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El drama de Angelino Garzón

En el proceso de recuperación de sus funciones motrices por el accidente cerebrovascular que sufrió en junio, el vicepresidente reveló que tiene cáncer de próstata. ¿Dará el paso al costado?

Redacción Política
22 de octubre de 2012 - 09:41 p. m.
Angelino Garzón en la rueda de prensa cuando dijo estar dispuesto a someterse a exámenes médicos pedidos por el Congreso. Después argumentó que no se los haría porque eso era como darle un golpe de Estado al presidente.
Angelino Garzón en la rueda de prensa cuando dijo estar dispuesto a someterse a exámenes médicos pedidos por el Congreso. Después argumentó que no se los haría porque eso era como darle un golpe de Estado al presidente.
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¿Cuestión de constitucionalidad, de sentido común o de intereses políticos? Es la encrucijada en que se encuentra hoy el vicepresidente Angelino Garzón por cuenta de sus problemas de salud, tras dar a conocerle al país en un comunicado que padece “un tumor microscópico canceroso no agresivo en la próstata” que le obliga a someterse a 39 sesiones de radioterapia, por lo menos cinco veces a la semana. Diagnóstico que se da en pleno proceso de recuperación del accidente cerebrovascular padecido en junio pasado, cuando se practicaba precisamente exámenes en dicha glándula que degeneraron en un cuadro infeccioso que obligó a una intervención quirúrgica de urgencia, siendo inducido a un coma en la unidad de cuidados intensivos de la clínica Reina Sofía en Bogotá.

Momentos difíciles en lo personal y lo familiar, como lo dice el mismo Garzón, pues a ello se suma la cirugía a la que fue sometida recientemente su esposa, Monserrat Muñoz, para extirparle un cáncer de riñón. “Ha sido una etapa muy dura que me ha tocado vivir y que no se la deseo a ninguna persona, ni a ninguno de mis contradictores políticos”, agregó en el comunicado de ayer, en el que dejó la puerta abierta a las interpretaciones al señalar que el próximo 29 de octubre cumplirá 66 años “y a esta altura de mi vida no me puedo aferrar al cargo de vicepresidente y menos enamorarme del mismo. En tal sentido, soy plenamente consciente de que debo dejar en manos de la Constitución y de la ley todo lo relacionado con el presente y futuro del vicepresidente de Colombia”.

¿Qué dice entonces la Constitución? No es clara al respecto. En su artículo 203 señala que “a la falta del vicepresidente cuando estuviera ejerciendo la Presidencia, ésta será asumida por un ministro en el orden que establezca la ley” y que “el Congreso, por derecho propio, dentro de los 30 días siguientes a la fecha en que se produzca la vacancia presidencial, elija al vicepresidente, quien tomará posesión de la Presidencia de la República”. Como lo dijo ayer Francisco Santos, quien ocupó el cargo durante ocho años en el gobierno Uribe, ni el reemplazo ni la incapacidad del vicepresidente están reglados.

Un limbo constitucional que divide criterios. Roy Barreras cree que debe ser el mismo Angelino Garzón, “sin afanes y con tranquilidad”, quien tome la mejor decisión que considere, “primero para su recuperación, para su salud, para su familia y para las instituciones”. Augusto Posada, presidente de la Cámara, lo invitó para que abra su historial médica y así los colombianos tengan una idea clara sobre su verdadero estado de salud. “Si se comprueba con dictámenes médicos su incapacidad mental y física para desempeñar el cargo, el Congreso tomará la decisión y nombrará un reemplazo, pero desde luego está en sus manos decidir el paso a tomar”, dijo.

De una u otra manera, posturas que plantean el retiro del vicepresidente del cargo y que son rechazadas por el Partido Liberal, que a través de su jefe único, representante Simón Gaviria, pidió no “hostigar” más a Garzón: “La Constitución no obliga a que se vaya de su puesto por el cáncer que padece”, expresó. A su vez, en un comunicado de la Clínica Reina Sofía, se reveló que Garzón padece un “adenocarcinoma de próstata que corresponde a una enfermedad localizada, de pequeño tamaño y de bajo riesgo de progresión”. El programa de radioterapia se llevará a cabo en el Hospital San Ignacio y tendrá estricto seguimiento periódico.

Los rumores crecían este lunes como espuma. Por los lados de la Presidencia y la familia de Garzón hay total hermetismo. Fuentes le dijeron a El Espectador que en el alto Gobierno se estaban haciendo consultas, que se esperaba una conversación entre el jefe de Estado, Juan Manuel Santos, y el vicepresidente para analizar la situación, que ya incluso hay quienes mencionan nombres para reemplazo teniendo en cuenta la prolongada incapacidad médica y que el mismo Angelino, convaleciente, desgastado por el tire y afloje y la “guerra” política, ha pensado en dar un paso al costado. Lo cierto es que sólo él tiene la decisión.

Por Redacción Política

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