“En Colombia, hay aspiraciones presidenciales casi que por deporte”: Rodrigo Lara
El senador Rodrigo Lara presentó este jueves su Fundación Juntos, como un centro de pensamiento político. Para muchos, no deja de ser una movida electora con miras a una candidatura presidencial. Entrevista.
Con la intención de dar grandes debates sobre temas fundamentales para el país, el senador Rodrigo Lara lanzó este jueves su Fundación Juntos. Según Lara, esa organización funcionará como un centro de pensamiento liberal que propondrá alternativas de solución a los problemas que, entre muchas otras cosas, se han acentuado con la pandemia del nuevo coronavirus. Sin embargo, en pleno año electoral, resulta difícil desligar cualquier movimiento político como una preparación para la carrera por la Presidencia que se avecina en 2022.
Lara renunció a Cambio Radical en noviembre pasado, siguiendo la tendencia de varios congresistas, como Roy Barreras o Armando Benedetti, quienes, luego de conformar una disidencia en el interior del Partido de la U, dejaron sus filas. Lara, además, hace parte de la llamada bancada liberal socialdemócrata, que, por supuesto, no es un partido como tal, sino un bloque parlamentario que coincide en varias ideas y desde donde se han propuesto de manera oficial varios proyectos de ley.
En ese espacio, las intenciones de varis de sus miembros de aspirar a la Presidencia son claras y cada uno la impulsa a su manera, ya sea a través de la promoción de referendos o buscando grandes coaliciones entre varios sectores para convocar a consultas que permitan elegir candidatos únicos. En entrevista con El Espectador, Lara señala que no tiene afán, pero admite que “cualquier actor político tiene en perspectiva una aspiración presidencial”.
Este jueves lanzó su Fundación Juntos. ¿Qué buscará a través de esta?
En efecto lanzamos esta fundación, que es un centro de pensamiento político, de filosofía libre, socialdemócrata, porque creo que el debate político debe enriquecerse con posturas académicas y profesionales. Estamos viviendo una crisis muy profunda y la política no puede ser una expresión superficial, vaga o etérea, y menos producto de una simple polarización y división del país. Los problemas por resolver son muy profundos y creo que deben discutirse con mucha seriedad. Para eso es esta fundación.
Es inevitable desligar la creación de la fundación con una futura campaña o intención de participar en las elecciones de 2022. ¿Tiene relación directa la fundación con una aspiración personal a la Presidencia?
Cualquier actor político tiene en perspectiva una aspiración presidencial. Sin embargo, en esto soy metódico y serio. Considero que lo primero es representar una idea, postura política y concretarla en un programa. Si no somos capaces de representar y plantear estas reformas, en el marco de la fundación, entonces, no tiene mucho sentido aspirar por aspirar. Uno aspira en nombre de y en representación de una idea. No necesariamente consiste en consideraciones personales. Esperemos. No tengo afán ni aspiraciones en esta materia, pero sí creo que hay que empezar y se hace con este tipo de procesos.
Llama la atención cuando habla de trabajar en posturas ideológicas. ¿Cree que hoy las aspiraciones políticas son muy superficiales?
En Colombia, hay aspiraciones presidenciales casi que por deporte. Hay mucha gente que quiere aspirar por estar en la foto de la candidatura o porque considera que sus condiciones personales son excepcionales. Creo que, antes de pensar en eso, hay que hacer la tarea de representar una idea. Estamos viviendo una ruptura muy profunda con esta crisis. Esto puede cambiar el curso colectivo de la historia del país, pues, heredamos problemas muy complejos: una economía que no genera empleo, una crisis migratoria sin precedentes, un territorio en el que el Estado no sabe hacer presencia, delincuencia transnacional, una educación pública en crisis, en fin. Entonces, antes de una aspiración concreta, se debe plantear una aspiración ideológica. Entre más clara, más transparente se es frente al electorado.
Usted hace parte de la llamada “suprabancada” liberal socialdemócrata (LSD). ¿La fundación tiene algo que ver con ese bloque parlamentario?
Nosotros impulsamos mucho de la creación de ese bloque parlamentario hace varios meses. Sin embargo, esta fundación quiere ahondar en esa concepción y, al mismo tiempo, convertir esto en un proceso cívico y ciudadano, que es algo mucho más importante que un grupo parlamentario.
¿Pero la fundación no quiere decir que usted se aparta de ese bloque?
No, porque yo sigo en el parlamento y allí hemos concertado acciones con el grupo liberal socialdemócrata. Es un ejercicio interesante porque somos 11 senadores distintos, con intereses diferentes, pero que creemos todos en una misma idea: la del liberalismo reformista. Tanto así que recientemente presentamos un proyecto de ley en el que pedimos al Gobierno que extienda el subsidio a la nómina seis meses más, incluyendo, en esta ocasión, a las microempresas que tanta ayuda necesitan.
¿Para usted qué es necesario para defender una propuesta presidencial? Ha dicho que puede haber diferentes personas, pero se deben tener unificados criterios políticos.
El centro, per se, no existe. Es decir, no es una corriente ideológica concreta. Allí encuentra movimientos o tendencias con elementos similares, pero distintos. Para crear un proceso de consulta y concertación que tenga fuerza y causa, debe haber previamente coherencia ideológica. Eso se ha hecho muy difícil cuando se ha tratado de abrir el abanico. Hay ciertos sectores de centro verde que quieren irse rápidamente con Gustavo Petro y no hay que frenarlos. Hay otros sectores de ese partido, que son más cercanos a este espectro de corte libera, y con ellos sí se puede armar esta concertación. En todo caso, uno no debe vetar nombres, siempre y cuando exista coherencia en materia ideológica.
¿Le entiendo que esa fundación puede funcionar como una plataforma programática para una propuesta presidencial el año que viene?
A mí sí me gustaría mucho convertir esto en una discusión muy seria y profunda. La política colombiana no puede seguir cabalgando en la superficialidad, divisiones, pasiones, pugnacidad personal. Esto tiene que basarse en propuestas de país. Es que la crisis que estamos atravesando es uno de los retos más grandes que ha enfrentado el país en toda su historia. En la población colombiana ya no hay fe en el sistema democrático, que no hay salida. La gente está cayendo en la desesperación y cuando eso pasa, empiezan a resquebrajarse los sistemas políticos porque pierden su legitimidad y la capacidad para resolver problemas. Entonces, aquí hay que tomarse en serio lo que se avecina, hacer planteamientos profundos, serios, consistentes y basados en evidencia.
Lea también: “Cambié de partido solo una vez”: Roy Barreras
Veo que usted no quiere ser parte del montón, sino liderar una propuesta. ¿A quién le gustaría que lo acompañara en este camino?
Estuve conversando recientemente con Carlos Fernando y Juan Manuel Galán, para que juntos invitemos a diferentes sectores a construir esta propuesta de centro, amplia y liberal. Hay sectores de la Alianza Verde que no van a estar con Gustavo Petro, que podrían conformar perfectamente este bloque, y personas que nos gustaría invitar, como Alejandro Gaviria, Luis Fernando Velasco. Tantas personas con los que podríamos hacerlo. Enuncio algunos, pero hay muchos.
Usted, finalmente, ha tenido deferencias públicas con Sergio Fajardo y esta vez ha dicho que tiene la puerta abierta para hacer parte de esta iniciativa...
Es que no podemos construir la política como un club de amigos o como un club cerrado de si fulano me cae bien o me cae mal. Esto es una competencia, antes que cualquier cosa, pero creo que la competencia se puede hacer en el marco de concertaciones y procesos de consulta cuando se pueden compartir unas idas fundamentales y básicas. Si el doctor Fajardo respeta y contempla estas ideas reformistas y liberales, quién soy yo para vetarlo. El que veta en una democracia es el elector que va a las urnas.
Es decir, que usted hoy tiene coincidencias ideológicas con Sergio Fajardo...
Yo tengo muchas diferencias con Sergio Fajardo y así lo he manifestado. Pero son diferencias que tienen que ver con la forma como él ha gobernador a Medellín y sus posturas, pero eso no quiere decir que exista veto de parte mía ni que existan unas diferencias ideológicas irreconciliables. Yo creo que, en el fondo, sigue siendo un demócrata. No son secretas mis diferencias con Fajardo, he sido muy crítico, pero no puedo vetar a nadie. En los procesos de consulta en el pasado usted encontraba candidatos como Luis Carlos Galán, por el Partido Liberal, pero también por otro lado a Alberto Santofimio. Los procesos de consulta no son para clubes de amigos, siempre y cuando exista coherencia sobre una idea, un dogma o una filosofía concreta.
Hablemos de un nombre específico: Roy Barreras. Evidentemente está en campaña a la Presidencia. ¿Usted lo ha invitado a su proyecto?
Por supuesto. Roy es un hombre de origen liberal, es demócrata y si Roy se identifica con esto, como así lo ha manifestado, la puerta está abierta. Hay que quitarse de la cabeza la idea que las consultas son roscas. Las consultas son procesos de concertación entre quienes comparten una idea. En este momento, en el país, hay tres grandes polos ideológicos: hay un polo de derecha, donde hay varias candidaturas; uno de izquierda, donde está una candidatura fuerte que es Gustavo Petro; y hay un polo de naturaleza centro-liberal, que es la que estamos construyendo, pero no es un centro tibio, no es un centro ambiguo ni indefinido. Es una postura clara, con posturas ideológicas y una matriz liberal. Si no desarrollamos una causa lo suficientemente fuerte, pues, este proceso va a palidecer al lado de procesos como los de derecha o de izquierda, que tienen casusas sólidas y definidas.
Cuando dice que no son un centro tibio. ¿Hacia qué lado tira ese centro?
Es que el hecho de ser liberal no significa ser de izquierda, pero tampoco es un conservador de derecha. Básicamente es una expresión profundamente democrática y si usted le agrega, además, la socialdemocracia reformista, que es una tendencia liberal que cree en la separación de poderes, en el Estado de derecho, en las garantías ciudadanas, en la independencia de la justicia, en la economía de mercado, pero que también esa sociedad de hombres libres se rige por un principio de solidaridad y que esa solidaridad debe reformar al Estado y muchos aspectos de la economía. Ese es el credo ideológico profundo que tiene un liberal reformista.
Muchas de las cosas que ha mencionado tienen parecidos con los postulados de Petro. ¿Petro podría hacer parte de una consulta con el sector que representa?
No creo que esa discusión realmente se plantee. Nosotros somos liberales, pero un liberal no es una persona de izquierda. Yo entiendo que esa discusión se plantee en la Alianza Verde, que tiene un sector de centroizquierda muy grande, por no decir mayoritario, pero nosotros no compartimos postulados marxistas. Esa discusión aquí no se plantea y, francamente, no debería plantearse. Yo respeto mucho la expresión política de Gustavo Petro, es mi compañero en la Comisión Primera de Senado, tengo una relación muy cordial con él, jamás lo he estigmatizado por lo que piensa. Pero él tiene una postura de izquierda con una matriz marxista y aquí somos liberales. Eso hace que seamos ideológicamente muy distintos.
Lea más: Se agita el sonajero conservador en búsqueda de candidato presidencial
Le entiendo, entonces, que en esa consulta no tiene cabida Petro...
Es que es como si nos preguntaran que por qué no hacemos una consulta con el doctor Álvaro Uribe. No, porque el doctor Uribe representa una corriente ideológica distinta. no tiene sentida mezclar corrientes tan dispares en una consulta, eso se vuele una amalgama que nadie entiende. Entre la derecha que nos gobierna hoy y nosotros hay una diferencia muy grande, y lo mismo pasa con la izquierda de Gustavo Petro.
Hace unos días, Roy Barreras hizo una carta que envió a los miembros de la bancada LSD, pidiendo que renunciaran a sus respectivos partidos. ¿Cree que van a atender esa petición?
Me parece que no lleva a nada esa petición de Roy Barreras porque muchos de nuestros colegas en el grupo parlamentario socialdemócrata no tienen alternativa distinta a la de quedarse encerrados en esas cárceles de partidos en los que están. La ley colombiana es absurda, es una ley hecha para desestimular la irrupción de nuevos movimientos y nuevos partidos y preservar el monopolio de los viejos y anacrónicos partidos que tiene el país. Esa petición es hacerles un mal a ellos y, en mi opinión, lo importante es tener un grupo de acción parlamentaria motivado por una idea. Eso es más importante que estar aquí o allá. No tiene sentido esa propuesta de Roy.
Con la intención de dar grandes debates sobre temas fundamentales para el país, el senador Rodrigo Lara lanzó este jueves su Fundación Juntos. Según Lara, esa organización funcionará como un centro de pensamiento liberal que propondrá alternativas de solución a los problemas que, entre muchas otras cosas, se han acentuado con la pandemia del nuevo coronavirus. Sin embargo, en pleno año electoral, resulta difícil desligar cualquier movimiento político como una preparación para la carrera por la Presidencia que se avecina en 2022.
Lara renunció a Cambio Radical en noviembre pasado, siguiendo la tendencia de varios congresistas, como Roy Barreras o Armando Benedetti, quienes, luego de conformar una disidencia en el interior del Partido de la U, dejaron sus filas. Lara, además, hace parte de la llamada bancada liberal socialdemócrata, que, por supuesto, no es un partido como tal, sino un bloque parlamentario que coincide en varias ideas y desde donde se han propuesto de manera oficial varios proyectos de ley.
En ese espacio, las intenciones de varis de sus miembros de aspirar a la Presidencia son claras y cada uno la impulsa a su manera, ya sea a través de la promoción de referendos o buscando grandes coaliciones entre varios sectores para convocar a consultas que permitan elegir candidatos únicos. En entrevista con El Espectador, Lara señala que no tiene afán, pero admite que “cualquier actor político tiene en perspectiva una aspiración presidencial”.
Este jueves lanzó su Fundación Juntos. ¿Qué buscará a través de esta?
En efecto lanzamos esta fundación, que es un centro de pensamiento político, de filosofía libre, socialdemócrata, porque creo que el debate político debe enriquecerse con posturas académicas y profesionales. Estamos viviendo una crisis muy profunda y la política no puede ser una expresión superficial, vaga o etérea, y menos producto de una simple polarización y división del país. Los problemas por resolver son muy profundos y creo que deben discutirse con mucha seriedad. Para eso es esta fundación.
Es inevitable desligar la creación de la fundación con una futura campaña o intención de participar en las elecciones de 2022. ¿Tiene relación directa la fundación con una aspiración personal a la Presidencia?
Cualquier actor político tiene en perspectiva una aspiración presidencial. Sin embargo, en esto soy metódico y serio. Considero que lo primero es representar una idea, postura política y concretarla en un programa. Si no somos capaces de representar y plantear estas reformas, en el marco de la fundación, entonces, no tiene mucho sentido aspirar por aspirar. Uno aspira en nombre de y en representación de una idea. No necesariamente consiste en consideraciones personales. Esperemos. No tengo afán ni aspiraciones en esta materia, pero sí creo que hay que empezar y se hace con este tipo de procesos.
Llama la atención cuando habla de trabajar en posturas ideológicas. ¿Cree que hoy las aspiraciones políticas son muy superficiales?
En Colombia, hay aspiraciones presidenciales casi que por deporte. Hay mucha gente que quiere aspirar por estar en la foto de la candidatura o porque considera que sus condiciones personales son excepcionales. Creo que, antes de pensar en eso, hay que hacer la tarea de representar una idea. Estamos viviendo una ruptura muy profunda con esta crisis. Esto puede cambiar el curso colectivo de la historia del país, pues, heredamos problemas muy complejos: una economía que no genera empleo, una crisis migratoria sin precedentes, un territorio en el que el Estado no sabe hacer presencia, delincuencia transnacional, una educación pública en crisis, en fin. Entonces, antes de una aspiración concreta, se debe plantear una aspiración ideológica. Entre más clara, más transparente se es frente al electorado.
Usted hace parte de la llamada “suprabancada” liberal socialdemócrata (LSD). ¿La fundación tiene algo que ver con ese bloque parlamentario?
Nosotros impulsamos mucho de la creación de ese bloque parlamentario hace varios meses. Sin embargo, esta fundación quiere ahondar en esa concepción y, al mismo tiempo, convertir esto en un proceso cívico y ciudadano, que es algo mucho más importante que un grupo parlamentario.
¿Pero la fundación no quiere decir que usted se aparta de ese bloque?
No, porque yo sigo en el parlamento y allí hemos concertado acciones con el grupo liberal socialdemócrata. Es un ejercicio interesante porque somos 11 senadores distintos, con intereses diferentes, pero que creemos todos en una misma idea: la del liberalismo reformista. Tanto así que recientemente presentamos un proyecto de ley en el que pedimos al Gobierno que extienda el subsidio a la nómina seis meses más, incluyendo, en esta ocasión, a las microempresas que tanta ayuda necesitan.
¿Para usted qué es necesario para defender una propuesta presidencial? Ha dicho que puede haber diferentes personas, pero se deben tener unificados criterios políticos.
El centro, per se, no existe. Es decir, no es una corriente ideológica concreta. Allí encuentra movimientos o tendencias con elementos similares, pero distintos. Para crear un proceso de consulta y concertación que tenga fuerza y causa, debe haber previamente coherencia ideológica. Eso se ha hecho muy difícil cuando se ha tratado de abrir el abanico. Hay ciertos sectores de centro verde que quieren irse rápidamente con Gustavo Petro y no hay que frenarlos. Hay otros sectores de ese partido, que son más cercanos a este espectro de corte libera, y con ellos sí se puede armar esta concertación. En todo caso, uno no debe vetar nombres, siempre y cuando exista coherencia en materia ideológica.
¿Le entiendo que esa fundación puede funcionar como una plataforma programática para una propuesta presidencial el año que viene?
A mí sí me gustaría mucho convertir esto en una discusión muy seria y profunda. La política colombiana no puede seguir cabalgando en la superficialidad, divisiones, pasiones, pugnacidad personal. Esto tiene que basarse en propuestas de país. Es que la crisis que estamos atravesando es uno de los retos más grandes que ha enfrentado el país en toda su historia. En la población colombiana ya no hay fe en el sistema democrático, que no hay salida. La gente está cayendo en la desesperación y cuando eso pasa, empiezan a resquebrajarse los sistemas políticos porque pierden su legitimidad y la capacidad para resolver problemas. Entonces, aquí hay que tomarse en serio lo que se avecina, hacer planteamientos profundos, serios, consistentes y basados en evidencia.
Lea también: “Cambié de partido solo una vez”: Roy Barreras
Veo que usted no quiere ser parte del montón, sino liderar una propuesta. ¿A quién le gustaría que lo acompañara en este camino?
Estuve conversando recientemente con Carlos Fernando y Juan Manuel Galán, para que juntos invitemos a diferentes sectores a construir esta propuesta de centro, amplia y liberal. Hay sectores de la Alianza Verde que no van a estar con Gustavo Petro, que podrían conformar perfectamente este bloque, y personas que nos gustaría invitar, como Alejandro Gaviria, Luis Fernando Velasco. Tantas personas con los que podríamos hacerlo. Enuncio algunos, pero hay muchos.
Usted, finalmente, ha tenido deferencias públicas con Sergio Fajardo y esta vez ha dicho que tiene la puerta abierta para hacer parte de esta iniciativa...
Es que no podemos construir la política como un club de amigos o como un club cerrado de si fulano me cae bien o me cae mal. Esto es una competencia, antes que cualquier cosa, pero creo que la competencia se puede hacer en el marco de concertaciones y procesos de consulta cuando se pueden compartir unas idas fundamentales y básicas. Si el doctor Fajardo respeta y contempla estas ideas reformistas y liberales, quién soy yo para vetarlo. El que veta en una democracia es el elector que va a las urnas.
Es decir, que usted hoy tiene coincidencias ideológicas con Sergio Fajardo...
Yo tengo muchas diferencias con Sergio Fajardo y así lo he manifestado. Pero son diferencias que tienen que ver con la forma como él ha gobernador a Medellín y sus posturas, pero eso no quiere decir que exista veto de parte mía ni que existan unas diferencias ideológicas irreconciliables. Yo creo que, en el fondo, sigue siendo un demócrata. No son secretas mis diferencias con Fajardo, he sido muy crítico, pero no puedo vetar a nadie. En los procesos de consulta en el pasado usted encontraba candidatos como Luis Carlos Galán, por el Partido Liberal, pero también por otro lado a Alberto Santofimio. Los procesos de consulta no son para clubes de amigos, siempre y cuando exista coherencia sobre una idea, un dogma o una filosofía concreta.
Hablemos de un nombre específico: Roy Barreras. Evidentemente está en campaña a la Presidencia. ¿Usted lo ha invitado a su proyecto?
Por supuesto. Roy es un hombre de origen liberal, es demócrata y si Roy se identifica con esto, como así lo ha manifestado, la puerta está abierta. Hay que quitarse de la cabeza la idea que las consultas son roscas. Las consultas son procesos de concertación entre quienes comparten una idea. En este momento, en el país, hay tres grandes polos ideológicos: hay un polo de derecha, donde hay varias candidaturas; uno de izquierda, donde está una candidatura fuerte que es Gustavo Petro; y hay un polo de naturaleza centro-liberal, que es la que estamos construyendo, pero no es un centro tibio, no es un centro ambiguo ni indefinido. Es una postura clara, con posturas ideológicas y una matriz liberal. Si no desarrollamos una causa lo suficientemente fuerte, pues, este proceso va a palidecer al lado de procesos como los de derecha o de izquierda, que tienen casusas sólidas y definidas.
Cuando dice que no son un centro tibio. ¿Hacia qué lado tira ese centro?
Es que el hecho de ser liberal no significa ser de izquierda, pero tampoco es un conservador de derecha. Básicamente es una expresión profundamente democrática y si usted le agrega, además, la socialdemocracia reformista, que es una tendencia liberal que cree en la separación de poderes, en el Estado de derecho, en las garantías ciudadanas, en la independencia de la justicia, en la economía de mercado, pero que también esa sociedad de hombres libres se rige por un principio de solidaridad y que esa solidaridad debe reformar al Estado y muchos aspectos de la economía. Ese es el credo ideológico profundo que tiene un liberal reformista.
Muchas de las cosas que ha mencionado tienen parecidos con los postulados de Petro. ¿Petro podría hacer parte de una consulta con el sector que representa?
No creo que esa discusión realmente se plantee. Nosotros somos liberales, pero un liberal no es una persona de izquierda. Yo entiendo que esa discusión se plantee en la Alianza Verde, que tiene un sector de centroizquierda muy grande, por no decir mayoritario, pero nosotros no compartimos postulados marxistas. Esa discusión aquí no se plantea y, francamente, no debería plantearse. Yo respeto mucho la expresión política de Gustavo Petro, es mi compañero en la Comisión Primera de Senado, tengo una relación muy cordial con él, jamás lo he estigmatizado por lo que piensa. Pero él tiene una postura de izquierda con una matriz marxista y aquí somos liberales. Eso hace que seamos ideológicamente muy distintos.
Lea más: Se agita el sonajero conservador en búsqueda de candidato presidencial
Le entiendo, entonces, que en esa consulta no tiene cabida Petro...
Es que es como si nos preguntaran que por qué no hacemos una consulta con el doctor Álvaro Uribe. No, porque el doctor Uribe representa una corriente ideológica distinta. no tiene sentida mezclar corrientes tan dispares en una consulta, eso se vuele una amalgama que nadie entiende. Entre la derecha que nos gobierna hoy y nosotros hay una diferencia muy grande, y lo mismo pasa con la izquierda de Gustavo Petro.
Hace unos días, Roy Barreras hizo una carta que envió a los miembros de la bancada LSD, pidiendo que renunciaran a sus respectivos partidos. ¿Cree que van a atender esa petición?
Me parece que no lleva a nada esa petición de Roy Barreras porque muchos de nuestros colegas en el grupo parlamentario socialdemócrata no tienen alternativa distinta a la de quedarse encerrados en esas cárceles de partidos en los que están. La ley colombiana es absurda, es una ley hecha para desestimular la irrupción de nuevos movimientos y nuevos partidos y preservar el monopolio de los viejos y anacrónicos partidos que tiene el país. Esa petición es hacerles un mal a ellos y, en mi opinión, lo importante es tener un grupo de acción parlamentaria motivado por una idea. Eso es más importante que estar aquí o allá. No tiene sentido esa propuesta de Roy.