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El Partido FARC cambia oficialmente de nombre. Luego de cuatro años de llamarse de esa forma, la colectividad decidió que su nuevo nombre es Comunes. La determinación la tomaron este fin de semana, en la segunda convención de la organización política en la que además discutieron sobre el rumbo de la colectividad de cara a las elecciones de 2022.
(Lea: La bitácora crítica del partido que nació del proceso de paz)
La discusión de los temas se dio primero en unas mesas de trabajo y posteriormente las conclusiones de esos espacios se llevaron a la asamblea general. Una de las mesas de trabajo fue la de cambio de nombre, liderada por la senadora Griselda Lobo, conocida en la guerra como Sandra Ramírez. En ella participaron 70 delegados de 11 regiones en las que hace presencia la militancia del partido. " La discusión se dio en un ambiente fraternal, respetuoso, sano y comprometido con el partido y su proyecto revolucionario”, expresó Ramírez.
Según contó la senadora, en un primer momento recibieron una lluvia de nombres, como los siguientes: Fuerza del Común, Partido de la Unidad Popular Alternativa, Renovación Política, Unidad por la Paz, Paz y Progreso, Partido Opción Comunes, Comunes, Unidad Popular de los Comunes. Estos se votaron en la mesa de trabajo y seleccionaron los tres con mayor votación: Comunes recibió 43 votos, Unidad Popular del Común obtuvo 11 y Fuerza del Común logró ocho votos. Estos tres los pusieron a consideración de la asamblea general en la que participan todas las delegaciones. En ella, Comunes salió escogido gracias a 180 votos finales.
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¿Por qué esa palabra para denominar al partido? Ramírez explicó que esta tiene una fuerte connotación histórica para el país y que se conecta con el inicio de la extinta guerrilla. “La palabra viene de José Antonio Galán, prócer que participó la insurrección de los comuneros, que lideró ese proceso de liberación en la época de la Colonia, en contra del yugo español. También viene del proceso de la insurgencia revolucionaria en los años 50 en la que se enfrentaron los comunes, es decir, los comunistas, y los limpios, que eran los liberales. Estos últimos se pusieron al servicio del gobierno y los comunes crearon guerrillas. Es la génesis de las Farc”, dijo la congresista.
(Contexto: Limpios y Comunes, una columna de Alfredo Molano Bravo)
Con ese bagaje histórico, añadió la importancia actual de la palabra Comunes y por qué creen que se ajusta a la búsqueda política del partido que nació del Acuerdo de Paz firmado en 2016. “Comunes tiene un significado enorme. Somos la gente del común, los que salimos a la calle a conquistar los derechos, los que buscamos las reinvindicaciones, los que pedimos cambio, los que construimos una nueva Colombia en paz y que caminos por los caminos de la reconciliación”, aseguró.
En diálogo con El Espectador, Sandra Ramírez reiteró que el cambio de nombre era algo “necesario y urgente” por la realidad que vive el país y por la historia de sangre que cobijaba al partido, que en la actualidad lo afecta. “Vivimos en un ambiente confuso en el que asesinan, amenazan, desplazan y desaparecen. La gente nos confunde con los disidentes. Esto lo ha aprovechado la derecha para meternos a todos en un solo costal y no quieren diferenciar a los del partido y a las disidencias que se hicieron llamar Farc. Esto genera confusión en la gente. Y esto estaba generando que nos dispararan de todos los lados: el Ejército, los paramilitares, las disidencias, el ELN”, declaró.
Con esta decisión, los excombatientes esperan que los colombianos los diferencien de quienes abandonaron su compromiso con la paz y retomaron las armas para continuar con la insurgencia. Luego de la discusión al interior del partido, el siguiente paso es registrar el nuevo nombre ante el Consejo Nacional Electoral (CNE). “Debemos darlo a conocer amplia y profundamente. Que la gente sepa que hicimos un cambio de nombre pero seguimos siendo la continuación de los firmantes de la paz. El cambio de nombre es necesario y urgente dada la realidad”, finalizó la senadora.