Encuentro Nacional de Juventud: crónica de un intento fallido

Más de mil jóvenes se congregaron en Medellín para concertar agenda de la política juvenil. Según cuentan, vivieron más de un problema logístico, entre ellos, intoxicación por ingesta de alimentos crudos.

Wilson Bernal- especial para EL ESPECTADOR
19 de diciembre de 2022 - 10:49 p. m.
El evento, realizado el fin de semana en Medellín, contó con problemas logísticos que derivaron en asistentes enfermos.
El evento, realizado el fin de semana en Medellín, contó con problemas logísticos que derivaron en asistentes enfermos.
Foto: Gabriela Posso y Claudia Carrasquilla T
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La funcionaria de la Consejería Presidencial para la Juventud se acercó a la esquina de la tarima y le abrió los ojos a uno de sus colegas preguntándole qué pasaba. Su compañero le respondió con un sube y baja de hombros, desconcertado también. No sabían qué sucedía y los más de 1.000 jóvenes líderes y lideresas que estaban en el espacio, tampoco. El evento había perdido su rumbo. La juventud participante se había acercado a la tarima a expresar con arengas sus inconformidades del espacio, mientras la consejera de juventud, Gabriela Posso; la ministra de Minas y Energía, Irene Vélez; y el presidente de la Cámara de Representantes, David Racero, permanecían agrupados y en silencio, en las sillas de la tarima, tras una línea de escoltas.

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El pasado 17 y 18 de diciembre se llevó a cabo en Medellín el Primer Encuentro Nacional de Juventud organizado por la Consejería para la Juventud. La entidad convocó a más de 1.000 jóvenes de plataformas, consejos de juventud, procesos y organizaciones comunitarias y populares de todo el país. El objetivo era socializar propuestas e insumos para empezar a concertar una agenda de juventud y la política pública de juventud que se planea crear durante los próximos meses. Este último documento garantiza los recursos para generar oportunidades a los más de 12,6 millones de jóvenes que hay en Colombia.

El encuentro también pretendía ser un homenaje al difunto periodista y activista Jaime Garzón.

Desde el viernes 16 de diciembre se conocieron críticas por la alimentación que Colombia Joven, como se le conoce a la consejería, estaba dando en los espacios de reunión de los y las jóvenes. Pero estas no fueron las únicas inconformidades que se presentaron sobre el espacio. También hubo críticas contra la metodología planteada para recoger las propuestas de los y las jóvenes, y contra la falta de organización en las estadías y en los reembolsos de dinero para los y las jóvenes que habían viajado desde sus territorios.

Lo que hacen las plataformas y consejerías de juventud

Entre los espacios que la juventud de Colombia tiene para participar, están dos figuras importantes, regidas por el Estatuto de Ciudadanía Juvenil, ley 1885 de 2018. Por un lado, están las plataformas de juventud que están conformadas por procesos, organizaciones y liderazgos juveniles a nivel local, municipal, distrital, departamental y nacional. Y, por otro lado, están los consejos de juventud que son cargos de elección popular igualmente locales y nacionales, encargados de vigilar, interceder e interlocutar ante los entes gubernamentales de los territorios como lo son las alcaldías municipales y distritales.

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Hace más de 20 años las plataformas juveniles están en los territorios como espacios autónomos de incidencia política juvenil y, por su parte, los consejos de juventud iniciaron hace un año, con las primeras elecciones dadas el 05 de diciembre de 2021. En este sufragio participaron 1.279.961 jóvenes, aproximadamente el 10 % de las y los habilitados para votar.

La ley estatutaria, que rige a plataformas y consejos de juventud, ordena que después de seis meses de la posesión del Consejo Nacional de Juventud, se debe empezar el diálogo para crear una ‘agenda de juventud’, aunque también se plantea una ‘política pública’. La posesión se realizó el pasado 8 de julio en el Congreso de la República, y es por eso que el encuentro de juventud realizado en Medellín el pasado 17 y 18 de diciembre, servía como primer acopio de ideas y propuestas.

Mauricio Cabezas, consejero nacional de juventud electo en Cali como curul especial afrodescendiente, expresó que desde julio, las y los consejeros se han reunido para socializar propuestas que le generen soluciones a las problemáticas de la juventud del país, como lo es el desempleo que según el último reporte del DANE, de agosto a octubre de 2022, ronda por un 17,9 % en esta población; o también en el acceso a la educación superior, que según el Ministerio de Educación, del total de bachilleres graduados anualmente, sólo un 39,7 % se logra matricular a una universidad.

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“El Estado no nos ha dado las garantías para realizar las primeras sesiones virtuales del Consejo Nacional de Juventud; hay colegas que no tienen acceso a internet y ni siquiera a electricidad. No creo que así sean las condiciones para los congresistas. Aun así, ya creamos 13 comisiones para abordar temas de educación, oportunidades económicas, participación e incidencia, medio ambiente, género y diversidad, entre otras”, afirmó Cabezas.

Así transcurrió

Sobre las siete de la mañana del sábado 17 de diciembre los y las jóvenes empezaron a llegar al centro de convenciones Plaza Mayor, en Medellín. A las ocho ya se estaban formando las primeras filas de ingreso. Cualquiera que haya asistido al evento ya había escuchado a esa hora el presagio de que la actividad iba a salir mal, como una crónica anunciada; incluso la consejera presidencial de juventud, Gabriela Posso, y sus asesores.

Según una integrante de la Plataforma Nacional de Juventud del Caribe que no autorizó redactar su nombre, fueron masivos los mensajes que se le compartieron a Colombia Joven para aplazar el evento y así realizarlo organizadamente para garantizar una participación representativa de la juventud del país. Sin embargo, afirman que no fueron escuchados.

“A principios de noviembre nos hablaron del evento, pero nunca hubo claridad sobre el mismo. No nos compartían información de los operadores y ni siquiera teníamos claro para qué era; si para crear una ‘agenda de juventud’, o para socializar insumos para una posible política pública. Incluso, según palabras de los mismos funcionarios de Colombia Joven, ellos tampoco tenían claro la metodología del evento”, compartió la delegada juvenil, que además afirmó que, ante las recomendaciones a los funcionarios públicos, recibieron mensajes y gestos de indiferencia.

De manera tal que en ese momento ya todos sabían que el evento podría salir mal. A las nueve de la mañana la mayoría de jóvenes ya estaban instalados en el Pabellón Verde de la Plaza Mayor de Medellín. Había una tarima con su atrio y cuatro sillas azules acomodadas para un conversatorio que nunca hubo. Atrás, los backing y pancartas de fondo amarillo con el rostro de Jaime Garzón.

A esa hora los presentadores del evento, el influenciador AquinoTicias y la activista LGBTIQ+, Julieta Osorio Rojas, empezaron a captar la atención de los y las jóvenes. Él los animaba a gritar cada vez que nombraba algún territorio. “Dónde están los jóvenes del Urabá; dónde están los jóvenes del Catatumbo; dónde están los jóvenes de nuestra Amazonas”, decía y los jóvenes respondían animados. Seguramente pudieron haber escuchado más estruendo porque muchos jóvenes no asistieron porque no se les garantizó un apoyo para movilizarse a Medellín.

“Colombia Joven garantizó los gastos de las Plataformas Nacionales de Juventud y del Consejo Nacional de Juventud; unas 200 personas. Luego abrieron 300 cupos más para las curules especiales (étnicos, afrodescendientes, campesinos, víctimas de conflicto armado), pero no supieron difundir ni hacer el proceso de selección y finalmente unos dicen que no se dieron o que no se llenaron los cupos; hubo mucha ausencia de esas curules”, comentó Cabezas, delegado del consejo nacional.

Las y los demás jóvenes asistieron con recursos de las alcaldías distritales y municipales. En esa solicitud a unos les fue mejor que a otros. Según un consejero de juventud de Cúcuta, la alcaldía le facilitó el apoyo a ocho consejeros; dos fueron con ayuda de onegés y otres tres, por Colombia Joven, asistiendo 13 de los 19 consejeros de esta ciudad. Según una delegada de Popayán, debieron rogar para poder ir siquiera una representante. Colombia Joven envió previamente una carta a los gobiernos locales solicitando el apoyo para la asistencia al encuentro en Medellín, pero Cabezas expresó que esa acción no fue suficiente, ni oportuna para garantizar una representación legítima de la juventud en el encuentro, debido a que las administraciones locales se encuentran en cierre de año.

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“Hicimos la advertencia sobre la posibilidad de que, por el afán de hacer el evento, no se cumpliera con los estándares logísticos ni con la representatividad juvenil necesaria para un encuentro nacional. En consecuencia, faltó gran representatividad de curules especiales y también vinieron muchos jóvenes que no les garantizaron la estadía. Muchos durmieron hacinados, y a otros se les presentaron dificultades para acceder a sus hoteles”, dijo la delegada de la Plataforma Nacional de Caribe.

Sobre las 9:30 a.m., se presentó un vídeo de no más de 10 minutos que representó todo el homenaje que se le dio a Jaime Garzón en ese sábado, aunque la agenda oficial del evento informaba que duraría una hora, empezando a las nueve de la mañana. En ese momento la juventud más bien recordaba las cifras dadas por la ONG Temblores, en que, en el marco de las marchas de 2021, hubo 83 homicidios (44 con presunta autoría por parte de la fuerza pública) y 2053 detenciones arbitrarias.

Los dos presentadores seguían animando a los y las jóvenes por territorio, pero siendo las diez de la mañana la presentadora Julieta Osorio cambió el discurso y protestó contra los pronunciamientos de Colombia Joven y Gabriela Posso que emitieron el viernes 16 de diciembre.

Como fue ampliamente conocido, en redes sociales se viralizaron unas fotografías de unas hamburguesas sin suficiente cocción, que Colombia Joven había repartido en eventos previos, con Plataformas y Consejerías juveniles; también rondaron fotos de jóvenes hospitalizados por intoxicación. Ante las inconformidades, Colombia Joven emitió un comunicado compartiendo los dictámenes de la secretaría de salud de Medellín: cansancio y mareo por largas horas de trabajo y estado de alicoramiento. El último punto molestó a los líderes juveniles ya que se sentían estigmatizados, además de que era un texto que no daba soluciones ante los alimentos crudos y la falta de organización en estadías.

“No necesitamos que nos pasen fotos de Google Maps sobre los hoteles que hay en Medellín, queremos soluciones ante los cientos de jóvenes que están sin estadías. También nos parece una falta de respeto que el pronunciamiento al respecto sea una estigmatización contra los y las jóvenes que llevamos más de una semana reunidos con el gobierno, trabajando para la agenda y la política pública de juventud”, decía Julieta Osorio en tarima, mientras las pantallas mostraban las fotografías de las hamburguesas en cuestión.

Ya eran más de las 10:30 de la mañana y no había ningún representante del gobierno en el auditorio, cuando en la agenda oficial se decía que ya debería estar iniciando el panel inaugural ‘El papel transformador de la juventud en Colombia’. A esa hora los y las jóvenes se acercaron a la tarima y se adueñaron de la palabra, aun manifestando su inconformidad sobre la ejecución del evento.

Luego de más de dos horas y media de haber iniciado el evento, entró al auditorio una delegación de gobierno. La consejera de juventud, Gabriela Posso; el director de la SAE, Daniel Rojas; Jorge Ovalle, asesor presidencial; la ministra de Minas y Energía; Irene Vélez y el presidente de la Cámara de Representantes, David Racero; llegaron y en un principio empezaron a discutir del evento a un lado de la tarima, mientras la mayoría de los y de las jóvenes arengaban, gritaban y manifestaban su inconformidad.

El primero en dirigirse a la tarima fue el director de la SAE, Daniel Rojas. Con un tono desafiante empezó: “Ustedes tienen que ser consecuentes con el momento que estamos viviendo. Estamos en el gobierno del cambio y debemos hacer política con altura; eso solo lo podemos lograr con su colaboración. (…) Atrás quedaron los tiempos en el que el gobierno solo se comunicaba con ustedes desde la bala y el fusil. Así que les propongo que sigamos con la agenda del evento sin más demoras”. Pero la multitud seguía gritando.

El asesor presidencial Jorge Ovalle también tomó el micrófono; se presentó y expresó: “Reconocemos que ha habido errores y acá estamos dando la cara desde el primer gobierno popular. Desde presidencia yo me haré responsable de la mesa de garantías sobre las quejas de este evento; yo le pido a los representantes que deleguen a una persona y veremos cada uno de los puntos que están expresando. Pero por ahora necesitamos que este evento siga adelante”, dijo, y alguno de los y las jóvenes lo aplaudieron; otros siguieron inconformes.

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Mientras Ovalle hablaba, los escoltas presidenciales se inquietaron al ver que la ministra de Minas y Energía se levantó de su silla y se acercó a la orilla de la tarima a escuchar a los jóvenes. Una participante le dijo: “La mayoría de los que estamos aquí estamos con recursos autogestionados. Tampoco les importó que muchos jóvenes se intoxicaron. Nosotros no estamos cobrando nada por estar aquí, pero solo pedimos apoyo para los gastos que se han incurrido. Por otro lado, la agenda se construyó sin tenernos en cuenta a consejos, plataformas no organizaciones populares. Se ufanan de decir que son el gobierno popular y no nos oyeron. Esa es la queja que está pasando aquí”. A lo que la ministra le dijo “Gracias por aclarar”, se levantó y se devolvió a las sillas de la tarima.

Acercándose el mediodía el panel de la agenda oficial no había empezado. Para bajar los ánimos, jóvenes afrodescendientes e indígenas terminaron uniéndose para cantar la canción ‘Somos Pacífico’ de ChocQuibTown, lo cual aprovechó la delegación del gobierno para salir del recinto. En ese espacio, la consejera de juventud, Gabriela Posso, nunca dirigió una palabra a la juventud.

Quienes se quedaron en el espacio fueron el director de la SAE, Daniel Rojas, y el presidente de la Cámara de Representantes, David Racero. Hicieron un panel que muchos jóvenes no oyeron porque procedieron a reunirse en mesas de garantías sobre el evento que se estaba llevando a cabo.

A las dos de la tarde se proponía empezar con las mesas de diálogo para generar insumos de agenda y política pública juvenil. Eran seis mesas: Poder popular juvenil; enfoques diferenciales; justicia ambiental, crisis climática y transición energética; educación pública, crítica y emancipadora; transformación productiva y reindustrialización nacional; y finalmente, paz total y derechos humanos. Esos mesas se subdividieron en 18 temas profundizados.

A la una de la tarde, faltando una hora para abrir esos espacios, Colombia Joven solo tenía a once moderadores y aproximadamente a 20 recopiladores de información. Como las mesas no tenían micrófonos y eran amplias, esas mesas se subdividieron, y al personal moderador y recopilador tuvo dificultades para sistematizar las ideas y propuestas juveniles.

“A nosotros nos llegó un enlace de inscripción la semana pasada y dejaba la opción de postularse como moderador. Se suponía que íbamos a ser 90, pero solo llegamos once”, confirmó un joven del Consejo de Juventud de Medellín.

En la tarde, la juventud se centró en comunicar y organizar sus propuestas en las mesas planteadas. Mientras tanto, la mesa de garantías del evento siguió trabajando. Según la integrante de la plataforma juvenil del Caribe, Gabriela Posso, de Colombia Joven, volvió al lugar hasta las seis de la tarde. Igualmente, hubo un grupo de jóvenes que la apoyó y la acompañó hasta el final de la jornada de ese primer día de encuentro.

Al otro día, el domingo 18, la juventud ingresó al pabellón entre las ocho y nueve de la mañana. Hasta las diez y media, estuvieron tocando bandas de música local, hasta que los y las jóvenes interrumpieron nuevamente el evento, alegando que no se les tomaba en serio. No se presentaba en tarima ningún delegado de Colombia Joven, y no había un rumbo claro del evento.

Mientras Argentina cantaba su segundo gol contra Francia en la final de la Copa Mundial de la FIFA, los y las líderesas juveniles se organizaban autónomamente para seguir trabajando sus propuestas, sin el acompañamiento de Colombia Joven. Al mediodía volvieron a aparecer miembros del gobierno, quienes no tuvieron un liderazgo o un papel activo en la última jornada de trabajo. En la tarde el espacio finalizó con el concierto de bandas como Doctor Krápula y Herencia de Timbiquí.

El consejero nacional de juventud por la curul afro de Cali, Mauricio Cabezas, finalmente afirmó: “Teniendo en cuenta el gasto de recursos públicos y el esfuerzo de nuestros compañeros de venir desde sus territorios, decidimos participar y plantear propuestas para la construcción de agendas territoriales y políticas públicas de juventud. Sin embargo, es de aclarar que no fuimos integrados a la planeación de este encuentro, y tampoco hubo garantías de representatividad, ni de logística”.

Ante la expresión desconcertada de los funcionarios de Colombia Joven, con ojos abiertos y hombros encogidos, los y las más de 1.000 jóvenes se apoderaron del espacio para presentar las primeras propuestas para la próxima agenda y política pública de juventud, que procesos, organizaciones, consejos y plataformas de juventud deberán presentar.

El rostro de Jaime Garzón prevaleció en toda la jornada y su figura fue homenajeada por las bandas musicales y las juventudes que estuvieron hasta el final del encuentro; para Colombia Joven, que figuró por su ausencia, el recordado periodista y activista sirvió como símbolo publicitario de un encuentro fallido.

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Por Wilson Bernal- especial para EL ESPECTADOR

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