El necesario hermetismo en la mesa con el Eln
El Gobierno y el Eln iniciaron su encuentro extraordinario con un sigilo extremo, evitando a toda costa que se vuelva a repetir el error en las comunicaciones y protocolos que dio pie a la crisis que intentan resolver.
El encuentro extraordinario entre el Gobierno y el Ejército de Liberación Nacional (Eln), para superar la crisis que desató el anuncio del presidente Gustavo Petro sobre un cese bilateral que nunca se acordó, empezó ayer en Caracas, Venezuela, pero no hubo conclusiones ya que se extenderá a lo largo de toda esta semana. Aunque la delegación gubernamental prefiere evitar la palabra “crisis”, para la guerrilla sí la hay porque el presidente Petro “incumplió procedimientos” al hacer público el pasado 31 de diciembre un cese al fuego con cinco grupos armados, incluido el Eln.
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El encuentro extraordinario entre el Gobierno y el Ejército de Liberación Nacional (Eln), para superar la crisis que desató el anuncio del presidente Gustavo Petro sobre un cese bilateral que nunca se acordó, empezó ayer en Caracas, Venezuela, pero no hubo conclusiones ya que se extenderá a lo largo de toda esta semana. Aunque la delegación gubernamental prefiere evitar la palabra “crisis”, para la guerrilla sí la hay porque el presidente Petro “incumplió procedimientos” al hacer público el pasado 31 de diciembre un cese al fuego con cinco grupos armados, incluido el Eln.
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Ese es el principal tema que abordarán las partes en la reunión de emergencia que se convocó antes de la segunda ronda de diálogos, que empezaría el 13 de febrero en México. Y es que el tema de las comunicaciones se empezó a convertir en el principal motivo de desavenencia entre Gobierno y Eln, pues tal como hizo el presidente Petro se empezaron a hacer anuncio de todo tipo mediante redes sociales y no por canales oficiales, ya en el primer ciclo de diálogos si bien se establecieron alivios humanitarios, nunca se acordaron estrategias ni canales de comunicación para las notificaciones respecto a los avances en la mesa.
De ahí que en el primer día del encuentro de emergencia en Caracas se desarrollara una agenda que no fue pública y reinara el hermetismo entre quienes hacen parte de la mesa.
“Hay silencio hermético hasta que no concluyamos”, advirtió el senador Iván Cepeda. “La línea es que no va a haber declaraciones públicas por el momento. Es una reunión a puerta cerrada y la delegación nos dirá cómo van a informar cuando termine la reunión extraordinaria”, mencionó otra de las integrantes de la delegación del Gobierno.
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Pero lejos de ser una señal de alarma, para Angelika Rettberg, investigadora sobre el conflicto armado, “es bueno que haya sigilo y cuidado”. La también docente, quien fue miembro del equipo del Gobierno en los diálogos con el en 2018, explica que reserva “es lo que la mesa no ha tenido y eso es fundamental para que los diálogos que no han cuajado arranquen y empiecen a generar resultados”.
De ahí que extrañara la declaración que hizo el presidente Petro desde Davos, Suiza, en el marco del Foro Económico Mundial. “Esa historia hay que contarla algún día porque no es cierto que nosotros tomamos una decisión unilateral. La forma en que nos llegó a nosotros era que había una disposición al cese bilateral y por eso lo publicamos, no por otra razón”, dijo el mandatario cuando le preguntaron sobre sus expectativas de la reunión en Caracas para abordar la crisis por el cese bilateral no acordado.
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En la misma declaración, el presidente habló sobre las negociaciones con grupos “que no necesariamente tienen un origen político, pero que puede tener un tratamiento socio jurídico para su desmantelamiento pacífico” y sin hacer referencia directa al Eln habló “de organizaciones incluso narcotraficantes que implica una negociación con la justicia, no con el Gobierno”. El mensaje, para algunos fuera de contexto, adquiere color cuando se toman en cuenta las recientes declaraciones del propio Petro y del presidente del Senado, Roy Barreras, en las que sugirieron que el narcotráfico impregnó la lucha insurgente.
Esto puede ser parte de “una molestia” que evidencia León Valencia, director de la Fundación Paz y Reconciliación (Pares) y miembro del Eln en los años 80. Una molestia desde el anuncio sobre el cese bilateral y por el que “ha hecho declaraciones públicas que intentan presionar al Eln, pero no veo que sea algo propio del debate público”. Para Valencia, a pesar de que es claro que el narcotráfico ha permeado la guerra, y el Eln no es la excepción, “esa estrategia de Petro no es adecuada porque están buscando acuerdos en una mesa y eso puede generar molestias”.
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Una consideración similar hace el promotor de paz Carlos Velandia, excomandante del Eln y quien también acompañó el proceso en varias ocasiones. Según dice, desde la cabeza del Gobierno debe haber claridad que “una cosa es una cosa y otra es otra” y que el proceso con el Eln es a nivel político y con las otras organizaciones tienen otras características y una agenda distinta. Aunque resulta que el gobierno Petro quiera cerrar los conflictos con todos los grupos armados, es enfático en que no puede “revolver” ni meter a todas las organizaciones en una misma bolsa.
Por su parte, Rettberg destaca que Petro ya “nos ha acostumbrado” a ese tipo de “posiciones extrañas y fuera de lógica” y coincide en que puede ser una forma de presionar al ver que la negociación no será tan fácil como quizás imaginaba. “Empieza a asociarlo con el narcotráfico para demostrar que tiene cartas y puede apretarles todavía. Contrario a las Farc, el Eln no ha hablado todavía de eso y es algo que está lejos todavía de admitir”, señala.
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Lo único que está claro es que la reunión de emergencia se enfocará en acordar las formas de comunicar los avances, incluso nombrando una comisión conjunta de comunicaciones, para que lo ocurrido no se vuelva a repetir. Sería ideal que también se lograra un avance respecto al cese bilateral, pero los analistas admiten que en una semana es algo muy difícil de tratar, sobre todo por las complejidades técnicas que tiene detrás, pero que sí se podría acordar que ese sea, por ejemplo, el tema base del segundo ciclo de diálogos.
A pesar de que ese tema fue el que generó la crisis en la mesa y ha estado muy en la agenda, para Velandia es necesario que “ojalá no ocupe la totalidad del diálogo”, teniendo en cuenta que el gran objetivo es buscar el fin del conflicto y no un cese bilateral. “Que cualquier acuerdo sea examinado con una comisión bilateral, pero que no distraiga de la agenda principal”, plantea.
Así las cosas, las expectativas de la reunión están puestas en la forma de lo que se va a hablar, pues de acuerdo con Rettberg “el Eln es muy formal y por eso insisten tanto en protocolos, reglas de juego, que no haya caminos paralelos y que todo se lleve ahí”. Además de eso, Valencia señala que quizás haya necesidad de restablecer los acuerdos que se habían hecho en el primer ciclo, siempre dejando claro que en adelante “todo es bilateral y se comunica de forma conjunta”.