El espinoso camino de la concertación en medio del paro nacional
El presidente Iván Duque anunció el inicio de diálogos con diferentes sectores en el país para superar el actual estallido social. Sin embargo, persiste la desconfianza entre quienes lideran la protesta.
La prioridad es parar la violencia. Tanto de los grupos de manifestantes, que han protagonizado desmanes y actos de vandalismo, como de la Fuerza Pública, que ha cometido múltiples abusos. Sin embargo, al menos por ahora, el camino hacia la concertación se ve todavía espinoso. Hay que reconocer que el presidente Iván Duque envió una buena señal al abrir la puerta al diálogo con los diferentes actores que se vienen expresando en las calles del país dentro del paro nacional, así como con los sectores políticos, productivos, alcaldes, gobernadores y líderes de la sociedad civil. Será el comisionado de paz, Miguel Ceballos, quien lidere ese proceso, que ya tiene fechas y temas definidos: vacunación masiva, reactivación segura y desarrollo social (empleo, emprendimiento, pymes, comunidades étnicas y campesinas), no violencia, protección de los más vulnerables, estabilización de las finanzas públicas y matrícula cero (fondo de solidaridad educativa).
“Son seis temas esenciales, que responden tanto a lo que se viene solicitando desde distintos sectores sociales, empresariales e institucionales, como a las propios programas y propuestas en los que ha venido avanzando el Gobierno”, explicó Ceballos. De lo que se trata, aclaró, es de construir una agenda de trabajo conjunto sobre lo fundamental para salir de la crisis. La previsión que se tiene es hablar con diversos sectores desde hoy mismo y extender la discusión hasta el 20 de mayo. La idea es hablar con instituciones, alcaldes de ciudades capitales, gobernadores, estudiantes, alcaldes de municipios PDET, partidos políticos, transportadores, juntas de acción comunal y gremios económicos. Pero hay un detalle que llama la atención: se tiene previsto que apenas el 10 de mayo se inicie el diálogo con el comité nacional del paro.
Lea: Diálogo entre Gobierno y Comité del Paro se iniciará el 10 de mayo.
Una espera que, para el senador caucano Luis Fernando Velasco, del Partido Liberal, es un error, pues debería ser la prioridad, así considera valiosa la decisión presidencial de hablar con los convocantes del paro. “Me preocupa la falta de experiencia y desconexión de quien tiene que organizar esto. Yo esperaba que el 5 de mayo, en horas de la mañana, estuviera el señor presidente hablando inicialmente con los convocantes de la movilización. El tema no es solo sobre lo que uno va a hablar, sino sentarse a hacerlo. Eso manda un mensaje de tranquilidad para bajarle la tensión al país. Cada noche que pase sin que se resuelva algo, es abrir la oportunidad para que se agudice el enfrentamiento, lo cual nos puede llevar a un círculo vicioso que haga que esto no termine. Es que son más de 30 muertos”, dijo.
Otra cosa que queda clara es que entre las partes existe mucha desconfianza. Al menos eso deja ver Jhoe Sauca, líder del Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC), quien enfatizó que para hablar de concertación es necesario que todos los sectores de la indignación lleguen unidos. “Usan la estrategia de divide y vencerás. Hablar de manera separada es generar molestias. Envían un mensaje para tratar de debilitar un proceso que mueve el pueblo y no políticos o empresarios. Este levantamiento debe mirarse como realidades transversales que afectan a una población que no tiene las condiciones mínimas”, señaló. Por eso, recalcó que la puerta del diálogo está abierta, pero que se deben dar garantías de que los espacios sean en conjunto, se genere confianza y que las acciones apunten a lo que la sociedad está exigiendo. “Sinceridad y honestidad para generar voluntad política”, concluyó.
También: Los actores políticos frente a las movilizaciones.
Francia Márquez, líder de las comunidades afros del norte del Cauca y actualmente precandidata presidencial, hace una exigencia: “Cali ha vivido unas noches horribles. Una condición básica para establecer una mesa de diálogo es la desmilitarización de las ciudades”. Para ella, aún queda por saber exactamente a quién están convocando a conversar. “No puede ser solo a sectores afines (…) la convocatoria implica una construcción en la diferencia, en donde gana el país. Eso es lo que buscamos en el país marginado, el país de las periferias, porque hay un país de la élite, de una supremacía, de los blancos. El mensaje es que el Gobierno no tenga miedo de dialogar con el pueblo. Queremos que nuestra voz sea escuchada y llegar a un consenso como país, donde ganen la vida y los derechos de la gente más empobrecida y violentada”, agregó. Por cierto, Márquez reveló que hasta el momento los pueblos afros e indígenas, las comunidades campesinas, los sectores ambientales, los jóvenes y los estudiantes no han sido convocados a dialogar.
Una postura más radical tienen los llamados Escudos Azules, el movimiento de resistencia juvenil y popular que ha estado en la primera línea de las confrontaciones en las marchas, para quienes el llamado a una concertación el 10 de mayo y con un nivel de violencia tan profundo como el actual, es un acto “conchudo” de Duque. “Ni siquiera nos sentimos convocados. Ese llamado ya lo había hecho tardíamente en el paro de 2019. En ese momento se habló de concertación, de que se escucharían todas las exigencias y demandas, y miren en lo que estamos hoy. Creer en esa promesa sería ingenuidad. Es una artimaña desesperada del Gobierno por aplacar el paro a partir de la conversación con las expresiones más débiles del movimiento social, que no nos representan a todos los sectores. Lo hacen para salir rápidamente de la locura y desesperación que se ha vivido en los últimos ocho días”, explicó Amok, uno de sus integrantes.
Incluso, el movimiento estudiantil y juvenil piensa que la palabra “negociación” suena casi a una ofensa. “Nos vinculan con grupos armados, delincuencia común y narcotráfico. ¿Eso es acercarse al diálogo? Es como si nosotros tuviéramos que poner en la balanza el montón de crímenes, marginación y olvido, frente a propuestas que ya no tienen tiempo para cumplirse, y menos en un gobierno que evidentemente ha mostrado desdén por la vida y por el movimiento social, y que sabemos que no las va a cumplir”, enfatizó. De hecho, la petición del movimiento estudiantil va mucho más allá: hablan de que el Gobierno acepte dar el paso hacia un gobierno de transición “en el que el presidente y todo su gabinete, empezando por Diego Molano y las Fuerzas Militares, renuncien al poder, y se instaure una democracia abierta que permita elecciones libres”.
Como se ve, no está fácil llegar a consensos. Menos aun cuando los rumores de una declaratoria de conmoción interior se escuchan con insistencia. El mismo presidente Iván Duque reconoció que es una opción que no descarta, pues no va a renunciar a “ninguna herramienta que nos dé la Constitución y la ley”. Mientras tanto, los llamados de la comunidad internacional son al diálogo, a parar la violencia y por el respeto de los derechos humanos. Desde el Congreso, las comisiones primeras conjuntas de Senado y Cámara aprobaron una proposición del senador Alexánder López (Polo Democrático) para crear una comisión especial que sirva de mediadora entre el Gobierno y los manifestantes. Urge tender puentes en medio de la tormenta.
Más: Gobierno desmiente que haya un decreto para declarar la conmoción interior.
La prioridad es parar la violencia. Tanto de los grupos de manifestantes, que han protagonizado desmanes y actos de vandalismo, como de la Fuerza Pública, que ha cometido múltiples abusos. Sin embargo, al menos por ahora, el camino hacia la concertación se ve todavía espinoso. Hay que reconocer que el presidente Iván Duque envió una buena señal al abrir la puerta al diálogo con los diferentes actores que se vienen expresando en las calles del país dentro del paro nacional, así como con los sectores políticos, productivos, alcaldes, gobernadores y líderes de la sociedad civil. Será el comisionado de paz, Miguel Ceballos, quien lidere ese proceso, que ya tiene fechas y temas definidos: vacunación masiva, reactivación segura y desarrollo social (empleo, emprendimiento, pymes, comunidades étnicas y campesinas), no violencia, protección de los más vulnerables, estabilización de las finanzas públicas y matrícula cero (fondo de solidaridad educativa).
“Son seis temas esenciales, que responden tanto a lo que se viene solicitando desde distintos sectores sociales, empresariales e institucionales, como a las propios programas y propuestas en los que ha venido avanzando el Gobierno”, explicó Ceballos. De lo que se trata, aclaró, es de construir una agenda de trabajo conjunto sobre lo fundamental para salir de la crisis. La previsión que se tiene es hablar con diversos sectores desde hoy mismo y extender la discusión hasta el 20 de mayo. La idea es hablar con instituciones, alcaldes de ciudades capitales, gobernadores, estudiantes, alcaldes de municipios PDET, partidos políticos, transportadores, juntas de acción comunal y gremios económicos. Pero hay un detalle que llama la atención: se tiene previsto que apenas el 10 de mayo se inicie el diálogo con el comité nacional del paro.
Lea: Diálogo entre Gobierno y Comité del Paro se iniciará el 10 de mayo.
Una espera que, para el senador caucano Luis Fernando Velasco, del Partido Liberal, es un error, pues debería ser la prioridad, así considera valiosa la decisión presidencial de hablar con los convocantes del paro. “Me preocupa la falta de experiencia y desconexión de quien tiene que organizar esto. Yo esperaba que el 5 de mayo, en horas de la mañana, estuviera el señor presidente hablando inicialmente con los convocantes de la movilización. El tema no es solo sobre lo que uno va a hablar, sino sentarse a hacerlo. Eso manda un mensaje de tranquilidad para bajarle la tensión al país. Cada noche que pase sin que se resuelva algo, es abrir la oportunidad para que se agudice el enfrentamiento, lo cual nos puede llevar a un círculo vicioso que haga que esto no termine. Es que son más de 30 muertos”, dijo.
Otra cosa que queda clara es que entre las partes existe mucha desconfianza. Al menos eso deja ver Jhoe Sauca, líder del Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC), quien enfatizó que para hablar de concertación es necesario que todos los sectores de la indignación lleguen unidos. “Usan la estrategia de divide y vencerás. Hablar de manera separada es generar molestias. Envían un mensaje para tratar de debilitar un proceso que mueve el pueblo y no políticos o empresarios. Este levantamiento debe mirarse como realidades transversales que afectan a una población que no tiene las condiciones mínimas”, señaló. Por eso, recalcó que la puerta del diálogo está abierta, pero que se deben dar garantías de que los espacios sean en conjunto, se genere confianza y que las acciones apunten a lo que la sociedad está exigiendo. “Sinceridad y honestidad para generar voluntad política”, concluyó.
También: Los actores políticos frente a las movilizaciones.
Francia Márquez, líder de las comunidades afros del norte del Cauca y actualmente precandidata presidencial, hace una exigencia: “Cali ha vivido unas noches horribles. Una condición básica para establecer una mesa de diálogo es la desmilitarización de las ciudades”. Para ella, aún queda por saber exactamente a quién están convocando a conversar. “No puede ser solo a sectores afines (…) la convocatoria implica una construcción en la diferencia, en donde gana el país. Eso es lo que buscamos en el país marginado, el país de las periferias, porque hay un país de la élite, de una supremacía, de los blancos. El mensaje es que el Gobierno no tenga miedo de dialogar con el pueblo. Queremos que nuestra voz sea escuchada y llegar a un consenso como país, donde ganen la vida y los derechos de la gente más empobrecida y violentada”, agregó. Por cierto, Márquez reveló que hasta el momento los pueblos afros e indígenas, las comunidades campesinas, los sectores ambientales, los jóvenes y los estudiantes no han sido convocados a dialogar.
Una postura más radical tienen los llamados Escudos Azules, el movimiento de resistencia juvenil y popular que ha estado en la primera línea de las confrontaciones en las marchas, para quienes el llamado a una concertación el 10 de mayo y con un nivel de violencia tan profundo como el actual, es un acto “conchudo” de Duque. “Ni siquiera nos sentimos convocados. Ese llamado ya lo había hecho tardíamente en el paro de 2019. En ese momento se habló de concertación, de que se escucharían todas las exigencias y demandas, y miren en lo que estamos hoy. Creer en esa promesa sería ingenuidad. Es una artimaña desesperada del Gobierno por aplacar el paro a partir de la conversación con las expresiones más débiles del movimiento social, que no nos representan a todos los sectores. Lo hacen para salir rápidamente de la locura y desesperación que se ha vivido en los últimos ocho días”, explicó Amok, uno de sus integrantes.
Incluso, el movimiento estudiantil y juvenil piensa que la palabra “negociación” suena casi a una ofensa. “Nos vinculan con grupos armados, delincuencia común y narcotráfico. ¿Eso es acercarse al diálogo? Es como si nosotros tuviéramos que poner en la balanza el montón de crímenes, marginación y olvido, frente a propuestas que ya no tienen tiempo para cumplirse, y menos en un gobierno que evidentemente ha mostrado desdén por la vida y por el movimiento social, y que sabemos que no las va a cumplir”, enfatizó. De hecho, la petición del movimiento estudiantil va mucho más allá: hablan de que el Gobierno acepte dar el paso hacia un gobierno de transición “en el que el presidente y todo su gabinete, empezando por Diego Molano y las Fuerzas Militares, renuncien al poder, y se instaure una democracia abierta que permita elecciones libres”.
Como se ve, no está fácil llegar a consensos. Menos aun cuando los rumores de una declaratoria de conmoción interior se escuchan con insistencia. El mismo presidente Iván Duque reconoció que es una opción que no descarta, pues no va a renunciar a “ninguna herramienta que nos dé la Constitución y la ley”. Mientras tanto, los llamados de la comunidad internacional son al diálogo, a parar la violencia y por el respeto de los derechos humanos. Desde el Congreso, las comisiones primeras conjuntas de Senado y Cámara aprobaron una proposición del senador Alexánder López (Polo Democrático) para crear una comisión especial que sirva de mediadora entre el Gobierno y los manifestantes. Urge tender puentes en medio de la tormenta.
Más: Gobierno desmiente que haya un decreto para declarar la conmoción interior.