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Lo cosechado en estos 20 escasos días de campaña de cara a la segunda vuelta presidencial ya dieron fruto y las posibilidades de que lleguen más apoyos y votos cantados por parte de figuras con resonancia nacional, regional y local son improbables. Los perdedores del 29 de mayo ya tomaron una posición y una decisión. Algunos desde la animadversión que les produce Gustavo Petro, quien, al igual que Álvaro Uribe, fue capaz de crear un movimiento político que les hiciera oposición a su persona y sus propuestas, el antipetrismo.
Otros tomaron postura luego de conversar con uno y otro aspirante, unos más terminarán votando “en contra de”, los demás lo harán luego de un análisis personal sobre lo que consideran mejor le conviene al país en los próximos cuatro años, y unos cuantos, previendo la explosión de críticas, anunciaron su voto en blanco. La certeza, por ahora, es que Colombia será gobernada o por el candidato del Pacto Histórico o por Rodolfo Hernández, del movimiento Liga de Gobernantes Anticorrupción.
Puede ver: Rodolfo Hernández le echó la culpa a Petro por la no realización del debate
Para quienes acudan a la opción en el tarjetón del voto en blanco, aunque es un golpe de opinión, no tendrá ninguna validación para segunda vuelta. En caso de que este gane, el candidato que le siga en votos será declarado el ganador. Solamente el exaspirante Sergio Fajardo y el senador Jorge Robledo han manifestado públicamente que se irán por esta alternativa al no encontrarse representados ni por Petro ni por Hernández.
Una gran mayoría de la Coalición Centro Esperanza, que dejó en libertad a sus integrantes y a la que pertenecieron Fajardo y Robledo, adhirió a Petro. Incluso hubo personas que se rebelaron a decisiones de partido, como fue el caso de Mábel Lara y Yolanda Perea, del Nuevo Liberalismo, que decidieron alejarse de la decisión de la colectividad y tras analizar a qué candidato apoyar, se inclinaron por Petro. El recién revivido partido delegó a Juan Manuel Galán para escuchar a los aspirantes y, finalmente, la determinación fue acompañar a Rodolfo Hernández.
De los que se fueron con Petro se destacan figuras como Luis Gilberto Murillo, fórmula vicepresidencial de Fajardo; Guillermo Rivera, jefe político de la campaña; Juan Fernando Cristo, jefe de debate; la senadora Angélica Lozano, el exalcalde Antanas Mockus y los electos congresistas Ariel Ávila y Catherine Juvinao. A su vez, además de la institucionalidad del Nuevo Liberalismo, Carlos Amaya, quien fue la tercera votación en la consulta presidencial de la Centro Esperanza y Catalina Ortiz, del equipo de Fajardo, optaron por irse con el exalcalde de Bucaramanga.
También las bases liberales en lo regional y local volvieron a desobedecer la orden desde la Dirección Nacional y reiteraron su voto al candidato del Pacto Histórico, a los que se suman los congresistas Luis Fernando Velasco, Guillermo García Realpe, Andrés Calle, José Luis Correa, Juan Carlos Losada y los electos Dolcey Torres, María Eugenia Lopera y Olga Beatriz González. Como el Nuevo Liberalismo, la institucionalidad respaldará a Rodolfo Hernández.
Sin ser personajes de la vida política, académicos de peso o que han ocupado cargos públicos y han tenido un desempeño técnico, se han sumado al proyecto del Pacto Histórico. Se cuentan, por ejemplo, a Rudolf Hommes, exministro de Hacienda; el constitucionalista Rodrigo Uprimny, el jurista Ramiro Bejarano, la artista Doris Salcedo, entre otros. A la orilla de Hernández, se conoció la adhesión del escritor y ensayista William Ospina, quien asumió la jefatura de debate para la segunda vuelta, y la de Andrés Hoyos, director de la revista cultural El Malpensante.
“Aceptamos el voto de todos los colombianos que entienden que juntos podemos construir una Colombia mejor. Los que no creían en el cambio, han comenzado a creer”, escribió Hernández sobre un video de Federico Gutiérrez, tercero en la primera vuelta, anunciando que votará por él. En ese sentido, el candidato de la Liga Anticorrupción ha insistido en entrevistas que esos apoyos no se traducen en compromisos o contraprestaciones, en caso de ser electo.
En casos como el de Amaya, Ortiz, los Galán y el mismo Gutiérrez, Hernández agradeció públicamente el voto de confianza, cosa contraria con el Centro Democrático, partido con el que busca desmarcarse y que ha señalado que votará por él para evitar que Gustavo Petro sea presidente. Ante sus propias propuestas, como su deseo de que Germán Vargas Lleras, de Cambio Radical, sea su ministro de Defensa, ha reiterado que su “única alianza es con el pueblo colombiano” y que no tiene ningún acuerdo con el exvicepresidente.
Pese a reiterar su distancia, las fuerzas políticas tradicionales están apoyándolo a él y, por más de que aceiten sus maquinarias para buscar a toda costa que Petro no gane, es incierto si le ayudarán para salir triunfador este 19 de junio. Las cartas están puestas sobre la mesa, cada personaje de la escena política jugó a favor de lo que cree es mejor para el país. La decisión final está en manos no de quienes votaron por los hoy candidatos, sino por los que perdieron, los abstencionistas y el voto en blanco.