Economías ilegales, uno de los duros retos que tendrá la paz total
Mientras que la iniciativa gubernamental para acabar con el conflicto armado en Colombia avanza, el Catatumbo (Norte de Santander) pide ayuda para atender una problemática que será una piedra en el camino para que el fin de la violencia sea real.
Jhordan C. Rodríguez
Mientras que el gobierno de Gustavo Petro camina de prisa con su iniciativa de paz total, el Catatumbo (Norte de Santander), una de las regiones afectadas históricamente por el conflicto armado, sabe que será fundamental para que el anhelo de paz se materialice. Aun así, mientras que en Venezuela los negociadores del gobierno están sentados con los del Ejército de Liberación Nacional (Eln) para buscar una salida al conflicto entre guerrilla y Estado, los habitantes del Catatumbo sienten que se está ignorando la importancia de la zona y que el Gobierno, en su afán de hacer la paz, está ignorando algunos problemas palpables en esa parte del país. Aunque esperan un pronto encuentro con la administración nacional, la violencia que crece por el cambio en las economías ilegales no les da tregua.
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Mientras que el gobierno de Gustavo Petro camina de prisa con su iniciativa de paz total, el Catatumbo (Norte de Santander), una de las regiones afectadas históricamente por el conflicto armado, sabe que será fundamental para que el anhelo de paz se materialice. Aun así, mientras que en Venezuela los negociadores del gobierno están sentados con los del Ejército de Liberación Nacional (Eln) para buscar una salida al conflicto entre guerrilla y Estado, los habitantes del Catatumbo sienten que se está ignorando la importancia de la zona y que el Gobierno, en su afán de hacer la paz, está ignorando algunos problemas palpables en esa parte del país. Aunque esperan un pronto encuentro con la administración nacional, la violencia que crece por el cambio en las economías ilegales no les da tregua.
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El Catatumbo es la zona de Colombia donde más se cultiva la hoja de coca, uno de los principales insumos para producir el clorhidrato de cocaína (cocaína en polvo), y la presencia de varios actores armados ha hecho que esa parte del país viva principalmente de la economía ilegal ligada al narcotráfico. Los habitantes del Catatumbo aseguran que, desde hace un par de años aproximadamente, su economía ha ido cambiando porque la comercialización de la planta es más difícil, debido a que “ya casi nadie está comprando coca”. El atractivo del negocio ha ido bajando en la región, pero a su vez ha crecido la explotación de carbón, una actividad que, a simple vista, está dentro de lo legal, pero que de fondo está siendo el detonante de muchos otros problemas, incluida la violencia.
En diálogo con este diario, Diógenes Quintero, representante a la Cámara que ocupa una de las curules de paz surgidas del Acuerdo firmado entre el Gobierno y las extintas Farc en 2016, afirma que la coyuntura mundial por la guerra de Europa ha hecho que el carbón gane valor y despierte el interés por la explotación en el Catatumbo. “El alto precio a nivel internacional permitió que la tonelada de carbón, que podía estar en $60.000 ahora valga $700.000”, manifiesta Quintero, quien añade que “en el Catatumbo no hay grandes empresas carboneras como las hay de pronto en el Cesar o en La Guajira, por eso la extracción acá es de manera artesanal” y alrededor de la economía del carbón están los grupos armados.
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Los habitantes aseguran que la quema de varios camiones en el Catatumbo, la semana pasada, ocurrió porque los grupos armados de la región están cobrando impuestos para permitir la explotación y comercialización del mineral. “En eso están el Eln, las disidencias y otros grupos”, cuentan líderes sociales de la región, como Ismael López, quien hace parte de la Asociación de Juntas de Acción Comunal del Catatumbo (Asojuntas). López explica además que hay varios intereses que están detrás del cambio de las economías ilegales, pues “están involucradas empresas multinacionales que compran lo extraído, también los terratenientes que compran fincas y empiezan a explotar por su cuenta, y los grupos armados que quieren sacar tajada con el cobro de extorsiones”.
Los daños ambientales son otro de los problemas principales que trae consigo la explotación del carbón, ya que “contamina el agua, destruye la soberanía alimentaria, contamina el aire y las cuencas y una destrucción total de la vida del suelo, entonces va a generar una doble contaminación, porque extrae la tierra y también contamina”, manifiesta López. Por su parte, el representante Quintero, quien estuvo en la región la semana pasada, dice que “acá hay una oportunidad para que se legitime totalmente el Gobierno en el territorio, buscándole una solución a lo del carbón y aprovechando la caída de la economía de la coca”.
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Para los líderes sociales y habitantes del Catatumbo, el Gobierno debe acelerar su trabajo en la región, para que no se siga fortaleciendo la explotación de carbón como moneda de cambio y generadora de conflicto. Se espera que el 16 de diciembre miembros del Gobierno asistan a un encuentro con cocaleros y representantes de la zona, para hacer una hoja de ruta que les permita plantear y encontrar soluciones a estos problemas en medio de lo que ha sido hasta ahora la paz total. El encuentro será decisivo para los habitantes del Catatumbo, ya que, según dicen ellos, “se va a ver si realmente hay voluntad política y económica para empezar a trabajar por la región en medio de tantos anuncios”.
Mientras el encuentro se da, los habitantes de la región cocalera piden a la administración nacional que haga presencia real en la zona y vea los problemas que señalan. Desde el territorio está puesta toda la buena intención para que la paz total se materialice, pero guardan sus reservas frente a soluciones de fondo a problemas que son su diario vivir. “Se pueden firmar los acuerdos que quieran, pero mientras existan economías ilegales de las que se lucren grupos armados, el conflicto armado prevalecerá en el Catatumbo y en Colombia”, manifiestan los líderes sociales de la región.