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El nombre de Mario Castaño era casi desconocido para la mayoría de colombianos. Aunque llevaba ocho años en el Congreso de la República, primero como representante a la Cámara y después como senador, su voz casi nunca se escuchó a nivel nacional, pues fueron siempre otros compañeros suyos los que tomaron la batuta para salir a los medios a hablar sobre la gestión legislativa del Partido Liberal, en el que milita. Esto cambió ayer, luego de que agentes del CTI le pusieran esposas mientras salía del Capitolio.
(Lea completo: El expediente por el que el senador Mario Castaño fue capturado)
La captura de Mario Castaño fue una sin precedentes en los años recientes del Congreso. De hecho, causó asombró la escena, pues desde la época de los congresistas investigados por parapolítica no apresaban a un parlamentario a la salida de su lugar de trabajo. Entre tantos legisladores señalados de ser corruptos, la Fiscalía encontró pruebas suficientes para afirmar que Castaño, un hombre de corbata (como se le conoce a los que habitan el Congreso), sería el cabecilla de una organización criminal dedicada a direccionar contratos en entidades públicas con la finalidad de apropiarse de dineros del erario. De hecho, según fuentes del ente investigador consultadas por este diario dijeron que vendrían más capturas relacionadas con su caso.
Mientras la investigación avanza en la Fiscalía, y la Corte Suprema lo llama a indagatoria, quedan dos preguntas en el aire: ¿Quién es Mario Castaño y qué pasará con su curul ahora que va preso?
Mario Alberto Castaño: de auxiliar de contabilidad a congresista
Castaño tiene 50 años. Es oriundo de Pácora, un municipio de más de 13.000 habitantes situado al norte de Caldas. Es contador público de la Universidad de Manizales, tiene un posgrado en gerencia financiera, y en ese sentido inició su vida profesional: trabajó en la Gobernación de Caldas como pagador auxiliar y luego auxiliar de contabilidad. Laboró en Empocaldas como subjefe de contabilidad y presupuesto y coordinador de costos. Hizo parte de la Industria Licorera de Caldas como jefe de la oficina financiera y gerente financiero y comercial, siendo esta última experiencia una de las que más rumores le acarreó sobre la legalidad de los negocios que iba construyendo a la par.
Hasta 2014. Ese año Castaño llegó a la Cámara por primera vez, con 26.060 votos. Paradójicamente con lo que ocurre en la actualidad, Castaño ganó esa curul con el discurso de dignificar la política. “Decidimos abordar este reto de la Cámara de Representantes porque teníamos que aprovechar el momento histórico del Partido Liberal, y pudimos hacer un grupo selecto que entendemos que es hora de abrir las puertas para trazar un camino para las nuevas generaciones de Caldas”, dijo en el lanzamiento de esa primera campaña, en su natal Pácora. “Un pacoreño los va a hacer quedar muy bien”, agregó, insistiendo en que su ejercicio político era decente y por eso era capaz de mirar a sus coterráneos a la cara. Acá el video:
En 2018 dio el salto al Senado con 73.079 apoyos (el octavo entre las 10 mayores votaciones). En ese entonces, José Luis Correa, también caldense, fue su fórmula a la Cámara. Correa ganó con 39.249 votos, la cifra más alta en la lista por Caldas. Aunque Castaño ha sido bien conocido en su tierra, a nivel nacional se desvanece su visibilidad: en estos cuatro años de actividad legislativa intervino poco en las plenarias y casi no salió a hablar ante los medios. De hecho, las notas de prensa con mayor preponderancia en las que aparece como protagonista tienen relación con el caso de presunta corrupción en su contra, que inició en marzo y terminó en su captura.
Sus líos con la justicia no le impidieron lanzarse nuevamente este año. Es uno de los congresistas cercanos a César Gaviria, director del liberalismo. Para esta campaña, gran parte de la inversión de la campaña de Castaño tuvo la bendición del Partido Liberal. Como dijo W Radio el pasado 18 de abril, el congresista reportó ingresos y gastos de campaña por 644 millones de pesos. “Según su reporte ante el Consejo Nacional Electoral (CNE), 334 millones fueron recursos propios, mientras que 310 millones fueron donados o prestados, a pesar de sus procesos ante la Fiscalía y la Corte Suprema de Justicia. Por ejemplo, el Partido Liberal le donó 90 millones”, manifestó la emisora.
¿Pasado turbulento?
Por ahora, no se sabe con certeza. Por un lado, sobre la presunta corrupción por la que está siendo investigado, Castaño ha argumentado repetidas veces que, considera, están utilizando la justicia “para fines perversos”. “Uno después de observar el proceso ve que no es en contra de las personas que capturaron, sino de Mario Castaño. A uno le da tristeza porque están utilizando la justicia para fines perversos. Le invito a que revise mis entradas al Congreso, pues no voy hace mucho tiempo por la pandemia. Yo no contrato. Si están ajustando pliegos, cosa que yo desconozco, ¿por qué no hay servidores públicos en las capturas, y solo privados?”, dijo también a W Radio hace tres meses, cuando la Fiscalía capturó a nueve personas relacionadas con la red de contratación irregular. Los capturados indicaron que la corruptela se venía fraguando desde ocho meses atrás, en la oficina de un senador.
Por otro lado, los señalamientos por presuntas acciones fuera de la ley de Mario Castaño son de vieja data y tienen que ver con su paso por la Industria Licorera de Caldas que, a ojos de periodistas caldenses, fue un punto de quiebre entre el Mario Castaño contador, y el empresario que luego saltó al Congreso. En las elecciones regionales de 2019, los rumores sobre el senador liberal revivieron pues apoyaba al candidato a la alcaldía de Manizales, Jorge Hernán Mesa (que perdió). “Mesa, en su ejercicio de funcionario, no tiene manchas. Su única tacha es estar acompañado por Castaño, un contador que trabajaba en la Licorera de Caldas, que hace 10 años no era nadie, y que ahora es el que manda en la región”, aseguró ante este diario una fuente en 2019, en plena efervescencia electoral.
¿Y qué va a pasar con la curul?
A pesar de los rumores de antaño y los líos recientes, Mario Castaño ganó su curul con 68.315 votos. Faltan 12 días para que esta legislatura acabe y menos de dos meses para que el nuevo Congreso se posesione. Como fue capturado, Castaño no puede tomar posesión de la curul que ha amasado los últimos ocho años. Entonces, ¿qué va a pasar con esa silla? Todo depende del desenlace judicial.
En primera instancia, Castaño se encuentra suspendido de su rol como senador pues la decisión judicial sigue en firme. Así se mantendrá hasta el 20 de junio, cuando termine oficialmente la legislatura de este Congreso del que hacía parte. Después de esto, el CNE debe declarar a Castaño como congresista electo. Si lo hace y por obvias razones este no asiste a su posesión, el Consejo de Estado tendría la potestad para iniciar un proceso por pérdida de investidura, ya que no participar en la posesión es una falta grave de un congresista, según la Ley Quinta (que es la que rige al Congreso).
Vale la pena aclarar algo: según la ley, el Partido Liberal no perdería inmediatamente la curul. Por ser una falta absoluta, el presidente de la Cámara podrá llamar a la siguiente persona en la lista de esa colectividad, que quedó por fuera del legislativo, para que tome el puesto de Castaño. Dicha persona sería Sara Castellanos. No obstante, este procedimiento tendría reversa si la justicia dice que Castaño es culpable de corrupción. En este caso, aplicará la silla vacía y el partido perdería la curul.
Por ahora, el Partido Liberal ya suspendió a Castaño y el tribunal de ética de la colectividad pidió pruebas a la Fiscalía para expulsarlo. Esto toma uno o dos días. “El tribunal disciplinario al que se le envía el tema se va a pronunciar oficialmente, pero ya fue suspendido y esta tarde o mañana podría ser expulsado . El tribunal revisará las pruebas”, explicó una fuente al interior del liberalismo.
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