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Fue el 29 de mayo de 2014, en plena campaña electoral, cuando los camioneros del país anunciaron su respaldo a la reelección del presidente Juan Manuel Santos. “Nosotros estamos en la búsqueda de la paz. Hoy felicito al presidente por su logro hacia la paz. Sé que la vamos a conseguir y como camioneros le estamos brindando el respaldo porque sabemos que otros gobiernos atrás, con ocho años, prácticamente firmaron la ruina camionera. Hoy le estamos brindando nuestro respaldo a nuestro presidente Santos”, afirmó en ese momento el vocero de la Asociación Colombiana de Camioneros (ACC), José Ignacio Montealegre. (Lea: Santos anuncia fuertes sanciones a camioneros que participen en bloqueos)
“Ellos saben muy bien que este gobierno ha sido receptivo al diálogo y receptivo a solucionar los problemas. Aquí estamos para trabajar por los colombianos, por ustedes (…) Es un respaldo que valoro enormemente, no solamente por el numero sino por la calidad y por lo que representan y significan los transportadores de Colombia”, les respondió a su vez el primer mandatario, en un acto especial que se llevó a cabo en el Hotel Opera de Bogotá.
El respaldo de la ACC significaba en ese entonces el apoyo de unos 170 mil afiliados en todo el país. “Si hay un gremio que se beneficia de la paz y que ha sido víctima de la guerra, ha sido el gremio transportador. Todo lo que ha sucedido en las carreteras, todo lo que ha sucedido en materia de violencia contra los transportadores, el país lo conoce. Ellos lo sufren, y por eso ven con mucho entusiasmo la posibilidad de lograr finalmente la paz en este país”, agregó Santos.
Hubo promesas de trabajar unidos por el bien del sector y de revisar algunas de las políticas que lo afectan. Ya no estamos en campaña electoral, los directivos del gremio son otros y los camioneros adelantan desde hace 38 días un para que involucra a cerca de 260 mil vehículos por lo que consideran ha sido el incumplimiento del gobierno a acuerdos anteriores. Por ejemplo, en la movilización de 2013 se logró pactar la congelación de los precios de los combustibles hasta el mes de diciembre, mientras se evalúa una nueva fórmula para los costos.
Otro de los puntos importantes fue la regulación de la tarifa de los fletes, que a partir de este momento spuestamente sería dinámica, estaría sujeta a la variación de los precios operativos y sería regulada por el gobierno. Entonces, la ministra de Transporte, Cecilia Álvarez, anunció que se buscarían fórmulas para costos más competitivos en el sector y que se congelarían por tres meses el precio de los combustibles para los trasportadores.
Ahora el mismo gobierno dice que el paro es un capricho de los transportadores y anuncia medidas drásticas, entre ellas, inmovilizar e incautar los vehículos que se usen para bloquear las vías, cancelar la licencia de conductores, además de los permisos de operación a propietarios y empresas que participen en los bloqueos. También se habla de hechos de corrupción y se hacen acusaciones con nombre propio. (Lea: En el interior de la mafia de la chatarrización)
Las distancias se hacen cada vez más grandes. Los afectados siguen siendo los ciudadanos. Y en el terreno político muchos buscan sacar provecho. El uribismo, al que los camioneros cuestionaron hace dos años y responsabilizaron de la “ruina camionera”, apoya el paro. En un video, el mismo expresidente Álvaro Uribe expresó que “pretender ganarles este paro, llevándolos al hambre, es hacerle un daño a la democracia y en el mediano plazo a la economía” y en su cuenta de Twitter escribió: “Camioneros son laboriosos, integran una estructura democrática, necesitan soluciones no que los derroten por hambre”. Cosas de Colombia.