Coalición de Gobierno, la alianza que le duró menos de un año a Gustavo Petro
El primer gobierno de izquierda en Colombia y los partidos de la política tradicional se dieron la mano para sacar las apuestas reformistas de Gustavo Petro, sin embargo, la reforma a la salud terminó la alianza. Le contamos las fracturas de esta relación.
La alianza entre el presidente Gustavo Petro y los partidos Liberal, Conservador y La U no alcanzó los ocho meses. El primer mandatario se despidió de los partidos tradicionales este martes, 25 de abril, luego de que los directores de esas colectividades decidieran de forma definitiva no apoyar la reforma a la salud y obligar a sus congresistas a votar negativamente cada uno de los artículos propuestos.
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La alianza entre el presidente Gustavo Petro y los partidos Liberal, Conservador y La U no alcanzó los ocho meses. El primer mandatario se despidió de los partidos tradicionales este martes, 25 de abril, luego de que los directores de esas colectividades decidieran de forma definitiva no apoyar la reforma a la salud y obligar a sus congresistas a votar negativamente cada uno de los artículos propuestos.
Los liberales, conservadores y La U decidieron hacer equipo con la administración de Gustavo Petro el 7 de septiembre de 2022, cuando se integraron a la coalición oficialista, que quedó conformada oficialmente por el Pacto Histórico (con la que Petro ganó la presidencia), Comunes, Liberal, Conservador, Alianza Verde y Partido de la U. Mientras que en la oposición, tras un reciente cambio de postura del partido liderado por Germán Córdoba, quedaron los partidos Cambio Radical, Centro Democrático y la Liga Gobernantes Anticorrupción (LIGA).
Era clave que el Gobierno pudiera sostener a esa coalición, pues para que el espíritu reformista de Gustavo Petro pudiera tener resultado debía tener mayorías en el Congreso, que le aprobaran proyectos de iniciativa gubernamental. De 108 senadores, el Pacto Histórico solo tiene 25 curules, y de 188 representantes a la Cámara, son 33. Así las cosas y en términos prácticos, el Gobierno no tenía los votos necesarios con el Pacto Histórico, que si bien es la coalición con más curules en el Congreso, sigue siendo minoritaria.
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En Colombia, casi que todos los Gobiernos necesitan trabajar en coalición, por la naturaleza del sistema de partidos. En un multipartidismo como el nuestro -en el que cada día aparecen más organizaciones políticas, ya van 34- es poco probable que un solo partido logre la mayoría absoluta, es decir, obtener más de la mitad de las curules en el Congreso y por ende, los votos necesarios para poner en marcha las reformas. En ese sentido, la Ley 1909 de 2018 pide a los partidos, dentro del mes siguiente al inicio del Gobierno, declararse como organización de gobierno, oposición o independiente.
Desde que los partidos tradicionales aterrizaron en el Gobierno se estableció una relación condicional. El país político aguardaba por la decisión de las grandes colectividades, que le habían hecho guiños al presidente Petro en la campaña presidencial, y tras varias discusiones internas y dudas manifiestas, finalmente se declararon Gobierno. La decisión no dejó de sorprender, pues eran más que claras las discrepancias ideológicas, las consideraciones sobre la falta de representación en los cargos del Estado y las diferencias con algunos de los proyectos oficiales.
Los partidos tradicionales no firmaron un cheque en blanco con la administración de Gustavo Petro, pues aseguraron que apoyarían al Gobierno solo en los proyectos que, desde su punto de vista, beneficiaran a los colombianos. Es más, en el trámite de leyes como la reforma tributaria y la ley de “paz total”, manifestaron sus “líneas rojas”, puntos inamovibles en los que finalmente hubo concertación y con lo que se logró la aprobación de esas dos iniciativas.
El Partido Conservador se mantuvo en que defendería la “propiedad privada, la libre empresa, la familia, el Estado Social de Derecho, la Fuerza Pública, la libertad de expresión y el modelo económico que ha mantenido históricamente”. Mientras que en el Partido de la U dijeron que apoyarían “las iniciativas que vayan encaminadas a concretar mejores condiciones de vida para los millones de ciudadanos que lo necesitan”.
La reforma a la salud, el inicio del fin
Pese a esas diferencias, los partidos habían logrado conciliar con el oficialismo durante estos primeros ocho meses y fue la reforma a la salud, que sumado a otros factores como la temporada preelectoral para los comicios regionales de octubre, la que desordenó los apoyos y que además, causó un primer remezón ministerial el pasado 27 de febrero, en el que salió Alejandro Gaviria del ministerio de Educación, presuntamente, por haber hecho críticas a la reforma de la ministra Carolina Corcho.
La propuesta de reforma al Sistema de Salud en Colombia fue radicada por el Gobierno el 13 de febrero de 2023, pero antes de que fuera radicada, ya se había filtrado un documento de más de 70 páginas en el que el director del Partido Liberal, el expresidente César Gaviria, hacía recomendaciones y pedía no “arrasar con el sistema”. Un día después de la radicación, el 14 de febrero, generó debate la naturaleza de la ley, pues había llegado al Congreso como una ley ordinaria y congresistas liberales advirtieron que sería estatutaria.
A partir de la presentación de la reforma a la salud y de una importante apuesta legislativa del Gobierno en el Congreso, el ministro del Interior, Alfonso Prada, empezó la maratónica tarea de reunirse con las bancadas para resolver dudas: a algunas de esas citas asistió la ministra de Salud, Carolina Corcho. Mientras tanto, el presidente Petro se reunió en más de una ocasión con los directores de los partidos: César Gaviria (Liberal), Efraín Cepeda (Conservador) y Dilian Francisca Toro (la U).
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“La ministra, muy amable, dice que se va a construir sobre lo construido, pero si se lee detenidamente el texto se ve que se acaba lo que tenemos. Sobre las EPS, no está clara la función y hay un marchitamiento”, indicó Toro en una de esas primeras reuniones. Al tiempo de los diálogos con el Gobierno, los partidos también se reunían por aparte para unificar sus preocupaciones y presentar un único pliego de modificaciones.
Tras varias de esas jornadas, el pasado 27 de marzo, Prada aseguró que la concertación de la reforma a la salud avanzaba en un 99% y con eso en mente, por fin radicaron la ponencia para que la discusión empezara formalmente en el Congreso. No obstante, la sorpresa se la llevó el Gobierno cuando luego de que los directores de los partidos revisaran el texto radicado, anunciaron que no habían tenido en cuenta sus modificaciones y que, por ende, no apoyarían la reforma a la salud.
Después de eso, el panorama para la reforma se volvió más que negativo: los partidos Conservador y La U presentaron 133 proposiciones al proyecto y condicionaron a la administración con mantener su apoyo, sí y solo sí eran incluidas todas las modificaciones. El Gobierno presentó una enmienda que incluyó algunos puntos, que fue aprobada este martes, 25 de marzo, pero, cuando iba a empezar la discusión del articulado, los partidos pidieron a sus congresistas que votaran ‘no’ a todos los artículos. Fue en ese momento, que el presidente dio fin a “la coalición política pactada como mayoría”.
Al tiempo de eso, la opinión pública, la oposición y otros sectores, que incluyen también a la bancada Verde y de la Coalición Centro Esperanza, han cuestionado al Gobierno por posibles ofrecimientos a congresistas para votar positivamente, así como presiones a los partidos, lo que incluía la presunta salida de viceministros con representación liberal, conservador o de La U de sus cargos. Precisamente, hay quienes cuestionan el imparable remezón ministerial que se avecina y que se confirmaría este miércoles, como otra forma de presión.
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Las posibles salidas del gabinete ministerial
No obstante, también se habla de la salida de ministros por “falta de gestión”. Quienes podrían salir serían Carolina Corcho, del Ministerio de Salud; llegaría en su reemplazo Jorge Iván González, actual director del DNP. Igualmente, se iría el ministro de Defensa, Iván Velásquez; llegaría Alfonso Prada a esa cartera. Otros nombres que suenan son los del canciller Álvaro Leyva; el director del DAPRE, Mauricio Lizcano; el ministro de Transporte, Guillermo Reyes; la ministra de las TIC, Sandra Urrutia; el Comisionado para la Paz, Danilo Rueda; y la ministra de Agricultura, Cecilia López.
Así las cosas, habrá que esperar cómo queda el gabinete. Por otro lado, con la salida de los tradicionales de la coalición de gobierno, esta quedaría integrada por las organizaciones que hacen parte del Pacto Histórico: Colombia Humana, Unión Patriótica, Polo Democrático Alternativo, Movimiento Alternativo Indígena y Social (MAIS), La Fuerza De La Paz, Comunes, entre otros, y el partido Alianza Verde, que también ha tenido divergencias respecto a la reforma política, al Código Electoral y sobre su representatividad en el Estado, cosa que podría estás solucionada y jugar a su favor, con la posible llegada de un verde al DAPRE: Carlos Ramón González.