El pacto para la construcción de una política feminista
En Honda, Tolima, mujeres de todos los rincones del país se reunieron en la Primera Convención Nacional Feminista para proclamar un manifiesto con el que harán política para aspirar en 2022. Francia Márquez y Ángela María Robledo, las dos mujeres en quienes las feministas depositan la esperanza para llegar al poder.
El encuentro de la Primera Convención Nacional Feminista, convocada por organizaciones de mujeres y el movimiento político Estamos Listas, fue la confirmación de que las colombianas quieren estar en el poder y reconocen en ellas las capacidades para ejercerlo. Por ello, proclamaron a dos de ellas para que se empoderen y se conviertan en una opción de poder en el marco de la campaña presidencial para llegar a la Casa de Nariño en 2022.
Francia Márquez y Ángela María Robledo son en quienes las feministas se ven reflejadas y representadas en sus luchas. Y ellas, igualmente, manifestaron portar la voz y la bandera por los derechos de las mujeres. En ese sentido, ambas, firmaron un manifiesto, hecho central del evento, con el que se comprometen a llevar esa vocería y a priorizar la agenda feminista en la orilla política desde la que decidan navegar.
Desde el movimiento Soy Porque Somos, de Márquez, y la Coalición de la Esperanza, a la que adhirió Robledo, cada una debe de comprometerse en trabajar por una política encaminada en robustecer el Estado; darle su lugar como primer cuidador de la vida, reivindicar las tareas reproductivas y del cuidado, bajo los principios de reconocer, redistribuir y reducir; defender la vida en todas sus manifestaciones, promover la libre decisión sobre los cuerpos, hacer esfuerzos para unir y reconocer la diversidad y aportar en la construcción de memoria y verdad.
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“Sin las mujeres, la democracia está incompleta; sin el feminismo, la historia colombiana difícilmente dejará de mirarse en el espejo roto de sus fracasos y ausencias. Como feministas, estamos llamadas por la historia a dar el salto hacia la afirmación de nuestra valentía como colombianas con capacidad de construir un país justo, amoroso, con su diversidad y gobernado democráticamente. Es nuestro tiempo, asumimos nuestro compromiso con el futuro del país”, reza el manifiesto.
Este pacto, como también lo llamaron muchas, “es un peso político” que recae sobre los nombres de las dos precandidatas aclamadas por las organizaciones de mujeres, es decir, durante el camino electoral que emprenden tienen que asumir una política colectiva, desde las periferias, diversa y antipatriarcal.
Cada una, desde su enunciación, trazó sus prioridades dentro de esa agenda feminista. Para Francia Márquez, el cuidado del medio ambiente es transversal a todo: “El territorio es la vida y la vida no se vende, no se destruye”. Este compromiso no es nuevo, pues, Márquez ganó protagonismo nacional hace unos años por el activismo y la defensa del departamento del Cauca, de donde es oriunda, de la minería ilegal.
Así mismo, como mujer negra, también centró su mirada en esas otras realidades, como la marginalización y la opresión a la que estas han sido sometidas. “Construiremos una democracia real, desde la periferia, la diversidad y las diferencias”, dijo, llamando a las poblaciones indígenas, afrodescendientes, campesinas y disidencias sexuales a unirse a su proyecto de país.
Por su parte, Ángela María Robledo llamó por una acción conjunta de mujeres que hagan pedagogía de la escucha y la mirada, como una nueva forma de hacer y ejercer el poder, con la que se reconozcan los cuidados, “de los que las mujeres siempre hemos sostenido”, aseveró. Para ella, la mirada está puesta allí, para que se le reconozca a la mujer el tiempo que dedica al hogar y se construya una fórmula en el que se redistribuyan las cargas entre otros miembros de la familia y el Estado.
Esto, explica, le reduciría tiempo a las mujeres en estas tareas “y les daría tiempo para soñar y hacer lo que desean”. Entre ello, claro está, se cuentan los anhelos por cambiar la política y ampliar la democracia.
Lo que para muchos sorprendió fue su respuesta con relación a qué iba a pasar con su aspiración dentro de una coalición en la que los hombres, como Sergio Fajardo, no dan muestras de querer ceder espacio de poder. “Cuando me fui de la Colombia Humana, me preguntaban si era válido que Gustavo Petro siguiera siendo candidato presidencial. Yo dije que sí, porque las feministas no aceptamos veto. Lo que tenemos que hacer es, tú (Francia), ganarle a Petro, y yo, a Fajardo”, comentó con convicción y en medio de aplausos.
La activista ambiental, a su turno, precisó que, por ahora, está concentrada en su movimiento Soy Porque Somos y que aún no ha tomado decisión alguna sobre si participar o no de la mano con el Pacto Histórico y Gustavo Petro. Sin embargo, el compromiso de ambas es el de feminizar la política, “despatriarcalizar” la sociedad, incomodar e imponer una agenda feminista y transversal.
La convención terminó sin terminarse, pues, la idea es extender dicho momento de convergencia e intercambio político colectivo a otros espacios de mujeres, donde sean más voces las que suscriban el manifiesto, con el que se sentaron las bases de una nueva forma de entender la democracia, de vivir y entender el servicio público, en función de la vida.
Cada una, seguirá sus caminos, bajo el compromiso de cumplir el manifiesto suscrito el lunes. Mientras tanto, Estamos Listas sigue en la construcción del movimiento con miras al Congreso, con una lista independiente al Senado y a la Cámara.
El encuentro de la Primera Convención Nacional Feminista, convocada por organizaciones de mujeres y el movimiento político Estamos Listas, fue la confirmación de que las colombianas quieren estar en el poder y reconocen en ellas las capacidades para ejercerlo. Por ello, proclamaron a dos de ellas para que se empoderen y se conviertan en una opción de poder en el marco de la campaña presidencial para llegar a la Casa de Nariño en 2022.
Francia Márquez y Ángela María Robledo son en quienes las feministas se ven reflejadas y representadas en sus luchas. Y ellas, igualmente, manifestaron portar la voz y la bandera por los derechos de las mujeres. En ese sentido, ambas, firmaron un manifiesto, hecho central del evento, con el que se comprometen a llevar esa vocería y a priorizar la agenda feminista en la orilla política desde la que decidan navegar.
Desde el movimiento Soy Porque Somos, de Márquez, y la Coalición de la Esperanza, a la que adhirió Robledo, cada una debe de comprometerse en trabajar por una política encaminada en robustecer el Estado; darle su lugar como primer cuidador de la vida, reivindicar las tareas reproductivas y del cuidado, bajo los principios de reconocer, redistribuir y reducir; defender la vida en todas sus manifestaciones, promover la libre decisión sobre los cuerpos, hacer esfuerzos para unir y reconocer la diversidad y aportar en la construcción de memoria y verdad.
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“Sin las mujeres, la democracia está incompleta; sin el feminismo, la historia colombiana difícilmente dejará de mirarse en el espejo roto de sus fracasos y ausencias. Como feministas, estamos llamadas por la historia a dar el salto hacia la afirmación de nuestra valentía como colombianas con capacidad de construir un país justo, amoroso, con su diversidad y gobernado democráticamente. Es nuestro tiempo, asumimos nuestro compromiso con el futuro del país”, reza el manifiesto.
Este pacto, como también lo llamaron muchas, “es un peso político” que recae sobre los nombres de las dos precandidatas aclamadas por las organizaciones de mujeres, es decir, durante el camino electoral que emprenden tienen que asumir una política colectiva, desde las periferias, diversa y antipatriarcal.
Cada una, desde su enunciación, trazó sus prioridades dentro de esa agenda feminista. Para Francia Márquez, el cuidado del medio ambiente es transversal a todo: “El territorio es la vida y la vida no se vende, no se destruye”. Este compromiso no es nuevo, pues, Márquez ganó protagonismo nacional hace unos años por el activismo y la defensa del departamento del Cauca, de donde es oriunda, de la minería ilegal.
Así mismo, como mujer negra, también centró su mirada en esas otras realidades, como la marginalización y la opresión a la que estas han sido sometidas. “Construiremos una democracia real, desde la periferia, la diversidad y las diferencias”, dijo, llamando a las poblaciones indígenas, afrodescendientes, campesinas y disidencias sexuales a unirse a su proyecto de país.
Por su parte, Ángela María Robledo llamó por una acción conjunta de mujeres que hagan pedagogía de la escucha y la mirada, como una nueva forma de hacer y ejercer el poder, con la que se reconozcan los cuidados, “de los que las mujeres siempre hemos sostenido”, aseveró. Para ella, la mirada está puesta allí, para que se le reconozca a la mujer el tiempo que dedica al hogar y se construya una fórmula en el que se redistribuyan las cargas entre otros miembros de la familia y el Estado.
Esto, explica, le reduciría tiempo a las mujeres en estas tareas “y les daría tiempo para soñar y hacer lo que desean”. Entre ello, claro está, se cuentan los anhelos por cambiar la política y ampliar la democracia.
Lo que para muchos sorprendió fue su respuesta con relación a qué iba a pasar con su aspiración dentro de una coalición en la que los hombres, como Sergio Fajardo, no dan muestras de querer ceder espacio de poder. “Cuando me fui de la Colombia Humana, me preguntaban si era válido que Gustavo Petro siguiera siendo candidato presidencial. Yo dije que sí, porque las feministas no aceptamos veto. Lo que tenemos que hacer es, tú (Francia), ganarle a Petro, y yo, a Fajardo”, comentó con convicción y en medio de aplausos.
La activista ambiental, a su turno, precisó que, por ahora, está concentrada en su movimiento Soy Porque Somos y que aún no ha tomado decisión alguna sobre si participar o no de la mano con el Pacto Histórico y Gustavo Petro. Sin embargo, el compromiso de ambas es el de feminizar la política, “despatriarcalizar” la sociedad, incomodar e imponer una agenda feminista y transversal.
La convención terminó sin terminarse, pues, la idea es extender dicho momento de convergencia e intercambio político colectivo a otros espacios de mujeres, donde sean más voces las que suscriban el manifiesto, con el que se sentaron las bases de una nueva forma de entender la democracia, de vivir y entender el servicio público, en función de la vida.
Cada una, seguirá sus caminos, bajo el compromiso de cumplir el manifiesto suscrito el lunes. Mientras tanto, Estamos Listas sigue en la construcción del movimiento con miras al Congreso, con una lista independiente al Senado y a la Cámara.