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Académicos, políticos y observadores electorales insisten en que es necesario reformar la estructura del sistema electoral. La discusión, sin embargo, aún no logra consensos suficientes para activar el trámite en el Congreso. La más reciente declaración sobre el asunto fue la que hizo el Consejo Nacional Electoral (CNE). En ella, la entidad rechazó puntos claves de esas modificaciones que se vienen pidiendo hace años, pero aún no se les ve horizonte.
(Lea: Hace agua el proyecto para reformar el CNE)
Reformar el sistema electoral fue una discusión que revivió luego de las elecciones de este año que pusieron Congreso y presidente nuevos. Hace unos días el ministro del Interior, Alfonso Prada, radicó la reforma política que incluía esa modificación a la estructura de la organización electoral (compuesta por Registraduría y CNE), pero luego sacaron esa parte del documento.
No obstante, como contó este diario, la idea sobrevivió gracias a las iniciativas de los senadores Ariel Ávila y Humberto de la Calle, con proyectos dedicados específicamente a los cambios que requiere el sistema electoral. El proyecto final busca dividir al CNE, es decir, que una parte de la entidad se dedique a la parte administrativa y que sus miembros no sean elegidos por el Congreso (como pasa actualmente). La otra parte del ente sería la corte electoral que asumiría los procesos judiciales relacionados a los derechos políticos.
Aunque dicho proyecto está peligrando (si no se discute en primer debate en los próximos días terminará archivado), la declaración reciente del CNE es un nuevo elemento para la discusión.
La entidad expuso en cuatro puntos su posición. El primero de ellos fue reiterar que los problemas que aquejan el sistema electoral “no solo tienen que ver con la existencia del Consejo Nacional Electoral y la forma de elegir sus miembros, sino que obedecen a lo que disponen las normas derivadas de la Constitución Política que regulan su funcionamiento”.
Esto es en respuesta a la petición de varios sectores de que los magistrados -o consejeros, como también se les llama- no sean elegidos por el legislativo y tampoco provengan de partidos políticos con asiento en el Capitolio. Esto porque ha sido recurrente la crítica a que sean los partidos políticos los que pongan magistrados en una entidad que, se supone, debe vigilarlos. “Los ratones cuidando el queso”, fue la descripción que de esta relación Alejandra Barrios, directora de la Misión de Observación Electoral (MOE).
El CNE afirmó que tampoco está de acuerdo con que la Registraduría pierda algunas de sus funciones para que estas queden en manos del propio CNE. “Consideramos inconveniente trasladar las funciones de registro civil e identificación de los colombianos, que actualmente están a cargo de la Registraduría Nacional”, señaló el ente en el comunicado. si bien allí habla de la tarea de registro civil, en la reforma política del Gobierno en un principio se consideraron otras funciones, como la organización de las elecciones. Esto para que la Registraduría tuviera pesos y contra pesos más equilibrados y no fuera una entidad súper poderosa.
Asimismo, el CNE resaltó tajantemente que si bien en la normativa aparece que es una institución con autonomía administrativa y presupuestal, lo cierto es que esto no ocurre. Es “materialmente inexistente”, aseveró el ente electoral y pidió que le sea asignado un presupuesto más robusto en el Presupuesto General de la Nación que se está construyendo.
No tener autonomía financiera y administrativa “afecta el correcto ejercicio de sus funciones de inspección, vigilancia y control, para el fortalecimiento de la democracia y promover la participación ciudadana; por lo que resulta necesario otorgarle a esta corporación una sección del presupuesto general de la Nación”, aseguró en su comunicado.
“La sala plena es partidaria del respeto por la institucionalidad, consideramos que el Consejo Nacional Electoral debe ser convocado al debate y discusión de cualquier proyecto de esta naturaleza”, agregó. El CNE está recién conformado con nuevos 10 magistrados que escogió el Congreso hace unas semanas. De su sala plena hacen parte excongresistas como César Lorduy (Cambio Radical), Maritza Martínez (la U), y Álvaro Hernán Prada (Centro Democrático). El liberalismo y el petrismo también tienen representación allí.
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