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Luego de que la administración de Donald Trump reintegró a Cuba en la lista de Estados patrocinadores del terrorismo, este miércoles se conoció una carta de senadores y representantes colombianos de oposición en la que no solo le piden al presidente Iván Duque reconocer “la valiosa contribución” que ha hecho la isla para poner fin al conflicto armado interno, sino retomar los diálogos de paz con el Ejército de Liberación Nacional (ELN).
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Los congresistas –de partidos como el Polo Democrático, la Alianza Verde, FARC o Lista de la Decencia–, destacan que el proceso de paz con la guerrilla, que se desarrolló en Ecuador y luego en Cuba, permitió avanzar en algunos acuerdos de carácter humanitario, así como el desarrollo del primer punto de la agenda, relacionado con la participación de la sociedad en la construcción de paz.
De retomarse los diálogos, argumentan los parlamentarios, “Colombia avanzaría en el logro de la paz total y, al mismo tiempo, lanzaría un claro mensaje a la comunidad internacional sobre el significado de la valiosa contribución que ha hecho Cuba para poner fin al conflicto armado interno”.
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En la misiva, los legisladores destacan que, en las últimas cuatro décadas, la isla ha contribuido “en forma significativa” a los procesos de paz de Colombia y ha gestado acciones humanitarias de todo tipo, sumado al cumplimiento de tareas de facilitación y garante en el diálogo, concreción de acuerdos y su implementación.
“Ha prestado generosamente su territorio para que sea sede de mesas de diálogos que se han prolongado por años. Su participación ha sido definitiva para lograr la paz entre el Estado y el M-19, así como con las FARC-EP. También para avanzar en diversas etapas en el proceso de paz con el ELN”, resaltan los congresistas.
Según los firmantes, en momentos de crisis y de peligro de rompimiento de esos procesos, Cuba ha jugado un papel esencial para subsanar los problemas: “Sus acciones han sido consecuentes y fiables, lo que ha permitido que gobiernos colombianos de distintas filiaciones políticas reconozcan su labor como Estado promotor de paz y, en consecuencia, hayan mantenido las mejores relaciones diplomáticas”.
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En esa línea, rechazando que Estados Unidos haya reintegrado a la isla en la lista de Estados patrocinadores del terrorismo, los parlamentarios lamentan que uno de los argumentos esgrimidos por la administración Trump sea la permanencia de miembros de la delegación de paz del ELN en su territorio.
“Cabe recordar que esa presencia fue solicitada por el Estado colombiano que se ha negado a reconocer compromisos adquiridos en el Protocolo en Caso de Ruptura de la Negociación entre el Gobierno Nacional y el ELN”, precisan los firmantes.
A días de que Trump abandone la Casa Blanca, el secretario de Estado, Mike Pompeo, dio a conocer la decisión de reintegrar a Cuba en la lista, de la que había sido retirada en 2015 por el Gobierno de Barack Obama (2009-2017), durante el “deshielo” de la relación bilateral. La decisión puede potencialmente complicar las posibilidades de que el mandatario entrante, Joe Biden, reanude rápidamente los acercamientos con La Habana.
“Con esta acción, una vez más haremos responsable al Gobierno de Cuba y enviaremos un mensaje claro: el régimen de los Castro debe poner fin a su apoyo al terrorismo internacional y a la subversión de la justicia estadounidense”, indicó Pompeo en un comunicado.
El jefe de la diplomacia estadounidense justificó el retorno de la isla a la lista “por brindar apoyo repetidamente a actos de terrorismo internacional al otorgar refugio seguro a terroristas”.
Y defendió que “la Administración de Trump se ha centrado desde el principio en negar al régimen de los Castro los recursos que utiliza para oprimir a su pueblo en casa, y contrarrestar su interferencia maligna en Venezuela y en el resto del hemisferio occidental”.
Pompeo acusó al Gobierno cubano de haber “alimentado, alojado y brindado atención médica a asesinos, fabricantes de bombas y secuestradores, mientras muchos cubanos pasan hambre, no tienen hogar y no tienen medicinas básicas”.
En específico, aludió a la negativa de La Habana a extraditar a diez líderes de la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN), que viajaron a la isla para mantener negociaciones con el Gobierno colombiano y han sido requeridos después de que el grupo se atribuyera la responsabilidad en un atentado contra una escuela de la Policía en Bogotá, que causó 22 muertos y más de 87 heridos.