El Espectador le explica lo que acordaron el Gobierno y el ELN
Se viene el cese al fuego bilateral que incluye un canal de comunicación entre la Fuerza Pública, esa guerrilla y la mesa de negociación.
Edwin Bohórquez Aya
Es miércoles, día de El Espectador le explica. La semana pasada, en un encuentro con emprendedoras, una joven mujer que lideraba un negocio que buscaba un espacio físico para vender ropa, preguntó: “¿Ustedes creen en las segundas oportunidades?”. Todos, al unísono, dijimos que sí. Y contó su historia: creó una marca de ropa hecha por excombatientes de las Farc, logró llegar a Colombiamoda y ahora está entrando en centros comerciales. Su persistencia ha funcionado. Se quedó con el primer lugar del concurso. También con el espacio en Unicentro, al norte de Bogotá, para vender las prendas hechas por reinsertados. Por eso este boletín está dedicado a la nueva oportunidad de paz que el Gobierno está buscando con el Ejército de Liberación Nacional, ELN, una guerrilla con más de 5.000 combatientes —entre milicias y armados— y al menos ocho frentes de guerra, que venía de reconocer el atentado con dos policías y una mujer muertos en Tibú. ¿Qué se acordó y por qué es necesaria una explicación? Con la ayuda de los contenidos escritos por los colegas de Colombia+20, de Política y de Judicial, escribimos este boletín para contestarlo. Comencemos.
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Es miércoles, día de El Espectador le explica. La semana pasada, en un encuentro con emprendedoras, una joven mujer que lideraba un negocio que buscaba un espacio físico para vender ropa, preguntó: “¿Ustedes creen en las segundas oportunidades?”. Todos, al unísono, dijimos que sí. Y contó su historia: creó una marca de ropa hecha por excombatientes de las Farc, logró llegar a Colombiamoda y ahora está entrando en centros comerciales. Su persistencia ha funcionado. Se quedó con el primer lugar del concurso. También con el espacio en Unicentro, al norte de Bogotá, para vender las prendas hechas por reinsertados. Por eso este boletín está dedicado a la nueva oportunidad de paz que el Gobierno está buscando con el Ejército de Liberación Nacional, ELN, una guerrilla con más de 5.000 combatientes —entre milicias y armados— y al menos ocho frentes de guerra, que venía de reconocer el atentado con dos policías y una mujer muertos en Tibú. ¿Qué se acordó y por qué es necesaria una explicación? Con la ayuda de los contenidos escritos por los colegas de Colombia+20, de Política y de Judicial, escribimos este boletín para contestarlo. Comencemos.
Vamos con un poco de contexto y hechos. ¿Quién es el ELN? En agosto de 2022, cuando ya se hablaba de unos primeros acercamientos entre el Gobierno y la guerrilla del ELN, escribimos el primer boletín de noticias sobre estos diálogos que eran parte de la paz total que busca la administración de Gustavo Petro. En ese texto, que aparece en este enlace, recordamos que “pensar en el Ejército de Liberación Nacional, ELN, entre quienes hemos pasado toda la vida en Colombia y escuchamos lo que nos contaban nuestros padres, es pensar en décadas de secuestros, asesinatos, desplazamiento forzado, violencia de género, violaciones de derechos humanos, minado, paros armados, crímenes de guerra, rebelión, extorsión, atentados en contra de los bienes públicos y privados; en crímenes ambientales que nos afectan a todos. Es pensar en uno de los tantos actores armados y violentos, al margen de la ley, que han vivido históricamente en este país y que han derramado mucha sangre entre todos los colombianos”.
Allí también recordábamos que en Cuba se había recibido a la primera delegación del Gobierno y que Chile estaba dispuesto a seguir como garante. El 11 de agosto la noticia era que “en La Habana, Cuba, aterrizaron el canciller Álvaro Leyva, el senador Iván Cepeda y el comisionado Danilo Rueda para concretar lo que será la agenda que marcará el Gobierno en el diálogo con el Ejército de Liberación Nacional”. Pablo Beltrán, una de las cabezas visibles de esta estructura guerrillera, en una pasada entrevista le había dicho al equipo de Colombia+20 que “se han hecho intentos -de paz- con Gaviria, Samper, Pastrana, Uribe, Santos, menos con Duque. El que se retiró no fue el Eln”. Sí, se trataba de un nuevo intento, no sin antes recordar que la administración de Iván Duque cerró las puertas de dicha negociación cuando fue precisamente el atentado del ELN a la Escuela General Santander que dejó a 22 personas muertas.
Desde ese primer instante el país confiaba en que se llegaría al cese al fuego y en que la sociedad civil tuviera un papel protagónico en esas conversaciones con las víctimas en la mesa, sabiendo que estas negociaciones no son fáciles y que, al final, todos confiamos en que algún día podamos vivir en paz. Tres meses después, en noviembre de 2022, ya se había avanzado en países garantes, se levantaron las órdenes de captura y se anunciaban contactos diplomáticos con Estados Unidos. Los garantes -Cuba, Noruega y Venezuela- y la Misión de Verificación de la ONU en Colombia, han seguido las negociaciones.
Las noticias iban y venían. Al final de 2022, en diciembre, el ELN anunciaba el cese al fuego desde Navidad hasta Año Nuevo. Levantaron un paro armado en Chocó. A la par indígenas Awá denunciaban una incursión de esa guerrilla durante una asamblea en un resguardo en Nariño. Liberaron a un uniformado de la Armada que estaba secuestrado y el 31 de diciembre el presidente Petro anunciaba, desde su cuenta de Twitter, el cese al fuego bilateral con cinco grupos armados ilegales hasta junio de 2023, entre ellos el ELN. Pero tres días, en un comunicado de prensa, la misma guerrilla dijo que no había discutido ningún cese al fuego con el Gobierno, que era una propuesta en estudio, pero que no se había concretado. Vinieron las críticas de varios sectores políticos en Colombia porque se afectaba la credibilidad del proceso y la salida en falso de la administración Petro incluso llevó a que el mismo mandatario, el 4 de enero, a suspender el cese al fuego que él mismo había anunciado con dicha guerrilla. El ELN dijo que la propuesta de cese bilateral sería llevada a la mesa de diálogo.
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El 17 de enero las dos partes se reunieron otra vez en Venezuela y de acuerdo con el presidente de Fedegán, José Félix Lafaurie, la segunda ronda de diálogos empezaría el 13 de febrero. El conflicto armado interno, mientras tanto, seguía vigente. La petrolera Parex tuvo que suspender sus operaciones por amenazas del ELN, se conocía que las partes -Gobierno y guerrilla- superaban las diferencias y abordaría el tema del cese al fuego bilateral en México, y el 23 de enero la Policía Nacional capturaba a “Álvaro Luís Montejo Rueda, conocido bajo el alias de Jesús María, señalado de ser uno de los líderes de la Dirección Nacional del ELN”.
España llegaba a la escena de diálogo. Aceptaba ser país acompañante del proceso de paz. Brasil también aceptaba ser garante. El 13 de febrero se retomaban los diálogos en México. Se tenía “previsto avanzar en los alivios humanitarios y discutir un posible cese al fuego bilateral. Este encuentro durará 21 días”, nos contaron los colegas de Colombia+20. Fueron surgiendo muchos temas, como la crisis carcelaria, la petición de devolver el cuerpo de Camilo Torres como “gesto de paz”, el secuestro de un sargento del Ejército en Arauca y la declaración de Petro al respecto: “Sabotean cualquier posibilidad de paz”.
Entre tanto, en México se trabaja en cómo podría entrar la sociedad civil a la mesa de diálogo, así las cosas se hablaba de la “definición de la metodología, los territorios y sectores a escuchar, y qué tan vinculantes son las propuestas”. El ministro de Justicia, Néstor Osuna, visitaba la mesa y tras conversaciones con la guerrilla, era el ELN quien contestaba: “Coincidimos con el proyecto de política criminal y carcelaria” del Gobierno. Se referían al enfoque humanitario para la atención de más de 200.000 personas privadas de la libertad. Pablo Beltrán, en una declaración pública, dijo “que lo consignado en el documento que se radicaría en el Congreso en los próximos días “coincide con el protocolo que hemos planteado en la mesa. El ministro informó que se les va a dejar de considerar o aplicar delitos como terrorismo, eso quiere decir que los van a tratar de otra manera””. El proyecto al que se refiere Beltrán es el 336 del 6 de febrero de 2023, titulado “Por medio de la cual se humaniza la política criminal y penitenciaria para contribuir a la superación del estado de cosas inconstitucional” y que aparece completo en esta enlace.
“Es la primera vez que en un acuerdo de paz se incluye así el tema ambiental”: Rodrigo Botero, reconocido ambientalista y miembro del equipo negociador del Gobierno con el ELN.
Se sabía que el Gobierno debía definir el carácter político de esa guerrilla, que las mujeres y la población étnica pedían estar en la mesa; Beltrán descartaba cese multilateral con otros grupos armados ilegales, como el Clan del Golfo o Agc, ya se anunciaba que Cuba sería la sede del tercer ciclo de diálogos donde se esperaba la participación de la sociedad en el proceso y, una vez más, el cese bilateral del fuego, que ya eran puntos que se venían discutiendo en el segundo ciclo en México.
¿Qué dejó entonces el segundo ciclo? Son varios puntos, pero aquí va un adelanto en este resumen de la noticia: “Examinar, desde una perspectiva democrática, el modelo económico, el régimen político y las doctrinas que impiden la unidad y la reconciliación nacional”. Esto representa un cambio radical frente a lo que fueron las negociaciones con las antiguas Farc en La Habana, en las que para el Estado colombiano esa fue una línea roja: no negociar el modelo económico, contaron los colegas de Colombia+20. ¿Qué pensaban exnegociadores de paz sobre lo dialogado en México?:
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A mediados de marzo se seguía sintiendo la guerra interna en Colombia. Es difícil de entender, si se está en diálogos de paz, que se ejecuten acciones de este tipo. Pero esa ha sido, precisamente, una de las variables que desde siempre ha hecho que las negociaciones con esa guerrilla no surtan efecto. El ELN atacaba con explosivos al cantón militar de Saravena y un militar quedaba herido. “Expertos consideran que el ELN buscaría hacer sentir su presencia con violencia, lo cual sería un contrasentido, pues hace solo unos días, en México, hablaron de paz y fraternidad para las comunidades con menos presencia estatal”.
Un informe de Iván Cepeda y María José Pizarro, el 22 de marzo, que entregaron en la plenaria del Senado sobre el estado del proceso de paz con esa guerrilla, evidenció que el ELN se había duplicado durante el Gobierno de Iván Duque: La guerrilla del ELN pasó de tener 2.972 integrantes en 2017, a un total de 5.851 en la actualidad; además, pasó de estar presente en 150 municipios a 212 y en ese mismo lapso consolidó su presencia en las cinco principales ciudades del país y en 11 departamentos donde se enfrenta a las AGC o Clan del Golfo y a las disidencias de las antiguas FARC: Arauca, Chocó, Cesar, Cauca, Norte de Santander, Valle del Cauca, La Guajira, Casanare, Bolívar, Nariño y Antioquia. Aquí aparece el resumen de lo acordado hasta ese momento entre las partes.
¿Quiénes son los nueve soldados que murieron por ataque del Eln en el Catatumbo?
Los ataques no paraban. El 27 de marzo fue uno en contra del oleoducto Caño Limón – Coveñas. Cenit y Ecopetrol hicieron un llamado a que cesen estos delitos “que ponen en riesgo la integridad de las personas, generan graves consecuencias al medio ambiente y afectan las actividades de las comunidades y de la industria petrolera”. En lo que va del año, el ELN ha atentado al menos en cinco ocasiones contra esta importante infraestructura, nos recordaron los colegas de la sección Judicial. Dos días después otro ataque del mismo grupo armado, esta vez en el Catatumbo, dejaba nueve soldados muertos. Y como en una película de terror, repetida, Petro convocaba a los negociadores con el ELN. Hasta el comisionado de Paz, Danilo Rueda, se pronunció: “Con estos gestos del ELN se está esquivando la posibilidad de paz”.
El jefe de la delegación del Gobierno, Otty Patiño, decía que era “prioritaria la exigencia del cese al fuego” con el ELN, distintos actores políticos del país le decían al presidente Petro que justo el cese al fuego debería ser una condición para seguir avanzando con los diálogos y, para sumar, el frente occidental del ELN en el Chocó criticaba los diálogos y se apartaba de la línea oficial de ese grupo armado ilegal. Mientras tanto se alertaba de la necesidad de poner sobre la mesa de negociación la crisis humanitaria que se vivía en Chocó. Abril comenzaba con otra muerte, la del soldado Santiago Isaza, quien había sido impactado por un francotirador del ELN en Saravena, Arauca, quince días atrás. El presidente de Fedegán, líder ganadero y miembro del equipo negociador del Gobierno Petro con el ELN, José Félix Lafaurie, era más que claro: “El ELN insiste en torpedear la mesa y traicionar la esperanza”.
El ELN y sus ataques mientras se negocia la paz
Y así ha sido el proceso. Mensajes del Gobierno siempre buscando el camino, mientras que desde el ELN, en cabeza de Antonio García, comandante de esa guerrilla, se leían ataques a periodistas que criticaban las acciones armadas de ese grupo mientras dialogaban sobre paz. El 8 de abril se supo que las familias de los 22 cadetes asesinados por esa guerrilla en el atentado a la Escuela de Policía General Santander, irían a la mesa de diálogo. Ya lo había pedido Patricia Tobón, la directora de la Unidad para las Víctimas, quien dijo que se debe dejar de usar el dolor de esta población para seguir polarizando el país.
El conflicto se mantenía más vivo que nunca y Petro hablaba desde España: “El Gobierno español estudiará la posibilidad de acuerdo al avance de este ciclo, sobre todo en términos de tregua o cese al fuego, que nosotros hemos propuesto comience por regiones y tenga una cronología de ampliación en el tiempo hasta abarcar todo el país. Un método diferente, quizás más real con las realidades actuales de los grupos de la violencia”:
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De nuevo, salían datos que no parecían ir en coherencia con un proceso de paz. Abril había sido el mes con el mayor número de acciones ofensivas del ELN en lo que va corrido del 2023. Lo decía el Centro de Recursos para el Análisis del Conflicto, Cerac: “Se registraron 21 acciones ofensivas atribuidas al ELN, frente a 18 registradas en marzo y siete combates, el mismo número que el mes anterior. En cinco de esos eventos violentos hubo víctimas: cuatro personas murieron, 22 resultaron heridas y cinco fueron secuestradas (todas ya liberadas)”.
La realidad es que, aunque el Gobierno ha sido generoso en seguir pensando en lo invaluable de la paz, hasta el mismo presidente Petro ha tenido sus dudas: a mediado de mayo dijo en un discurso frente a las Fuerzas Militares que la delegación de paz de esa guerrilla decidió incluir al antiguo comandante Gabino en las conversaciones, por su trayectoria de vieja data en la guerra, y que otros comandantes del ELN que también vienen de los tiempos de antes, pero se cuestionó: “Ellos se sientan en la mesa y hablan pero, ¿mandan?”. Hizo una pausa. “Ahí cada uno de nosotros tiene muchos interrogantes. ¿Realmente mandan?”, insistió. Y luego dijo: “El ELN de hoy” tiene otra lógica y que los comandantes antiguos “tratan de acomodarse”, pero sus frentes son autónomos, federales y “giran todos alrededor de la economía ilícita, poco tienen que ver con el padre Camilo Torres. Tienen la misma bandera, pero su razón de ser es la economía ilícita”. Todos los detalles en este texto de la redacción Política.
La situación, como en meses pasados, se repetía. Ivan Cepeda decía que “podría haber retrasos en la mesa de diálogo”, Petro seguía instando al cese al fuego territorial, el ELN respondía criticando a Petro en su discurso frente a los militares y para el 15 de mayo decían que la mesa estaba en una pausa. El Gobierno reconocía el carácter político de los diálogos, dos días después los dos equipos anunciaban que seguían con las conversaciones, diez días pasaron para anunciar que se prorrogaba la mesa en La Habana y el 26 de mayo el país se enteraba de que otro ataque del ELN dejaba tres personas muertas. Para sumar, “documentos clasificados de la inteligencia venezolana”, revelados por Noticias Caracol, “contienen la ubicación detallada de por lo menos 30 pistas clandestinas operadas por las Disidencias de las FARC y el ELN en la zona limítrofe de ese país con Colombia, utilizadas para el tráfico de drogas y de oro”. Entre secuestros, liberaciones y más ataques, llegamos al tercer ciclo de negociaciones. Llegamos a junio de este 2023. Llegamos a una fecha con noticias concretas.
El 5 de junio Petro borró un trino en el que anunciaba cese al fuego con el ELN. Ese mismo día el primer mandatario pidió levantar la orden de captura en contra de Antonio García, líder de esa guerrilla. La Fiscalía hizo su parte y la suspendió. Y con esa previa, llegamos a la información esperada por el país y que se convierte en una esperanza de paz que tanto anhelamos todos y todas en este país:
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¿Qué se definió? “Desde el Salón de Protocolo de Cubanacán en La Habana (Cuba) las partes acordaron que el próximo jueves 3 de agosto entre en vigencia este acuerdo, que se extenderá por seis meses. Se estableció que Naciones Unidas, la iglesia católica, los países garantes y delegados de la sociedad civil integren el mecanismo de monitoreo y verificación”. Con cronograma en mano, “el 6 de julio cesarán las operaciones ofensivas, tras un proceso de alistamiento que se realizará del 9 de junio al 5 de julio. La implementación plena del cese al fuego comenzará el 3 de agosto y a partir de la fecha, se contarán 180 días para su cumplimiento”.
Y, en la práctica, ¿cómo debería sentir esto el país? “Suspender las acciones ofensivas entre las partes, bajar la intensidad al conflicto y facilitar las dinámicas humanitarias, facilitar la participación de la población en el proceso de paz, y generar garantías para la participación en las zonas de mayor crisis humanitaria”. Ya se sabe que cada dos meses realizarán evaluaciones que permitan identificar aciertos y oportunidades de mejora, contaron los colegas de Colombia+20.
El anuncio, por supuesto, resulta determinante si tan solo se mira por el espejo retrovisor para recordar el nivel de violencia de este grupo armado ilegal. Decía el editorial de El Espectador: “Si se logra cumplir y los diálogos siguen por buen camino, algo que siempre está en duda tratándose de una guerrilla tan dada a patear la mesa y cometer actos atroces, se vale soñar con una paz deseada durante décadas. Hay mucho trecho por recorrer y quedan pendientes importantes, como acordar la suspensión de las extorsiones y los secuestros, pero es bienvenido que a pesar de las dificultades haya acuerdo”.
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Y esos, justo, fueron los dos temas que hicieron levantar críticas al acuerdo: las extorsiones y los secuestros. El gobernador del Meta, Juan Guillermo Zuluaga, cuestionó las declaraciones del jefe negociador de esa guerrilla, Pablo Beltrán, quien aseguró que el cese al fuego no incluye la suspensión de secuestros y extorsiones. ¿Qué dijo Beltrán? “Las operaciones de finanzas del ELN se empezaron a discutir, pero no terminó. Se van a seguir discutiendo, pero en estos protocolos no entraron”. A lo que el gobernador respondió: “El cese al fuego significa que la Fuerza Pública no puede atacar al ELN, pero ellos dicen que sí pueden seguir secuestrando y extorsionando. Eso no lo entiende nadie. Sí queremos la paz, pero a un precio tan alto es imposible (...) significa que bajamos los brazos para que ellos sigan delinquiendo”.
¿En qué vamos? Este es, sin duda el avance más importante desde que se está negociando con este guerrilla. “Más allá de pactar un cese al fuego bilateral, que significa un alivio para las comunidades, el acuerdo que firmaron el presidente Gustavo Petro y Antonio García contiene una hoja de ruta con fechas y procedimientos expeditos para culminar la negociación en un plazo muy ambicioso: mayo de 2025″, escribió la redacción de Colombia+20. “Nos parece muy importante, porque eso nos genera alivio, tranquilidad y confianza en el territorio. Estamos anhelando que ese punto salga adelante para acabar la crisis humanitaria que vivimos en Chocó”, aseguró Francisco Valerio Murillo, del Consejo Comunitario del Medio San Juan.
De acuerdo con el cronograma, “se irá trabajando de manera simultánea en la conformación del Comité Nacional de Participación, que deberá instalarse el 25 de julio de este año. Una vez estén listos esos mecanismos, que permitirán la participación de la sociedad civil en este proceso, se podrá empezar la discusión de los puntos 1 (participación), 2 (democracia para la paz) y 3 (transformaciones para la paz). En el desarrollo de estas discusiones estará concentrada una parte de las dos delegaciones, pero de manera simultánea otros miembros de los equipos negociadores se encargarán de discutir y acordar los puntos 4 (víctimas), 5 (fin del conflicto armado) y 6 (seguimiento y verificación)”, detallaron los colegas que han seguido los diálogos.
Esta es la hoja de ruta del trabajo de los próximos meses.
La Comisión de Paz de la Cámara de Representantes pidió, por medio de una carta firmada por 57 integrantes, que los otros actores entren a un cese al fuego multilateral: “Hacemos un llamado al resto de actores armados a avanzar de manera decidida en la misma dirección y avivar alternativas y condiciones para lograr el cese multilateral de fuegos en todo el país”. Y allí, en el Congreso, el senador Iván Cepeda también se refirió a las críticas que desencadenaron el tema de la extorsión y el secuestro tas el acuerdo: “No hay una autorización para que ELN siga secuestrando y extorsionando”, dijo, y lo cuenta en detalle Cindy Mortales, del equipo de Colombia+20. “Al enmarcar el acuerdo de cese al fuego en el Derecho Internacional Humanitario está claro que el secuestro y la extorsión constituyen infracciones graves. Esto quiere decir que el secuestro será objeto de observación del Mecanismo de Monitoreo y Verificación y cuando se presente esté debe activarse para buscar la liberación inmediata”, dijo.
Gloria Castrillón, en este texto, soltaba más detalles sobre el acuerdo: “No es cierto que el secuestro, la extorsión, el reclutamiento de menores de edad o la instalación de minas antipersona estén permitidos para esa guerrilla. Todas las afectaciones a la población civil en desarrollo del conflicto están prohibidas. Esta semana empieza negociación de ocho protocolos más”. También publicó la imagen de los docmentos firmado en La Habana el pasado 9 de junio.
Lamentablemente las acciones ilegales del ELN no paran. Este miércoles se supo que había secuestrado a Jénifer Arboleda Millán, esposa de un teniente del Ejército; junto a un conductor de servicio público, en la vía que de Saravena conduce a Arauquita, en el departamento de Arauca. “Una vez se tiene conocimiento del hecho, de manera inmediata se dio aviso a las autoridades competentes y en un trabajo interinstitucional se adelantan las acciones respectivas para la liberación de los secuestrados. De igual forma, se instaurarán las denuncias respectivas ante los organismos nacionales e internacionales por este crimen”, dijo el Ejército.
Ninguna negociación será fácil, al final es eso, una negociación, y con el ELN venimos de décadas de intentos fallidos, de docenas de actos violentos y de una esperanza que nunca se apaga. Seguiremos atentos al desarrollo de estos diálogos, de contar qué sucede en el país y de contrastar voces para entender mejor todo este proceso que, en primer lugar, debe tener a las víctimas para que sean escuchadas.
Me despido con nuestro acostumbrado mensaje: si les gustó este newsletter y el contenido que desarrollamos en El Espectador, invitados a disfrutar del contenido exclusivo que tenemos en nuestra página web. En esta labor de todos los días necesitamos compañía no solo para las críticas, que las recibimos con humildad, sino para que nos ayuden a construir un mejor país, denunciando, indagando, investigando, informando. Y no olviden dejar aquí abajo los temas que ustedes quisieran que investiguemos en la redacción de El Espectador. Nos vemos el próximo miércoles. Hasta pronto.
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