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Este martes se llevó a cabo un debate de control político ante las posibles irregularidades evidenciadas en el proceso electoral del 13 de marzo. La inconsistencias entre las cifras del preconteo y el escrutino y la inestabilidad de los siguientes días hizo que la plenaria del Senado convocara al registrador general, Alexander Vega, para que rindiera cuentas ante su labor en todo lo relacionado al reciente llamado a las urnas.
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Sin embargo, Vega nunca llegó al debate y envió en su reemplazo al fiscal delegado en lo electoral, Nicolás Farfán. El desplante de Vega caldeó más los ánimos en su contra en una jornada en la que pocos hablaron a su favor y el Senado en pleno se unió para cuestionar la labor que ha hecho el registrador en la organización del certamen electoral del 13 de marzo.
Vega logró lo imposible, unir a oposición y sectores gobiernistas que criticaron el papel que jugó en las pasadas elecciones. Los sectores contrarios a Iván Duque señalaron que las irregularidades en la jornada los afectaron en gran manera y destacaron que solo fue en el escrutinio que se supo el verdadero caudal electoral que tuvieron.
“El desastre electoral del 13 de marzo, no tuvo la magnitud que pudo tener, gracias a los testigos y organización del Pacto Histórico desde el mismo preconteo”, comentó el senador Antonio Sanguino, uno de los que resultó quemado el pasado 13 de marzo. Como esta crítica, fueron varias las que vinieron de la oposición, que señaló que no hubo las suficientes garantías y que solo fue gracias al proceso de veeduría posterior que se logró registrar fielmente los votos que había para el Pacto Histórico y otras fuerzas alternativas.
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Las críticas también vinieron del oficialismo, que hizo énfasis en gran parte del debate al desplante de Vega a la plenaria. Este sector aprovechó el debate para sembrar dudas en los resultados de los escrutinios que dan como gran ganador de la jornada al Pacto Histórico. Paloma Valencia, Juan Diego Gómez y otros esgrimieron la tesis de irregularidades y de resta de votos que supuestamente habría perjudicado a los partidos de la cuerda del gobierno.
Gómez no solo cuestionó la labor de Vega y los resultados electorales. El presidente del Senado fue más allá y pidió que Alexander Vega sea apartado de su cargo para que un registrador ad hoc se haga cargo del siguiente llamado a las urnas, el del 29 de mayo. Supuestamente, de esta forma, se estaría dotando nuevamente de legitimidad el proceso electoral colombiano.
“Hemos solicitado a los nominadores que son las altas cortes que ante la inminente situación de amenaza a la democracia y confianza en el sistema electoral se designe un registrador ad hoc para atender las elecciones presidenciales. La democracia colombiana es sólida y la más antigua de América Latina y hay que cuidarla. El camino para ello es que el que empiece a gobernar el 7 de agosto sea el legítimo presidente y vicepresidente”, argumentó el senador Juan Diego Gómez tras su intervención, en la que cuestionó a Vega e hizo el pedido de apartarlo del cargo.
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Gómez fue uno de los que más cuestionó a la Registraduría. Este consideró que hubo irregularidades en varias etapas y hasta llegó a prender las alarmas ante un posible conflicto de intereses, ya que el director de sistema de la Registraduría fue anteriormente gerente de Indra, empresa encargada del diseño del software de escrutinio para la etapa nacional.