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Frente a cientos de personas en Barranquilla, Gustavo Petro se midió el aceite electoral en el Caribe colombiano. En un evento multitudinario en la Plaza de la Paz, que puede albergar unas 15 mil personas, el senador de la Colombia Humana dio por primera vez un discurso presencial, en el marco de la carrera electoral por la Presidencia de 2022. El evento fue organizado por Benedetti, quien lidera el pacto Histórico en el Caribe. La plaza se mantuvo llena y el precandidato del Pacto Histórico le habló a la gente en una tarima que tenía la forma de la primera letra de su nombre y de forma improvisada, pues no organizó discurso previo.
Aunque no es oficial, en términos prácticos esta aparición se puede leer como el lanzamiento de su campaña presidencial. Lo hace, además, en una región en la que ha subido varios puntos en las últimas encuestas realizadas de la Revista Semana. En este escenario, y en frente de la Catedral Metropolitana, Petro utilizó su primera tarima pública para conquistar el voto de los barranquilleros echando pullas a otros precandidatos y hablándoles en clave religiosa.
En un principio, Petro hizo varias referencias a la necesidad de construir la paz para dejar de lado la pobreza. Esto, expresó, será posible mediante un cambio total en quienes ostentan el poder, tanto en la Presidencia como en el Congreso, es decir, en las elecciones de 2022. Por esa propuesta de cambio es que afirmó que muchos le temen al Pacto Histórico que él lidera y que por el momento cuenta con cuatro precandidatos.
“Proponemos tomar otro rumbo. El Pacto Histórico propone cambiar la historia de Colombia y por eso nos temen. Es un cambio que perjudica a una minoría y beneficia a una inmensa mayoría para construir los derechos de la gente. Esto es para cambiar la historia de Colombia”, dijo. Sin embargo, no escatimó en incluir matices de miedo en sus palabras. “Mucho cuidado, porque si votan por Petro para la Presidencia, pero votan por el que da el cemento y la teja al Congreso, entonces están eligiendo a quienes van a matar al presidente”, aseveró ante cientos de personas.
También, le echó pullas a varios precandidatos, pero sin nombrarlos. “Yo no vengo a ponerme bluyines para aparentar que soy alternativo”, refiriéndose a Sergio Fajardo. Por otro lado, le hizo críticas del sistema de Salud, momento en el que se leyó, entre líneas, un ataque a Alejandro Gaviria, exrector de la Universidad de los Andes y quien recientemente se lanzó a las elecciones de 2022 como candidato presidencial.
“El derecho a la salud comienza por disminuir al máximo la enfermedad que se pueda evitar y que los que ya casi seremos viejitos podamos tener pensión”, señaló. De igual forma, expresó que quienes fueron “empleados” del expresidente Álvaro Uribe y fueron “grandes constructores de sus políticas se presentan ahora como si fueran la alternativa”. Dijo que esa postura buscaba “impedir el cambio en Colombia”.
Reiteró en varias oportunidades que la derecha hizo un pacto con el diablo: “Quienes han hecho un pacto con el diablo son quienes nos gobiernan, ¿o cómo no puede ser un pacto diabólico robarle el dinero de la alimentación de los niños? ¿Cómo no puede ser un pacto diabólico quitarle el dinero a la niñez campesina? ¿Cómo no puede ser un pacto con lo diabólico ordenarle a la Fuerza Pública ordenar que le disparen a los jóvenes?”
Así mismo, expresó que durante su alcaldía y a lo largo de su carrera política no ha tenido que cargar con muertos. “Los del pacto con satanás tienen 6.402 jóvenes asesinados por la Fuerza Pública”, agregó, refiriéndose a Uribe. Luego, manifestó que “en mi alcaldía no utilicé el Esmad para matar jovencitos”, una pulla que está dirigida a la alcaldesa Claudia López y tiene relación con las recientes protestas.
De igual forma, en su discurso no quedó exento la casa política de los Char, también sin nombrarlos. “No se podría confundir el buen gobierno con aquel que prefiere construirle un edificio lujoso para las castas más poderosas del caribe colombiano en el norte de Barranquilla, mientras más de la mitad de la población no tiene pan”.
En rechazo a todas esas figuras políticas exclamó que, de ganar, en su gobierno espera que tengan una voz los que no la han tenido por siglos en este país. “No podemos cambiar el país sin cambiar el Congreso y la Presidencia. [No lo podemos hacer sin mandar a su casa a quienes han manejado a este país por dos siglos, esto para poner en la Casa de Nariño a quienes nunca han gobernado: jóvenes, negros, indígenas, a las mujeres populares, al pueblo trabajador”.
Finalmente, habló sobre sus experiencias con figuras religiosas: “San Francisco de Asís, Camilo Torres y Jesús: ellos enseñaron el mensaje cristiano de que la opción preferencial son los pobres. No como los falsos pastores que terminan vendidos por los dineros de los poderosos por los que sí han hecho un pacto con Satanás para robar lo público y llevarse las oportunidades de la juventud. solo estamos proponiendo un sistema político económico y social capaz de garantizar los derechos fundamentales a la gente porque esa es la base verdadera de la paz”.