Oposición y oficialismo se acusaron de sabotear elección de magistrado de la Corte

Faltando poco más de 15 minutos para las 2:00 p.m., el senador Miguel Ángel Pinto tomó la palabra. Dijo que después de contar tres veces, los números no daban. Aunque 102 senadores habían votado en la elección del nuevo magistrado de la Corte Constitucional, aparecieron 103 papeletas. La mesa directiva, que preside el conservador Efraín Cepeda, suspendió la elección y levantó la sesión.

Faltando poco más de 15 minutos para las 2:00 p.m., el senador Miguel Ángel Pinto tomó la palabra. Dijo que después de contar tres veces, los números no daban. Aunque 102 senadores habían votado en la elección del nuevo magistrado de la Corte Constitucional, aparecieron 103 papeletas. La mesa directiva, que preside el conservador Efraín Cepeda, suspendió la elección y levantó la sesión.

Sin embargo, fue una decisión que se dio en medio de gritos, reproches e, incluso, acusaciones de fraude de uno y otro bando. Tanto oficialistas como opositores acusan a los otros de sabotear el proceso.

Parecía que sería un trámite sin mayores contratiempos. La plenaria del Senado estaba citada a las diez de la mañana para elegir al nuevo magistrado de la Corte Constitucional entre Claudia Dangond, Miguel Efraín Polo y Jaime Humberto Tobar. Los tres, considerados de centro derecha, habían sido ternados por el Consejo de Estado. Entre ellos se elegirá al reemplazo de Antonio José Lizarazo en la Corte Constitucional.

De entrada, se sabía que serían 102 votos, porque tres senadores no estaban presentes: Alfredo Deluque (La U), José David Name (La U) y Richard Fuelantala (AICO). Sin embargo, cuando Miguel Ángel Pinto dio los resultados, la suma no daba.

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Claudia Dangond obtuvo 50 votos y Miguel Efraín Polo otros 50, lo que suponía, de entrada, un empate y, por tanto, la necesidad de una nueva votación. Había dos papeletas en blanco y, sorpresivamente, una sin marcar. Es decir, se depositaron 103 votos. Según se dijo, la papeleta sin dueño estaba pegada a otra.

Desde antes de la plenaria, la votación ya se anunciaba reñida. Aunque ninguno es del corazón del petrismo, el Gobierno se decantó por Polo, quien fue magistrado auxiliar de Vladimir Fernández. Este último se desempeñó como secretario jurídico de Petro hasta su elección como magistrado en la Corte. Por ello, en los últimos días, el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, estuvo hablando con uno y otro senador para conseguir apoyos.

Sin embargo, no fue una tarea sencilla. Para la noche del domingo, los partidos Cambio Radical, Centro Democrático y Conservador cantaron su respaldo a Dangond. El Pacto Histórico, por su parte, ya estaba montado en la campaña por Polo. Y Alianza Verde, Liberal y La U dejaron a sus senadores en libertad por la imposibilidad de llegar a un acuerdo.

Pese a esa división, nada auguraba que se presentaría una situación que no se había visto, al menos en el siglo XXI, en el Congreso.

Ya desde temprano, el ambiente se había empezado a enrarecer luego de que en dos ocasiones se cambiara la hora de inicio de la plenaria. De las diez de la mañana pasó a las once y luego a las 11:30 a.m. Uno de los argumentos para ese cambio fue que varios de los senadores estaban en la audiencia pública de la jurisdicción agraria citada de manera conjunta por las comisiones primera de Senado y Cámara de Representantes y que se realizaba en el Salón Elíptico del Capitolio.

Sobre el mediodía se dio inicio a la sesión, con los senadores de Cambio Radical pidiendo que se aplazara la elección. Pese a esos llamados, el encuentro continuó con los tres candidatos a magistrado presentando sus propuestas para llegar al alto tribunal encargado de dirimir los conflictos de carácter constitucional.

Se trata de uno de los contrapesos claves al Ejecutivo, como se ha visto en el actual Gobierno cuando le ha tumbado varias iniciativas como la declaratoria del estado de emergencia en La Guajira, varios artículos del Plan Nacional de Desarrollo y, más recientemente, la contratación directa con juntas de acción comunal y organizaciones sociales. También la Corte Constitucional fue la que tumbó la creación del Ministerio de Igualdad de Francia Márquez.

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Luego de las presentaciones de Dangond, Polo y Tobar comenzó la votación de los senadores. Se trata de un proceso que, por ley, se debe hacer de manera manual y que supone que cada uno de los senadores en la plenaria lleguen hasta la mesa directiva donde la comisión escrutadora -compuesta por senadores de todos los partidos con representación en la corporación- los recibe. No es un mecanismo desconocido para los congresistas. Hace apenas dos meses eligieron así, y sin contratiempos, a Gregorio Eljach como procurador.

Pero al contar los votos, aparecieron los 50 de Dangond, los 50 de Polo, dos en blanco y uno sin marcar, sumando 103 votos entre 102 senadores.

Una senadora le contó a El Espectador que le parecía extraño, toda vez que ella tuvo que solicitar un nuevo papel, puesto que el primero “lo había dañado”. Sin embargo, para recibirlo tuvo que destruir el otro y entregar los restos a los funcionarios encargados de repartirlos.

En cascada, los senadores empezaron a pedir la palabra con un mensaje en común: que era “inadmisible” que algo así ocurriera “por primera vez” en el Senado y que era una “vergüenza”, como lo dijo Antonio José Correa (La U y cercano al Gobierno). Aunque no es la primera vez que pasa en el país -solo este fin de semana en Soledad (Atlántico) se reportó que durante la elección del presidente del Concejo hubo 19 votos entre 18 concejales- sí generó indignación que ocurriera en el Legislativo.

Entonces, el senador JP Hernández (Alianza Verde) pidió a su equipo legislativo que solicitara las grabaciones de las cámaras para conocer “quién se atreve en una elección de un magistrado de la Corte Constitucioinal a cometer un intento de fraude”.

Sin embargo, la discusión devino en cuál era el curso a seguir, si levantar la sesión y reprogramar la elección o repetir inmediatamente la votación, eso sí, con una nueva comisión escrutadora. Mientras que la bancada de Cambio Radical pedía que se hiciera lo primero, congresistas del oficialismo, como María José Pizarro (Pacto Histórico) y Ariel Ávila (Alianza Verde), pedían que se repitiera de inmediato.

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Después de que la mesa directiva consultara con “distintos juristas”, Efraín Cepeda se decantó por dar por terminado el encuentro.

“Cuando aparece ese voto de más, mandado quién sabe por quién, dice que se repite la votación. Y levantó la sesión porque no tenían los votos”, contó un congresista a El Espectador que respaldó a Polo y señaló al presidente del Senado.

Cepeda, no obstante, defendió su decisión asegurando que “eso generó un caos generalizado en la plenaria y realmente se había enrarecido, dañado el ambiente. Personalmente, recibí insultos en la mesa directiva cuando no había ambiente y se levantaba la sesión”.

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Cuando eso pasó, y en medio de los gritos e incluso con representantes como Katherine Miranda (Alianza Verde) y Alejandro Toro (Pacto Histórico) en la plenaria, Claudia Dangond se acercó a sus contrincantes, se despidió y salió cabizbaja del recinto. A diferencia de un importante grupo de congresistas, ella había asimilado que, al menos este martes, no sería elegida como magistrada de la Corte Constitucional.

Cepeda, sin embargo, aceptó que se apelara la decisión de suspender la elección. La apelación la votaron 47 senadores: 44 por el sí y 3 por el no. Como no hubo quórum necesario, el presidente del Senado se mantuvo en lo que había resuelto. Esa votación, la segunda frustrada en un día, dio por terminada la jornada.

Este martes a las 10:30 a.m. se retomará la elección del nuevo magistrado de la Corte Constitucional. Se espera que, para entonces, no haya un empate y, mucho menos, una papeleta de más. Sin embargo, quedará en entredicho la efectividad del mecanismo del Congreso para realizar votaciones.

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