Choques entre Uribe y Petro se agudizan por reformas, dinero para vías y rol de Mancuso
El conflicto entre estas dos figuras, que representan al Gobierno y a la oposición, subió de tono en los últimos 20 días. Aunque faltan más de dos años para las próximas presidenciales, sus posturas se endurecen y los dardos vuelan de un lado a otro.
Desde hace un poco más de dos semanas, la confrontación entre el presidente Gustavo Petro y el expresidente Álvaro Uribe, las caras políticas que encarnan al primer gobierno de izquierda, que quedó electo con más de 11.2 millones de votos, y a la oposición, que hace cinco años y con más de 10 millones de votos logró dejar a Iván Duque como primer mandatario, ha comenzado a calentarse nuevamente.
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Desde hace un poco más de dos semanas, la confrontación entre el presidente Gustavo Petro y el expresidente Álvaro Uribe, las caras políticas que encarnan al primer gobierno de izquierda, que quedó electo con más de 11.2 millones de votos, y a la oposición, que hace cinco años y con más de 10 millones de votos logró dejar a Iván Duque como primer mandatario, ha comenzado a calentarse nuevamente.
Esta vez, los choques entre estas dos figuras comienzan a agudizarse más de dos años antes de que se desarrollen los próximos comicios presidenciales. Estas tensiones se han venido materializando, desde hace 20 días, en el debate por la financiación de las vías 4G en Antioquia; el tránsito de las reformas en el Congreso, y en el regreso del exjefe paramilitar Salvatore Mancuso a territorio colombiano. Y, en el marco de esos mismos días, ambos han hecho referencia explícita a las elecciones de 2026.
El 7 de marzo, en plaza pública, en su discurso de San Pablo, Nariño, Petro repitió lo que ya ha dicho en múltiples escenarios: que en “2026 tenemos que volver a ganar”, haciendo referencia a su proyecto político. Dos días después, Uribe dijo en la convención del Centro Democrático que sin haber cumplido dos años de gobierno, el jefe de Estado “ya se habla a toda hora de quién va a ganar las elecciones del 2026″. “El Gobierno instiga, dice que las tiene que ganar; por favor, también surgen muchas candidaturas de varias partes”, agregó el expresidente.
Este debate se entrelaza con el retorno de Mancuso, quien llegó el pasado 26 de febrero a Bogotá en calidad de “gestor de paz”. Desde entonces, Uribe Vélez ha trinado más de 12 veces al respecto, argumentando que el regreso del exjefe paramilitar, a quien extraditó hace 12 años, supone un “plan” en su contra, para incriminarlo. Petro, por su lado, en redes sociales se ha limitado a compartir mensajes un par de mensajes de otras cuentas al respecto, rescatando, por ejemplo, un video de su respuesta a la intervención de Mancuso ante el Congreso en 2004.
Sin embargo, durante el encuentro Mujeres por las Regiones y la Vida realizado en Turbo (Antioquia) volvió a hacer énfasis en que el objetivo de traer a Mancuso a la capital tiene que ver con las posibilidades que implica para su proyecto de “paz total”. “Que ayude a construir ahora, ya no las trincheras, ya no los fusiles que van a disparar sobre la gente, sino la paz”, dijo el presidente. “Le he pedido a que ayude a construir la paz en la región de Urabá”, dijo este 11 de marzo, a modo de ejemplo. Mancuso, por su lado, le respondió de manera directa al líder del Centro Democrático, diciéndole, a través de una carta pública: “No tengo ningún interés en usted”.
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Pero el regreso de Mancuso solo ha sido uno de los detonantes para que Petro y Uribe hayan chocado tan fuerte en los últimos 20 días. Durante ese tiempo, cada uno desde su orilla política, se ha dedicado a defender o condenar las reformas que tratan de sobrevivir su paso en el Congreso, donde el Centro Democrático cuenta con 13 curules en Senado y 16 en Cámara; y el Pacto Histórico, con casi 20 y 27 respectivamente.
En sus redes sociales, Uribe ha sido un acérrimo crítico de la reforma a la salud y su bancada ha hecho todo lo posible por impedir que la pensional también avance en su trámite por el Capitolio. Este miércoles por cuarta vez se desarmó el quórum para debatir la reforma pensional en la plenaria del Senado, cuando se retiraron del recinto la mayoría de congresistas de Cambio Radical, el Partido Conservador y el partido del expresidente Uribe Vélez. Y Petro, en estos 20 días, ha hecho, por lo menos, ocho trinos sobre estas dos reformas, la de la salud y la pensional.
Hace menos de cuatro meses, en noviembre de 2023, Petro y Uribe se reunieron en la Casa de Nariño a tomarse un tinto, una invitación que hizo el presidente a través de X a la bancada uribista para hablar de la reforma a la salud —que en ese momento estaba estacanda en la Cámara de Representantes— y que el expresidente aceptó. Las posiciones de lado y lado fueron inamovibles y, en ese momento, Uribe dijo que no se había tratado de un “diálogo” sino de un “debate, franco, claro, de discusiones argumentales, un debate intenso en buen lenguaje”.
Pero ese intercambio “franco” que se dio en ese café se ha ido enfriando. Desde la oposición dicen que ese tipo de encuentros no funcionan si no hay disposición de oír al contrario con intención de encontrar puntos de acuerdo, lo cual, desde su punto de vista, no ha sucedido y que, por eso, se hace necesario tomar otras cartas en el asunto.
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En ese sentido, el expresidente Uribe propuso hace dos días que si el Gobierno Nacional se niega a financiar las vías 4G en Antioquia, los locales deberían hacerse cargo del tema ellos mismos, un tema que de inmediato creó un choque con el actual presidente. En pocas palabras, la iniciativa del exmandatario consiste en que un millón de antioqueños donen $1 millón cada uno para subsanar los recursos que hacen falta para terminar obras de infraestructura vial, luego de que el Gobierno Nacional ha mostrado resistencia a girar los recursos.
Sobre este tema ya se había pronunciado el gobernador de Antioquia, Andrés Julián Rendón, quien en la contienda electoral del año fue el candidato del Centro Democrático. “Es incomprensible esa negativa de entregarnos los recursos para finalizar las vías 4G que les sirven a todo un país”, dijo el mandatario local, a quien Uribe Vélez, le pediría que lidere la implementación de su idea junto con el alcalde Federico Gutiérrez.
Petro, por su parte, se pronunció en contra: “En vez que cada antioqueño ponga un millón de pesos, que significa que los pobres les pagarán a los ricos su valorización, ¿no es mejor que quienes sean pudientes y se hayan enriquecido más con la construcción de carreteras 4G paguen la valorización?”. El presidente en varias intervenciones ya había hecho énfasis en que las vías en cuestión solo beneficiaban a las clases pudientes de Medellín, pues ayudaban a valorizar sus propiedades.
Y es que así, la tensión entre Petro y Uribe también se ha traducido, en cierta medida, en una tensión entre el presidente y los antioqueños. Tanto Rendón como Gutiérrez, desde sus discursos de posesión, le han pedido al primer mandatario que “no castigue a la región” por no haber elegido a los candidatos afines a su gobierno.
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En el marco de todo esto, este jueves estaba planeado un encuentro entre el jefe de Estado y la bancada paisa, pero el presidente del Senado, Iván Name, convocó a una audiencia en Medellín y la cita fue cancelada. Según confirmaron los congresistas uribistas, del Centro Democrático iban a asistir todos al encuentro con el presidente. Sin embargo, se quejaron de que la cancelación no les llegó vía correo o llamada sino a través de voceros de Petro y que, hasta el momento, no se ha propuesto una nueva fecha para sentarse a charlar en Palacio.
Algunas voces indican que el aumento en los desencuentros entre el presidente y los representantes de Antioquia tienen eco en las iniciativas que se han empezado a mover cada vez con más fuerza sobre darles más autonomía, por lo menos en lo fiscal, a las regiones del país, como el referendo que ha planteado el mismo Rendón o el concepto de las regiones autonómicas, que se ha convertido en la bandera de Name.
Lo cierto es que los choques entre Uribe y Petro no son nuevos, pero los roles, relativamente, sí lo son. Hace unos años, entre 2006 y 2010, cuando Uribe era el presidente, y Petro, desde el Congreso, se encargó de hacerle contrapeso a su gobierno. En ese momento, la confrontación entre ambos era igual de palpable, pero ahora que el presidente es Petro, los papeles han cambiado y es Uribe quien quiere construir, junto con su partido político, un “muro de contención” a los pasos que pretender dar el ahora primer mandatario. Y esta situación entre los dos continúa calentándose en medio de una coyuntura en la que las reformas están en jaque, es incierta la viabilidad de la propuesta de financiación de las vías en Antioquia e incluso si Mancuso podrá ejercer su rol como “gestor” para el proyecto de la “paz total”.
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