“Debemos pensar en el bien general y no el de las tabacaleras”: representante Giraldo
Carolina Giraldo es una de las impulsoras de una propuesta que le pondría un mayor impuesto al tabaco y se gravaría una vez por todas los vapeadores y cigarrillos electrónicos.
La reforma tributaria incluyó un apartado para lo que se denominó impuestos saludables. Estos buscan implantar un gravamen extra a las bebidas azucaradas, alimentos ultraprocesados y otros artículos que puedan llegar a ser perjudiciales para la salud, sobre todo frente al sobrepeso. A pesar de la clara intención de enfocarse en la salud pública de estos impuestos, llamó la atención que no incluyeran en estos cobros a los cigarrillos electrónicos y vapeadores y no se aumentaran los impuestos ya existentes al tabaco convencional.
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La reforma tributaria incluyó un apartado para lo que se denominó impuestos saludables. Estos buscan implantar un gravamen extra a las bebidas azucaradas, alimentos ultraprocesados y otros artículos que puedan llegar a ser perjudiciales para la salud, sobre todo frente al sobrepeso. A pesar de la clara intención de enfocarse en la salud pública de estos impuestos, llamó la atención que no incluyeran en estos cobros a los cigarrillos electrónicos y vapeadores y no se aumentaran los impuestos ya existentes al tabaco convencional.
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Por eso, desde la Fundación Anáas, Red Papaz y el instituto Nacional de Cancerología se ha venido trabajando en una propuesta para que en la reforma tributaria se incluyan estos gravámenes en el apartado de los impuestos saludables. Esta iniciativa también ha sido impulsada por la representante Carolina Giraldo, de la Alianza Verde y quien radicó una proposición para que la propuesta sea realidad. En diálogo con El Espectador, Giraldo habló de la necesidad de incluir este tipo de impuestos y de las razones por las que hasta ahora ha sido un imposible.
¿Cómo entender que el gobierno no haya incluido en su propuesta de impuestos saludables mayores grávamenes al cigarrillo e impuestos a vapeadores y cigarrillos electrónicos?
Es curioso, por no decir otra cosa. Hablan de impuestos saludables y no tocan el impuesto al tabaco. Todavía tenemos una oportunidad para cambiar eso. Los impuestos en Colombia son bajos en comparación a los países del continente, por lo que debemos ponernos a la par de esos estándares internacionales. De esa manera aumentamos el recaudo y disminuimos el consumo, que es lo más importante. Se ha demostrado que si se suben los tributos al tabaco, disminuye el consumo.
¿El Ejecutivo ha expresado alguna opinión frente a incluir este impuesto en la reforma tributaria?
Nosotros hemos visto un ambiente favorable en el Congreso. Mañana tengo una reunión con el viceministro de salud pública. Frente a la parte técnica estamos teniendo buena receptividad, pero todavía falta que nuestra proposición sea una realidad en la ponencia de la reforma.
¿Se tiene un cálculo de cuánto más se recaudaría con estos impuestos?
Casi un billón de pesos adicionales a los buscados inicialmente por el gobierno.
Normalmente este impuesto se destinaría para fortalecer el sistema de salud, pero, ¿cómo garantizar que así sea cuando hay un déficit que tiene al gobierno echando mano de cualquier fuente de recursos?
En este momento hacia allí va el impuesto al tabaco. En este momento se destina a la salud y el deporte. A menos de que se cambie algo en la ley, estos impuestos obligatoriamente van para los sectores que mencioné anteriormente.
Una de las excusas para evitar ponerle impuestos a vapeadores y cigarrillos electrónicos es que su daño sería mucho menor que el del tabaco convencional, ¿no sería entonces contraproducente este tipo de impuestos?
Tenemos unas cifras en el país que son muy preocupantes frente al consumo de vapeadores. Lo que se ha podido demostrar es que el consumo de estos comienzan desde temprana edad. Los adolescentes, desde los 11 años, comienzan a usarlos porque creen que son solo esencias y que no tiene ningún daño para la salud. Pero resulta que sí tienen afectación para la salud y por eso es importante que se aumenten los tributos. Para un adolescente, si el precio es más alto, pues no puede consumirlo.
Más allá de los impuestos propuestos, ¿no sería más importante una reglamentación mayor frente a este tema?
También es necesaria y por eso hay un proyecto de ley que regula los vapeadores, sin incluir la parte tributaria. Por eso buscamos que la parte de impuestos sea incluida en la reforma tributaria. La otra regulación está destinada a la edad, los lugares donde se pueden consumir, el tipo de publicidad y demás. Tenemos que recordar que hay lugares en el mundo que incluso han prohibido los vapeadores. Nosotros no decimos que se prohíban pero sí pedimos que se regule con tributos y de otras maneras.
¿Ha habido un cabildeo fuerte para evitar que se impongan tributos a los vapeadores?
El cabildeo de la industria tabacalera es la principal razón para que los impuestos a los cigarrillos no aumenten en Colombia. Por eso es que en países como Ecuador y Perú las cajetillas cuestan lo que equivale a $19.000 COP mientras que aquí cuesta la mitad. La diferencia es que los tributos son muy bajitos por la influencia de las tabacaleras. Pero esto puede cambiar porque estamos en un momento político distinto y donde hay más conciencia social, ambiental y de salud pública. Este será un impuesto que beneficiará a la salud pública del país y esto debe estar por encima de todo.
¿Alguna otra razón para que los impuestos a los cigarrillos electrónicos y vapeadores no se hayan aplicado?
La verdad creo que lo principal es el cabildeo y un poco de desinformación, porque no se tiene información del contexto internacional y las normas. Incluso podríamos buscar fórmulas en las que quedemos por debajo del estándar internacional pero aún así aumente el recaudo de estos impuestos. Ahí viene la excusa de que “aumentará el contrabando”, pero entonces ese sería el argumento para no ponerle el impuesto a nada. Aquí lo que estamos buscando es que se salven vidas y ahorrarle al sistema de salud $6 billones anuales, que es lo que nos cuesta todas las enfermedades por el consumo de tabaco en el país. Entonces lo que proponemos es tener un impuesto que permita cubrir aún más este monto y al mismo tiempo desincentivar el consumo, lo que sería un ahorro aún mayor. Debemos es pensar en el bienestar general y no el de la industria tabacalera, que tiene sus intereses económicos que difieren de la salud pública.
¿Un Congreso alternativo es garantía para que este proyecto salga adelante?
Yo creo que sí. Estamos viendo un Congreso distinto donde vemos temas que antes no habían pasado, como Escazú. En estos temas ambientales y de salud pública tendremos un ambiente diferente.
Algunos aseguran que son suficientes los impuestos actuales a la industria tabacalera...
No es suficiente los impuestos. Para eso solo toca ver la región. Si uno ve los estándares de la OMS, vemos que no lo estamos cumpliendo. Por eso nuestra propuesta es ponernos a la par.