresidencial. Y aunque en su entorno se habla de la necesidad de buscar un acercamiento con De la Calle y Petro para llegar juntos a primera vuelta, él ha sido tajante en que no lo hará. En que el día de las elecciones llegará con lo que tiene, confiado en que será elegido presidente. Pero las encuestas muestran que no son muchas las posibilidades de que sea así, y aunque por mucho tiempo estuvo en la punta en solitario, hoy Duque y Petro aparecen por encima de él. Lo cierto es que de aquí en adelante, como dicen en el póker, todos van a tirar sus restos.