Centro Democrático reclama 'representación política' al gobierno
En voz baja, miembros de la colectividad critican fuertemente al mandatario por decisiones como apoyar la consulta anticorrupción y afirman que su gobernabilidad va en picada. Además, confiesan divisiones en el partido y piden cambio en la Dirección de la Colectividad.
-Lorena Arboleda Zárate / @LorenaArboleda8
Los cien primeros días de gobierno del presidente Iván Duque cayeron en medio de lo que podría llamarse una verdadera tormenta perfecta y que, entre otras cosas, ha servido para explicar el desplome de la popularidad del jefe de Estado que cayó al 27% después de venir gozando de un cómodo 53%. Y más allá de las medidas impopulares que ha venido adoptando Duque, como la reforma tributaria o asumir los heredados problemas de desfinanciación del posconflicto que han puesto en evidencia la compleja realidad social en Colombia, hay asuntos políticos igual de preocupantes dentro de su propio partido que no lo dejan gobernar como prometió.
(Lea: “No puedo convertir las encuestas en una especie de ancla emocional”: Duque)
Basta echar un vistazo a la más reciente columna del exministro uribista Fernando Londoño en el portal Las dos orillas, en la que hace un breve balance sobre este tradicional corte de cuentas de un gobierno. Allí, acusa a Duque de no ser un “líder de la mayoría en el Congreso. Es su lamentable rehén. Por eso tanta cautela con el pasado, tanto cuidado con los adversarios y tanto desvío con los amigos”. Y va más allá, al reiterar la idea que en campaña repitió el sector más radical del Centro Democrático: que Colombia va a convertirse en una Venezuela. “El presidente parece invulnerable a las decisiones. Y carece del sentido más importante para los que gobiernan: el oído”.
Lo cierto es que el exministro no hizo nada distinto a poner sobre la mesa la crisis por la que atraviesa el partido del presidente Duque, el Centro Democrático, y su gobernabilidad. Más claro no podía quedar, incluso, en el trino que este mismo lunes lanzó el jefe natural de esa colectividad, el expresidente Álvaro Uribe Vélez en el que le apunta a tres objetivos de corto plazo que permitan hacerle frente a los principales problemas a los que se enfrenta el primer mandatario: apoyar a Duque “en la búsqueda de la mejor solución tributaria”, lograr la unidad del Centro Democrático y buscar una coalición interpartidista “para concertar y apoyar las reformas del gobierno”.
(Lea: Iván Duque: llegó la hora de medir fuerzas)
En pocas palabras, recuperar la gobernabilidad de Duque en el Capitolio y, segundo, evitar que los miembros del Centro Democrático sigan ventilando su división en plenas sesiones legislativas. Como quien dice, que ‘la ropa sucia se lave en casa’. “La gobernabilidad del presidente Duque no es clara, no es buena”, señaló a El Espectador una importante voz del uribismo con asiento en el Capitolio. Argumentó que la política del primer mandatario respecto de la ‘cero mermelada’ ha ocasionado un distanciamiento entre el Ejecutivo y el Legislativo. “Claramente, todos piden en voz baja que les ayude e, incluso, hay sectores del Centro Democrático que sí están molestos por eso”, confesó el militante uribista.
La situación la corrobora otro integrante de la colectividad quien también pidió reserva de su nombre, y afirma que es importante que el presidente Duque sepa diferenciar entre lo que es “mermelada” y lo que significa la representación política. “Como partido de gobierno, el Centro Democrático sí debe tener una legítima representación en las decisiones del Ejecutivo, porque es el partido de Duque y hoy él es presidente gracias al Centro Democrático”, afirmó. En particular, le reclaman al presidente que haya ratificado a funcionarios del gobierno anterior, el del expresidente Juan Manuel Santos y que, según afirman, tienen ascendencia en la oposición. “Lo que necesitamos es que la acción del Ejecutivo refleje la posición política de lo que es el Centro Democrático, el partido que lo eligió”
Pero, ¿existe riesgo de que se termine de afectar la gobernabilidad de Duque con su propia bancada yéndose en su contra? Otros miembros del uribismo consideran que no, pese a la evidente realidad política que lo rodea. En ese sentido, reivindican la importancia del mensaje del expresidente Uribe vía Twitter. “(La gobernabilidad) no se afecta porque hay un jefe común que es el expresidente Uribe y su actitud de buscar alternativas para salir de la crisis”, señaló un uribista más optimista. No obstante, afirma que la falta de liderazgo que le acuña Londoño a Duque no es nada distinto a que respeta al expresidente Uribe. “En el momento en el que el presidente Uribe no esté, veo a Duque asumiendo ese rol de llamar a la bancada al orden”.
“La laxitud de Duque y algunos de sus funcionarios son el problema”
Frente a la agenda legislativa de la que habló el expresidente Uribe y su intención de armar una coalición interpartidista para sacarla adelante también tiene mucho de fondo. Congresistas del uribismo, consultados por este diario, afirmaron que ese es el tema más “delicado”. Además de que siguen avanzando a paso de tortuga los proyectos que radicó el gobierno, estos salen de las comisiones “mutilados”, como lo calificó una voz del Centro Democrático. Por ejemplo, argumentó que la reforma a la justicia sigue coja porque no se eliminó el Consejo Superior de la Judicatura. Y en igual situación se encuentra la reforma política que no modificó de fondo al Consejo Nacional Electoral. “El gobierno no tiene margen de maniobra porque no hay mermelada”.
(Lea: Iván Duque Márquez: rendición de cuentas de 100 días de Gobierno)
Además, achacan falta de liderazgo de parte de la ministra del Interior, Nancy Patricia Gutiérrez quien, dicho sea de paso, viene protagonizando enfrentamientos con miembros de su partido desde hace ya algunas semanas. “No es solamente irse a sentar allá a chatear como para que la vean. Su presencia debe ser activa. Ella, se supone, conoce el Congreso porque fue congresista. Entonces, debería tener otra actitud y no irse a sentar en cualquier lado a chatear”, reiteró una voz cercana a la Casa de Nariño.
Otras voces con protagonismo en el Capitolio le reclaman al presidente menos laxitud con sus contradictores y “una mano más fuerte” en la toma de sus decisiones. Entre ellas, le reclaman a Duque el hecho de querer satisfacer siempre a sus principales opositores como ocurrió, dicen, con la consulta anticorrupción. “Eso es muy peligroso y son temas que no deberían preocuparlo. Ellos nunca lo van a apoyar. ¿Qué gana dándoles contentillo?”, cuestionó un miembro del Congreso.
(Lea: “El gobierno debate aún con los miembros de su propio partido”: Mininterior)
Sobre estas duras posturas manifestadas por sectores del Congreso que representan al Centro Democrático, El Espectador consultó al presidente de la corporación, Ernesto Macías quien manifestó que no se puede ocultar que hay una división en el interior de su partido y que sigue liderando un sector muy radical. De hecho, recordó la columna de Londoño Hoyos y aseguró que “ese siempre va a actuar como un sector que no le gusta nada del gobierno y, por eso, comprendo la intención del presidente Uribe con su trino”.
Posición contraria manifestó el representante Samuel Hoyos, precandidato a la Alcaldía de Bogotá, quien afirmó que es natural que el gobierno sostenga debates con su propio partido y que el Centro Democrático siempre será aliado de Duque en el Capitolio. Eso sí, agregó que la bancada no acompañará propuestas como la incluida en la reforma tributaria que gravaría con IVA la canasta familiar. “La única diferencia sustancial que ha habido entre el gobierno y el Centro Democrático ha sido frente al tema del IVA, pero nosotros somos la defensa del gobierno acá. La dificultad ha sido, más bien, el Partido Liberal y el partido de la U que, pese a haberse declarado bancada de gobierno, hay miembros de su bancada que no actúan como tal”, afirmó Hoyos.
El senador Ciro Ramírez opina que “estamos más unidos que nunca”, y aseguró que aunque es cierto que existe incertidumbre sobre la gobernabilidad, “apenas nos estamos acostumbrando a que no se debe gobernar con mermelada”. El legislador de Boyacá agregó que el Centro Democrático seguirá apoyando la agenda legislativa del Ejecutivo, salgo el IVA para la canasta familiar, a lo cual anunció que una de las opciones para saldar el debate es “excluir unos 28 productos que pueden ser importantes para la canasta familiar y dejar con IVA los de lujo, como el salmón”.
Finalmente, hay reclamos en voz baja en contra de la actual directora del Centro Democrático, Nubia Stella Martínez. Senadores y representantes del uribismo coinciden en que “le falta peso político y no actúa por no incomodar nadie”. Buscan, de hecho, un cambio cuanto antes al punto que le han insistido al expresidente Uribe que asuma las banderas de la Dirección Nacional del partido, modificando los estatutos para que se desligue de la responsabilidad de otorgar avales, una tarea que, como se sabe, no es la que preferiría liderar el hoy senador.
Los cien primeros días de gobierno del presidente Iván Duque cayeron en medio de lo que podría llamarse una verdadera tormenta perfecta y que, entre otras cosas, ha servido para explicar el desplome de la popularidad del jefe de Estado que cayó al 27% después de venir gozando de un cómodo 53%. Y más allá de las medidas impopulares que ha venido adoptando Duque, como la reforma tributaria o asumir los heredados problemas de desfinanciación del posconflicto que han puesto en evidencia la compleja realidad social en Colombia, hay asuntos políticos igual de preocupantes dentro de su propio partido que no lo dejan gobernar como prometió.
(Lea: “No puedo convertir las encuestas en una especie de ancla emocional”: Duque)
Basta echar un vistazo a la más reciente columna del exministro uribista Fernando Londoño en el portal Las dos orillas, en la que hace un breve balance sobre este tradicional corte de cuentas de un gobierno. Allí, acusa a Duque de no ser un “líder de la mayoría en el Congreso. Es su lamentable rehén. Por eso tanta cautela con el pasado, tanto cuidado con los adversarios y tanto desvío con los amigos”. Y va más allá, al reiterar la idea que en campaña repitió el sector más radical del Centro Democrático: que Colombia va a convertirse en una Venezuela. “El presidente parece invulnerable a las decisiones. Y carece del sentido más importante para los que gobiernan: el oído”.
Lo cierto es que el exministro no hizo nada distinto a poner sobre la mesa la crisis por la que atraviesa el partido del presidente Duque, el Centro Democrático, y su gobernabilidad. Más claro no podía quedar, incluso, en el trino que este mismo lunes lanzó el jefe natural de esa colectividad, el expresidente Álvaro Uribe Vélez en el que le apunta a tres objetivos de corto plazo que permitan hacerle frente a los principales problemas a los que se enfrenta el primer mandatario: apoyar a Duque “en la búsqueda de la mejor solución tributaria”, lograr la unidad del Centro Democrático y buscar una coalición interpartidista “para concertar y apoyar las reformas del gobierno”.
(Lea: Iván Duque: llegó la hora de medir fuerzas)
En pocas palabras, recuperar la gobernabilidad de Duque en el Capitolio y, segundo, evitar que los miembros del Centro Democrático sigan ventilando su división en plenas sesiones legislativas. Como quien dice, que ‘la ropa sucia se lave en casa’. “La gobernabilidad del presidente Duque no es clara, no es buena”, señaló a El Espectador una importante voz del uribismo con asiento en el Capitolio. Argumentó que la política del primer mandatario respecto de la ‘cero mermelada’ ha ocasionado un distanciamiento entre el Ejecutivo y el Legislativo. “Claramente, todos piden en voz baja que les ayude e, incluso, hay sectores del Centro Democrático que sí están molestos por eso”, confesó el militante uribista.
La situación la corrobora otro integrante de la colectividad quien también pidió reserva de su nombre, y afirma que es importante que el presidente Duque sepa diferenciar entre lo que es “mermelada” y lo que significa la representación política. “Como partido de gobierno, el Centro Democrático sí debe tener una legítima representación en las decisiones del Ejecutivo, porque es el partido de Duque y hoy él es presidente gracias al Centro Democrático”, afirmó. En particular, le reclaman al presidente que haya ratificado a funcionarios del gobierno anterior, el del expresidente Juan Manuel Santos y que, según afirman, tienen ascendencia en la oposición. “Lo que necesitamos es que la acción del Ejecutivo refleje la posición política de lo que es el Centro Democrático, el partido que lo eligió”
Pero, ¿existe riesgo de que se termine de afectar la gobernabilidad de Duque con su propia bancada yéndose en su contra? Otros miembros del uribismo consideran que no, pese a la evidente realidad política que lo rodea. En ese sentido, reivindican la importancia del mensaje del expresidente Uribe vía Twitter. “(La gobernabilidad) no se afecta porque hay un jefe común que es el expresidente Uribe y su actitud de buscar alternativas para salir de la crisis”, señaló un uribista más optimista. No obstante, afirma que la falta de liderazgo que le acuña Londoño a Duque no es nada distinto a que respeta al expresidente Uribe. “En el momento en el que el presidente Uribe no esté, veo a Duque asumiendo ese rol de llamar a la bancada al orden”.
“La laxitud de Duque y algunos de sus funcionarios son el problema”
Frente a la agenda legislativa de la que habló el expresidente Uribe y su intención de armar una coalición interpartidista para sacarla adelante también tiene mucho de fondo. Congresistas del uribismo, consultados por este diario, afirmaron que ese es el tema más “delicado”. Además de que siguen avanzando a paso de tortuga los proyectos que radicó el gobierno, estos salen de las comisiones “mutilados”, como lo calificó una voz del Centro Democrático. Por ejemplo, argumentó que la reforma a la justicia sigue coja porque no se eliminó el Consejo Superior de la Judicatura. Y en igual situación se encuentra la reforma política que no modificó de fondo al Consejo Nacional Electoral. “El gobierno no tiene margen de maniobra porque no hay mermelada”.
(Lea: Iván Duque Márquez: rendición de cuentas de 100 días de Gobierno)
Además, achacan falta de liderazgo de parte de la ministra del Interior, Nancy Patricia Gutiérrez quien, dicho sea de paso, viene protagonizando enfrentamientos con miembros de su partido desde hace ya algunas semanas. “No es solamente irse a sentar allá a chatear como para que la vean. Su presencia debe ser activa. Ella, se supone, conoce el Congreso porque fue congresista. Entonces, debería tener otra actitud y no irse a sentar en cualquier lado a chatear”, reiteró una voz cercana a la Casa de Nariño.
Otras voces con protagonismo en el Capitolio le reclaman al presidente menos laxitud con sus contradictores y “una mano más fuerte” en la toma de sus decisiones. Entre ellas, le reclaman a Duque el hecho de querer satisfacer siempre a sus principales opositores como ocurrió, dicen, con la consulta anticorrupción. “Eso es muy peligroso y son temas que no deberían preocuparlo. Ellos nunca lo van a apoyar. ¿Qué gana dándoles contentillo?”, cuestionó un miembro del Congreso.
(Lea: “El gobierno debate aún con los miembros de su propio partido”: Mininterior)
Sobre estas duras posturas manifestadas por sectores del Congreso que representan al Centro Democrático, El Espectador consultó al presidente de la corporación, Ernesto Macías quien manifestó que no se puede ocultar que hay una división en el interior de su partido y que sigue liderando un sector muy radical. De hecho, recordó la columna de Londoño Hoyos y aseguró que “ese siempre va a actuar como un sector que no le gusta nada del gobierno y, por eso, comprendo la intención del presidente Uribe con su trino”.
Posición contraria manifestó el representante Samuel Hoyos, precandidato a la Alcaldía de Bogotá, quien afirmó que es natural que el gobierno sostenga debates con su propio partido y que el Centro Democrático siempre será aliado de Duque en el Capitolio. Eso sí, agregó que la bancada no acompañará propuestas como la incluida en la reforma tributaria que gravaría con IVA la canasta familiar. “La única diferencia sustancial que ha habido entre el gobierno y el Centro Democrático ha sido frente al tema del IVA, pero nosotros somos la defensa del gobierno acá. La dificultad ha sido, más bien, el Partido Liberal y el partido de la U que, pese a haberse declarado bancada de gobierno, hay miembros de su bancada que no actúan como tal”, afirmó Hoyos.
El senador Ciro Ramírez opina que “estamos más unidos que nunca”, y aseguró que aunque es cierto que existe incertidumbre sobre la gobernabilidad, “apenas nos estamos acostumbrando a que no se debe gobernar con mermelada”. El legislador de Boyacá agregó que el Centro Democrático seguirá apoyando la agenda legislativa del Ejecutivo, salgo el IVA para la canasta familiar, a lo cual anunció que una de las opciones para saldar el debate es “excluir unos 28 productos que pueden ser importantes para la canasta familiar y dejar con IVA los de lujo, como el salmón”.
Finalmente, hay reclamos en voz baja en contra de la actual directora del Centro Democrático, Nubia Stella Martínez. Senadores y representantes del uribismo coinciden en que “le falta peso político y no actúa por no incomodar nadie”. Buscan, de hecho, un cambio cuanto antes al punto que le han insistido al expresidente Uribe que asuma las banderas de la Dirección Nacional del partido, modificando los estatutos para que se desligue de la responsabilidad de otorgar avales, una tarea que, como se sabe, no es la que preferiría liderar el hoy senador.