“El Partido Liberal busca es acomodarse frente al nuevo gobierno”: Guillermo Rivera

¿Por qué renunciar al Partido Liberal?

Porque nos parece que el Partido tomó una decisión equivocada al declararse en independencia. El actual gobierno es impulsado por el Centro Democrático y es un gobierno que defiende las tesis del uribismo, que son absolutamente distintas a las que ha defendido el Partido Liberal en los últimos años. Si fuese coherente, debería estar en una oposición constructiva, razonable, distinta a esa oposición visceral que se ejerció desde ciertos sectores contra el gobierno anterior. Uno en política tiene que ser coherente y el llegar al poder siempre tiene que ser una aspiración de un partido político, pero no a cualquier precio. Hay que llegar al poder siempre y cuando se puedan desarrollar las ideas que siempre se han defendido.

Y de lo mostrado por el gobierno Duque, ¿qué no les gusta?

Lo que me preocupa o lo que más me animó a tomar esta decisión es el silencio frente a iniciativas que van en contravía de lo que el liberalismo siempre ha defendido. Cuando yo ingresé al Partido Liberal, se estaba discutiendo la Constitución de 1991 y la tutela fue su mayor conquista. Ahora, en el proyecto de reforma a la justicia que presentó el Gobierno, claramente hay un propósito de limitarla y el Partido Liberal guarda silencio. También una senadora del Centro Democrático presentó un proyecto que modifica sustancialmente la Ley de Víctimas, que promovió el Partido, y se guarda silencio. El ministro de Defensa ha dicho que la protesta social está financiada por organizaciones ilegales y no hubo pronunciamiento alguno, cuando la protesta social es un derecho ciudadano que tiene amparo constitucional. Y entre esos silencios, el más elocuente fue el que exhibió frente a la Consulta Anticorrupción. La participación ciudadana fue una conquista de la Constitución de 1991, de estirpe liberal. El Partido, como organización, brilló por su ausencia frente a un mecanismo de participación ciudadana, con excepción de unos contados congresistas que actuaron a título individual. Uno no puede pertenecer a una organización política que no defiende las causas que ha defendido en el pasado y, en mi caso en particular, causas de las que he sido protagonista y en las que sigo creyendo.

Hay quienes dicen que el Partido Liberal se mueve de acuerdo a los intereses de su director, el expresidente César Gaviria...

No tengo ningún tipo de controversia con el expresidente. Siempre he mantenido con él una relación cordial desde cuando fui congresista, incluso también cuando fui ministro del Interior, pero me parece que la actitud de la organización del Partido Liberal y de la mayoría de sus congresistas es la de acomodarse frente a un nuevo gobierno, algo que se empezó a gestar desde la campaña de la segunda vuelta de la elección presidencial, sin ningún norte ideológico. Cuando el Partido Liberal ingresó al gobierno del presidente Santos, en 2010, lo hicimos fundamentalmente porque él se comprometió a sacar adelante la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras, que era la bandera que se defendía, y así ocurrió. Ese compromiso se cumplió. Pero en este caso en caso en particular, cuando el Partido Liberal y sus mayorías parlamentarias toman la decisión de acompañar al entonces candidato Iván Duque, hoy presidente, no sabemos cuál fue el compromiso programático que adquirió este con las causas que siempre se han defendido en la colectividad.

¿Y porqué ahora declararse en independencia? ¿Será que están presionando por puestos?

Es que es muy extraño. Primero, toman la decisión en la segunda vuelta de apoyar a Duque, sin que medie ningún tipo de compromiso programático, y luego se declaran en independencia, y lo único que escuchamos en los medios es que al Partido no se le invitó a formar parte del Gobierno. ¿Esa invitación a formar parte del gobierno qué alcance tendría? Me parece que lo lógico en una organización política seria es que se apoya a un candidato o se hace parte de un gobierno cuando se asumen compromisos con la defensa, con la puesta en marcha de las ideas que esa organización política defiende y en las que cree. En este momento, no tenemos referencia de una sola iniciativa del Gobierno Nacional que sea consecuencia del compromiso con las banderas y con las causas del liberalismo.

¿Qué sigue ahora en términos políticos para ustedes, que dicen querer salir a las calles a defender los postulados del partido?

Vamos a empezar todo un proceso de diálogo por las diferentes regiones de Colombia, con esos ciudadanos de pensamiento liberal que están inconformes con el Partido, y con ellos vamos a tomar una decisión sobre cuál es el camino a seguir. Las ideas liberales siguen estando vigentes en buena parte de la sociedad colombiana y lo que sí no está vigente es el Partido Liberal. Por eso, nosotros lo que vamos a hacer es interactuar, deliberar con esos ciudadanos y con ellos tomar una decisión en el inmediato futuro sobre qué hacer, pero vamos a seguir haciendo política y vamos a seguir defendiendo nuestras ideas liberales.

¿Será que este es el primer paso para lo que llaman la “gran reunificación liberal”?

Yo percibo que hay ideas auténticamente liberales, no solamente en aquellas colectividades cuyos militantes en alguna época fueron del Partido, sino también en muchos dirigentes que nunca han hecho parte de él. Me he encontrado con militantes del Partido Verde, del Polo, de la Colombia Humana, que defienden los postulados liberales, y lo que me parece es que hay que encontrar un espacio para esas ideas auténticamente liberales. Este es el momento para defender los derechos humanos y las políticas que construyan equidad en la sociedad, para defender las libertades públicas y la paz. Nosotros realmente creemos que hay que seguir defendiendo la paz y lo que hace falta por implementar del Acuerdo con las Farc.

¿Y no es mejor dar esa pelea al interior del Partido?

Llevo muchos años llevando peleas internamente y me parece que para cambiarlo se necesita una nueva generación. La situación del país exige que podamos actuar de manera eficaz, de inmediato, y no tener que esperar a esa generación. Quienes realmente creen en las ideas liberales estaban esperando un hecho político de esta naturaleza. Hemos recibido miles de mensajes de personas que nos dicen que estaban esperando que alguien interpretara el deseo de defender las ideas liberales con absoluta coherencia y creo que es mejor dar esta pelea por fuera del Partido, porque vamos a construir, seguramente en el futuro, una nueva organización que nos permita seguir defendiendo estas causas que hemos defendido durante muchos años.

Claro que entre los que renunciaron no es que se pueda hablar mucho de “nueva generación”...

Yo creo que la nueva generación no hay que identificarla por la edad de las personas. Quienes estamos en este propósito de irnos del Partido Liberal y de seguir defendiendo las ideas liberales siempre hemos demostrado coherencia en la defensa de las libertades públicas, de los derechos humanos, del reconocimiento y las garantías para las minorías en Colombia.

Mencionaba una serie de funcionarios del Gobierno que han presentado propuestas y que usted dice que no representan el ideal liberal, ni sus creencias progresistas, ¿cree que está en riesgo los derechos de las personas, de las minorías, con el gobierno Duque?

Desafortunadamente uno encuentra funcionarios al interior del Gobierno actual que tienen posiciones que podrían significar un retroceso en materia del reconocimiento de derechos. Esa declaración del ministro de Defensa en el sentido de que la protesta social está financiada por organizaciones ilegales, me parece que atenta contra los pilares básicos de la democracia. En una democracia, los ciudadanos tienen derecho a protestar, a expresar su inconformidad. Estigmatizar ese tipo de expresiones de manera generalizada, como él lo ha hecho, me parece aterrador. De tal manera, esos son síntomas de alertas que nos ponen a pensar que algunos sectores al interior del Gobierno tienen una visión no propiamente de vanguardia en el reconocimiento de derechos.

¿Cuál es su lectura frente a la decisión del Partido de la U, antiguo aliado de Santos, de declararse gobiernista?

Es un monumento a la incoherencia y a la insensatez, porque fue uno de los partidos que más defendió el Acuerdo de Paz, la implementación normativa que de él mismo se hizo en el Congreso y se pasa justamente al lado de quienes han sido los más críticos y opositores a ello.

Ahí están Juan Fernando Cristo, exministro; Cecilia López, una persona que lleva muchos años en este trasegar por los derechos; Yesid Reyes, un jurista que se ha destacado siempre por una visión liberal en el derecho; Ramiro Bejarano. Es decir, personas que sin ser necesariamente jóvenes, sí defienden ideas vanguardistas en materia del reconocimiento de derechos y en materia de inclusión social.

¿Cómo exmininistro del Interior, cómo ha visto el arranque del gobierno Duque?

Un poco desorientado, es la impresión que tengo desde afuera. Me parece que no está teniendo la iniciativa y termina reaccionando a lo de los demás. Me alegra que el presidente Duque haya logrado construir un gran consenso frente a la lucha contra la corrupción, pero eso fue movido por la maravillosa votación que obtuvo la Consulta. En las reformas a la justicia o tributaria, se le adelantó Cambio Radical. Y veo también que desde su propio partido, el Centro Democrático, surgen iniciativas y el Gobierno termina reaccionando a ellas y no siendo su líder. Lo que debe de caracterizar a un Gobierno, sobretodo cuando está empezando, es tener la iniciativa, ser el convocante.

¿Se va de embajador?

Me quedo defendiendo en Colombia las ideas liberales.

¿Por qué renunciar al Partido Liberal?

Porque nos parece que el Partido tomó una decisión equivocada al declararse en independencia. El actual gobierno es impulsado por el Centro Democrático y es un gobierno que defiende las tesis del uribismo, que son absolutamente distintas a las que ha defendido el Partido Liberal en los últimos años. Si fuese coherente, debería estar en una oposición constructiva, razonable, distinta a esa oposición visceral que se ejerció desde ciertos sectores contra el gobierno anterior. Uno en política tiene que ser coherente y el llegar al poder siempre tiene que ser una aspiración de un partido político, pero no a cualquier precio. Hay que llegar al poder siempre y cuando se puedan desarrollar las ideas que siempre se han defendido.

Y de lo mostrado por el gobierno Duque, ¿qué no les gusta?

Lo que me preocupa o lo que más me animó a tomar esta decisión es el silencio frente a iniciativas que van en contravía de lo que el liberalismo siempre ha defendido. Cuando yo ingresé al Partido Liberal, se estaba discutiendo la Constitución de 1991 y la tutela fue su mayor conquista. Ahora, en el proyecto de reforma a la justicia que presentó el Gobierno, claramente hay un propósito de limitarla y el Partido Liberal guarda silencio. También una senadora del Centro Democrático presentó un proyecto que modifica sustancialmente la Ley de Víctimas, que promovió el Partido, y se guarda silencio. El ministro de Defensa ha dicho que la protesta social está financiada por organizaciones ilegales y no hubo pronunciamiento alguno, cuando la protesta social es un derecho ciudadano que tiene amparo constitucional. Y entre esos silencios, el más elocuente fue el que exhibió frente a la Consulta Anticorrupción. La participación ciudadana fue una conquista de la Constitución de 1991, de estirpe liberal. El Partido, como organización, brilló por su ausencia frente a un mecanismo de participación ciudadana, con excepción de unos contados congresistas que actuaron a título individual. Uno no puede pertenecer a una organización política que no defiende las causas que ha defendido en el pasado y, en mi caso en particular, causas de las que he sido protagonista y en las que sigo creyendo.

Hay quienes dicen que el Partido Liberal se mueve de acuerdo a los intereses de su director, el expresidente César Gaviria...

No tengo ningún tipo de controversia con el expresidente. Siempre he mantenido con él una relación cordial desde cuando fui congresista, incluso también cuando fui ministro del Interior, pero me parece que la actitud de la organización del Partido Liberal y de la mayoría de sus congresistas es la de acomodarse frente a un nuevo gobierno, algo que se empezó a gestar desde la campaña de la segunda vuelta de la elección presidencial, sin ningún norte ideológico. Cuando el Partido Liberal ingresó al gobierno del presidente Santos, en 2010, lo hicimos fundamentalmente porque él se comprometió a sacar adelante la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras, que era la bandera que se defendía, y así ocurrió. Ese compromiso se cumplió. Pero en este caso en caso en particular, cuando el Partido Liberal y sus mayorías parlamentarias toman la decisión de acompañar al entonces candidato Iván Duque, hoy presidente, no sabemos cuál fue el compromiso programático que adquirió este con las causas que siempre se han defendido en la colectividad.

¿Y porqué ahora declararse en independencia? ¿Será que están presionando por puestos?

Es que es muy extraño. Primero, toman la decisión en la segunda vuelta de apoyar a Duque, sin que medie ningún tipo de compromiso programático, y luego se declaran en independencia, y lo único que escuchamos en los medios es que al Partido no se le invitó a formar parte del Gobierno. ¿Esa invitación a formar parte del gobierno qué alcance tendría? Me parece que lo lógico en una organización política seria es que se apoya a un candidato o se hace parte de un gobierno cuando se asumen compromisos con la defensa, con la puesta en marcha de las ideas que esa organización política defiende y en las que cree. En este momento, no tenemos referencia de una sola iniciativa del Gobierno Nacional que sea consecuencia del compromiso con las banderas y con las causas del liberalismo.

¿Qué sigue ahora en términos políticos para ustedes, que dicen querer salir a las calles a defender los postulados del partido?

Vamos a empezar todo un proceso de diálogo por las diferentes regiones de Colombia, con esos ciudadanos de pensamiento liberal que están inconformes con el Partido, y con ellos vamos a tomar una decisión sobre cuál es el camino a seguir. Las ideas liberales siguen estando vigentes en buena parte de la sociedad colombiana y lo que sí no está vigente es el Partido Liberal. Por eso, nosotros lo que vamos a hacer es interactuar, deliberar con esos ciudadanos y con ellos tomar una decisión en el inmediato futuro sobre qué hacer, pero vamos a seguir haciendo política y vamos a seguir defendiendo nuestras ideas liberales.

¿Será que este es el primer paso para lo que llaman la “gran reunificación liberal”?

Yo percibo que hay ideas auténticamente liberales, no solamente en aquellas colectividades cuyos militantes en alguna época fueron del Partido, sino también en muchos dirigentes que nunca han hecho parte de él. Me he encontrado con militantes del Partido Verde, del Polo, de la Colombia Humana, que defienden los postulados liberales, y lo que me parece es que hay que encontrar un espacio para esas ideas auténticamente liberales. Este es el momento para defender los derechos humanos y las políticas que construyan equidad en la sociedad, para defender las libertades públicas y la paz. Nosotros realmente creemos que hay que seguir defendiendo la paz y lo que hace falta por implementar del Acuerdo con las Farc.

¿Y no es mejor dar esa pelea al interior del Partido?

Llevo muchos años llevando peleas internamente y me parece que para cambiarlo se necesita una nueva generación. La situación del país exige que podamos actuar de manera eficaz, de inmediato, y no tener que esperar a esa generación. Quienes realmente creen en las ideas liberales estaban esperando un hecho político de esta naturaleza. Hemos recibido miles de mensajes de personas que nos dicen que estaban esperando que alguien interpretara el deseo de defender las ideas liberales con absoluta coherencia y creo que es mejor dar esta pelea por fuera del Partido, porque vamos a construir, seguramente en el futuro, una nueva organización que nos permita seguir defendiendo estas causas que hemos defendido durante muchos años.

Claro que entre los que renunciaron no es que se pueda hablar mucho de “nueva generación”...

Yo creo que la nueva generación no hay que identificarla por la edad de las personas. Quienes estamos en este propósito de irnos del Partido Liberal y de seguir defendiendo las ideas liberales siempre hemos demostrado coherencia en la defensa de las libertades públicas, de los derechos humanos, del reconocimiento y las garantías para las minorías en Colombia.

Mencionaba una serie de funcionarios del Gobierno que han presentado propuestas y que usted dice que no representan el ideal liberal, ni sus creencias progresistas, ¿cree que está en riesgo los derechos de las personas, de las minorías, con el gobierno Duque?

Desafortunadamente uno encuentra funcionarios al interior del Gobierno actual que tienen posiciones que podrían significar un retroceso en materia del reconocimiento de derechos. Esa declaración del ministro de Defensa en el sentido de que la protesta social está financiada por organizaciones ilegales, me parece que atenta contra los pilares básicos de la democracia. En una democracia, los ciudadanos tienen derecho a protestar, a expresar su inconformidad. Estigmatizar ese tipo de expresiones de manera generalizada, como él lo ha hecho, me parece aterrador. De tal manera, esos son síntomas de alertas que nos ponen a pensar que algunos sectores al interior del Gobierno tienen una visión no propiamente de vanguardia en el reconocimiento de derechos.

¿Cuál es su lectura frente a la decisión del Partido de la U, antiguo aliado de Santos, de declararse gobiernista?

Es un monumento a la incoherencia y a la insensatez, porque fue uno de los partidos que más defendió el Acuerdo de Paz, la implementación normativa que de él mismo se hizo en el Congreso y se pasa justamente al lado de quienes han sido los más críticos y opositores a ello.

Ahí están Juan Fernando Cristo, exministro; Cecilia López, una persona que lleva muchos años en este trasegar por los derechos; Yesid Reyes, un jurista que se ha destacado siempre por una visión liberal en el derecho; Ramiro Bejarano. Es decir, personas que sin ser necesariamente jóvenes, sí defienden ideas vanguardistas en materia del reconocimiento de derechos y en materia de inclusión social.

¿Cómo exmininistro del Interior, cómo ha visto el arranque del gobierno Duque?

Un poco desorientado, es la impresión que tengo desde afuera. Me parece que no está teniendo la iniciativa y termina reaccionando a lo de los demás. Me alegra que el presidente Duque haya logrado construir un gran consenso frente a la lucha contra la corrupción, pero eso fue movido por la maravillosa votación que obtuvo la Consulta. En las reformas a la justicia o tributaria, se le adelantó Cambio Radical. Y veo también que desde su propio partido, el Centro Democrático, surgen iniciativas y el Gobierno termina reaccionando a ellas y no siendo su líder. Lo que debe de caracterizar a un Gobierno, sobretodo cuando está empezando, es tener la iniciativa, ser el convocante.

¿Se va de embajador?

Me quedo defendiendo en Colombia las ideas liberales.