Desconfianza de Petro para abrir su círculo íntimo lo tiene sin mano derecha
El escándalo de las chuzadas que dejó por fuera a Laura Sarabia tiene hoy al primer mandatario analizando la posibilidad de eliminar la figura de jefe de gabinete presidencial.
Laura C. Peralta Giraldo
La cautela que tiene el presidente Gustavo Petro al nombrar a sus funcionarios más cercanos y la desconfianza que siente de abrir su círculo cercano, luego del escándalo que protagonizaron su exjefa de gabinete Laura Sarabia y el aún embajador en Venezuela, Armando Benedetti, han impedido que se dé el nombramiento de su nueva mano derecha. Fuentes de la Casa de Nariño indican que se está incluso pensando en eliminar el cargo que dejó Sarabia, para reemplazarse por uno con menos responsabilidades y poder de decisión.
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La cautela que tiene el presidente Gustavo Petro al nombrar a sus funcionarios más cercanos y la desconfianza que siente de abrir su círculo cercano, luego del escándalo que protagonizaron su exjefa de gabinete Laura Sarabia y el aún embajador en Venezuela, Armando Benedetti, han impedido que se dé el nombramiento de su nueva mano derecha. Fuentes de la Casa de Nariño indican que se está incluso pensando en eliminar el cargo que dejó Sarabia, para reemplazarse por uno con menos responsabilidades y poder de decisión.
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Más de un mes ha transcurrido desde la salida de Sarabia y el jefe de Estado continúa sin mano derecha: alguien de su entera confianza, con la capacidad y autoridad de tomar decisiones y que tenga total comunicación entre él y su gabinete. Como encargado temporal sigue Carlos Ramón González, director del Departamento Administrativo de la Presidencia de la República (Dapre), y aunque se venía hablando de nombres para relevar a Sarabia, ahora se dice que quizás esta silla no vuelva a ser ocupada, por lo menos no con las mismas condiciones, derechos y beneficios que tenía la exjefa, quien además de sus tareas de agenda mediaba en el restablecimiento de relaciones con Venezuela.
A pesar de que los nombres que han venido sonando: Carlos Ramón González; Augusto Rodríguez, director de la Unidad Nacional de Protección (UNP); Jorge Rojas, embajador en Bélgica, y Daniel Rojas, director de la Sociedad de Activos Especiales (SAE), son cercanos al mandatario y los dos primeros incluso militaron junto a Petro en la extinta guerrilla del M-19. Según fuentes de la Casa de Nariño, se está pensando en delegar a alguien que maneje un bajo perfil y que se limite únicamente a llevar la agenda presidencial.
“Parece que no habrá un reemplazo con el manejo político que tenía Laura, sino algo más con el perfil de secretario, es decir, que le organice la agenda y las reuniones al presidente y que tome algunas decisiones de campo sencillas”, dijo una de las fuentes.
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Fue el 2 de junio cuando Laura Sarabia presentó su renuncia como jefa de gabinete del primer mandatario, debido a su presunta responsabilidad en la interceptación del teléfono de dos de sus empleadas y el sometimiento a una de ellas a la prueba del polígrafo en un intento de verificar si estaban vinculadas en el robo de US$7.000. Más tarde se conocieron unos audios de una llamada que le realizó Benedetti, en la que le reclamaba sentirse ignorado por el actual Gobierno y mencionaba manejos irregulares en la financiación de la campaña presidencial de Petro, hecho por el cual están citados para la próxima semana a dar versión ante el Consejo Nacional Electoral (CNE).
De otro lado, algunos políticos advirtieron que Sarabia no se ha desvinculado del gobierno Petro, que se le ha visto asistiendo al palacio y que cumple todavía algunas de las funciones que le fueron asignadas cuando asumió como jefa de gabinete. “Las tareas las dividieron, las de carácter administrativo las cumple el director del Dapre y las otras Sarabia clandestinamente”, señaló un congresista.
Otras voces respondieron a estos señalamientos diciendo que se trata de simples suposiciones, y que si bien la exjefa sí ha estado en la Casa de Nariño tras anunciar su renuncia, solo sería para hacer entrega de los elementos de trabajo, firmar documentos como el paz y salvo, y dejar todo en orden, un procedimiento que dicen puede ser lento y dispendioso.
A su vez, indicaron que el rumor que tomó fuerza hace unos días, de un supuesto nombramiento de Sarabia en la diplomacia austriaca, no tiene pies ni cabeza, por ahora, pues aún debe ponerse al día ante los llamados de la justicia y se tienen que evaluar las repercusiones que podría traer esta decisión para la imagen del Gobierno. Pese a esto, no descartan la posibilidad de que acompañe más adelante a la recién nombrada como embajadora en Austria, Laura Gil.
La salida de Sarabia no solo afectó la relación entre el presidente Petro y sus ministros, sino también la relación con el Departamento de Comunicaciones, que será liderado por María Paula Fonseca, en reemplazo de Germán Gómez. El nuevo nombramiento, así como el definir qué pasará con el despacho que dejó Laura Sarabia, es importante en medio de los meses complejos que se avecinan, donde Petro no solo tendrá que recibir un Congreso más hostil el próximo 20 de julio, sino también unas elecciones regionales que podrían mostrarse como una antesala al próximo gobierno o incluso como un “referendo” al gobierno de turno.
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