El ajedrez político detrás de la crisis ministerial del Gobierno de Gustavo Petro

La primera crisis ministerial del gobierno de Gustavo Petro madrugó a llegar. A los seis meses y medio de mandato, el primer Gobierno de izquierda en la historia de Colombia despidió a tres ministros en medio de un ambiente de dudas ante notables diferencias internas entre el primer mandatario y algunos de sus altos funcionarios. La reforma a la salud, uno de los proyectos gubernamentales más polémicos en lo que va de 2023, pareciera ser la manzana de la discordia que provocó las salidas de los titulares de las carteras de Deportes, Cultura y, sobre todo, Educación. Pero, aunque la iniciativa no es un detalle menor, está lejos de ser la única razón para el remezón.

La primera crisis ministerial del gobierno de Gustavo Petro madrugó a llegar. A los seis meses y medio de mandato, el primer Gobierno de izquierda en la historia de Colombia despidió a tres ministros en medio de un ambiente de dudas ante notables diferencias internas entre el primer mandatario y algunos de sus altos funcionarios. La reforma a la salud, uno de los proyectos gubernamentales más polémicos en lo que va de 2023, pareciera ser la manzana de la discordia que provocó las salidas de los titulares de las carteras de Deportes, Cultura y, sobre todo, Educación. Pero, aunque la iniciativa no es un detalle menor, está lejos de ser la única razón para el remezón.

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Gustavo Petro se ha mostrado firme en su decisión de materializar las reformas que prometió en la campaña que lo llevó a ganar la Presidencia, a pesar de cuestionamientos que han recaído sobre las mismas desde todos los sectores. Aunque es normal que cada iniciativa radical que presente el Gobierno desate polémica, la agenda reformista para 2023, encabezada por el proyecto que busca darle un giro al sistema de salud en Colombia, resulta particularmente difícil de lograr, por las discrepancias internas, los proyectos de reforma alternos y los roces con algunos de sus aliados.

Aun así, otros factores entran en juego para entender las razones que dejaron por fuera de sus ministerios a Alejandro Gaviria (Educación), María Isabel Urrutia (Deporte) y Patricia Ariza (Cultura). Estos son aspectos claves para entender el tablero de juego del Gobierno para mover sus fichas:

La salida de Alejandro Gaviria y su relación con la reforma a la salud

Alejandro Gaviria, ahora exministro de Educación, fue uno de los más duros críticos a la reforma que presentaron Gustavo Petro y la ministra de Salud, Carolina Corcho. También fue uno de los firmantes en un documento que se filtró en el cual él, José Antonio Ocampo (ministro de Hacienda) y Cecilia López (ministra de Agricultura) ponían de presente sus procuraciones sobre la iniciativa en materia fiscal, constitucional y de infraestructura.

A pesar de que Gaviria no era el único ministro crítico del Gobierno, aun siendo parte de él, sí era el que tenía más riesgo de salir por criticar el proyecto, porque desde su cartera parecía querer por momentos fungir también como ministro de Salud, como lo fue en el gobierno de Juan Manuel Santos. Para la docente e investigadora Sandra Borda, las críticas de Gaviria y de cualquier ministro son perfectamente legítimas, siempre y cuando se mantengan en privado y se discutan dentro del Gobierno, pero “que eso se haga público, digamos, es otro asunto”.

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Aunado a esto, dice la docente que resultaba evidente que Gaviria “al igual que Ocampo y que Cecilia López son ministros que no han estado del todo cómodos en el interior del Gobierno, porque pues no pertenecen al Pacto Histórico, no son del ala petrista, son más bien personas liberales que ideológicamente no están matriculadas en lo que está matriculado el Gobierno”. En esto concuerda Jorge Iván Cuervo, profesor e investigador de la Facultad de Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad Externado de Colombia, quien señala que “resulta curioso que Gaviria haya abandonado de alguna manera lo relacionado con Educación y darse la pela por Salud, que no era su cartera, pero era más o menos previsible su salida por su disenso.

Por otra parte, el proyecto de reforma tendrá que surtir su trámite en el Congreso, en donde parecía estar tambaleando el apoyo de los partidos tradicionales hasta la reunión que sostuvo Petro con los líderes del Partido Liberal, César Gaviria; del Conservador, Efraín Cepeda, y de la U, Dilian Francisca Toro. Tras el encuentro el presidente, quien se mostraba inamovible con su iniciativa para reformar la salud, anunció que recibiría propuestas de los partidos de gobierno para mejorar el proyecto y que así pudiera pasar consensuadamente por el Legislativo.

La reunión con los partidos tradicionales y la salida de las ministras de Deporte y Cultura

Resultó, cuando menos, curioso que tras el encuentro con los líderes de los grandes partidos políticos el primer mandatario anunciara la salida de tres de sus ministros. El relevo de Alejandro Gaviria por Aurora Vergara parece ser el que tiene razones evidentes, pues las discrepancias entre el ahora exministro y el presidente no eran un secreto. Sin embargo, las remociones de Patricia Ariza (Cultura) y María Isabel Urrutia (Deporte) podrían ser movidas políticas para buscar apoyos de los grandes partidos en el Congreso.

Para Juan Gabriel Gómez, profesor del Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional (Iepri), es necesario destacar que la tesis de entregar cargos no es descabellada, y menos en un año de elecciones regionales. “En todos los regímenes basados en la competencia electoral, los acuerdos entre los partidos relativos a la gestión del Gobierno incluyen una dimensión clientelista y los partidos están pensando siempre en las elecciones”, explica el docente.

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Además, Gómez sostiene que la forma en la que los partidos aumentan su capital político es “por la vía de puestos, contratos, gestión del Estado que puedan reclamar como suya”. Con esto así, asevera el experto, “no nos debe extrañar entonces que para llegar a un acuerdo sobre la reforma a la salud el presidente haya tomado decisiones que incluyan la remoción de algunos ministros”. Más allá de eso, dice el docente, la gran pregunta es “a qué clase de acuerdo ha llegado el gobierno del presidente Petro con el Partido de la U y con el Partido Liberal acerca de la reforma a la salud”. Para el profesor, entregar puestos a los aliados son “en este caso secundarias con respecto a la gran pregunta acerca de la reforma a la salud”.

Más allá de esta teoría que considera el analista, los mismos jefes de los partidos políticos han sostenido que el relevo de los ministros no tiene nada que ver con la reunión que sostuvieron con Gustavo Petro. Según han declarado Dilian Francisca Toro y Efraín Cepeda, en el encuentro con el primer mandatario no se le pidieron altos cargos para apoyarlo con sus reformas. A los ojos de la profesora Borda, cabe la posibilidad de que las remociones de Ariza y Urrutia no sean para dar cuotas políticas, pues asegura que en el interior de sus ministerios se “estaban produciendo muchos comentarios que reflejaban descontento, que reflejaban desorden, que reflejaban un nivel de gestión muy por debajo de lo esperado”.

Para la investigadora, que ellas hayan tenido que dejar sus cargos por posibles malos manejos “es en parte responsabilidad del Gobierno, porque en el momento en que tomó la decisión de nombrar ministros, nombró mucha gente que ni siquiera conocía y nombró gente que no tenía un recorrido particular en gestión pública”. De igual manera, Borda sostiene que los reemplazos de las dos ministras, Astrid Rodríguez para Deporte y Jorge Ignacio Zorro como encargado de Cultura, dejan ver que más que la influencia que hayan podido tener los partidos políticos, estaría la de la primera dama, Verónica Alcocer.

La posible influencia de la primera dama

Un cargo que preocupa, así sea por ahora provisional, es el de Jorge Ignacio Zorro, quien la misma Patricia Ariza aseguró en Blu Radio que es cercano a la familia presidencial, ya que el hombre de 77 años sería profesor de piano de una de las hijas de Gustavo Petro. Para el docente del Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional (Iepri), es necesario “destacar la interferencia de la esposa al presidente en decisiones relativas al funcionamiento del Gobierno. Se trata de una influencia deplorable desde todo punto de vista, porque es una persona que antepone un criterio de amiguista sobre un criterio político de gestión pública, y francamente es indignante saber que esa amistad de algunas personas con la esposa del presidente se convierte en un criterio de la toma de decisiones”.

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No sería la primera vez que un cercano a la primera dama llegara a altos cargos en el gobierno Petro, pues lo mismo sucedió con Concepción Baracaldo, quien fue designada como directora del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) y renunció el pasado 8 de febrero. Otro caso fue el de la española Eva Ferrer, mano derecha de Verónica Alcocer durante la campaña presidencial y que actualmente es consejera para la Reconciliación, y previo a eso trabajó como consejera para la Niñez.

Como el cargo es provisional, también suenan nombres para quedar con la titularidad del Ministerio de Cultura. Entre las posibles opciones resaltan, además de Zorro, la hija del expresidente César Gaviria, María Paz Gaviria, quien es actualmente la directora de la Feria Internacional de Arte de Bogotá (Artbo).

¿Qué es lo que dice el Gobierno sobre toda la crisis?

Fuentes cercanas a la Casa de Nariño hablaron con este diario sobre el remezón ministerial y aseguraron que sobre las salidas de los tres ministros, “el presidente tomó la decisión del fin de semana, ya venía con la decisión tomada”. Añadieron que el ambiente en Presidencia fue tenso tras el anuncio público: “Fue un día difícil, la primera crisis de gabinete”. Narran que “desde hace tiempo se venía con un ambiente incómodo. Había mucha oposición interna”.

Asimismo, estas fuentes aseguran que los tres ministros estaban avisados desde hace tiempo de la decisión. También señalan que los relevos fueron por visiones diferentes a las que tenía el primer mandatario. “Patricia Ariza es que tenía una visión diferente y ella no cumplía con en esa meta de cultura. No las veía vinculadas a Urrutia y Ariza. Tuvieron que ver mucho las denuncias contra Urrutia por desorden en la cartera”.