Comisión internacional marchará contra falsos positivos
Sus miembros están liderados por el Nóbel Adolfo Pérez Esquivel.
El Espectador
Son 25 y uno de sus principales líderes es el Nobel de Paz argentino Adolfo Pérez Esquivel. Se trata de la Comisión de Ética por la Verdad en Colombia, conformada exclusivamente por personalidades internacionales, que este viernes estará encabezando la marcha contra los falsos positivos que se realizará en Bogotá desde el Ministerio de Defensa hasta la sede de la Fiscalía General.
Para el evento llegaron a Colombia seis de los miembros de esta misión, integrada por personas que tienen en común haber sido afectados por la violencia de sus respectivos países, quienes estarán acompañando a los más de 200 familiares de víctimas de presuntas ejecuciones extrajudiciales que caminarán en el marco de la jornada ‘Los falsos positivos son crímenes de Estado’.
La actividad está organizada por varias asociaciones defensoras de Derechos Humanos del país, coordinadas por el Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado y la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz.
Precisamente, esta última organización impulsó la creación de la comisión internacional de ética, que nació oficialmente en noviembre de 2006 y realiza en esta ocasión su sexta visita a Colombia.
El colectivo pretende establecerse como una alternativa al grupo encargado de recopilar datos para reconstruir la historia del conflicto dentro de la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación —CNRR—, pues en concepto de sus miembros “la CNRR sólo cuenta la verdad oficial”.
Así, se dedican a visitar regiones vulnerables para recolectar testimonios y pruebas documentales que luego llevan a casas de la memoria, en países como Argentina y España.
“No queremos olvidar, no somos amnésicos históricos. Queremos recordar. Y hacer que los demás recuerden, no sólo en Colombia, sino que en nuestros países conozcan la realidad de muchos colombianos”, explica Gilberto López, antropólogo mexicano, miembro de la comisión internacional y quien también colabora en su país como intermediario entre el Ejército Popular Revolucionario —EPR— y el gobierno federal.
En igual sentido se pronunció una de las últimas Madres de la Plaza de Mayo Línea Fundadora, Mirtha Baravalla, quien esta semana no marchará en Buenos Aires para pedir el esclarecimiento del crimen de su hija durante la dictadura, para acompañar a las víctimas colombianas: “Estoy aquí porque creo que algo puedo aportar, según mi propia experiencia, y darles fuerzas a los afectados por tantos atropellos”.
Lorenzo Loncon, indígena mapuche de Chile y mensajero de su comunidad, lo resume así: “Hace poco tuve la oportunidad de estar en el Tribunal de los Pueblos, en Cacarica Bajo Atrato, y me di cuenta de los atropellos y de lo que significa para estas personas el desplazamiento… Ellos están dispuestos a dar la vida por sus tierras… esas cosas no deberían pasarle a ningún pueblo”.
Mientras la sicóloga española Pilar Sánchez, de la comunidad cristiana Santo Tomás de Aquino, asegura: “Nos parece urgente que exista esta comisión. Todos tenemos historias parecidas, y ojalá ustedes aprendan de lo mal que nos fue a nosotros”.
Son 25 y uno de sus principales líderes es el Nobel de Paz argentino Adolfo Pérez Esquivel. Se trata de la Comisión de Ética por la Verdad en Colombia, conformada exclusivamente por personalidades internacionales, que este viernes estará encabezando la marcha contra los falsos positivos que se realizará en Bogotá desde el Ministerio de Defensa hasta la sede de la Fiscalía General.
Para el evento llegaron a Colombia seis de los miembros de esta misión, integrada por personas que tienen en común haber sido afectados por la violencia de sus respectivos países, quienes estarán acompañando a los más de 200 familiares de víctimas de presuntas ejecuciones extrajudiciales que caminarán en el marco de la jornada ‘Los falsos positivos son crímenes de Estado’.
La actividad está organizada por varias asociaciones defensoras de Derechos Humanos del país, coordinadas por el Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado y la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz.
Precisamente, esta última organización impulsó la creación de la comisión internacional de ética, que nació oficialmente en noviembre de 2006 y realiza en esta ocasión su sexta visita a Colombia.
El colectivo pretende establecerse como una alternativa al grupo encargado de recopilar datos para reconstruir la historia del conflicto dentro de la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación —CNRR—, pues en concepto de sus miembros “la CNRR sólo cuenta la verdad oficial”.
Así, se dedican a visitar regiones vulnerables para recolectar testimonios y pruebas documentales que luego llevan a casas de la memoria, en países como Argentina y España.
“No queremos olvidar, no somos amnésicos históricos. Queremos recordar. Y hacer que los demás recuerden, no sólo en Colombia, sino que en nuestros países conozcan la realidad de muchos colombianos”, explica Gilberto López, antropólogo mexicano, miembro de la comisión internacional y quien también colabora en su país como intermediario entre el Ejército Popular Revolucionario —EPR— y el gobierno federal.
En igual sentido se pronunció una de las últimas Madres de la Plaza de Mayo Línea Fundadora, Mirtha Baravalla, quien esta semana no marchará en Buenos Aires para pedir el esclarecimiento del crimen de su hija durante la dictadura, para acompañar a las víctimas colombianas: “Estoy aquí porque creo que algo puedo aportar, según mi propia experiencia, y darles fuerzas a los afectados por tantos atropellos”.
Lorenzo Loncon, indígena mapuche de Chile y mensajero de su comunidad, lo resume así: “Hace poco tuve la oportunidad de estar en el Tribunal de los Pueblos, en Cacarica Bajo Atrato, y me di cuenta de los atropellos y de lo que significa para estas personas el desplazamiento… Ellos están dispuestos a dar la vida por sus tierras… esas cosas no deberían pasarle a ningún pueblo”.
Mientras la sicóloga española Pilar Sánchez, de la comunidad cristiana Santo Tomás de Aquino, asegura: “Nos parece urgente que exista esta comisión. Todos tenemos historias parecidas, y ojalá ustedes aprendan de lo mal que nos fue a nosotros”.