Petro quiere un guiño internacional en Nueva York para impulsar su agenda interna
El presidente Gustavo Petro intervendrá este jueves ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Hablará de la implementación del Acuerdo con las Farc y del informe que prepararon sus ministros al respecto. Ha sostenido que ese tratado lo obliga a hacer un acuerdo nacional que podría desembocar en la constituyente.
Laura C. Peralta Giraldo
Este jueves comienza la cuenta regresiva de 24 horas claves para el presidente Gustavo Petro en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, en Nueva York, donde además de hablar de la implementación del Acuerdo de Paz, buscará regresar a Colombia con un guiño internacional en torno a los cambios que busca poner a andar a través de su acuerdo nacional y la Asamblea Nacional Constituyente.
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Este jueves comienza la cuenta regresiva de 24 horas claves para el presidente Gustavo Petro en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, en Nueva York, donde además de hablar de la implementación del Acuerdo de Paz, buscará regresar a Colombia con un guiño internacional en torno a los cambios que busca poner a andar a través de su acuerdo nacional y la Asamblea Nacional Constituyente.
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Antes de partir junto con su comitiva rumbo a Estados Unidos, el presidente y su ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, sostuvieron varias reuniones para ir arando el camino hacia un acuerdo nacional. Petro se vio en Casa de Nariño con un sector del Partido Verde que se disputa la presidencia de la Cámara, corporación en la que el Gobierno quiere mantener sus mayorías; y Cristo se encontró con más de 20 gobernadores para invitarlos al acuerdo y calmar las aguas luego de varios choques con el poder regional.
Previo a la intervención, que dará sobre las 4:00 de la tarde (hora de Nueva York) ante la ONU, el presidente Petro se verá con el secretario general, António Guterres, a quien le enseñará el informe que redactaron sus ministros en las últimas dos semanas sobre los avances del Acuerdo de Paz y los 17 objetivos de desarrollo sostenible. Eso sí, hará énfasis en los pendientes, que son el eje de su búsqueda de un apoyo extranjero para sus propósitos políticos internos.
A Guterres también le hablará de la necesidad de prolongar hasta por ocho años más el período de implementación del pacto que se firmó en 2016 con las extintas FARC, tal como lo anunció este martes el canciller, Luis Gilberto Murillo. La política de la paz total no se quedará por fuera de la conversación y tampoco el plan de choque que iniciará próximamente en el país para acelerar el cumplimiento de puntos centrales del Acuerdo, como la reforma agraria, que en parte ha sido cuestionada por la Procuraduría debido al enfoque del Ejecutivo actual y que tiene algunos puntos en estudio de la Corte Constitucional.
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El jefe de Estado será el último en dar su intervención luego de la instalación del Consejo de Seguridad y hay expectativa por saber cuál será finalmente el tono que elegirá: si será tajante, como lo ha venido siendo recientemente en sus intervenciones y en una entrevista con El Espectador, asegurando que el Estado está incumpliendo el acuerdo; o si optará por un tono más conciliador, como algunos de sus funcionarios e incluso el mismo expresidente Juan Manuel Santos se lo recomendaron, ciñéndose a dejar claro que Colombia está comprometida y avanzando.
Pero más allá de hablar de la implementación del Acuerdo de Paz, esta visita es clave para Petro porque podría regresar el sábado a la Casa de Nariño con un respaldo internacional importante frente a su proyecto de acuerdo nacional, el cual ha avanzado esta semana: ya se reunió con las altas cortes, con algunos embajadores, gobernadores, sectores de la salud y con ciertos legisladores.
Y es que es a través de este acuerdo, que asegura está consignado como una obligación en el tratado de paz, buscará convocar al poder constituyente. “No me interesa si el poder constituyente se concreta en mi gobierno o después, me interesa que se convoque ya, que el pueblo se declare en poder”, dijo Petro en su cuenta de X.
El ministro del Interior estima que este acuerdo nacional tomará algunos meses en concretarse y menciona que con él buscan sacar adelante las reformas que se hundieron en la pasada legislatura en el Congreso y materializar puntos fundamentales del Acuerdo de Paz.
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“Primero el acuerdo nacional y la concertación y luego definimos con el país si la mejor manera de avanzar es cualquiera de las que están contempladas en la Constitución: pasando por el Congreso, un referendo o convocando la Asamblea Nacional Constituyente”, dijo Cristo a la salida de su encuentro con los gobernadores de este miércoles, quienes se habrían mostrado prestos en su mayoría a entrar a los diálogos.
El canciller Murillo también adelantó algunos datos, pues dijo que el Departamento Nacional de Planeación, cuyo director, Alexander López, también viajó a Nueva York, se encuentra realizando mesas técnicas con varios ministerios para definir qué medidas extraordinarias y de emergencia se tomarán en las siguientes semanas para acelerar la implementación. No descartó los decretos de emergencia, aunque enfatizó que hay experiencias pasadas negativas al respecto (decreto de emergencia de La Guajira).
Y no es todo, pues el presidente está convocando nuevamente a sus simpatizantes a las calles y ya hay tres fechas confirmadas: el 16 de julio, cuando le pondrá su firma a la reforma pensional; el 20 de julio, día en el que se instala el tercer año del Congreso y marcha la oposición; y el 7 de agosto, cuando Petro cumple dos años como el primer mandatario de izquierda en el país. Todo para presionar con el llamado “poder popular” apoyo a sus iniciativas, para lo cual también ajustó recientemente su gabinete ministerial.
Es por todo esto que la visita del presidente a la ONU bien podrá servirle al mandatario como impulso a las movidas que prepara para el país, ya que avanza en diálogos con diferentes sectores, prepara medidas de emergencia y se muestra dispuesto a responder fuerte a quienes quieran frenar su proyecto político, en lo cual es clave el respaldo internacional que se quiere traer de Nueva York.
Este escenario sobrepasa la implementación del Acuerdo, y se enmarca en el relato electoral que Petro empezó a construir para la reelección que espera del progresismo en 2026.
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