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Esta semana se llevó a cabo la edición 114 de la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC). Fueron cuatro los ejes del encuentro que concluyó este viernes: migración, “conversión ecológica”, caminos para buscar la paz y la presentación de un documento titulado “Líneas guía para la cultura del cuidado”. En la asamblea también se pusieron sobre la mesa algunas preocupaciones de la Iglesia sobre la “Paz total” y los temas que le propondrán al Gobierno en este proceso, que es una de las principales banderas del presidente Gustavo Petro.
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Con dicho texto, la Iglesia católica espera avanzar “en los esfuerzos para hacer de la Iglesia un hogar seguro para niños, niñas, adolescentes, jóvenes y personas vulnerables”, pero más allá de eso la gran novedad fue el reconocimiento de los casos de pederastia. Mediante una rueda de prensa al final de la Asamblea, los obispos reconocieron mediante una carta que los casos de abuso sexual son “un crimen, un pecado grave, un delito”, y pidieron perdón a quienes fueron violentados sexualmente por parte de algún miembro de la Iglesia.
“Seguimos asumiendo con firmeza y responsabilidad la debida atención a las víctimas y sus familias. Mantenemos nuestro compromiso para que en cada caso se haga justicia y se promuevan los protocolos de prevención que hagan de nuestras instituciones ambientes seguros y susciten la promoción de la dignidad humana”, destacaron los miembros del CEC, que presentaron el plan para hacer de la institución “un hogar seguro”.
El monseñor Luis José Rueda, arzobispo de Bogotá y presidente de la CEC, explicó al término de la Asamblea las tareas concretas para prevenir los abusos. “Nosotros hemos organizado en todas las jurisdicciones eclesiásticas del país lo que pudiéramos llamar las oficinas del buen trato”.
En dichas oficinas hay por un lado un componente para recibir a las víctimas “y escucharlos con la caridad cristiana, pero también con la ciencia psicológica disponible para que sea recogido con delicadeza, con responsabilidad el sufrimiento de las víctimas”. La idea es que en estas mismas “oficinas” se dicte una formación para todos los actores de la Iglesia, “empezando por nosotros, los ministros ordenados, para que podamos ser promotores de una cultura del cuidado”.
De acuerdo con el arzobispo, la formación “es una tarea de nunca acabar, de estar formándonos permanentemente para cuidar a niños, niñas, adolescentes, jóvenes y personas vulnerables. Es muy importante que nosotros estemos siempre en esa actitud de acogida de todas las fragilidades humanas para protegerlas y cuidarlas”.
El tema de la pederastia y el abuso sexual por parte de los sacerdotes es quizás el tema más espinoso para la Iglesia católica. De acuerdo con el periodista Juan Pablo Barrientos, quien ha investigado el tema y publicado varios libros y documentos al respecto, entre un 20 % y 30 % de los sacerdotes en Colombia tiene denuncias por abusos sexuales a menores de edad, aunque la cifra real solo se sabrá si se llegan a publicar los archivos secretos de la Iglesia.
Respecto a temas de paz, monseñor Rueda destacó el diálogo que vienen teniendo con el presidente Petro, con el que pretenden “presentarle como pastores nuestra visión de lo social, de lo económico y de las preocupaciones que asisten al pueblo colombiano”. Algunos de esos puntos, remarcó el presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, tienen que ver con vivienda, educación, salud, vías y, por supuesto, la paz.