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“Hay que amansar los egos”: Cristo sobre peleas en Coalición Centro Esperanza

El director de campaña de la alianza les pide a los precandidatos hacer un alto en el camino de las agresiones y concentrarse en las propuestas; pero niega que haya crisis interna y riesgo de un rompimiento.

Hugo García Segura
18 de febrero de 2022 - 02:08 a. m.
Para Cristo, la Coalición Centro Esperanza es la mejor opción para el país, lejos de los extremos.  / Óscar Pérez
Para Cristo, la Coalición Centro Esperanza es la mejor opción para el país, lejos de los extremos. / Óscar Pérez
Foto: El Espectador - Óscar Pérez
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El choque de esta semana entre Juan Manuel Galán y Carlos Amaya, precandidatos en la Coalición Centro Esperanza, tiene a muchos hablando de crisis y de una ruptura interna en la alianza política configurada para competir por la Presidencia 2022, en la que también aspiran Sergio Fajardo, Jorge Robledo y Alejandro Gaviria. Galán le pidió explicaciones a Amaya por la presencia de exfuncionarios que lo acompañaron cuando fue gobernador de Boyacá en la Alcaldía de Bogotá, insinuando “prácticas clientelistas”. Amaya le reclamó por nombramientos en el pasado, suyos y de familiares, en los gobiernos de turno, hablando incluso de “intercambio de favores”.

(Lea: “Prefiero que lleguen las bases liberales”: Camilo Romero sobre posible adhesión de César Gaviria)

Y así va la alianza de centro, de tumbo en tumbo, de pelea en pelea, dejando una maltrecha imagen ante la opinión pública. Tanto que el director de su campaña, Juan Fernando Cristo, tuvo que salir a reconocer que no lo estaban haciendo bien y que los colombianos estaban esperando mucho más de ellos, por lo que les hizo un llamado a sus compañeros a reflexionar y hacer un alto en el camino para responder a las expectativas de los ciudadanos. Llamado que recalca en este diálogo con El Espectador:

¿Hay crisis en la Coalición Centro Esperanza?

De ninguna manera. Muchos no se han dado cuenta, pero nosotros estamos asistiendo en Colombia al nacimiento de un nuevo sistema político: el de las coaliciones por encima de los partidos, y en marzo lo que tendremos es prácticamente una primera vuelta presidencial. Ya no hay consultas internas en los partidos sino de coaliciones. Eso genera que en estas campañas surjan diferencias entre los candidatos que aspiran a ganar en su respectiva alianza. La nuestra es una coalición que no tiene un jefe ni mandamás, y tampoco es una unión mecánica de maquinarias políticas. Es una sumatoria de liderazgos, de movimientos independientes que coincidimos en una visión de país, pero que también tenemos diferencias. Lo que sucedió esta semana es un episodio infortunado, pero no se puede calificar de crisis. Hay que seguir adelante y afrontar el desafío, para que el 13 de marzo seamos los más votados en la consulta presidencial y en la lista al Senado.

Sin embargo, usted reconoce que no lo están haciendo bien…

Así es. Por eso digo que crisis no es, pero no es la campaña que uno quisiera. Aunque hay una gran paradoja, que podría ser también algo de injusticia con la Coalición, que lleva construyéndose dos años y es la única que le ha presentado propuestas conjuntas al país: estuvimos tres días en la costa Caribe y allí se presentó la propuesta de lucha contra el hambre, en Cúcuta planteamos unas nuevas relaciones bilaterales con Venezuela, en Bogotá presentamos hace algunos meses la propuesta de seguridad ciudadana y hemos hablado de empleo para los jóvenes, solo por citar algunas. Pero la percepción que se genera con estas disputas, que atraen tanto la atención mediática y la de las redes sociales, es que los candidatos están de pelea. En muchos sectores a veces interesan más las disputas que las propuestas y los candidatos tienen que entender que esa es una realidad hoy y hay que tener el mayor cuidado. Por eso lo que hice fue un llamado a cumplir los compromisos que adquirimos todos en el cónclave que hicimos en noviembre pasado.

¿Cuáles son exactamente esos compromisos? Porque lo que el país ve hoy son ataques de unos contra otros.

Sin duda hay una equivocación en el manejo de algunas situaciones. En los acuerdos del cónclave, que están suscritos, planteamos la necesidad de tramitar de manera fraterna y leal las diferencias que puedan existir, sin guerra sucia y sin ataques personales, y marcar las diferencias programáticas. Es lo que hemos venido haciendo en diferentes escenarios, pero lamentablemente se va acercando la fecha de las elecciones y la campaña se va calentando. Surgen entonces estos inconvenientes y estas malas decisiones entre los compañeros que afectan a toda la Coalición. Hay que decirlo con toda claridad: eso no sale bien. La semana pasada fue muy positiva para la alianza, estuvimos juntos durante tres días en la costa Caribe, con las listas del Nuevo Liberalismo, con algunos de nuestros aspirantes al Senado. Los colombianos están queriendo ver un ejemplo de unión, de convocatoria, se superar las divisiones del país. Esperan mucho más de nosotros, porque este es el camino que le conviene al país y tenemos que consolidar esta opción.

Cómo director de la campaña, ¿qué cree que se debe hacer?

Un alto en el camino de las agresiones. Una comprensión de que estos episodios no afectan a uno u otro candidato sino a toda la Coalición. Y tampoco benefician a nadie. Tenemos que concentrarnos en los mensajes, en las propuestas y en los debates programáticos. Espero que en los próximos días se imponga esa sensatez y los criterios de unidad dentro de la alianza. Es cierto que tiene que haber competencia y que existen diferencias, pero eso se puede tramitar de una mejor manera.

¿No será que es un problema o un choque de egos?

Sin duda. Todos los que estamos en la política tenemos nuestros propios egos y a veces hay que sacrificarlos. Creo que para sumar puntos en la “vanidoteca” de cada uno de nosotros hay todavía tiempo, pero aquí lo que nos debe importar es el país, no defraudar a los colombianos, que ven en la Coalición la esperanza de no seguir en un país ingobernable los próximos cuatro años, sin resolver los problemas, sin la capacidad de generar consensos, que es lo que pasará en caso de llegar al poder cualquiera de los dos extremos. Sin duda alguna, hay que amansar los egos.

¿Hay riesgo que, de aquí a las elecciones, la Coalición se rompa?

Ninguno. Como dije, esto no es una crisis profunda y sigue habiendo diálogo permanente. Hay que superar estos incidentes. De aquí hasta el 13 de marzo yo esperaría —y soy optimista— que no se vuelvan a presentar este tipo de situaciones. Nada lo garantiza, pero tenga la seguridad de que ninguna de ellas afecta el espíritu de la Coalición, que es la condición que tenemos todos de que hay que escoger un candidato único, al que vamos a apoyar, y que la lista al Senado encabezada por Humberto de la Calle sea la mayoritaria para darle al Congreso la posibilidad de transformación que están reclamando a gritos los colombianos. Ninguno de estos episodios afecta la visión conjunta y que está plasmada en los acuerdos programáticos de la Coalición sobre el futuro del país.

Coalición es sinónimo de unidad y los colombianos están también pidiendo a gritos no más peleas, no más polarización y, la verdad, ese no es el mensaje que están enviado.

Es cierto, se genera confusión y frustración en la ciudadanía. Es lo que tienen que entender también los compañeros de la Coalición que están compitiendo por la candidatura. Podemos hacer una mejor campaña; de hecho, creo que la estamos haciendo, no meterle tanto ruido a ello. Ahora, hay que reconocer que coalición es sinónimo de unidad pero en medio de las diferencias, algo muy distinto a un tema de diferencias al interior de un partido político. Las hay, las reconocemos y tenemos que ser capaces de tramitarlas, como lo hemos hecho en el último año, pese a los tropiezos. La Coalición Centro Esperanza es una realidad, es la mejor opción para Colombia y todos tenemos que poner nuestro granito de arena para evitar que se convierta en una frustración para los colombianos.

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Melibea(45338)19 de febrero de 2022 - 12:38 a. m.
Se han dejado contagiar de los dirigentes quese creen los mesías.Estos no los necesitamos ,necesitamos estadistas inteligentes,con gran conocimiento político social para gobernar un estado.No estamos interesados en chismosos,espiando a sus contendores haber que hacen y terminen comprando votos,porque no convencen.
Raimundo(bqf6j)18 de febrero de 2022 - 09:10 p. m.
El tema de las consultas nos está haciendo perder el foco de lo realmente importante para el país, como es la elección de congresistas que realmente representen y trabajen por los intereses de los colombianos de a pie. Acordémonos que el Centro Democrático, Cambio Radical, Partido Conservador y Liberal no apoyaron ni votaron las leyes anti corrupción, rebaja de vacaciones ni reducción de salarios.
  • Raimundo(bqf6j)18 de febrero de 2022 - 09:14 p. m.
    Los candidatos al congreso no están haciendo ninguna propuesta, ni muestran los proyectos en los que trabajarán, es decir, no están haciendo ningún compromiso con los votantes porque realmente lo único que les interesa es salir elegidos para legislar a favor de los financiadores de sus campañas y pagarles con multimillonarios contratos.
Hermann(62494)18 de febrero de 2022 - 12:29 p. m.
Vuelve y juega. El sectarismo de la izquierda que ve cómo enemigos a los que no piensan igual. No han cambiado mucho desde los 70 . Triste que ni siquiera el buen nombre de la coalición los haya hecho cambiar. Creo que todo iba más o menos hasta que llego la poseedora de la verdad y el honor yzass!! , volvieron a lo mismo : egos clasistas a pelear de nuevo. Deprimente!!!
PedroQ(99987)18 de febrero de 2022 - 12:14 p. m.
Por el momento la Alianza de la (des) Esperanza está haciendo un excelente trabajo...pero para que suba Petro...o peor la extrema derecha. Me aferro a la ilusión de tener la opción de votar por algún candidato ponderado y decente capaz de apaciguar los odios. No veo aún quién en la Alianza es esa persona. Habría votado sin dudarlo por De la Calle...¿quién queda?
  • RAMON(31031)18 de febrero de 2022 - 03:05 p. m.
    Concuerdo con que no es la imagen que deberían dar , eso es porque acá no hay un patrón y todos tienen la capacidad y la experiencia para gobernar , eso genera egos , que hay que manejar , lo malo del PACTO , es que allá hay un PATRÓN y los demás sencillamente , no tienen la jerarquía , el conocimiento , ni la autoridad pata oponerse al DUEÑO , en otras palabras NO HAY COMPETENCIA
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