Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
En una apuesta por habilitar de nuevo la presencialidad para sesionar y avanzar en medidas que permitan hacerles frente a eventuales contagios del coronavirus, este jueves la mesa directiva del Senado anunció que se estudia un nuevo protocolo de bioseguridad que restringiría el ingreso de personas no vacunadas contra el COVID-19.
La medida no solo incluiría a los propios congresistas, sino a funcionarios, personal de seguridad, administrativos, funcionarios y visitantes, quienes no podrían ingresar al Capitolio hasta tanto reciban la vacuna.
De acuerdo con el presidente del Senado, Juan Diego Gómez (Partido Conservador), de cara a que las sesiones sean presenciales, el protocolo establecería una alternancia para que el 50 % de senadores y funcionarios participen una semana, buscando que la siguiente semana ingrese el otro 50 %.
Incluso, Gómez manifestó que comenzará a habilitarse el ingreso de periodistas. En todo caso, se mantendrían las medidas de bioseguridad y los protocolos que han operado hasta ahora.
“El Congreso de la República, específicamente el Senado, se encargó, para poder asistir de manera presencial el 20 de julio, de que los funcionarios, congresistas, personal de seguridad y de todos los niveles asistenciales fueran priorizados y se ordenara su vacunación para controlar cualquier brote. Lamentablemente nos toca regular, porque la vacunación permite que el aforo en los salones y edificios se pueda ampliar”, explicó el congresista.
Gómez insistió en que se requerirá “disciplina y un gran esfuerzo”, buscando no cometer errores en el pasado que desataron brotes de coronavirus en el Congreso y que “lamentablemente acabaron con la vida de dos funcionarios y otro tanto en cuidados intensivos con graves afectaciones en su salud”.