Tras las denuncias de confinamiento y la supuesta toma del corregimiento de Pogue, en Bojayá, el pasado 3 de enero, el Gobierno llegó al territorio dos días después en cabeza del ministro del Interior (e), Daniel Palacios, y desde entonces no ha abandonado el territorio que ahora está siendo acompañado por el alto comisionado para la Paz, Miguel Ceballos.
Mientras Palacios aseguró que todo estaba bajo control y en “absoluta tranquilidad”, el comisionado de Paz hizo una radiografía de la situación del territorio y anunció, por ejemplo, que en el municipio chocoano no habrá desminado humanitario, sino militar.
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“El desminado humanitaria solo se puede hacer donde hay condiciones de seguridad porque lo hacen organizaciones civiles desarmadas o la brigada de desminado del Ejército que está desarmada. En el caso del Chocó, el desminado se viene haciendo por parte de los grupos del Ejército que van en la avanzada de la tropa para ir liberando las zonas de minas antiperonal”, explicó Ceballos a Blu Radio.
Así mismo, sobre este punto recordó que se basa una de las condiciones del presidente Iván Duque para sentarse a negociar con el Eln, uno de los grupos armados que el Gobierno responsabiliza, junto a la Autodefensas Gaitanistas, de la situación de confinamiento de las comunidades de Bojayá.
“El país ha pasado la página y sabe que este tipo de conductas de confinamiento a personas están absolutamente proscritas”, dijo tajantemente, a la vez que aseguró que el Estado está trabajando con contundencia.
Así mismo, señaló que los corregimientos más vulnerables (Corazón de Jesús, Lomas y Piedra Candela) ya cuentan con la presencia de la Séptima División del Ejército y que desde ya el Gobierno está trabajando con los recién posesionados mandatarios Ariel Palacios, gobernador de Chocó, y Edilfredo Machado, alcalde de Bojayá.
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