Del Caguán de Pastrana al Yarí de Petro: diálogos con disidencias de “Iván Mordisco”
Acabar con el conflicto ha sido una apuesta constante y quienes han fallado en ese intento, distan del optimismo de quienes hoy lo intentan. Camilo Gómez Alzate, comisionado de paz del gobierno Pastrana; e Iván Cepeda, presidente de la Comisión de Paz del Senado, ofrecen sus perspectivas.
El Estado Mayor Central, la disidente estructura de la extinta guerrilla de las FARC, reafirmó este domingo 16 de abril su voluntad de paz y de diálogo con el gobierno de Gustavo Petro. En las sabanas del Yarí, Meta, ante unas seis mil personas y organizaciones campesinas, dieron a conocer la hoja de ruta que proponen de cara a las negociaciones en el marco de la política gubernamental de “paz total”.
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El Estado Mayor Central, la disidente estructura de la extinta guerrilla de las FARC, reafirmó este domingo 16 de abril su voluntad de paz y de diálogo con el gobierno de Gustavo Petro. En las sabanas del Yarí, Meta, ante unas seis mil personas y organizaciones campesinas, dieron a conocer la hoja de ruta que proponen de cara a las negociaciones en el marco de la política gubernamental de “paz total”.
En el acto reapareció el dado por muerto en combate por el gobierno de Iván Duque en 2022: Néstor Gregorio Vera Hernández, conocido ante la opinión pública y por las autoridades como Iván Mordisco. Se dirigió a los asistentes para anunciar el inicio formal de los diálogos, tan solo después de haber llegado en una lujosa camioneta, vistiendo camuflado, enfusilado y escoltado: “Llegamos con la plena convicción y esperanza que desde este punto de partida se puede empezar a construir la hoja de ruta para erradicar las causas que dieron el origen al lanzamiento armado”, aseguró.
Para el senador Iván Cepeda (Pacto Histórico), el acto simbólico en el Yarí fue una buena noticia, pues “se trata del comienzo de un proceso de negociación. Es saludable que en Colombia prime el diálogo por encima de la confrontación armada”; sin embargo, para otros el evento les evocó la instalación de la mesa de diálogos entre las extintas FARC y el gobierno de Andrés Pastrana, en San Vicente del Caguán, cuando los combatientes llegaron en medio de una multitud, armados, uniformados y ante un amplio cubrimiento mediático.
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“¿Estamos ante un nuevo Caguán?, es la pregunta. Hay prácticamente una inacción de nuestra Fuerza Pública con la esperanza de que se avance en un proceso de negociación”, dijo el senador de oposición David Luna (Cambio Radical). Mientras tanto, la representante de Alianza Verde Katherine Miranda calificó la “resurrección” en medios de comunicación de Iván Mordisco como “un acto de soberbia y superpoder militar, más que de reconciliación”, afirmó.
Hay quienes temen que en la política de “paz total” de Petro haya una repetición de lo ocurrido en el Caguán, en donde no hubo una consecución de la paz con las FARC y en el que la zona de distensión envió un mensaje equivocado a la guerrilla y a la ciudadanía, al tiempo que hubo un fortalecimiento de los grupos armados organizados.
El Espectador habló con el comisionado para la Paz del gobierno de Andrés Pastrana, Camilo Gómez Alzate, quien asegura que el contexto de “paz total” de Petro es distinto a las negociaciones del Caguán: “Era un momento histórico muy diferente”, al mismo tiempo niega que ese proceso haya sido un fracaso. “En el Caguán no se alcanzó la paz con las FARC, pero sin ese diálogo no hubieran podido existir las negociaciones posteriores en La Habana; y sin el Plan Colombia, los avances militares y el fortalecimiento del Estado tampoco se hubiera dado en ese proceso”.
Las lecturas
“De una manera un poco alarmista, dicen que esta es la reedición de la zona de despeje del Caguán, pero son contextos diferentes. En 1998, hasta finales de 2001, hubo 42 mil kilómetros cuadrados del país, correspondiente a cinco municipios, de los cuales salió la Fuerza Pública, aquí no ha ocurrido nada de eso, las fuerzas militares no han despejado nada, lo que hubo fue una reunión del grupo armado a la que asistieron poblaciones campesinas”, señaló Cepeda.
Aunque el senador aseguró que no hay una zona de despeje, para Gómez Alzate el Gobierno estaría favoreciendo y fortaleciendo a los grupos armados, tal como a la estructura de Iván Mordisco: “El gobierno de Petro no ha destruido cultivos de coca y ha optado por la erradicación voluntaria. Está generando normas que favorecen a los criminales y narcotraficantes, y por omisión está incumpliendo con los tratados de lucha contra las drogas de las Naciones Unidas (ONU). Mientras no se cambie el tratado, es obligatorio combatir el narcotráfico”. Por otro lado, Gómez pone en duda que con ese grupo se deba negociar, pues asegura que no tienen carácter político.
Esa hipótesis la contradice Cepeda, quien asegura que contra los grupos residuales el Ejército Nacional ha tenido “entre el 7 de agosto de 2022 y hasta la fecha 93 combates, ha producido la captura de 572 personas y ha provocado la muerte de 24. Eso no es equivalente a estar de brazos cruzados, aquí hay una acción”. Al tiempo, dice que espera que por parte del Estado Mayor Central “no haya espectáculos y despliegues que sirvan para protagonismo” y que, por el contrario, los resultados lleguen pronto y reservados.
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Ahora, Cepeda asegura que el acto del fin de semana no representa un absoluto, sino que las condiciones del proceso deberán ser estudiadas por la administración Petro: “El Gobierno no hizo presencia en la instalación del Estado Mayor Central; la reunión tuvo unos permisos otorgados por el alto comisionado para la Paz, Danilo Rueda, pero nadie ha tomado decisiones sobre sus anuncios y peticiones, por ejemplo, de que haya un acto en Noruega”.
La instalación de la mesa de diálogo entre el Estado Mayor Central y el gobierno de Gustavo Petro sería el próximo 16 de mayo, según lo confirma Cepeda. A partir de la instalación de la mesa vendría el nombramiento de los delegados del Gobierno, “todo indica que ese diálogo será acá en Colombia, no habrá zonas de despeje y tendrán que ser delimitados geográfica y temporalmente. No estará en discusión con ese grupo el proceso de paz de 2016 con las FARC”.
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El canciller Álvaro Leyva y las extintas FARC
El exfiscal Néstor Humberto Martínez habló de la cercanía entre el actual ministro de Relaciones Exteriores, Álvaro Leyva, con las FARC. Igualmente, se refirió a la existencia de una carta, que ya es de conocimiento público, en la que Manuel Marulanda ‘Tirofijo’ lo designaba como vocero en los diálogos de paz con Pastrana. Al respecto, el excomisionado Gómez dice que, en ese entonces, ese gobierno “no lo aceptó como vocero. Me reuní muchas veces con Leyva, pero no tenía claro qué era lo que se quería. Eso sí, tiene que explicarle al país si él representa los intereses de las FARC o de los colombianos”, asevera.
Según Gómez, la versión del Gobierno, defendida por Leyva, sobre el entrampamiento, que habría provocado la conformación de la disidencia de Iván Márquez, perjudica las relaciones internacionales. “Me parece que las apreciaciones de canciller en Naciones Unidas hablando de ese supuesto entrampamiento a Jesús Santrich son gravísimas. Él tiene que decir si aboga por las FARC”, afirma.
Mientras tanto, el senador Cepeda se mantiene en que “hubo una trampa contra la paz (...) Néstor Humberto Martínez descubrió que el agua moja. Álvaro Leyva lleva por más de 40 años facilitando procesos de diálogo y de paz con las FARC. Con ello, lo único que quiere es crear una cortina de humo con relación a la investigación de manera seria y rigurosa sobre ese entrampamiento, que ocurrió mientras fue él fue fiscal”.