El debate por la nueva víctima del caso Uribe: la exesposa de Juan Monsalve
La jueza que resolverá la solicitud de preclusión de la Fiscalía en el caso contra Álvaro Uribe le reconoció provisionalmente la calidad de víctima a Deyanira Gómez, expareja del testigo principal del proceso: Juan Guillermo Monsalve. La decisión levantó ampolla, fue apelada e hizo que se suspendiera, de nuevo, la audiencia.
La exesposa de Juan Guillermo Monsalve, uno de los principales testigos contra Álvaro Uribe, podría ser parte procesal en el caso contra el exmandatario. Se trata de Deyanira Gómez, quien ha aparecido mencionada varias veces en el expediente y que, antes de que la Fiscalía pudiera pedir la preclusión del caso Uribe, el pasado 6 de abril, estuvo en la audiencia y pidió ser reconocida como víctima. El periodista Gonzalo Guillén hizo una solicitud en el mismo sentido. Sin embargo, el Juzgado 28 Penal de Conocimiento de Bogotá solo aceptó la condición provisional de víctima de Gómez, decisión apelada por Fiscalía, Procuraduría y la defensa de Uribe.
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“Si bien es cierto, Deyanira Gómez fue testigo en el proceso de la Corte Suprema de Justicia, no es por ello que se le confiere la calidad de víctima, sino por el nexo causal entre los hechos jurídicamente relevantes y los hostigamientos, seguimientos que la llevaron al exilio”, dijo la jueza Carmen Helena Ortiz. La decisión fue apoyada por las demás víctimas, como la defensa del senador Iván Cepeda, el exfiscal Eduardo Montealegre y el exvicefiscal Jorge Perdomo, pero, dadas las apelaciones de las demás partes, ahora la discusión pasará a la Sala Penal del Tribunal Superior de Bogotá. Mientras se define si Gómez y Guillén son víctimas, el caso de fondo quedó congelado.
Deyanira Gómez, médica de profesión, estaba casada con Monsalve cuando se dieron los hechos por los que está siendo investigado Álvaro Uribe: febrero y marzo de 2018. Ella declaró en la Corte Suprema ese año que su pareja estaba recibiendo presiones para retractarse de los señalamientos de posibles vínculos del expresidente con la creación del Bloque Metro de los paramilitares. Fue Gómez, además, quien llevó al alto tribunal los chats y audios que intercambiaba Monsalve con Enrique Pardo, su compañero de celda, quien le pedía insistentemente una retractación; así como con Carlos López, alias Caliche, supuesto intermediario del congresista uribista Álvaro Hernán Prada.
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Deyanira Gómez se reunió después con Diego Cadena para entregarle una carta en la que Monsalve se echaría para atrás. En el encuentro, no entregó la carta, y en una llamada interceptada, Cadena le contó lo sucedido al expresidente, quien contestó que la médica podría ser un “problema”. Todos estos elementos, así como las amenazas recibidas después, la pérdida de su empleo sin justa causa y el exilio en el que vive ahora son los argumentos para pedir que fuera reconocida víctima. La jueza concluyó: “Se infiere que Deyanira Gómez ha sufrido daños a raíz de no entregar la retractación de Juan Guillermo Monsalve al abogado Diego Cadena”.
La Fiscalía le salió al paso a este reconocimiento, pues dijo que el expresidente está siendo investigado por los delitos de soborno y fraude procesal, y que “el soborno de testigos implica que la acción recae y debe recaer sobre el testigo”, según sostuvo el fiscal Gabriel Jaimes. O sea que la tesis de la Fiscalía es: como las presuntas presiones de la defensa de Uribe recayeron sobre Juan Guillermo Monsalve, él es el sujeto pasivo del presunto soborno. En otras palabras: la víctima en este caso sería el testigo Monsalve, no su exesposa. La Procuraduría no se sumó a esta lectura, pues dijo que Deyanira Gómez sí es víctima, solo que no en este proceso.
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En opinión del procurador Jorge Enrique Sanjuán, está documentado que Gómez sufrió persecuciones. Pero su condición de víctima debe reconocerse en un proceso que investigue esos hechos en concreto, pues, para la Procuraduría, no se demostró la relación entre esas afectaciones y los delitos por los que es investigado Álvaro Uribe. A su turno, el abogado Jaime Granados, defensor de Uribe, se sumó en cierta medida a esta lectura, pues dijo que la exesposa de Juan Monsalve no aparece mencionada en la indagatoria de nueve horas que rindió el expresidente en la Corte y, en esa medida, no aparece entre los hechos por los que es investigado el expresidente.
“¿En dónde aparece mención a Deyanira Gómez en esos hechos jurídicamente relevantes?”, preguntó Granados. Y replicó al segundo: “¡En ningún momento!”. El defensor del senador Iván Cepeda, Reinaldo Villalba, rebatió esta aseveración de Granados y citó tiempos de la grabación de la indagatoria en los que aparece mencionada Gómez. A su vez, hizo un recuento de todas las acciones de Gómez en el proceso, sus contactos con la Corte y las menciones a ella en las llamadas interceptadas a Uribe y Cadena. Todo esto demostraría, dijo el exvicefiscal Jorge Perdomo, que a Deyanira Gómez intentaron usarla como “instrumento” para los delitos investigados.
En una intervención que duró hora y media, el exfiscal Eduardo Montealegre dijo: por un lado, que quienes se opusieron al reconocimiento de Gómez como víctima —Fiscalía, Procuraduría y Granados— “coincidieron armónicamente” en un error, pues desconocieron normas vigentes y sentencias de la Corte Constitucional. Luego, en una disertación sobre teoría del derecho, que incluyó desde la lógica aristotélica hasta Umberto Eco y el estallido estudiantil de mayo de 1968, dijo que el daño sufrido por Gómez se dio con posterioridad a los presuntos delitos, pero que eso no le restó su calidad de víctima. Y, por último, se refirió a las normas del Estatuto de Roma aplicables al caso.
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La “instrumentalización” de la que habló Perdomo la retomó después el abogado de la médica, Miguel Ángel del Río, para pedir que le mantengan la condición de víctima. “Sin Deyanira, es posible que Diego Cadena hubiera obtenido una retractación y tendríamos a Juan Guillermo Monsalve denunciado por falso testimonio”, aseguró el abogado. “No se puede establecer que Uribe haya salido a hacer un daño contra la vida y la integridad de Deyanira Gómez”, dijo Del Río, sino que la mujer “es una perjudicada de estos delitos”. El Tribunal de Bogotá tendrá la última palabra y solo entonces la Fiscalía podrá exponer por qué cree que el caso contra Uribe se debe archivar.
La exesposa de Juan Guillermo Monsalve, uno de los principales testigos contra Álvaro Uribe, podría ser parte procesal en el caso contra el exmandatario. Se trata de Deyanira Gómez, quien ha aparecido mencionada varias veces en el expediente y que, antes de que la Fiscalía pudiera pedir la preclusión del caso Uribe, el pasado 6 de abril, estuvo en la audiencia y pidió ser reconocida como víctima. El periodista Gonzalo Guillén hizo una solicitud en el mismo sentido. Sin embargo, el Juzgado 28 Penal de Conocimiento de Bogotá solo aceptó la condición provisional de víctima de Gómez, decisión apelada por Fiscalía, Procuraduría y la defensa de Uribe.
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“Si bien es cierto, Deyanira Gómez fue testigo en el proceso de la Corte Suprema de Justicia, no es por ello que se le confiere la calidad de víctima, sino por el nexo causal entre los hechos jurídicamente relevantes y los hostigamientos, seguimientos que la llevaron al exilio”, dijo la jueza Carmen Helena Ortiz. La decisión fue apoyada por las demás víctimas, como la defensa del senador Iván Cepeda, el exfiscal Eduardo Montealegre y el exvicefiscal Jorge Perdomo, pero, dadas las apelaciones de las demás partes, ahora la discusión pasará a la Sala Penal del Tribunal Superior de Bogotá. Mientras se define si Gómez y Guillén son víctimas, el caso de fondo quedó congelado.
Deyanira Gómez, médica de profesión, estaba casada con Monsalve cuando se dieron los hechos por los que está siendo investigado Álvaro Uribe: febrero y marzo de 2018. Ella declaró en la Corte Suprema ese año que su pareja estaba recibiendo presiones para retractarse de los señalamientos de posibles vínculos del expresidente con la creación del Bloque Metro de los paramilitares. Fue Gómez, además, quien llevó al alto tribunal los chats y audios que intercambiaba Monsalve con Enrique Pardo, su compañero de celda, quien le pedía insistentemente una retractación; así como con Carlos López, alias Caliche, supuesto intermediario del congresista uribista Álvaro Hernán Prada.
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Deyanira Gómez se reunió después con Diego Cadena para entregarle una carta en la que Monsalve se echaría para atrás. En el encuentro, no entregó la carta, y en una llamada interceptada, Cadena le contó lo sucedido al expresidente, quien contestó que la médica podría ser un “problema”. Todos estos elementos, así como las amenazas recibidas después, la pérdida de su empleo sin justa causa y el exilio en el que vive ahora son los argumentos para pedir que fuera reconocida víctima. La jueza concluyó: “Se infiere que Deyanira Gómez ha sufrido daños a raíz de no entregar la retractación de Juan Guillermo Monsalve al abogado Diego Cadena”.
La Fiscalía le salió al paso a este reconocimiento, pues dijo que el expresidente está siendo investigado por los delitos de soborno y fraude procesal, y que “el soborno de testigos implica que la acción recae y debe recaer sobre el testigo”, según sostuvo el fiscal Gabriel Jaimes. O sea que la tesis de la Fiscalía es: como las presuntas presiones de la defensa de Uribe recayeron sobre Juan Guillermo Monsalve, él es el sujeto pasivo del presunto soborno. En otras palabras: la víctima en este caso sería el testigo Monsalve, no su exesposa. La Procuraduría no se sumó a esta lectura, pues dijo que Deyanira Gómez sí es víctima, solo que no en este proceso.
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En opinión del procurador Jorge Enrique Sanjuán, está documentado que Gómez sufrió persecuciones. Pero su condición de víctima debe reconocerse en un proceso que investigue esos hechos en concreto, pues, para la Procuraduría, no se demostró la relación entre esas afectaciones y los delitos por los que es investigado Álvaro Uribe. A su turno, el abogado Jaime Granados, defensor de Uribe, se sumó en cierta medida a esta lectura, pues dijo que la exesposa de Juan Monsalve no aparece mencionada en la indagatoria de nueve horas que rindió el expresidente en la Corte y, en esa medida, no aparece entre los hechos por los que es investigado el expresidente.
“¿En dónde aparece mención a Deyanira Gómez en esos hechos jurídicamente relevantes?”, preguntó Granados. Y replicó al segundo: “¡En ningún momento!”. El defensor del senador Iván Cepeda, Reinaldo Villalba, rebatió esta aseveración de Granados y citó tiempos de la grabación de la indagatoria en los que aparece mencionada Gómez. A su vez, hizo un recuento de todas las acciones de Gómez en el proceso, sus contactos con la Corte y las menciones a ella en las llamadas interceptadas a Uribe y Cadena. Todo esto demostraría, dijo el exvicefiscal Jorge Perdomo, que a Deyanira Gómez intentaron usarla como “instrumento” para los delitos investigados.
En una intervención que duró hora y media, el exfiscal Eduardo Montealegre dijo: por un lado, que quienes se opusieron al reconocimiento de Gómez como víctima —Fiscalía, Procuraduría y Granados— “coincidieron armónicamente” en un error, pues desconocieron normas vigentes y sentencias de la Corte Constitucional. Luego, en una disertación sobre teoría del derecho, que incluyó desde la lógica aristotélica hasta Umberto Eco y el estallido estudiantil de mayo de 1968, dijo que el daño sufrido por Gómez se dio con posterioridad a los presuntos delitos, pero que eso no le restó su calidad de víctima. Y, por último, se refirió a las normas del Estatuto de Roma aplicables al caso.
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La “instrumentalización” de la que habló Perdomo la retomó después el abogado de la médica, Miguel Ángel del Río, para pedir que le mantengan la condición de víctima. “Sin Deyanira, es posible que Diego Cadena hubiera obtenido una retractación y tendríamos a Juan Guillermo Monsalve denunciado por falso testimonio”, aseguró el abogado. “No se puede establecer que Uribe haya salido a hacer un daño contra la vida y la integridad de Deyanira Gómez”, dijo Del Río, sino que la mujer “es una perjudicada de estos delitos”. El Tribunal de Bogotá tendrá la última palabra y solo entonces la Fiscalía podrá exponer por qué cree que el caso contra Uribe se debe archivar.