El sur de Bolívar ya tiene su propio plan de desarrollo

Un centro de innovación, un aeropuerto regional y una universidad, son algunas de las propuestas de los más de 6.000 habitantes del Magdalena Medio a quienes el presidente Santos les pidió defender sus iniciativas.

Alfredo Molano Jimeno / @AlfredoMolanoJi
01 de agosto de 2018 - 09:03 p. m.
Un centro de innovación, un aeropuerto regional y una universidad, son algunas de las propuestas de los más de 6.000 habitantes del Magdalena Medio. / SIG
Un centro de innovación, un aeropuerto regional y una universidad, son algunas de las propuestas de los más de 6.000 habitantes del Magdalena Medio. / SIG
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Han pasado año y medio desde que se firmó el Acuerdo de Paz. Ese del que el Gobierno y las Farc siempre dijeron que no era para ellos, sino para impulsar las transformaciones aplazadas históricamente, pero que hasta ahora lo que se ha materializado tiene que ver más con las aspiraciones de las partes: el Estado quería quitarle las armas a la insurgencia y ésta quería dejarlas sin renunciar a sus reivindicaciones y hacer política legal. Falta todavía que se cumpla lo que se le prometió a la gente: reforma rural, paz territorial, sustitución de cultivos y reconciliación. Y como estas últimas cosas no son actos, sino procesos, el gobierno del presidente Juan Manuel Santos, a cinco días de terminar, dejó puesta la primera piedra de esa transformación de las regiones.

Desde Santa Rosa del Sur, en el Magdalena Medio, el primer mandatario asistió a la firma del primer Plan de Acción para la Transformación Regional (PATR), que es el resultado de una intensa consulta con las comunidades. Vereda por vereda y municipio por municipio, la Agencia de Renovación del Territorio realizó reuniones con los habitantes del sur de Bolívar, como lo ha venido haciendo en cada una de las 16 subregiones que componen las zonas priorizadas para realizar los Planes de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET). El tema es de una alta filigrana técnica y metodológica que dificulta su comprensión, con un sinnúmero de siglas que hacen impronunciable lo que se ha hecho.

(Lea: ¿Qué pasó con los programas de desarrollo en territorios del conflicto?)

Lo que sí es una realidad incontrovertible es que el proceso social que se ha adelantado en el sur de Bolívar es un ejercicio que ha movilizado a las comunidades, reactivado lazos que estaban rotos por la guerra y generado espacios de diálogo entre actores territoriales que jamás se habían sentado a discutir sus intereses comunes y diferencias. En los pactos comunitarios se sentaron terratenientes y campesinos, ambientalistas y mineros; en los pactos municipales dialogaron excombatientes de las Farc con miembros de la Fuerza Pública; sindicatos y empresarios; alcaldes y opositores; docentes y analfabetos. Se asentaron liderazgos y emergieron nuevas voces regionales.

Fueron unos 60 encuentros a los que asistieron delegados de comunidades, veredas y municipios con un objetivo concreto: acordar una visión subregional en la que juntos soñaran lo que sería su tierra en diez años. Para eso presentaron y discutieron cientos de propuestas organizadas en ocho pilares: educación, vivienda, ordenamiento territorial o reconciliación. Esas propuestas fueron discutidas, formuladas técnicamente, evaluadas para establecer su nivel de prioridad y su viabilidad financiera y de ejecución. A los líderes comunitarios se sumaron los dirigentes gremiales, las autoridades locales y funcionarios de las entidades nacionales. Todos trabajaron con el mismo interés para que el ejercicio se tradujera en propuestas solidas y posibles.

(Lea: ¿Cómo van los PDET y los pueblos indígenas en el Caquetá?)

“En 2028 la región del sur de Bolívar y Yondó estará habitada por un pueblo multicultural que a través del dolor y del perdón aprendió a generar unión, convivencia, reconciliación y paz”, escribieron en su visión los habitantes de los siete municipios que integraron este PDET. Las propuestas priorizadas fueron un centro de innovación, un aeropuerto regional en Simití, una universidad, una ruta turística para resignificar los lugares que fueron teatro del dolor, entre otras. Ahora el ejercicio queda en manos del próximo gobierno, quien tendrá la decisión de desechar el trabajo con las comunidades o hacer realidad sus sueños.

Pero sea la que sea la decisión del nuevo presidente, Iván Duque, la gente del Magdalena Medio le exigirá al gobierno central y a quienes quieran ser sus mandatarios locales y departamentales en 2019 que se comprometan con la carta de navegación que construyeron. Como les dijo el mismo presidente Santos: “Yo ya me voy, pero así como el papa Francisco vino y nos dijo no se dejen robar la esperanza, yo les digo a ustedes: no se dejen robar estos planes territoriales”.

Por Alfredo Molano Jimeno / @AlfredoMolanoJi

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