La red de apoyos del clan Calle para ganar una curul y la presidencia de la Cámara

Andrés Calle Aguas, presidente de la Cámara de Representantes para esta segunda legislatura, ha cobrado protagonismo en los últimos meses, no solo por ser quien comanda esa corporación, sino por su cercanía con el presidente Gustavo Petro. Aunque milita en el Partido Liberal, su defensa a las políticas de Gobierno ha sido absoluta. Ocupa un lugar cercano al jefe de Estado, que lo ha llevado a reuniones con bancadas, le ha dado un rol protagónico en la defensa de la reforma a la salud y ha estado presente en los más importantes eventos —y viajes— presidenciales.

Andrés Calle Aguas, presidente de la Cámara de Representantes para esta segunda legislatura, ha cobrado protagonismo en los últimos meses, no solo por ser quien comanda esa corporación, sino por su cercanía con el presidente Gustavo Petro. Aunque milita en el Partido Liberal, su defensa a las políticas de Gobierno ha sido absoluta. Ocupa un lugar cercano al jefe de Estado, que lo ha llevado a reuniones con bancadas, le ha dado un rol protagónico en la defensa de la reforma a la salud y ha estado presente en los más importantes eventos —y viajes— presidenciales.

Su cercanía con el hoy presidente no es fortuita. Su hermano, Gabriel Calle Aguas, gerenció la campaña de Petro Presidente en Córdoba. En ese departamento, de hecho, ganó con un 61 % de votos a su favor en la segunda vuelta.

No es un secreto que Calle Aguas llegó al Congreso respaldado por la sombra de los clanes políticos de su departamento, como el mismo clan Calle, liderado por su padre, Gabriel Calle Demoya, exalcalde de Montelíbano y, además, uno de sus más grandes financiadores a su campaña legislativa en 2022.

Este diario revisó sus reportes ante el Consejo Nacional Electoral (CNE) y encontró que $230 millones, que es la mitad de lo que costó toda su campaña política en ese año ($ 408 millones), fueron aportes propios y familiares.

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Su padre, como cacique político, aportó $100 millones, según los documentos del CNE, mientras su hermano, Gabriel Enrique, le donó $80 más y el candidato, de recursos propios, financió $50 millones. Lo que llama la atención es que varios de quienes trabajaron en su campaña, aparentemente a través de la “donación en especie”, eran contratistas de Jaguazul, la empresa de acueducto de Montelíbano, el municipio de Calle.

Una de ellas fue Angélica María Gómez, quien entre 2020 y 2021 tuvo dos contratos en la empresa de acueducto Jaguazul como analista de pruebas psicotécnicas y entrevistas laborales para los empleados. En la campaña de Calle, según los documentos que reportó, donó en especie su trabajo, que fue valorado por $1,5 millones.

Bajo esa figura de donación en especie aparecen otros 43 aportantes. Otra de las financiadoras en especie —también por $ 1,5 millones— de la campaña de Andrés Calle fue Ketty del Socorro Uparela, quien entre 2018 y 2019 era una de las principales contratistas de Jaguazul.

Fue contratada para suministrar combustible, ACPM y lubricantes para los vehículos de la empresa de acueducto, así como de la alcaldía de La Apartada y de la misma Fuerza Pública en el municipio. Los contratos que llegó a tener con Jaguazul en ese lapso suman $ 70 millones.

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No es la primera vez que Jaguazul aparece en la ecuación del clan Calle en Córdoba. Este diario ya lo había mencionado junto a otros medios como Cuestión Pública, El País y CLIP, —en medio de la investigación periodística de Proyecto Rafael—.

En ese reportaje, se mencionó que varias fuentes del territorio, cercanas al cacique político, aseguraron que “Jaguazul es de los Córdoba y su llave política es Fabio Amín”. De hecho, Amín fue la fórmula legislativa de Calle en su primer intento por llegar al Congreso, en 2018.

En esa misma investigación se mencionó que, desde marzo de este año, que fue cuando Gabriel Calle comenzó a hacer campaña para llegar a la gobernación de Córdoba, las calles de Montelíbano se llenaron de vallas políticas sobre su aspiración.

Junto a su hermano, el liberal Andrés Calle, estos delfines se han constituido en una poderosa familia en el sur de Córdoba. Y, precisamente, sobre ellos versaba una investigación que Rafael Moreno alcanzó a anunciar en redes sociales y a compartir con Forbidden Stories.

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El poder político de los Calle también estuvo presente en las regionales del pasado 29 de octubre, precisamente, con la candidatura de Gabriel a la gobernación. Aunque fue derrotado en las urnas por Erasmo Zuleta, que sacó 532.009 votos, Calle quedó en segundo lugar con 271.891. Esa aspiración estuvo liderada por su padre, Gabriel Calle Demoya, exalcalde de Montelíbano y quien llegó a ser capturado por corrupción en contratos.

Calle tiene el respaldo de la exsenadora Arleth Casado, esposa de Juan Manuel López. Por último, recoge el sector de la casa Besaile que no está con su contrincante, liderado por el propio exsenador Musa Besaile, que aunque está preso, tiene en su esposa, Milena Flórez, la encargada de su caudal político. Calle también hace equipo con Lucía Tous, la hermana de Eduardo Joche Tous, por muchos años la fórmula de Bernardo “Ñoño” Elías.

Aunque este diario contactó al presidente de la corporación para conocer su relación con sus financiadores, hasta el cierre de esta edición no había enviado una respuesta.

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