Coaliciones enredadas, sombras políticas y divisiones del ala alternativa en Manizales
Según el único sondeo realizado, la ciudad quedaría en manos del Partido Liberal o de la Alianza Verde. Sin embargo, sus candidatos generan dudas: el del primero, por las fuerzas políticas que lo acompañan, y el del segundo, por la discordia que ha generado en su sector.
Laura Angélica Ospina / @LaurisOspina
Las apuestas para elegir al que será el nuevo alcalde de Manizales están divididas y traen sorpresas. Sobre todo porque en un municipio en el que reina el liberalismo, sus cuestionadas alianzas con organizaciones políticas opuestas podrían ser el pase de entrada de la Alianza Verde, un partido que aunque no tiene mucha fuerza en la ciudad, les pisa los talones a los rojos en esta contienda electoral.
(Conozca sobre las campañas fragmentadas por la alcaldía de Cali)
Manizales no cuenta con encuestas propias para medir quién lleva la delantera. Sin embargo, el único sondeo realizado, contratado por CM& y CNC Noticias en agosto, dio unos indicios: de los cinco aspirantes, la intención de voto se concentraba en dos: Jorge Hernán Mesa, del Partido Liberal, con un 34 %, mientras que Carlos Mario Marín, de los verdes, le seguía con el 24 %. “Todos los demás candidatos registran menos del 15 %”, reveló el medio. Pese a los porcentajes, cada uno carga con lastres que podrían volverse en su contra.
Las sombras de Jorge Hernán Mesa
Por un lado está Jorge Hernán Mesa, que es un ganadero con recorrido político y experiencia en cargos públicos: fue concejal y alcalde de Samaná, y posteriormente representante a la Cámara por el Partido Conservador. En 2012, mientras ejercía como congresista, fue acusado por el delito de peculado por apropiación a favor de terceros en un proyecto de vivienda de interés social, cuando fue gerente de la Caja de Vivienda Popular de Manizales. Fue absuelto en primera y segunda instancias, porque la justicia consideró que “la Fiscalía no pudo probar la responsabilidad de Mesa en el delito”, aclaró el portal de chequeo de datos Colombiacheck.Para esta ocasión, sin embargo, le critican dos cosas: primero, aunque representa el continuismo de la administración de Octavio Cardona, actual alcalde liberal, los manizaleños no entienden cómo el partido que lo respalda y el Centro Democrático se aliaron para buscar los dos cargos administrativos más importantes de la región. “Conquistar el potencial electoral este año generó unas coaliciones bizarras de grupos políticos que antes era contradictores, pensando más en mover a su favor las maquinarias que en la fuerza de las estructuras políticas”, manifestó una de las fuentes consultadas. En efecto, el uribismo está enraizado en la región y por ello cuenta con una cantidad considerable de adeptos y una estructura organizativa como partido que le ha dado mucha solidez.
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“La política es práctica. La alianza entre ambos se empezó a tejer en las elecciones presidenciales, cuando Mesa les dijo a los liberales que se unieran al hoy presidente Iván Duque, porque creía que con el uribismo podrían tener feeling político. Además, porque si ganaba Germán Vargas, él iba a estar en su derecho de gobernar con sus amigos del Partido de la U y Cambio Radical. En ese momento empezaron a hablar de las regionales, con algo más en cuenta: Mesa es cercano a la familia de Duque”, explicó por su parte otra fuente cercana a la alianza.
Y lo segundo que le cuestionan es un apoyo liberal que ha causado reticencia entre los empresarios que acompañan al Centro Democrático y que impulsan el voto de opinión manizalita. Se trata del acompañamiento de Mario Castaño, actual senador y una de las personas con más poder político y económico del departamento. “Mesa, en su ejercicio de funcionario, no tiene manchas. Su única tacha es estar acompañado por Castaño, un contador que trabajaba en la Licorera de Caldas, que hace 10 años no era nadie, y que ahora es el que manda en la región”, aseguró un conocedor de la gobernanza local.
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De hecho, entre los políticos caldenses corren los rumores sobre la procedencia de la fortuna de Castaño. “La gente del común y la élite lo ven como un mafioso y se dice que su músculo económico proviene del contrabando de licor y que tiene nexos con dueños de prostíbulos”, manifestó uno de ellos. Sin embargo, ese supuesto también tiene detractores. “Castaño es muy bueno en crear estrategias financieras. Incrementó su capital luego de conectarse con un grupo de empresarios de Medellín. Luego, unos amigos políticos lo invitaron al partido y empezó a crecer. Entonces, ni él ni Octavio Cardona, que lo involucran con el negocio de los moteles, tiene que robarle al municipio, pues desde que la gente siga ‘pichando’ y bebiendo, ellos no tienen necesidad”, aseveró otra fuente.
Las polémicas de Carlos Mario Marín
Por otro lado está el candidato de la Alianza Verde, Carlos Mario Marín, quien brilló en el escenario local como un concejal joven y como la oposición al gobierno del alcalde Cardona. Además, se hizo conocido gracias a la pelea que libró con Felipe Calderón, quien forma parte de la mesa directiva de la Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol) y que lideraba un proyecto que, según arguyó Marín, ponía en riesgo el nacimiento de agua que abastece a Manizales. “Ganó prestigio, pero puso a todo el sector privado en su contra. Que los gremios no estén con él es un golpe muy grande a su campaña, porque los gerentes de las empresas les están diciendo a sus empleados que voten por quien quieran, pero no por Carlos Mario”, dijo una persona que pidió no ser citada por seguridad.Y es cierto. El potencial electoral de Manizales es de cerca de 329.243 votos, según la Registraduría. Entonces, pese a que la capital de Caldas tiene una postura sumamente tradicional, Marín tendría oportunidad de conquistar a esos sufragantes por dos motivos: en la primera vuelta de las elecciones presidenciales la ciudad votó más por Sergio Fajardo que por Iván Duque: 101.796 contra 60.410, que aunque son votos propios de Fajardo y no necesariamente se replican en las regionales, es un caudal representativo de búsquedas por otros gobernantes. Sumado a ello, la consulta anticorrupción contó en ese municipio con 146.569 sufragantes (el 44,84 % del potencial electoral). Sin embargo, esos votos de opinión, según una fuente, “son muy afines al empresariado. Ese voto se podría dividir en los que van por Marín, los que le dicen no a Marín y los que se van por Andrés Betancourth, el candidato del Polo Democrático. Incluso, los votos de los empresarios que no confían en Mario Castaño se irían con Mesa, porque pese al acompañamiento del senador, lo prefieren por encima del exconcejal”.
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Ahí está la otra piedra en el zapato del candidato alternativo. Carlos Mario Marín proviene, según dijo, de la línea de Claudia López. Pero su aspiración, en el interior del ala alternativa, no estuvo exenta de discusiones que, según los otros precandidatos a la Alcaldía por organizaciones como el Polo Democrático y Compromiso Ciudadano, hizo que se fragmentara una posible alianza. Por ello es que Andrés Betancourth, que va por el Polo y que representa al mundo académico, aparece como una opción para este sector y para las personas que no encuentran cabida en Marín y Mesa.
Como a Mesa, a Marín también le cuestionan sus apoyos. Le critican, específicamente, que sea fórmula de Luis Carlos Velásquez, quien va por la Gobernación por la coalición Unidos por Caldas, que cuenta con el acompañamiento de la U, Cambio Radical, MAIS y la Alianza Verde, y es el que lleva la batuta de la línea lizcanista, la fuerza política que le hizo contrapeso a Mario Castaño. Se trata de Mauricio Lizcano, un exsenador que por los estudios que cursa en el exterior está alejado físicamente de esta contienda, pero al que en el pasado la Procuraduría le abrió dos investigaciones por estar presuntamente vinculado en el cartel de la toga y por despojo de tierras. Sobre esta última, el Tribunal Superior de Cali declaró en septiembre de este año a su familia exenta de falta.
(Se han presentado 3.460 quejas por presuntos delitos durante el proceso electoral)
“Una cosa que ha acentuado la división en torno a Marín es el apoyo de Mauricio Lizcano y el Partido de la U, en virtud de su alianza con Velásquez. Ellos, y el ala conservadora de Luis Emilio Sierra, están apoyando la candidatura de Carlos Mario Marín, a cambio de que los verdes vayan con su candidato a la Gobernación”, concluyó uno de los aspirantes.
¿Y los conservadores cómo van en estas elecciones? En todo este escenario incierto para Manizales la fuerza conservadora que mandó en la región hasta los años 90 está dividida, pese a que tienen candidato propio: Jorge Hernán Yepes, hermano de Ómar Yepes, presidente del Partido Conservador.
Como Marín y Mesa, Yepes también le apuntan al voto de opinión para salir victorioso de las urnas el próximo 27 de abril. Una fuente consultada afirmó que Ómar Reina, diputado conservador, está liderando los apoyos de concejales y aspirantes a ese cargo azules dirigidos a la candidatura de Jorge Hernán Mesa. “Gonzalo Valencia, Julián Fonseca, Simón Ramírez y Rubén Darío Giraldo están con él”, dijo.
Las apuestas para elegir al que será el nuevo alcalde de Manizales están divididas y traen sorpresas. Sobre todo porque en un municipio en el que reina el liberalismo, sus cuestionadas alianzas con organizaciones políticas opuestas podrían ser el pase de entrada de la Alianza Verde, un partido que aunque no tiene mucha fuerza en la ciudad, les pisa los talones a los rojos en esta contienda electoral.
(Conozca sobre las campañas fragmentadas por la alcaldía de Cali)
Manizales no cuenta con encuestas propias para medir quién lleva la delantera. Sin embargo, el único sondeo realizado, contratado por CM& y CNC Noticias en agosto, dio unos indicios: de los cinco aspirantes, la intención de voto se concentraba en dos: Jorge Hernán Mesa, del Partido Liberal, con un 34 %, mientras que Carlos Mario Marín, de los verdes, le seguía con el 24 %. “Todos los demás candidatos registran menos del 15 %”, reveló el medio. Pese a los porcentajes, cada uno carga con lastres que podrían volverse en su contra.
Las sombras de Jorge Hernán Mesa
Por un lado está Jorge Hernán Mesa, que es un ganadero con recorrido político y experiencia en cargos públicos: fue concejal y alcalde de Samaná, y posteriormente representante a la Cámara por el Partido Conservador. En 2012, mientras ejercía como congresista, fue acusado por el delito de peculado por apropiación a favor de terceros en un proyecto de vivienda de interés social, cuando fue gerente de la Caja de Vivienda Popular de Manizales. Fue absuelto en primera y segunda instancias, porque la justicia consideró que “la Fiscalía no pudo probar la responsabilidad de Mesa en el delito”, aclaró el portal de chequeo de datos Colombiacheck.Para esta ocasión, sin embargo, le critican dos cosas: primero, aunque representa el continuismo de la administración de Octavio Cardona, actual alcalde liberal, los manizaleños no entienden cómo el partido que lo respalda y el Centro Democrático se aliaron para buscar los dos cargos administrativos más importantes de la región. “Conquistar el potencial electoral este año generó unas coaliciones bizarras de grupos políticos que antes era contradictores, pensando más en mover a su favor las maquinarias que en la fuerza de las estructuras políticas”, manifestó una de las fuentes consultadas. En efecto, el uribismo está enraizado en la región y por ello cuenta con una cantidad considerable de adeptos y una estructura organizativa como partido que le ha dado mucha solidez.
(Lea: Bucaramanga, alcaldía por “fotofinish”)
“La política es práctica. La alianza entre ambos se empezó a tejer en las elecciones presidenciales, cuando Mesa les dijo a los liberales que se unieran al hoy presidente Iván Duque, porque creía que con el uribismo podrían tener feeling político. Además, porque si ganaba Germán Vargas, él iba a estar en su derecho de gobernar con sus amigos del Partido de la U y Cambio Radical. En ese momento empezaron a hablar de las regionales, con algo más en cuenta: Mesa es cercano a la familia de Duque”, explicó por su parte otra fuente cercana a la alianza.
Y lo segundo que le cuestionan es un apoyo liberal que ha causado reticencia entre los empresarios que acompañan al Centro Democrático y que impulsan el voto de opinión manizalita. Se trata del acompañamiento de Mario Castaño, actual senador y una de las personas con más poder político y económico del departamento. “Mesa, en su ejercicio de funcionario, no tiene manchas. Su única tacha es estar acompañado por Castaño, un contador que trabajaba en la Licorera de Caldas, que hace 10 años no era nadie, y que ahora es el que manda en la región”, aseguró un conocedor de la gobernanza local.
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De hecho, entre los políticos caldenses corren los rumores sobre la procedencia de la fortuna de Castaño. “La gente del común y la élite lo ven como un mafioso y se dice que su músculo económico proviene del contrabando de licor y que tiene nexos con dueños de prostíbulos”, manifestó uno de ellos. Sin embargo, ese supuesto también tiene detractores. “Castaño es muy bueno en crear estrategias financieras. Incrementó su capital luego de conectarse con un grupo de empresarios de Medellín. Luego, unos amigos políticos lo invitaron al partido y empezó a crecer. Entonces, ni él ni Octavio Cardona, que lo involucran con el negocio de los moteles, tiene que robarle al municipio, pues desde que la gente siga ‘pichando’ y bebiendo, ellos no tienen necesidad”, aseveró otra fuente.
Las polémicas de Carlos Mario Marín
Por otro lado está el candidato de la Alianza Verde, Carlos Mario Marín, quien brilló en el escenario local como un concejal joven y como la oposición al gobierno del alcalde Cardona. Además, se hizo conocido gracias a la pelea que libró con Felipe Calderón, quien forma parte de la mesa directiva de la Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol) y que lideraba un proyecto que, según arguyó Marín, ponía en riesgo el nacimiento de agua que abastece a Manizales. “Ganó prestigio, pero puso a todo el sector privado en su contra. Que los gremios no estén con él es un golpe muy grande a su campaña, porque los gerentes de las empresas les están diciendo a sus empleados que voten por quien quieran, pero no por Carlos Mario”, dijo una persona que pidió no ser citada por seguridad.Y es cierto. El potencial electoral de Manizales es de cerca de 329.243 votos, según la Registraduría. Entonces, pese a que la capital de Caldas tiene una postura sumamente tradicional, Marín tendría oportunidad de conquistar a esos sufragantes por dos motivos: en la primera vuelta de las elecciones presidenciales la ciudad votó más por Sergio Fajardo que por Iván Duque: 101.796 contra 60.410, que aunque son votos propios de Fajardo y no necesariamente se replican en las regionales, es un caudal representativo de búsquedas por otros gobernantes. Sumado a ello, la consulta anticorrupción contó en ese municipio con 146.569 sufragantes (el 44,84 % del potencial electoral). Sin embargo, esos votos de opinión, según una fuente, “son muy afines al empresariado. Ese voto se podría dividir en los que van por Marín, los que le dicen no a Marín y los que se van por Andrés Betancourth, el candidato del Polo Democrático. Incluso, los votos de los empresarios que no confían en Mario Castaño se irían con Mesa, porque pese al acompañamiento del senador, lo prefieren por encima del exconcejal”.
(Lea: Roberto Jairo Jaramillo toma ventaja en el pulso por Gobernación del Quindío)
Ahí está la otra piedra en el zapato del candidato alternativo. Carlos Mario Marín proviene, según dijo, de la línea de Claudia López. Pero su aspiración, en el interior del ala alternativa, no estuvo exenta de discusiones que, según los otros precandidatos a la Alcaldía por organizaciones como el Polo Democrático y Compromiso Ciudadano, hizo que se fragmentara una posible alianza. Por ello es que Andrés Betancourth, que va por el Polo y que representa al mundo académico, aparece como una opción para este sector y para las personas que no encuentran cabida en Marín y Mesa.
Como a Mesa, a Marín también le cuestionan sus apoyos. Le critican, específicamente, que sea fórmula de Luis Carlos Velásquez, quien va por la Gobernación por la coalición Unidos por Caldas, que cuenta con el acompañamiento de la U, Cambio Radical, MAIS y la Alianza Verde, y es el que lleva la batuta de la línea lizcanista, la fuerza política que le hizo contrapeso a Mario Castaño. Se trata de Mauricio Lizcano, un exsenador que por los estudios que cursa en el exterior está alejado físicamente de esta contienda, pero al que en el pasado la Procuraduría le abrió dos investigaciones por estar presuntamente vinculado en el cartel de la toga y por despojo de tierras. Sobre esta última, el Tribunal Superior de Cali declaró en septiembre de este año a su familia exenta de falta.
(Se han presentado 3.460 quejas por presuntos delitos durante el proceso electoral)
“Una cosa que ha acentuado la división en torno a Marín es el apoyo de Mauricio Lizcano y el Partido de la U, en virtud de su alianza con Velásquez. Ellos, y el ala conservadora de Luis Emilio Sierra, están apoyando la candidatura de Carlos Mario Marín, a cambio de que los verdes vayan con su candidato a la Gobernación”, concluyó uno de los aspirantes.
¿Y los conservadores cómo van en estas elecciones? En todo este escenario incierto para Manizales la fuerza conservadora que mandó en la región hasta los años 90 está dividida, pese a que tienen candidato propio: Jorge Hernán Yepes, hermano de Ómar Yepes, presidente del Partido Conservador.
Como Marín y Mesa, Yepes también le apuntan al voto de opinión para salir victorioso de las urnas el próximo 27 de abril. Una fuente consultada afirmó que Ómar Reina, diputado conservador, está liderando los apoyos de concejales y aspirantes a ese cargo azules dirigidos a la candidatura de Jorge Hernán Mesa. “Gonzalo Valencia, Julián Fonseca, Simón Ramírez y Rubén Darío Giraldo están con él”, dijo.