Elecciones y control del Congreso, las batallas del Gobierno de 2019
A la administración de Iván Duque le quedan seis meses para conquistar al Legislativo y llegar fuerte a las votaciones locales y departamentales de octubre. A finales de enero, el presidente espera reunirse con los partidos de Gobierno e independientes.
-Redacción Política
Este lunes es el último día del año y el país político se prepara para recibir un 2019 álgido, en el que dos eventos concentran la expectativa: el balance del primer trimestre del gobierno Duque y la reconfiguración de fuerzas en el mapa regional tras las elecciones de octubre próximo. En pocas palabras, el calendario en los laberintos del poder estará movido, al punto que no habrá tregua para cometer errores ni tiempo para “modificar, explicar, mejorar”, como le recomendó el expresidente y hoy senador, Álvaro Uribe, al mandatario.
Por eso, la primera carta por la que se la jugará el presidente Duque los primeros días del nuevo año será la de buscar una mejor relación entre el Ejecutivo y el Congreso, ante la crisis de gobernabilidad que reflejó el resultado de las iniciativas que intentó liderar cuando asumió su mandato. Para el lunes 28 de enero fue convocada una reunión entre los encargados de la política en la Casa de Nariño con los partidos oficialistas e independientes. El objetivo será lograr una agenda común de cara al arranque legislativo a partir de febrero, cuando comienzan las sesiones extraordinarias en el Capitolio.
La recomposición de la coalición de Gobierno será fundamental para el primer mandatario, pues al cierre del 2018 fue testigo de cómo los dos partidos declarados en independencia (Partido Liberal y Cambio Radical) fueron la piedra en el zapato en dos de las apuestas más importantes para el Ejecutivo: la reforma a la justicia y la ley de financiamiento, sin contar con lo poco que quedó de la reforma política. En esa perspectiva, ya se sabe que fueron invitados a la reunión el expresidente César Gaviria, director de la colectividad roja, y el exvicepresidente Germán Vargas Lleras, jefe natural de Cambio Radical.
La idea es lograr que los partidos de Gaviria y Vargas, además de los de Gobierno (Centro Democrático, Partido Conservador y la U) acompañen el Plan Nacional de Desarrollo, bautizado “Pacto por Colombia, pacto por la equidad”, que será radicado el 7 de febrero en el Congreso. “Los partidos son fundamentales para la firma de este pacto”, dijo la ministra del Interior, Nancy Patricia Gutiérrez. Así que el tiempo entre la reunión de enero y el inicio de las extras será corto de cara al primer reto legislativo de Duque con las bancadas: ganarse su voto.
La siguiente jugada política para Duque llegará en marzo, cuando inicia el período ordinario del Congreso y ahí es donde, una vez más, será puesta a prueba lo que podría llamarse la reconquista del Gobierno a senadores y representantes. Los antecedentes de una reforma política coja y una a la justicia, hundida; un dilatado debate sobre la modernización del sector de las telecomunicaciones y un frustrado resultado de los proyectos anticorrupción pondrán a prueba el liderazgo de Duque para, ahora sí, lograr cambios en estas cuatro materias.
Sobre la primera, el Gobierno insistirá en eliminar el voto preferente y establecer la obligatoriedad de listas cerradas, así como la financiación estatal de las campañas. Sobre la segunda, se anticipa una nueva reculada de la ministra de Justicia, Gloria María Borrero, pues todo parece indicar que ya no será radicada la reforma constitucional y la batalla será, más bien, por medio de proyectos de ley ordinarios. En el debate de las TIC, el reto será hacer pedagogía para neutralizar a los críticos del proyecto. Y sobre los proyectos anticorrupción, aún no es claro qué grado de prelación les dará el Gobierno a los que se alcanzaron a salvar.
Entre tanto, el ojo del Gobierno y de las bancadas independientes también estará puesto sobre el Estatuto de la Oposición que permite, por una sola vez, modificar su declaración política durante el período del presidente Duque. Lo anterior es fundamental porque, aunque Duque ha sostenido que no habrá una relación tóxica de mermelada con los parlamentarios, lo cierto es que los partidos reclaman verdadera representación política.
“Nosotros estamos interesados en que el presidente adopte ideas liberales y entraríamos al Gobierno cuando su agenda las incluya, cuando nos convoquen a construir proyectos de ley o actos legislativos. Los liberales, en su mayoría, acompañamos a Iván Duque y lo primero que nos interesa es que el Gobierno acoja nuestras propuestas”, dijo hace un par de semanas Fabio Amín, senador “rojo”, frente a la reunión que se aproxima. Aunque aclaró que no están buscando cargos —como en su momento lo señaló la ministra Borrero—, sí quieren mayor interlocución con el Ejecutivo.
En junio acaba la primera legislatura y se instala la campaña electoral. Lo que significa que Duque contará con apenas unos cuantos meses para cumplir con sus objetivos antes de que los congresistas se trasladen a las regiones, en el segundo semestre del año. Como se sabe, en octubre se llevarán a cabo las elecciones departamentales y locales que desde ya toman forma de primarias. En 2015, el triunfo electoral en las alcaldías fue para el partido de la U. En las gobernaciones, los liberales se hicieron con la mayoría, pero ahora con un Centro Democrático más fuerte y con presidente a bordo, es difícil predecir la reconfiguración del escenario político 2019-2022.
Así las cosas, lo que se vislumbra al arranque del nuevo año será una agenda política intensa. En la que el Gobierno se juega el control del Congreso; mientras opositores e independientes calculan sus movidas para llegar al poder en 2022. Intereses que claramente chocarán y auguran un 2019 de tremendos debates políticos.
Este lunes es el último día del año y el país político se prepara para recibir un 2019 álgido, en el que dos eventos concentran la expectativa: el balance del primer trimestre del gobierno Duque y la reconfiguración de fuerzas en el mapa regional tras las elecciones de octubre próximo. En pocas palabras, el calendario en los laberintos del poder estará movido, al punto que no habrá tregua para cometer errores ni tiempo para “modificar, explicar, mejorar”, como le recomendó el expresidente y hoy senador, Álvaro Uribe, al mandatario.
Por eso, la primera carta por la que se la jugará el presidente Duque los primeros días del nuevo año será la de buscar una mejor relación entre el Ejecutivo y el Congreso, ante la crisis de gobernabilidad que reflejó el resultado de las iniciativas que intentó liderar cuando asumió su mandato. Para el lunes 28 de enero fue convocada una reunión entre los encargados de la política en la Casa de Nariño con los partidos oficialistas e independientes. El objetivo será lograr una agenda común de cara al arranque legislativo a partir de febrero, cuando comienzan las sesiones extraordinarias en el Capitolio.
La recomposición de la coalición de Gobierno será fundamental para el primer mandatario, pues al cierre del 2018 fue testigo de cómo los dos partidos declarados en independencia (Partido Liberal y Cambio Radical) fueron la piedra en el zapato en dos de las apuestas más importantes para el Ejecutivo: la reforma a la justicia y la ley de financiamiento, sin contar con lo poco que quedó de la reforma política. En esa perspectiva, ya se sabe que fueron invitados a la reunión el expresidente César Gaviria, director de la colectividad roja, y el exvicepresidente Germán Vargas Lleras, jefe natural de Cambio Radical.
La idea es lograr que los partidos de Gaviria y Vargas, además de los de Gobierno (Centro Democrático, Partido Conservador y la U) acompañen el Plan Nacional de Desarrollo, bautizado “Pacto por Colombia, pacto por la equidad”, que será radicado el 7 de febrero en el Congreso. “Los partidos son fundamentales para la firma de este pacto”, dijo la ministra del Interior, Nancy Patricia Gutiérrez. Así que el tiempo entre la reunión de enero y el inicio de las extras será corto de cara al primer reto legislativo de Duque con las bancadas: ganarse su voto.
La siguiente jugada política para Duque llegará en marzo, cuando inicia el período ordinario del Congreso y ahí es donde, una vez más, será puesta a prueba lo que podría llamarse la reconquista del Gobierno a senadores y representantes. Los antecedentes de una reforma política coja y una a la justicia, hundida; un dilatado debate sobre la modernización del sector de las telecomunicaciones y un frustrado resultado de los proyectos anticorrupción pondrán a prueba el liderazgo de Duque para, ahora sí, lograr cambios en estas cuatro materias.
Sobre la primera, el Gobierno insistirá en eliminar el voto preferente y establecer la obligatoriedad de listas cerradas, así como la financiación estatal de las campañas. Sobre la segunda, se anticipa una nueva reculada de la ministra de Justicia, Gloria María Borrero, pues todo parece indicar que ya no será radicada la reforma constitucional y la batalla será, más bien, por medio de proyectos de ley ordinarios. En el debate de las TIC, el reto será hacer pedagogía para neutralizar a los críticos del proyecto. Y sobre los proyectos anticorrupción, aún no es claro qué grado de prelación les dará el Gobierno a los que se alcanzaron a salvar.
Entre tanto, el ojo del Gobierno y de las bancadas independientes también estará puesto sobre el Estatuto de la Oposición que permite, por una sola vez, modificar su declaración política durante el período del presidente Duque. Lo anterior es fundamental porque, aunque Duque ha sostenido que no habrá una relación tóxica de mermelada con los parlamentarios, lo cierto es que los partidos reclaman verdadera representación política.
“Nosotros estamos interesados en que el presidente adopte ideas liberales y entraríamos al Gobierno cuando su agenda las incluya, cuando nos convoquen a construir proyectos de ley o actos legislativos. Los liberales, en su mayoría, acompañamos a Iván Duque y lo primero que nos interesa es que el Gobierno acoja nuestras propuestas”, dijo hace un par de semanas Fabio Amín, senador “rojo”, frente a la reunión que se aproxima. Aunque aclaró que no están buscando cargos —como en su momento lo señaló la ministra Borrero—, sí quieren mayor interlocución con el Ejecutivo.
En junio acaba la primera legislatura y se instala la campaña electoral. Lo que significa que Duque contará con apenas unos cuantos meses para cumplir con sus objetivos antes de que los congresistas se trasladen a las regiones, en el segundo semestre del año. Como se sabe, en octubre se llevarán a cabo las elecciones departamentales y locales que desde ya toman forma de primarias. En 2015, el triunfo electoral en las alcaldías fue para el partido de la U. En las gobernaciones, los liberales se hicieron con la mayoría, pero ahora con un Centro Democrático más fuerte y con presidente a bordo, es difícil predecir la reconfiguración del escenario político 2019-2022.
Así las cosas, lo que se vislumbra al arranque del nuevo año será una agenda política intensa. En la que el Gobierno se juega el control del Congreso; mientras opositores e independientes calculan sus movidas para llegar al poder en 2022. Intereses que claramente chocarán y auguran un 2019 de tremendos debates políticos.