El desbalance en paridad del Gobierno
Hoy más que nunca se habla de paridad; al principio, por la reforma política que se hundió y luego con el Código Electoral, al que le quedan los debates en las plenarias. Por eso, El Espectador revisó cómo va el cumplimiento del tema.
“Tendremos un gabinete paritario”, fue el mensaje que acompañó el entonces electo presidente Iván Duque cuando celebraba que junto a él llegaba la primera mujer a ocupar el cargo en la Vicepresidencia, Marta Lucía Ramírez. En su investidura como jefe de Estado, el 7 de agosto de 2018, lo acompañó el que sería el primer gabinete paritario en la historia democrática de Colombia: ocho ministras y ocho ministros. Y hay que detenerse en el verbo “tendremos”, en su conjugación en futuro y en su enunciación, que se entiende como una promesa que hoy está incumplida por los recientes cambios en algunos de los despachos.
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“Tendremos un gabinete paritario”, fue el mensaje que acompañó el entonces electo presidente Iván Duque cuando celebraba que junto a él llegaba la primera mujer a ocupar el cargo en la Vicepresidencia, Marta Lucía Ramírez. En su investidura como jefe de Estado, el 7 de agosto de 2018, lo acompañó el que sería el primer gabinete paritario en la historia democrática de Colombia: ocho ministras y ocho ministros. Y hay que detenerse en el verbo “tendremos”, en su conjugación en futuro y en su enunciación, que se entiende como una promesa que hoy está incumplida por los recientes cambios en algunos de los despachos.
La proporción ahora está 11/7 y el principio de paridad tampoco se cumple entre las altas consejerías, que se desprenden del despacho presidencial y que encabezan ocho hombres versus cinco mujeres. La paridad no fue un capricho de Duque, sino un compromiso por impulsar el liderazgo femenino y una sintonía con los más de cinco intentos legislativos por implementar ese principio en las listas presentadas para las elecciones de cuerpos colegiales.
Es más, actualmente se tramita una reforma al Código Electoral, al cual se le introdujo una proposición en primer debate, para exigir que, en las circunscripciones departamentales donde se eligen cinco o más curules en el Congreso, los partidos presenten listas 50-50.
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En medio de este ambiente, así como en la reforma política, que se hundió a principios de noviembre y también contemplaba el 50-50 no solo en las listas, sino también en la dirección de los partidos, nació la campaña Paridad Ya, con la que feministas han destacado que más presencia de mujeres en puestos de poder se traduce en mayor fuerza en la lucha contra la violencia de género, promoción de la salud sexual y reproductiva, empleo, autonomía económica, seguridad en espacios públicos, acceso a la educación y distribución de los cuidados, entre otros temas.
Por eso es importante seguirle la pista a la promesa, así como a los compromisos que el primer mandatario ha tenido con las mujeres. Solo basta ver qué pasó con el Plan Nacional de Desarrollo y el capítulo especial para las mujeres, que fue radicado sin presupuesto, de acuerdo con la Comisión para la Equidad de la Mujer del Congreso, que dio la pelea para ello.
Sin embargo, hay voces que, aunque destacan que los altos cargos en el Ejecutivo estén liderados en paridad entre hombres y mujeres, dicen que hay otras acciones más transformadoras que puede impulsar Duque. “Simbólicamente da cuenta de que se puede progresar en ocupar cargos políticos, pero un compromiso real implicaría la creación, por ejemplo, de un Ministerio de la Mujer, una atención especial en el cumplimiento de la legislación ya existente en temas como lo intrafamiliar y la economía del cuidado, y apuntar verdaderamente a las políticas públicas que permitan construir de manera global una sociedad más equitativa”, dijo Angélica Bernal, politóloga y autora de Las mujeres y el poder político: una investidura incompleta.
¿Cuáles han sido las recientes movidas que desajustaron la paridad en el gabinete ministerial?
La primera sucedió en mayo de 2019, cuando Gloria María Borrero renunció al Ministerio de Justicia y en su reemplazo llegó otra mujer, Margarita Cabello, para mantener el equilibrio.
Con la transformación de Coldeportes a Ministerio del Deporte, en septiembre de 2019, se añadió un nuevo asiento en el gabinete gubernamental y para dirigir esta cartera, el presidente Duque designó a Ernesto Lucena, quien pasó de director a ministro. Ahí la balanza estaba a favor de los hombres.
En noviembre del año pasado también hubo cambios. Guillermo Botero renunció al Ministerio de Defensa y Duque pasó a Carlos Holmes Trujillo de la Cancillería a dicho despacho. En su reemplazo, nombró a Claudia Blum. Y por primera vez fueron más mujeres que hombres sentadas junto al jefe de Estado (9 de 17).
No obstante, el mayor número de mujeres se logró a principios de enero de 2020, de forma temporal, con la creación del Ministerio de la Ciencia, Tecnología e Innovación, en el cual Duque encargó a Mabel Torres (10 de 18).
Días después, la balanza volvió a ser paritaria con la salida de Nancy Patricia Gutiérrez del Ministerio del Interior y la llegada en su reemplazo de Alicia Arango, que dejó en vacancia el Ministerio de Trabajo, adonde llegó Ángel Custodio Cabrera. Y, por último, la designación de Rodolfo Enrique Zea en el Ministerio de Agricultura, que dejó Andrés Valencia.
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Pese a la pandemia, también hubo circulación en el gabinete: en mayo, con la renuncia de Sylvia Constaín al Ministerio de las TIC, fue reemplazada por Karen Abudinen, y en junio, con la salida de María Fernanda Suárez a Minas, llegó Diego Mesa, siendo este cambio el que empezó a desequilibrar la promesa de paridad.
Luego, con el nombramiento de Margarita Cabello como nueva procuradora, Wilson Ruiz, quien también aspiraba a dicho cargo, ocupó la vacancia en el Ministerio de Justicia. Tras esta designación, la mesa ministerial quedó 7 versus 11. El último cambio se dio a finales de septiembre, cuando Carlos Correa llegó a relevar a Ricardo Lozano en la cartera de Medio Ambiente.
Para Dora Saldarriaga, concejala de Medellín del movimiento Estamos Listas, estos nombramientos, tanto a escala nacional como local, “son posiciones políticas en cuanto a la paridad” que manifiestan los mandatarios. Como ocurrió con los recién llegados Daniel Quintero, en Medellín, y Claudia López, en Bogotá, que nombraron unas secretarías 50-50. Lo que genera aplausos, como estas decisiones, también produce críticas constructivas, con relación al perfil de los despachos en los que se nombran mujeres y que terminan por perpetuar el rol femenino en cuanto a lo social y el cuidado. Es decir, por lo general las mujeres son las que ocupan las carteras de Cultura, Educación, Salud y Comunicación, como explica Olga Amparo Sánchez, directora de la Casa de la Mujer.
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En el caso del gabinete de Duque, aunque las mujeres ocuparon esos despachos, también se nombró a la primera ministra del Interior y se designaron a otras en puestos muy masculinizados, como Minas y Transporte. Al jefe de Estado le quedan menos de dos años para terminar su gobierno como lo empezó: con un gabinete paritario, al igual que el compromiso de seguir implementando el capítulo especial de mujeres, que trae consigo ocho compromisos, la implementación de la política de equidad de género y el plan para garantizarles a las mujeres una vida libre de violencias.