Se exacerbó la guerra sucia en redes sociales a 72 horas de las elecciones
Audios falsos hechos con inteligencia artificial, videos sacados de contexto y encuestas de intención de voto manipuladas inundan las redes sociales en la recta final de las elecciones regionales. Lo más preocupante es que no hay una legislación que controle el tema ni herramientas suficientes para contrarrestar esa desinformación.
Audios falsos hechos con inteligencia artificial, videos sacados de contexto y encuestas de intención de voto manipuladas inundan las redes sociales en la recta final de las elecciones regionales. Lo más preocupante es que no hay una legislación que controle el tema ni herramientas suficientes para contrarrestar esa desinformación.
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Audios falsos hechos con inteligencia artificial, videos sacados de contexto y encuestas de intención de voto manipuladas inundan las redes sociales en la recta final de las elecciones regionales. Lo más preocupante es que no hay una legislación que controle el tema ni herramientas suficientes para contrarrestar esa desinformación.
Solo basta con ingresar a una página web, registrarse con un correo electrónico y pagar entre uno y cinco dólares para acceder a una tecnología de inteligencia artificial que permite clonar cualquier voz, incluso la suya. La herramienta convierte textos en audio de manera realista, con entonación, ritmo e intención.
Aunque esta tecnología suele ser utilizada en la industria del entretenimiento, para la grabación de podcasts o narraciones, también se ha convertido en una forma de suplantar identidades y difundir información engañosa. En Colombia, en las últimas semanas, su impacto se ha sentido con mayor fuerza en el escenario de las elecciones locales y regionales.
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Pero no es lo único. Videos manipulados, encuestas falsas, vallas ofensivas y todo tipo de informaciones engañosas marcan lo que muchos llaman una guerra sucia de campañas, que ante la falta de regulación de las autoridades, preocupa por el efecto que puede tener en las votaciones del domingo.
Hace una semana, Carlos Fernando Galán, el candidato que lidera las encuestas por la Alcaldía de Bogotá, denunció que en redes sociales está circulando un audio con su voz, generada con inteligencia artificial, para tratar de desprestigiar su campaña. En la grabación, efectivamente con el timbre de voz de Galán, se habla de una supuesta “reunión con los dos Gustavos en Palacio” y del pago y la “inflada” de encuestas.
El candidato aseguró que “no son ataques aislados”, sino algo sistemático, por lo que le pidió a sus votantes no caer en trampas. Pero Galán no es el único. En la misma semana los aspirantes Alejandro Eder (Alcaldía de Cali) y Dilian Francisca Toro (Gobernación del Valle) denunciaron lo mismo: montajes producidos con inteligencia artificial.
Aunque en todos los casos existen pistas que permiten inferir que se trata de declaraciones falsas, como las pausas, las respiraciones y en general el contenido de los mensajes, lo que preocupa es su amplia difusión en el mundo digital a través de redes. De hecho, algunas de esas publicaciones han sido impulsadas con el pago de anuncios segmentados en plataformas como Facebook.
Para Pilar Sáenz, coordinadora de proyectos de Karisma, organización dedicada a la promoción de la justicia social en el uso de las tecnologías digitales, regular el uso de estas herramientas es complejo e incluso incorrecto, por lo que el reto está en combatir las mentiras con información de calidad y alfabetización mediática para chequear los contenidos.
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La experta señala que se podrían configurar delitos como el de suplantación de identidad, acoso, fraude, entre otros, casos en los que la Fiscalía debería entrar a rastrear los contenidos y acusar a los responsables. Por otra parte, señala que no se trata de un fenómeno nuevo, sino que la inteligencia artificial “permite hacerlo en dos clics y con resultados más difíciles de desacreditar”.
El debate ya se ha vivido en otros países y en algunos casos se ha advertido que los videos o audios manipulados, también conocidos como deepfakes, han logrado impactar en los resultados electorales.
Encuestas, vallas y más
Además de los contenidos creados por la inteligencia artificial, en los últimos días han aumentado las publicaciones con encuestas de intención de voto falsas, que aparecen supuestamente respaldadas por firmas de renombre, pero que en realidad buscan confundir al electorado.
Invamer, que acaba de medir la favorabilidad de los candidatos a las cinco principales alcaldías del país, denunció en sus redes sociales que algunos usuarios publican encuestas alteradas o falsas, y advirtió que algunas traen datos (evidentemente ficticios) de ciudades en las que nunca ha hecho mediciones. La firma ha reportado encuestas falsas para las gobernaciones de Antioquia y Boyacá, y las alcaldías de Medellín, Soacha, Tunja, Santa Marta, Neiva y otros municipios más pequeños.
Uno de los casos más sonados fue el de la encuesta de candidatos a la Alcaldía de Medellín, que según Invamer ganaría Federico Gutiérrez con el 71 % de los votos, seguido por Juan Carlos Upegui con el 10,5 %. Sin embargo, en varias publicaciones de redes se difundieron encuestas falsas que ubicaban a Upegui a siete puntos de su rival, lo que fue desmentido por la firma.
Así como no hay una herramienta que permita verificar si un video o audio fue creado con inteligencia artificial, tampoco existe una regulación para las publicaciones engañosas relacionadas con temas electorales. En 2020, el Consejo Nacional Electoral se limitó a prohibir la publicidad extemporánea en redes sociales, pero aún persisten los vacíos en el control y trazabilidad de los recursos invertidos.
Según datos de la Biblioteca de Anuncios de Meta, candidatos reconocidos gastan cientos de millones en pauta; por ejemplo, en los últimos 90 días, Carlos Fernando Galán ha invertido más de $144 millones para su campaña por la Alcaldía de Bogotá. Juan Carlos Upegui, aspirante en Medellín, ha pagado más $284 millones en el mismo periodo.
La normativa es incluso difusa cuando se trata de vallas publicitarias, pues en varias ocasiones el CNE ha pedido desmontar algunas que “desdibujan el desarrollo legítimo del discurso político” y “deslegitiman a un sector político determinado”. En la campaña de 2022, el tribunal ordenó, por esa razón, retirar varias que contenían críticas a integrantes del Pacto Histórico.
Uno de los casos polémicos de esta campaña lo protagonizó Jaime Mejía, candidato a la Alcaldía de Medellín, quien en una de sus vallas puso al candidato Upegui y al exalcalde Daniel Quintero con cuerpo de ratas.
A solo tres días de las elecciones regionales, las campañas y candidatos están alertas para combatir informaciones que los perjudiquen; sin embargo, las autoridades aún no cuentan con los mecanismos necesarios para hacer la tarea. Por ahora, lo más probable es que cada vez salgan más noticias falsas en el marco de las elecciones, con el agravante de la sofisticación tecnológica, lo que obligaría a las autoridades a replantear sus capacidades.
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