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Desencuentros en La Habana

El Gobierno rechazó las propuestas de las Farc de reformar la Fuerza Pública, desmilitarizar los territorios de concentración de la guerrilla y otorgar una personería jurídica incondicional al movimiento político que surja del acuerdo final.

Redacción Política
02 de diciembre de 2015 - 03:06 a. m.
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En una inusual declaración, el general (r) Jorge Enrique Mora, miembro del equipo negociador del Gobierno en los diálogos de paz de La Habana (Cuba), les salió al paso a las propuestas hechas por la guerrilla en los últimos días respecto a la necesidad de adelantar reformas a las Fuerzas Armadas y a la creación de unos territorios de paz donde se concentrarían los excombatientes de las Farc tras la firma de un acuerdo final.

“No estamos en este proceso para dividir el país, ni para hacer entrega de territorios ingobernables. Nuestra Constitución no es para reemplazarla en la mesa. Al contrario, en ella se habla de una Colombia única e indivisible. Nunca hemos pensado en una Colombia fragmentada. No hace parte de nuestro imaginario, ¡jamás lo hemos pensado!”, sostuvo el general en tono enfático, luego de recordarle a la guerrilla que el balance del conflicto armado es favorable al Estado.

Las palabras de Mora fueron la respuesta a la serie de “ocho propuestas mínimas sobre el fin del conflicto” que en las últimas dos semanas la guerrilla ha desarrollado en ruedas de prensa antes de ingresar al Palacio de Convenciones. La fuerte reacción del Gobierno se debió particularmente al comunicado emitido el pasado 30 de noviembre, en el cual las Farc piden —entre otras cosas— el desmonte del Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad), “la desmilitarización de los territorios especiales de construcción de paz (Terrapaz)” y el otorgamiento de personería jurídica “incondicional e indefinida” para el movimiento político en que derive la guerrilla.

Mora Rangel, que desde el inicio del proceso de paz sólo ha tomado la palabra del equipo negociador en dos ocasiones, criticó con vehemencia las propuestas de la insurgencia. “Los famosos Terrapaz hacen parte únicamente del imaginario de las Farc. Queremos una Colombia con un futuro de fortaleza, de superación, de bienestar”, expresó, y enfatizó que “una cosa es la ilegalidad, la violencia, la amenaza, y otra muy distinta es el Estado, la sociedad, la legitimidad. Y son estos conceptos en los cuales nos movemos para recibir a las Farc desmovilizadas, desarmadas y reintegradas a la sociedad a la cual se comprometen respetar en su integralidad”.

De igual manera, aunque el oficial retirado reconoció que para el Gobierno la solución del conflicto armado colombiano pasa por la conversión de las Farc en un movimiento político, éste “estará sujeto única y exclusivamente al favor de los colombianos. ¡Jamás a conveniencias, intereses o imposiciones!”. Con lo cual se descarta la exigencia de una personería jurídica indefinida.

De ahí, Mora Rangel pasó al tema que más controversia suscita en la opinión pública cada vez que la guerrilla lo pone sobre la mesa: la reforma a las Fuerzas Militares y de Policía. Al respecto, el general (r) señaló: “La seguridad en su forma, modelo, visión y doctrina es un tema de la mayor actualidad que adquiere especial importancia en los tiempos presentes. Su aplicación, contextualización y definición es autonomía de los Estados, y específicamente de las sociedades que la reclaman y exigen. Por lo tanto, la reiterada argumentación de cambios en doctrinas que no fueron aceptadas, ni practicadas, por nuestras instituciones y que son más el producto de imaginarios superados hace muchos años, no hace ninguna contribución a las expectativas de paz”.

Y añadió: “Las Farc deben tener absolutamente claro que el proceso que estamos adelantando no incluye reconvenciones, ni redefiniciones a la misión y presupuestos, al tamaño de las Fuerzas, tampoco a su organización. Como equipo no lo vamos hacer, y las instrucciones que hemos recibido del señor presidente de la República han sido claras y precisas. Por lo tanto, los extensos y diarios comunicados de los últimos días, cargados de temas, propuestas y mensajes relacionados con las Fuerzas Militares de Colombia y Policía Nacional, simplemente reflejan aspiraciones de las Farc que no tienen futuro”.

El plenipotenciario del Ejecutivo reiteró que cualquier reforma a la Fuerza Pública o cualquier institución del Estado se hará luego de que se haya firmado un acuerdo de fin del conflicto, con las Farc desarmadas, y con la autonomía, tiempos, responsabilidad y obligaciones que el Estado determine. Con este palmotazo sobre la mesa, el equipo del Gobierno espera que el ciclo 43 de paz, que se ha extendido indefinidamente, decante las diferencias y dé como resultado un acuerdo definitivo en el aspecto de justicia.

Por Redacción Política

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