El dilema estratégico de los alternativos para luchar por la Alcaldía de Medellín

El ambiente político de Medellín es inédito y paradójico. Como nunca antes, liderazgos de todos los espectros políticos coinciden en criticar la gestión del alcalde Daniel Quintero, quien se hizo elegir con unas banderas independientes, pero que hoy no es reconocido por estos sectores como una administración realmente alternativa. Por algunas de sus ejecuciones muy próximas a la política tradicional, el haber tenido que afrontar la pandemia o su controversial relación con el sector empresarial, entre otras cosas, su aprobación ha estado en números rojos y será muy difícil que alguna candidatura busque prolongar sus banderas.

El ambiente político de Medellín es inédito y paradójico. Como nunca antes, liderazgos de todos los espectros políticos coinciden en criticar la gestión del alcalde Daniel Quintero, quien se hizo elegir con unas banderas independientes, pero que hoy no es reconocido por estos sectores como una administración realmente alternativa. Por algunas de sus ejecuciones muy próximas a la política tradicional, el haber tenido que afrontar la pandemia o su controversial relación con el sector empresarial, entre otras cosas, su aprobación ha estado en números rojos y será muy difícil que alguna candidatura busque prolongar sus banderas.

Al mismo tiempo hay quienes consideran que la capital antioqueña nunca había tenido tanta división a la hora de definir el sonajero para ocupar el gobierno municipal. El único sector que parece tener certezas es el Centro Democrático, cuyos miembros están convencidos de que Quintero hizo tan mala administración que dará paso a que la derecha, y específicamente el uribismo, se quede con la alcaldía. No obstante, el único nombre que suena como apuesta del CD es el excandidato presidencial Federico Gutiérrez, quizás el único liderazgo que aglutina el sentimiento de la derecha.

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Y si hay otra certeza es la de un sector alternativo consciente de que, si no se asocia, la alcaldía de Medellín será de la derecha. Por eso desde ya iniciaron una verdadera cruzada para definir nombres y estrategias y poner sobre la mesa un nombre fuerte que represente las banderas alternativas y tenga la potencia para enfrentar una campaña que seguramente estará enfocada en las equivocaciones de Quintero en la administración municipal.

Algunas voces de este sector señalan como una obligación marginar a los partidos tradicionales de esta expedición, mientras que en el Pacto Histórico no piensan que sea descabellada la idea de consolidar un bloque similar al que existe en el Congreso. Una coalición diversa, compuesta por la política alternativa y tradicional, con la que el gobierno Petro ha logrado un apoyo abrumador para tramitar las reformas estructurales que prometió en campaña.

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Evidencia de esto es que algunos congresistas, concejales y posibles aspirantes a la gobernación municipal, no coinciden en la forma que debería estar constituida esa baraja de candidaturas alternativas en la que por ahora se escuchan los nombres de Lucía González, Daniel Duque, Juan David Valderrama, Luis Peláez, Luis Bernardo Vélez, Camilo Calle, León Mario Bedoya, entre otros.

Por un lado, el representante Daniel Carvalho (Verde Oxígeno) tiene claro que lo que deben hacer los sectores alternativos es “quitarle las banderas de independiente a Quintero”, en una tarea que requiere pragmatismo y solidaridad. “Hay que entender nuestras limitaciones, buscar convergencias y ponernos de acuerdo en apoyar al candidato que salga de esa consulta interpartidista”, sostiene el exconcejal de Medellín sobre la que bajo su óptica es la única opción de “poder derrotar a Quintero”.

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En esta misión, Carvalho espera remar del lado de partidos como Alianza Verde, Nuevo Liberalismo y Dignidad, pero no está seguro si puedan contar con el Pacto Histórico. Con el partido de gobierno, advierte, “hay una disyuntiva muy grande porque hay sectores que están en contra de Quintero, pero desde Bogotá hay quienes creen que hizo buena gestión y lo siguen defendiendo”.

Con buena parte de estos postulados se ajusta la propuesta de la senadora Berenice Bedoya, presidenta del Partido ASI, que hace parte del Pacto Histórico. Bedoya recuerda que ASI hizo parte de la Coalición Centro Esperanza en la que también estuvieron partidos como Dignidad y el Nuevo Liberalismo, con cuyos líderes ya se han sentado sin llegar a conclusiones sobre la alianza estratégica que pretenden y mucho menos sobre la participación del Pacto Histórico en esa coalición.

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“Hay desgaste”, expresa la senadora sobre la administración Quintero que a su juicio no les pudo cumplir a quienes lo eligieron bajo la esperanza de tener un gobierno independiente o alternativo en Medellín. “La pandemia ayudó a que no pudiera lograr las expectativas. Ojalá pudiéramos hacer una alianza alternativa y sería muy importante que allí ingresara la ficha de Quintero”, sugiere Bedoya.

Tan difuso es el panorama que se prevé para elegir al próximo alcalde de Medellín, que el concejal Daniel Duque (Alianza Verde), uno de los posibles aspirantes al cargo, pronostica que habrá un ala amplia de la política tradicional que hará fuerza por la candidatura que quiera dar continuidad a las políticas de Quintero, mientras el resto de sectores de centroizquierda se la juega por ese difícil acuerdo amplio para hacer una buena alcaldía “porque esta dejó el listón bastante bajo”, estima.

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Pero Duque, bastante crítico de la administración Quintero, sí quiere ver en esa coalición al Pacto Histórico, e incluso reconoce que ya hay “caminos abiertos” con congresistas de ese partido como Susana Boreal y Luz María Múnera “para que con los verdes logremos armar algo poderoso y alternativo, un proyecto liberal”.

Otra candidatura que ya ha empezado a tejer aproximaciones con el Pacto Histórico es la de Juan David Valderrama, quien no es ajeno a la contienda electoral de la capital antioqueña pues en 2019 fue precandidato a la alcaldía y ha hecho parte de las campañas de Federico Gutiérrez en 2015, Sergio Fajardo en 2011 y Alonso Salazar en 2007.

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Valderrama arrancará su candidatura recogiendo firmas y plantea consolidar un “movimiento cívico”, como el que ha forjado varias de las campañas más importantes que han triunfado en Medellín. Su vaticinio como avezado en la política electoral medellinense, para terminar de obtener una radiografía más que borrosa, es que “el Pacto Histórico va a ir contra Quintero porque saben que les resta más de lo que les suma”.

La carrera apenas empieza y para Valderrama es casi seguro que habrá movidas inesperadas incluso al interior de los partidos porque, al menos en los alternativos, indica que como es evidente hay muchas incertidumbres más allá de la única claridad de tejer una alianza que “no basta que sea contra Quintero, porque es muy fácil y se necesita una propuesta seria, sensata y muy bien diagnosticada”.

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El panorama es realmente “muy complicado”, como reconoce la representante Susana Boreal (Pacto Histórico), quien admite acercamientos con diferentes sectores políticos de Medellín y le da la razón a las dudas que tienen los alternativos sobre el papel del partido de gobierno en estas elecciones. Y es que como conclusión de esos encuentros, dice Boreal, desde el pacto esperan “seguir nutriendo ese frente amplio” que va mucho más allá de la izquierda y el progresismo, en el que tengan espacio los partidos tradicionales.

“He encontrado en la Cámara que, por ejemplo, los conservadores defienden muchas banderas que enarbolamos y creo que eso es lo que tenemos que hacer en Medellín. Si vamos a sacar una lista al Concejo tiene que ser una en la que participen todos los partidos de gobierno, no solo el Pacto sino verdes, Comunes, liberales, conservadores, la U…”, concluye Boreal, quien básicamente insinúa casi una utopía en la que todos los partidos a excepción de Centro Democrático hagan una especie de “primarias” para elegir sus candidaturas y luego se consolide esa consulta amplia que añoran todos los sectores alternativos.