Centro Democrático aplica ley del silencio al expediente Zuluaga
Los mismos militantes que antes manifestaron su entero apoyo al excandidato presidencial por el caso Odebrecht y la presunta financiación a su campaña, hoy guardan silencio o dicen sentirse engañados.
Laura C. Peralta Giraldo
Hoy la estrategia del Centro Democrático cambió y los militantes que anteriormente manifestaron su entera confianza a Óscar Iván Zuluaga frente a la presunta financiación de su campaña presidencial de 2014 por Odebrecht guardan silencio o, incluso, dicen sentirse engañados y reconocer la “indignación de los colombianos”.
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Hoy la estrategia del Centro Democrático cambió y los militantes que anteriormente manifestaron su entera confianza a Óscar Iván Zuluaga frente a la presunta financiación de su campaña presidencial de 2014 por Odebrecht guardan silencio o, incluso, dicen sentirse engañados y reconocer la “indignación de los colombianos”.
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Aunque el excandidato presidencial dio por terminada su militancia de una década con el partido uribista y se declaró inocente ante la Fiscalía General de la Nación, que este lunes le imputó cargos por presuntamente ocultar que la multinacional brasileña giró una millonaria suma (US$1,6 millones) para financiar su campaña a la Casa de Nariño, es casi imposible no relacionar a Óscar Iván Zuluaga (OIZ) con el Centro Democrático (CD). No solo fue presidente de la colectividad, sino también recibió su aval en dos oportunidades para participar en las elecciones presidenciales. En los comicios de 2014 ganó la primera vuelta contra el exmandatario Juan Manuel Santos.
Los motivos electorales tendrían mucho que ver en este silencio del partido, también en que no solo aceptara la renuncia del excandidato, sino que enfatizara en que se reconocía “el sentimiento y la indignación de los colombianos ante lo sucedido” y pidiera a la justicia investigar y clarificar los “graves cuestionamientos que recaen sobre la financiación de la campaña”.
Fue solo hasta que se revelaron dos audios entregados al ente acusador por Daniel García Arizabaleta (exasesor presidencial, exviceministro de Transporte y exdirector de Invías), que los integrantes del partido de derecha tomaron en serio los señalamientos contra Zuluaga y optaron por el silencio. Los pocos que hablan intentan desvincular al hoy imputado de su partido, que se encuentra en una carrera por lograr un buen resultado para las elecciones regionales que se celebrarán en octubre.
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Congresistas como María Fernanda Cabal califican el episodio como un engaño al exmandatario Uribe; otras, como la senadora Paloma Valencia, apuntan que lamentaban lo sucedido, pero que Óscar Iván Zuluaga debe poner su cara ante la ley “sin excusas ni justificaciones”. El representante a la Cámara por Antioquia Juan Fernando Espinal apunta que se trata de una “responsabilidad individual y no colectiva”, y que, aunque “no se puede negar que Zuluaga era del CD, ya renunció y ahora buscamos los mejores liderazgos”.
La figura de Zuluaga ya venía generando inconformismos desde antes de que estallara el escándalo Odebrecht, pero se le seguía respetando de puertas para afuera. Aunque para algunos su participación en la contienda presidencial de 2022 no tenía futuro, fue igualmente avalado por el CD, luego de la realización de una encuesta que lo dio como ganador frente a Cabal, Valencia, Rafael Nieto y Alirio Barrera.
Ahora el mismo expresidente Álvaro Uribe, máxima figura del Centro Democrático, ha venido mostrándose lejano con el episodio. En los pocos trinos que le ha dedicado al excandidato se ha referido al dolor que le causa pensar en Zuluaga y su familia, eso sí, sin dejar de lado la “preocupación” por los efectos negativos que puede traerle a su colectividad.
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Precisamente, el Centro Democrático sabe que tiene que esquivar cualquier golpe negativo a su imagen para que no se vea truncada su meta de llegar a las alcaldías, gobernaciones, asambleas, concejos y juntas administradoras locales. Después de perder más de 1 millón de votos en las elecciones legislativas, que disminuyeron su presencia en el Congreso de la República, le apuestan a las territoriales para mostrarse como un partido fuerte y reconocen que su papel como oposición les puede hacer ganar un buen caudal de votos.
Para algunas analistas, si bien el caso Odebrecht-Zuluaga tiene sus consecuencias, las regionales se mueven con dinámicas diferentes a las del voto de opinión: “Es muy difícil determinar el impacto que alcanza a tener un evento nacional en el comportamiento de las campañas regionales, donde no hay mucho voto de opinión. Estas se mueven por lógicas locales”, dice la consultora política Bibiana Clavijo.
En consonancia, la politóloga Angie González afirma: “Se debe contrastar lo que está pasando ahora en el CD con lo que sucede en el Pacto Histórico y la imagen del presidente Gustavo Petro, que va en caída. El voto castigo al Gobierno se verá en las elecciones regionales, pero también se debe decir que será difícil medir el impacto de la colectividad en elecciones, cuando se está en un auge de candidaturas por firmas”.
La relación de 10 años entre Zuluaga y el CD finalizó, y lo más seguro es que el excandidato termine siendo un político fantasma. Por lo pronto, el movimiento está concentrado en impulsar sus candidaturas ante un panorama de desconfianza de parte del electorado y la ausencia de nuevas figuras que puedan relevar en algún momento a Álvaro Uribe.
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