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Eduardo Pulgar contra su pasado

La historia del senador del Partido de la U está asociada a señalamientos de corrupción, relaciones oscuras y otros escándalos. El último de ellos: los audios (revelados por Daniel Coronell) en los que se le escucha intentar convencer a un juez para favorecer a uno de sus aliados políticos.

Alfredo Molano Jimeno
19 de julio de 2020 - 02:00 a. m.
Eduardo Pulgar se desempeñó como primer vicepresidente del Senado en la legislatura 2018-2019.
Eduardo Pulgar se desempeñó como primer vicepresidente del Senado en la legislatura 2018-2019.
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Eduardo Enrique Pulgar Daza es un político barranquillero que ha pasado de agache ante la opinión pública, pero no ante sus compañeros en el Senado. Se ha hecho célebre en la plenaria por saludar con una frase característica: “¿Qué hay pa’ mí, qué hay pa’ mí?”. Siempre se le oye decir en tono jocoso al tiempo que estira el puño. El mismo con el que perseguía hace unos días al secretario de Salud del municipio de Soledad, Luis Fábregas, en la entrada del edificio en el que ambos viven en la capital del Atlántico. Se rumora, porque todo lo que rodea a Pulgar es de oídas y en voz baja, que el desencuentro se produjo porque el funcionario se negó a entregarle unos contratos de la emergencia por el COVID-19, exigidos por el senador.

Desde que empezó la pandemia del nuevo coronavirus en Colombia, Pulgar ha brillado no propiamente por su elocuencia en las sesiones virtuales, sino por tres episodios bochornosos. El primero, a mediados de abril, cuando quedó registrado en un video divirtiéndose en una gallera junto al alcalde de Santo Tomás (Atlántico). El segundo, del cual también hay un registro fílmico, cuando se le vio persiguiendo a puños y patadas al secretario Fábregas. Y el tercero, también con grabación a bordo, esta vez de audio, donde aparece en una conversación ofreciendo un supuesto soborno a un juez de la República. El hecho, revelado por el periodista Daniel Coronell, en el portal losdanieles.com, es una de las deudas de Pulgar con el pasado, pero no la única.

No es la primera vez que el congresista del Partido de la U aparece salpicado por presunta corrupción. En 2003, el Consejo Nacional Electoral (CNE) reveló una investigación por una gigante operación de trashumancia electoral. El magistrado Marco Emilio Hincapié identificó que el fraude se consumó a partir de la inscripción de ciudadanos en mesas de votación a las que no pertenecían. En las lides políticas, a este popular instrumento de compra de votos se le conoce como “zonificación”. En ese entonces, Pulgar era uno de los más poderosos concejales de Barranquilla, cuerpo colegiado del que fue miembro durante tres períodos. El día de los comicios, hubo un allanamiento a su oficina, donde se encontraron 112 cédulas y $2 millones en efectivo. Al final no pasó nada y en su defensa dijo que todo no fue más que un “show mediático”.

Tres años antes, Eduardo Pulgar y dos de sus compañeros en el Concejo (Alejandro Munárriz y Ernesto Gómez Guarín) se vieron involucrados en un escándalo por el presunto fraude por $5.200 millones a las arcas de Barranquilla, que implicó, en fallo de 2007 por parte de la Procuraduría, la destitución e inhabilidad para ocupar cargos públicos por diez años. La investigación constató que durante tres años se pagaron sueldos y prestaciones a personas que acreditaron su condición de trabajadores de la corporación con actas de posesión y de nombramiento falsas. En 2008, el Consejo Superior de la Judicatura falló una tutela suspendiendo dicha sanción y en 2014, el entonces jefe del Ministerio Público, Alejandro Ordóñez, la revocó, salvando así su vida política.

Eduardo Enrique Pulgar Daza es un abogado barranquillero que se afianzó políticamente de la mano de su exesposa, la exrepresentante uribista, en ese momento también desde la U, Karime Motta, quien resultó investigada en el desfalco por la Dirección Nacional de Estupefacientes. Sin embargo, la excongresista fue favorecida recientemente por un fallo de la Corte Suprema de Justicia que se inhibió de continuar con la investigación que adelantaba por tráfico de influencia y enriquecimiento ilícito. Motta y Pulgar formaron un hogar, pero luego se divorciaron y este contrajo un nuevo matrimonio.

El senador fue mencionado en una versión libre rendida por el excongresista condenado por parapolítica David Char, como su aliado político. En abril pasado estaba llamado a versión libre ante la Corte Suprema de Justicia, por la denuncia que en su contra presentaron varios congresistas de la oposición, debido a su actuación del 27 de noviembre de 2018 en el debate al fiscal Néstor Humberto Martínez por el caso de Odebrecht. En esa álgida sesión, que contó con múltiples intervenciones, Pulgar oficiaba como vicepresidente de la corporación, pero estaba al frente del debate. Entonces, sin argumentos, decidió levantar la plenaria sin que los citantes pudieran cerrarla y presentar sus conclusiones.

El trasegar político de Pulgar ha estado vinculado al municipio de Soledad, donde construyó un fortín electoral. En las elecciones de 2018 obtuvo casi 82.000 votos, de los cuales más de 4.000 se depositaron en ese municipio. “Aquí en Soledad todo el mundo sabe que él es quien mueve los hilos. Elige alcalde y los concejales, no se mueve una hoja en el distrito electoral sin su bendición. Es un secreto a voces que la pelea con el secretario de Salud se dio porque Pulgar le reclamó que se estaba haciendo el pendejo con unos contratos sobre los que el senador tiene interés y le advirtió que la Alcaldía es suya, pues fue él quien eligió a su cuñado contra los Char”, añade una fuente con arraigo en los entornos electorales de Soledad, que además se encarga de zonificar y comprar votos a varios de los políticos del departamento.

Y es que Pulgar es de los pocos políticos que se pueden jactar de haberles ganado una elección a los Char en su propia casa. En las pasadas elecciones regionales, se puso la banda de barón electoral y convirtió alcalde a Rodolfo Ucrós, su cuñado, quien aparecía de tercero y sin posibilidad en los sondeos de opinión. En asocio con el senador conservador Laureano Acuña, asumió la camiseta de esa campaña y los dos le hicieron la tercería al pulso que libraban la casa Char y el exalcalde Joao Herrera, que fue tan intenso, y en el que incluso se vio al propio Fuad Char haciendo propaganda en la calle como no lo hacía desde hace varias décadas. Una situación que habla del poder acumulado por Pulgar en los últimos años.

Compadre, bromista y con muchos rumores

Laureano Acuña y Pulgar, aunque de distintos partidos, comparten una relación política y algunos dicen que una fuerte amistad. “Entre ellos se dicen compadres”, dice un congresista conocedor de las intersecciones de la política atlanticense. En los pasillos del Congreso se habla de que fueron compañeros de parranda de la excongresista Aida Merlano, condenada por construir un sofisticado sistema de compra de votos en Soledad, en la cual uno de los primeros eslabones fue precisamente la “zonificación”. La amistad entre Merlano y Pulgar es conocida en el Capitolio y en el mismo municipio, y hasta fue confirmada por el propio senador, quien al ser indagado hace un tiempo manifestó: “Aida es mi hermana”.

La vida política de este abogado egresado de la Universidad Simón Bolívar, en donde su padre fue rector, está ligada a diversos episodios de difícil comprobación. “De Pulgar no tengo nada bueno qué decir. Es un hombre vulgar que la mayoría del tiempo se la pasa en jugarretas de pasillo, cual matoneador de colegio. En las sesiones se le oyen chistes sexistas, homofóbicos y clasistas. Yo intento tratarlo lo menos posible. De él he oído que hace muchos años estuvo metido en el robo de unos dineros de empleados del Concejo de Barranquilla y cuando el tema empezó a sonar, misteriosamente se incendió la oficina donde se encontraban los documentos”, narra uno de los senadores del curubito de Barranquilla.

“Con él tengo una relación de mamadera de gallo. No soy cercano, ni personal ni políticamente. Siempre he estado en la orilla opuesta. Pulgar es un cuentero, un tipo amable y buen compañero. Pero justo por pasársela en esa recocha le pasan cosas: recuerde que hace un tiempo se le quedó abierto el micrófono en el momento en el que dijo que el hermano de Duque es muy ‘mamón’. Está casado con la hermana del alcalde de Soledad. No es un hombre cercano a los Char, ha construido su propia fuerza política con influencia en Magdalena. Es pieza clave para el Gobierno: ayudó a llevar al Partido de la U a Palacio, fue muy útil en la vicepresidencia, que ejerció junto a Ernesto Macías en la primera legislatura, vota todo con el oficialismo y goza del cariño del expresidente Uribe, con quien comparte en la Comisión Séptima”, relata otro congresista.

“No sé muy bien cómo ha hecho para estar asociado a tantos escándalos y siempre pasar de agache. Creo que se debe a que empezó su vida profesional en la rama Judicial, donde incluso fue fiscal y logró construir un fuerte entramado en órganos de control, organismos disciplinarios, abogados y jueces. Tanto así que de él sé que estuvo metido en un escándalo de los remanentes judiciales en los juzgados del Atlántico. Se rumora que él se apropiaba de los recursos que allí quedaban. Sus amigos en el Congreso tampoco hablan muy bien de él: adelantó campaña junto a Aida Merlano para la Gobernación a favor de Alfredo Varela”, refirió otro legislador atlanticense.

Las opiniones van y vienen, y quienes hablan insisten en mantener su nombre en reserva. “Tengo que decir que yo me llevo muy bien con él, pero también sé que es un hombre que a varios les causa temor por su humor pesado. El 99,9 % del tiempo se la pasa mamando gallo y haciendo chistes. A mí me cae bien, me parece un buen tipo, pero no puedo negar que he visto que a varios les causa temor porque siempre llega con sus chistes pesados, porque jode con bromas como: ‘Marica, te tengo grabado haciendo un torcido, que la vieja tal que te estás comiendo (…)’. A los rolos se les nota la incomodidad, pero a mí me parece un buen tipo. Eso sí, lo persiguen toda clase de mitos oscuros”, expresó otro poderoso congresista del Atlántico.

Y agregó: “De él lo creo todo, nada me sorprende. Es un tipo muy peligroso. Si me citas y me matan, tú cargas en tu conciencia mi muerte”, me advierte otro parlamentario barranquillero. “Pulgar está metido en un episodio oscuro ocurrido en 2009 por cuenta del nombramiento del director de la Corporación Autónoma Regional del Atlántico. Eso fue una pelea política terrible, salieron acusaciones de sobornos, intrigas de toda clase y hasta se habla de la retención de alguien para que no pudiera votar la renuncia del director, que en ese momento estaba preso. Yo le tengo pánico. Ganó Soledad comprando votos, a plena luz del día, todo el mundo lo sabe y hasta videos hay del fraude, pero no sé cómo siempre sale ileso de todo”.

Pulgar también es conocido en su círculo por ser un hombre aficionado a las conquistas. “Su debilidad son las viejas”, añade otro senador, que se considera su amigo. En el gremio de las periodistas que cubren Congreso existen relatos de colegas que han sentido miradas insinuantes del parlamentario, así como es conocida su conexión con dos jóvenes contratistas del Legislativo, que suelen abordar a los senadores para invitarlos a eventos de la Secretaría General. En una ocasión, cuando Pulgar entraba a la sesión plenaria, se le vio besar a una mientras a la otra le cogía las nalgas. Aunque estos datos se suman a la larga lista de relatos difíciles de comprobar, luego de hablar con una decena de congresistas del Atlántico y fuentes de la entraña de la política de Barranquilla y Soledad, queda claro que de Eduardo Pulgar Daza se habla más mal que bien.

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MHGLOPEZ(85314)02 de diciembre de 2020 - 04:20 p. m.
Cero comentarios. Se ve que para nadie es sorpresa que sea oficialista y amigo de Uribe.
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