El discurso de Duque para la instalación del Congreso en clave electoral
El jefe de Estado instaló ayer el último período legislativo y, a un año de entregar su cargo, abogó por una contienda electoral sin “polarización agresiva y saturación de insultos”. Habló de vacunación, hizo compromisos y radicó reformas como la tributaria y a la Policía.
Asumiendo compromisos con miras a su último año de gobierno, enumerando aciertos cuando se acerca el ocaso de su administración, lanzando dardos relacionados con las protestas y hasta hablando de las elecciones presidenciales del próximo año, el presidente Iván Duque instaló ayer el último período legislativo del Congreso 2018-2022. En un discurso de alrededor 55 minutos, titulado “Colombia no se detiene”, el jefe de Estado dio cuenta también de los proyectos que tramitará este semestre en el Parlamento y se refirió a los coletazos económicos y sociales que implicó la llegada de la pandemia al país.
Precisamente, transversal a toda su intervención y a las iniciativas que anunció, está la emergencia sanitaria desatada por el COVID-19. Según Duque, que pidió un minuto de silencio por los más de 115.000 colombianos fallecidos, se trata de una “crisis ante la cual no había libretos ni soluciones mágicas”. Al insistir una vez más en la resiliencia -expresión que puso de moda durante la pandemia-, destacó que se lograron duplicar las camas de cuidados intensivos, los laboratorios que procesaban pruebas y se capacitó al personal de la salud. “La pandemia puso a nuestro Gobierno el gran reto de proteger las vidas de millones de personas, y proteger la capacidad del país para emerger de sus severas consecuencias económicas”.
Lea: “Digámosles no a los promotores del odio”: Duque sobre elecciones 2022.
En ese sentido, se refirió al proceso de vacunación, asegurando que el reto es darle desarrollo y anunciando que la meta es cerrar 2021 con 35 millones de vacunados, es decir, uno de cada 10 colombianos. “Recuerdo hoy, con cierta tristeza, algunas voces que auguraban que en Colombia no habría vacunas disponibles este año (…) puedo garantizarles que este año llegaremos a la meta de vacunar a 35 millones de colombianos”.
Esa no fue la única promesa del mandatario. Duque dijo tener “un compromiso personal” con el archipiélago de San Andrés, Providencia y Catalina, manifestando que se está “haciendo un esfuerzo colosal por su reconstrucción, de manera concertada con las comunidades” y anunciando que su Gobierno dejará las islas “totalmente reconstruidas”. También sostuvo que, a través de su política de Paz con Legalidad, en un año se superará la meta de 50.000 beneficiados de los procesos de titulación de tierras, así como tres millones de personas con agua potable. Además de comprometerse a reducir un 51 % las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030, se refirió a la creación del programa Matrícula Cero, la “mayor conquista social educativa”.
En materia de iniciativas legislativas, el presidente no pasó por alto su proyecto más ambicioso durante este período: la reforma tributaria, que llamó proyecto de inversión social. De acuerdo con Duque, se trata de “una apuesta por continuar con Ingreso Solidario, una renta básica de emergencia, hasta diciembre de 2022”.
El jefe de Estado defendió que con su iniciativa se van a crear nuevos empleos para los jóvenes, subsidiando el equivalente al 25 % de un salario mínimo por cada trabajo nuevo creado, para personas entre los 18 y 28 años. A ello se suma ampliar el subsidio mínimo de trabajadores formales hasta diciembre de 2021 y hacer del programa Matrícula Cero una política de Estado. “Todo esto en un marco de austeridad en el gasto público y, por supuesto, de lucha contra la corrupción y la evasión. Esta apuesta social llegará a un poco más de 11 millones de hogares y significa la verdadera revolución social”.
También habló de la reforma a la Policía y argumentó que se trata de un proyecto de transformación integral para crear una nueva identidad de la institución y mejorar su proximidad con los ciudadanos, aunado con el fortalecimiento de la prevención, protección y respeto por los derechos humanos, por lo que se creará una dirección enfocada en la materia. En paralelo, señaló que se radicarán dos proyectos: uno que modifica el Estatuto Disciplinario de la institución y otro para el nuevo estatuto de carrera para la profesionalización del servicio.
Más: “Su discurso refleja falta de visión y legado”: oposición arremete contra Duque.
Duque se declaró orgulloso de ser comandante en jefe de la Policía, asegurando que los uniformados son los defensores de la institucionalidad y la legalidad. No obstante, también mencionó que les exige, porque están capacitados para actuar dentro de la Constitución y la ley: “He dado claras instrucciones para que todos los miembros de la Fuerza Pública se comprometan con el respeto, las garantías y la protección de la protesta pacífica. Y también les he dado instrucciones precisas para actuar con contundencia, utilizando todas las herramientas de la Constitución, para defender a la ciudadanía de vándalos y terroristas”.
A propósito de la protesta, el jefe de Estado dijo que, aunque se protege y garantiza si es pacífica, no existe el derecho a interrumpir las oportunidades de vida de los demás. Incluso, le tiró dardos -sin hacer mención explícita- a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que en su informe tras visitar Colombia se refirió a los bloqueos viales como “cortes de ruta”. “No son cortes de ruta, son cortes de vida, no hacen valer ningún derecho, solo hacen valer la ambición de los agitadores que se quieren beneficiar del caos”.
Duque agradeció la colaboración armónica con el Congreso y además de pedirles a los legisladores que sigan acompañando al Ejecutivo, les recordó que -conforme a lo que se pide en las calles- están “convocados por la historia para ser los voceros de un país en plena transformación”.
El mandatario dedicó un espacio para las elecciones de 2022, y al hacer un símil con la vacunación contra el COVID-19, instó a “vacunarse” contra el pesimismo, el resentimiento, el odio y el desaliento. Según Duque, en su próximo discurso de instalación del Congreso, el 20 de julio de 2022, “la ciudadanía habrá tomado una decisión sobre el futuro”. Por ello, “con humildad”, invitó a Colombia “a escoger el camino del trabajo, el decir la verdad, aunque sea dura”, así como “rechazar el camino de la mentira, el de la calumnia frívola; digámosles no a los promotores del odio, evitemos el camino fácil para obtener placeres momentáneos, que dejan cicatrices eternas”.
Más: ¿Otra jugadita? Duque se fue y delegó a Mininterior para escuchar a la oposición.
El jefe de Estado indicó que, en el país que “renace al sobreponerse a la pandemia”, los colombianos no quieren que el debate político que se avecina para las elecciones del año entrante esté marcado “por la polarización agresiva y la saturación de insultos y ataques personales. Los colombianos quieren escuchar propuestas serias y realistas”.
Entre líneas, a medida que concluía su discurso, Duque hizo alusión a logros de su Gobierno, como el desarrollo de mecanismos para proteger más de 4 millones de empleos formales, ayudando a más de 194.000 empresas subsidiando el equivalente al 40 % del salario mínimo para todos sus trabajadores. También la creación de programas para llevar asistencia económica a más de 3 millones de personas, sumado a iniciativas como Ingreso Solidario, Familias en Acción, Jóvenes en Acción y otros enfocados en los adultos mayores, “que ayudaron a sobrellevar los efectos de la pandemia sobre los ingresos de las familias”.
Asumiendo compromisos con miras a su último año de gobierno, enumerando aciertos cuando se acerca el ocaso de su administración, lanzando dardos relacionados con las protestas y hasta hablando de las elecciones presidenciales del próximo año, el presidente Iván Duque instaló ayer el último período legislativo del Congreso 2018-2022. En un discurso de alrededor 55 minutos, titulado “Colombia no se detiene”, el jefe de Estado dio cuenta también de los proyectos que tramitará este semestre en el Parlamento y se refirió a los coletazos económicos y sociales que implicó la llegada de la pandemia al país.
Precisamente, transversal a toda su intervención y a las iniciativas que anunció, está la emergencia sanitaria desatada por el COVID-19. Según Duque, que pidió un minuto de silencio por los más de 115.000 colombianos fallecidos, se trata de una “crisis ante la cual no había libretos ni soluciones mágicas”. Al insistir una vez más en la resiliencia -expresión que puso de moda durante la pandemia-, destacó que se lograron duplicar las camas de cuidados intensivos, los laboratorios que procesaban pruebas y se capacitó al personal de la salud. “La pandemia puso a nuestro Gobierno el gran reto de proteger las vidas de millones de personas, y proteger la capacidad del país para emerger de sus severas consecuencias económicas”.
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En ese sentido, se refirió al proceso de vacunación, asegurando que el reto es darle desarrollo y anunciando que la meta es cerrar 2021 con 35 millones de vacunados, es decir, uno de cada 10 colombianos. “Recuerdo hoy, con cierta tristeza, algunas voces que auguraban que en Colombia no habría vacunas disponibles este año (…) puedo garantizarles que este año llegaremos a la meta de vacunar a 35 millones de colombianos”.
Esa no fue la única promesa del mandatario. Duque dijo tener “un compromiso personal” con el archipiélago de San Andrés, Providencia y Catalina, manifestando que se está “haciendo un esfuerzo colosal por su reconstrucción, de manera concertada con las comunidades” y anunciando que su Gobierno dejará las islas “totalmente reconstruidas”. También sostuvo que, a través de su política de Paz con Legalidad, en un año se superará la meta de 50.000 beneficiados de los procesos de titulación de tierras, así como tres millones de personas con agua potable. Además de comprometerse a reducir un 51 % las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030, se refirió a la creación del programa Matrícula Cero, la “mayor conquista social educativa”.
En materia de iniciativas legislativas, el presidente no pasó por alto su proyecto más ambicioso durante este período: la reforma tributaria, que llamó proyecto de inversión social. De acuerdo con Duque, se trata de “una apuesta por continuar con Ingreso Solidario, una renta básica de emergencia, hasta diciembre de 2022”.
El jefe de Estado defendió que con su iniciativa se van a crear nuevos empleos para los jóvenes, subsidiando el equivalente al 25 % de un salario mínimo por cada trabajo nuevo creado, para personas entre los 18 y 28 años. A ello se suma ampliar el subsidio mínimo de trabajadores formales hasta diciembre de 2021 y hacer del programa Matrícula Cero una política de Estado. “Todo esto en un marco de austeridad en el gasto público y, por supuesto, de lucha contra la corrupción y la evasión. Esta apuesta social llegará a un poco más de 11 millones de hogares y significa la verdadera revolución social”.
También habló de la reforma a la Policía y argumentó que se trata de un proyecto de transformación integral para crear una nueva identidad de la institución y mejorar su proximidad con los ciudadanos, aunado con el fortalecimiento de la prevención, protección y respeto por los derechos humanos, por lo que se creará una dirección enfocada en la materia. En paralelo, señaló que se radicarán dos proyectos: uno que modifica el Estatuto Disciplinario de la institución y otro para el nuevo estatuto de carrera para la profesionalización del servicio.
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Duque se declaró orgulloso de ser comandante en jefe de la Policía, asegurando que los uniformados son los defensores de la institucionalidad y la legalidad. No obstante, también mencionó que les exige, porque están capacitados para actuar dentro de la Constitución y la ley: “He dado claras instrucciones para que todos los miembros de la Fuerza Pública se comprometan con el respeto, las garantías y la protección de la protesta pacífica. Y también les he dado instrucciones precisas para actuar con contundencia, utilizando todas las herramientas de la Constitución, para defender a la ciudadanía de vándalos y terroristas”.
A propósito de la protesta, el jefe de Estado dijo que, aunque se protege y garantiza si es pacífica, no existe el derecho a interrumpir las oportunidades de vida de los demás. Incluso, le tiró dardos -sin hacer mención explícita- a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que en su informe tras visitar Colombia se refirió a los bloqueos viales como “cortes de ruta”. “No son cortes de ruta, son cortes de vida, no hacen valer ningún derecho, solo hacen valer la ambición de los agitadores que se quieren beneficiar del caos”.
Duque agradeció la colaboración armónica con el Congreso y además de pedirles a los legisladores que sigan acompañando al Ejecutivo, les recordó que -conforme a lo que se pide en las calles- están “convocados por la historia para ser los voceros de un país en plena transformación”.
El mandatario dedicó un espacio para las elecciones de 2022, y al hacer un símil con la vacunación contra el COVID-19, instó a “vacunarse” contra el pesimismo, el resentimiento, el odio y el desaliento. Según Duque, en su próximo discurso de instalación del Congreso, el 20 de julio de 2022, “la ciudadanía habrá tomado una decisión sobre el futuro”. Por ello, “con humildad”, invitó a Colombia “a escoger el camino del trabajo, el decir la verdad, aunque sea dura”, así como “rechazar el camino de la mentira, el de la calumnia frívola; digámosles no a los promotores del odio, evitemos el camino fácil para obtener placeres momentáneos, que dejan cicatrices eternas”.
Más: ¿Otra jugadita? Duque se fue y delegó a Mininterior para escuchar a la oposición.
El jefe de Estado indicó que, en el país que “renace al sobreponerse a la pandemia”, los colombianos no quieren que el debate político que se avecina para las elecciones del año entrante esté marcado “por la polarización agresiva y la saturación de insultos y ataques personales. Los colombianos quieren escuchar propuestas serias y realistas”.
Entre líneas, a medida que concluía su discurso, Duque hizo alusión a logros de su Gobierno, como el desarrollo de mecanismos para proteger más de 4 millones de empleos formales, ayudando a más de 194.000 empresas subsidiando el equivalente al 40 % del salario mínimo para todos sus trabajadores. También la creación de programas para llevar asistencia económica a más de 3 millones de personas, sumado a iniciativas como Ingreso Solidario, Familias en Acción, Jóvenes en Acción y otros enfocados en los adultos mayores, “que ayudaron a sobrellevar los efectos de la pandemia sobre los ingresos de las familias”.