El pedido que le hizo la Conferencia Episcopal a los candidatos presidenciales

Los candidatos presidenciales sostuvieron en las últimas semanas varias reuniones con la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), en el intento de la Iglesia Católica de comprender “la política como una de las formas más elevadas de la caridad, porque sirve al bien común”. Según la CEC, se destacaron cuatro aspectos clave para el contexto electoral por el que atraviesa el país.

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De acuerdo a lo dicho por monseñor Héctor Fabio Henao Gaviria, delegado de la CEC para las relaciones Iglesia-Estado, “el bien común, el desarrollo integral y el trabajo por los más necesitados, debe ser el motor que nos mueve para seguir trabajando por una Colombia en paz y reconciliada”. Los múltiples encuentros se resumieron en cuatro puntos:

• La invitación al ejercer el derecho al voto de una manera consciente, libre e informada. Según la CEC, esto debe desarrollarse “apoyando propuestas que busquen el bien común, el respeto por los derechos humanos y apunten a la unidad”.
• Fortalecer un ambiente democrático. Para la Iglesia Católica, este debe estar “orientado por el respeto frente a las propuestas políticas y al rechazo a los discursos de odio, venganza e intolerancia, que se convierten en legitimadores de violencia”.
• El diálogo para resolver conflictos. De acuerdo con la CEC, “la palabra es la herramienta básica de la política, como recurso para establecer lo que conviene a la ciudadanía, y como vehículo de diálogo y pluralidad para el desarrollo de los territorios”.
• El llamado a funcionarios públicos para que no participen en política. Los representantes de la Iglesia Católica manifestaron que “esta práctica debilita la confianza frente a las garantías de las campañas y del avance hacia unas elecciones justas, cuyos resultados deben corresponder a la voluntad de los ciudadanos sin ningún tipo de interferencia”.

“La Iglesia lo que está llamando en el diálogo con los candidatos es a que se garantice que la transición de este gobierno al próximo sea pacífica y democrática”, dijo monseñor Henao. A su vez, el clérigo reiteró “que lo que está de por medio es la legitimidad de las instituciones y del Estado (…) Los organismos de control deben garantizar el ejercicio libre e independiente, sin coacciones, informado y transparente del derecho al voto”.

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Las peticiones de la Conferencia Episcopal llegan en medio de una contienda electoral que ha ido subiendo el tono por cuenta de amenazas y manifestaciones agresivas contra los candidatos. En la última semana, Gustavo Petro, candidato por el Pacto Histórico, y Federico Fico Gutiérrez, candidato por Equipo por Colombia, hicieron públicas una amenaza de muerte y actos considerados “deseos de muerte”, respectivamente.

Aunque la campaña ya se venía caracterizando por la violencia del lenguaje, estos actos han hecho que el tono de la contienda electoral suba mucho más. No obstante, los dos candidatos que parecen tener más oportunidad de llegar a la Casa de Nariño no han sido los únicos que han sido víctimas de estos actos.

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De acuerdo a lo dicho por monseñor Héctor Fabio Henao Gaviria, delegado de la CEC para las relaciones Iglesia-Estado, “el bien común, el desarrollo integral y el trabajo por los más necesitados, debe ser el motor que nos mueve para seguir trabajando por una Colombia en paz y reconciliada”. Los múltiples encuentros se resumieron en cuatro puntos:

• La invitación al ejercer el derecho al voto de una manera consciente, libre e informada. Según la CEC, esto debe desarrollarse “apoyando propuestas que busquen el bien común, el respeto por los derechos humanos y apunten a la unidad”.
• Fortalecer un ambiente democrático. Para la Iglesia Católica, este debe estar “orientado por el respeto frente a las propuestas políticas y al rechazo a los discursos de odio, venganza e intolerancia, que se convierten en legitimadores de violencia”.
• El diálogo para resolver conflictos. De acuerdo con la CEC, “la palabra es la herramienta básica de la política, como recurso para establecer lo que conviene a la ciudadanía, y como vehículo de diálogo y pluralidad para el desarrollo de los territorios”.
• El llamado a funcionarios públicos para que no participen en política. Los representantes de la Iglesia Católica manifestaron que “esta práctica debilita la confianza frente a las garantías de las campañas y del avance hacia unas elecciones justas, cuyos resultados deben corresponder a la voluntad de los ciudadanos sin ningún tipo de interferencia”.

“La Iglesia lo que está llamando en el diálogo con los candidatos es a que se garantice que la transición de este gobierno al próximo sea pacífica y democrática”, dijo monseñor Henao. A su vez, el clérigo reiteró “que lo que está de por medio es la legitimidad de las instituciones y del Estado (…) Los organismos de control deben garantizar el ejercicio libre e independiente, sin coacciones, informado y transparente del derecho al voto”.

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Aunque la campaña ya se venía caracterizando por la violencia del lenguaje, estos actos han hecho que el tono de la contienda electoral suba mucho más. No obstante, los dos candidatos que parecen tener más oportunidad de llegar a la Casa de Nariño no han sido los únicos que han sido víctimas de estos actos.

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