Cuatro claves por las que la oposición aún no consolida un liderazgo unificado
Aunque Uribe y Vargas Lleras tienen puntos en común contra el gobierno Petro, no tienen la intención de que sus partidos sean una oposición unificada. Las elecciones regionales serán el espacio para fortalecerse como partido y llegar a las presidenciales.
Laura C. Peralta Giraldo
Hacer oposición no ha sido fácil, dicen algunos militantes de Cambio Radical (CR) y el Centro Democrático (CD) los únicos dos partidos que se declararon como opositores al gobierno de Gustavo Petro. El ser “novatos” en esta orilla ante el primer gobierno de izquierda ha evidenciado ciertas debilidades y ha demostrado que, aunque tienen metas similares, no hay coordinación entre sus máximos líderes: Álvaro Uribe Vélez y Germán Vargas Lleras.
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Hacer oposición no ha sido fácil, dicen algunos militantes de Cambio Radical (CR) y el Centro Democrático (CD) los únicos dos partidos que se declararon como opositores al gobierno de Gustavo Petro. El ser “novatos” en esta orilla ante el primer gobierno de izquierda ha evidenciado ciertas debilidades y ha demostrado que, aunque tienen metas similares, no hay coordinación entre sus máximos líderes: Álvaro Uribe Vélez y Germán Vargas Lleras.
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Desde el mismo arranque de la campaña presidencial de Petro, el partido uribista tenía clara su postura como oposición y así la ha mantenido tras un año del “gobierno del cambio”. Cambio Radical, por su parte, y haciéndole honor a su nombre, fue radicalizando sus diferencias con el jefe de Estado y pasó de la independencia a la oposición.
En los últimos meses, la popularidad de Petro ha ido bajando, pasando del 56 % al inicio de su mandato al 33% según la última encuesta Invamer. Además, a su gobierno lo han afectado varias polémicas y escándalos relacionados con la financiación de la campaña presidencial. Pese a estos hechos, que para la oposición podrían significar una oportunidad para capitalizar su imagen, estos dos partidos no han logrado unificarse y tomar una sola bandera.
De igual forma, frente a las elecciones regionales acaban de ser golpeados mediáticamente por la orden de captura por presunta compra de votos a Arturo Char, hermano de Alex Char, candidato de Cambio Radical a la Alcaldía de Barranquilla.
Sus alocuciones, además de que han sido pocas, no han tenido el mismo impacto que otrora generaban las de la oposición a los gobiernos de Duque y Santos. Sobre esto, la Corte Constitucional falló en favor del Centro Democrático una tutela en la que exigía garantías para ejercer la crítica al Gobierno y con la que se esperaría, incrementen estos pronunciamientos que han sido encabezados por sus congresistas.
Si bien lo han dejado saber de diferentes maneras y mediante distintas estrategias, sus principales disensos con el actual gobierno recaen en las reformas sociales y las políticas económicas y en materia de seguridad.
“No ha sido fácil hacer oposición, especialmente por la inasistencia a los debates de control político”, señaló la senadora del CD María Fernanda Cabal, quien agregó que como oposición han “utilizado los escenarios que nos da el estatuto de la oposición para hacer las réplicas debidas, el partido ha tenido varias propuestas, también moviéndose en el espacio de las petroreformas. Hemos presentado una propuesta alternativa a la reforma a la salud porque la del gobierno la consideramos un desastre”.
Por su parte, el senador de CR David Luna, expresó que “la bancada está en el Congreso con el fin de ejercer control político al gobierno del presidente Gustavo Petro, pero también con el fin de construir consensos para lo cual, hemos mostrado disposición desde el día cero. Por ese motivo, le presentamos propuestas alternativas al Gobierno en la Reforma Tributaria y en la reforma a la salud, pero no fuimos escuchados”.
Como un logro, dicen desde CD, ven el hundimiento en la anterior legislatura de la reforma laboral. Según el senador Miguel Uribe, fue gracias a la “Marcha de la Mayoría” del 20 de junio que se logró frenar el proyecto. Sin embargo, la pensional sí avanzó en el Congreso y esta semana no lograron archivar la reforma a la salud, quizá la iniciativa más polémica del gobierno Petro.
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La pelea contra las reformas la han llevado más allá del Legislativo, es decir, no solo han radicado contrarreformas, sino también, han organizado movilizaciones, compartido pronunciamientos en redes o hecho uso del derecho a réplica. El expresidente Uribe, incluso, ha aprovechado sus recorridos en las regiones bajo el marco de la campaña electoral para recolectar firmas para una consulta popular.
En pueblos y grandes ciudades, los militantes del Centro Democrático le han pedido a sus simpatizantes una firma para poder ir a las urnas y votar a favor o en contra de las reformas a la salud, pensional y laboral, que, parece, avanzan con mayor rapidez en su discusión que la colectividad en sumar firmas.
Cambio Radical no se ha quedado atrás en su intención por remarcar su descontento con las reformas. A través de una estrategia publicitaria con vallas, comerciales en televisión y cuñas radiales le hizo contrapeso a la reforma tributaria y más tarde, se empezaron a leer o a escuchar frases como “el Pacto es inflación histórica”, “el Pacto es inseguridad histórica”.
La campaña generó molestias en el Pacto Histórico al punto de que elevaron, sin éxito, dos tutelas y radicaron una solicitud ante el Consejo Nacional Electoral (CNE) para que se retirara el material. Ahora, el partido de oposición cambió de mensaje a otro que no nombra directamente a la coalición y que, para algunos, pudo ser matizado.
El pulso entre Vargas Lleras y Uribe
Las dos principales figuras de la oposición no tienen la mejor relación. En mayo, por ejemplo, Vargas aseguró que Uribe no estaba cumpliendo su papel como opositor: “No hemos entendido la actitud del doctor Álvaro Uribe, tan beligerante en otras épocas y tan silencioso cuando más lo necesitamos”.
Juan Carlos Arenas, investigador del Instituto de Estudios Políticos de la Universidad de Antioquia, considera que estos choques no son nuevos. “Las dos figuras tienen un problema. Las capacidades de diálogo entre Uribe y Vargas se han visto muy fracturadas por sus desconfianzas que históricamente se han alimentado en relación con las aspiraciones de uno y otro. Andan por carriles distintos en los que no se comunican y no tienen el interés pleno para convertirse en una oposición unificada”, expuso.
Distintas serían sus aspiraciones políticas: mientras que Uribe busca potenciar su partido para estas elecciones regionales, Vargas Lleras analiza qué tanto puede crecer su partido en las regiones y así hacer cuentas para su aspiración presidencial. Ambas colectividades saben que las elecciones regionales son un espacio ideal para fortalecerse y elevar más alto la bandera de la oposición.
“El expresidente ya no anda en la lógica de aspirar a un cargo, mientras que Vargas Lleras sí. Su radicalización y la agenda de publicidad intensa tiene todo que ver con las elecciones locales, es un escenario de resistencia donde los líderes deben posicionarse”, añadió Arenas.
Estos tres años restantes del gobierno del cambio responderán si la oposición logra coordinarse y encontrar el impulso para sacar adelante sus propuestas. Hasta el momento, se ha demostrado que más que ser un sector consolidado, son voces dispersas.
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