“Es una acción de desespero”: Rodrigo Londoño le responde a Victoria Sandino
¿Hacia dónde va el Partido Comunes? ¿Cómo quedan después de la renuncia oficial de varios militantes? “Timochenko” responde esas preguntas, y otras más sobre las recomendaciones de la Comisión de la Verdad para la no repetición de la guerra.
Las fracturas al interior del Partido Comunes (antiguo Partido Farc) son evidentes. Las diferencias entre Victoria Sandino y la dirección de la colectividad se hicieron notorias hace poco más de un año, cuando la excongresista expresó sus inconformidades públicamente. Desde entonces ha asegurado que la dirección, encabezada por Rodrigo Londoño, conocido como “Timochenko”, es autoritaria, entre otras cosas. La movida más reciente de Sanguino, con un grupo de excombatientes, fue renunciar oficialmente al partido, mediante una carta en la que aparecían los nombres de más de 100 militantes.
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Las fracturas al interior del Partido Comunes (antiguo Partido Farc) son evidentes. Las diferencias entre Victoria Sandino y la dirección de la colectividad se hicieron notorias hace poco más de un año, cuando la excongresista expresó sus inconformidades públicamente. Desde entonces ha asegurado que la dirección, encabezada por Rodrigo Londoño, conocido como “Timochenko”, es autoritaria, entre otras cosas. La movida más reciente de Sanguino, con un grupo de excombatientes, fue renunciar oficialmente al partido, mediante una carta en la que aparecían los nombres de más de 100 militantes.
Desde Leticia (Amazonas) Londoño, presidente del Partido Comunes, habló por primera vez de estas diferencias. “Soñamos que nuestro partido sería de 13 mil militantes, pero eso no es automático”, declaró a este diario. También habló del capítulo étnico del Informe Final de la Comisión de la Verdad, pues en Amazonas estaba participando de la socialización con los pueblos indígenas de esa zona. Las recomendaciones que propone el Informe, y su esperanza en que este nuevo gobierno implementará el Acuerdo de Paz fueron otros temas de los que accedió a conversar.
¿Cómo ve la implementación del Acuerdo de Paz para los pueblos étnicos, en especial los indígenas?
Hay un elemento que quiero resaltar primero sobre uno de los casos indígenas y es el perdón que el pueblo Coreguaje nos dio a los exguerrilleros de las Farc. Es un elemento muy importante para nosotros. La de los coreguaje y las Farc fue una situación supremamente compleja, pero el hecho es que hoy se reflexiona sobre cómo resolver situaciones que se daban en medio de la confrontación armada sin necesidad de matar. Lo grave ahora es que nos enfrentamos a que matamos a miembros de esas comunidades, muchos de ellos dirigentes. Lo hemos asumido y ha significado mucho que nos perdonen.
El tema étnico se peleó en La Habana (Cuba) para que fuera incluido en los Acuerdos de Paz. Poco a poco se abrió el espacio para que representantes de los indígenas y las comunidades negras pudieran asistir a los diálogos de paz, lo que impulsó la inclusión del capítulo étnico en los acuerdos. Ahora estamos en la implementación que, como todo lo demás, no se ha implementado. Se ha hecho una simulación de la implementación. Casi todo está por hacer y ahora tenemos mucha esperanza en el nuevo gobierno. Gustavo Petro recientemente nombró representantes indígenas en posiciones claves e importantes.
He defendido la tesis de que la implementación del Acuerdo de Paz debe ser integral, por eso debe hacerse de forma simultánea. Esto porque además hay conflictos entre las comunidades indígenas y campesinas, también con las poblaciones afro, y hay conflicto entre sectores de la sociedad. Superar esas diferencias no es algo mágico, pero se pueden generar condiciones y eso, creo, ha hecho el nuevo gobierno: se generan condiciones cuando se crea la esperanza.
Parte de la implementación de la paz es aplicar las recomendaciones que entrega el Informe Final de la Comisión de la Verdad, cosa en la que el Congreso también debe comprometerse. ¿Ve ambiente positivo?
Las recomendaciones llevarán a una reevaluación de la normativa colombiana en función de insertarnos en el nuevo país. Se espera también que se logre la reforma del campo. Se deben crear medidas que a la gente le den confianza para estos cambios, pero tenemos un ambiente favorable para esto. Un Congreso en el que Petro ha logrado bancada mayoritaria que uno espera que lo acompañen en las transformaciones. Hay más diversidad en el legislativo y nosotros de Comunes somos diez.
¿Cómo está la relación al interior del Partido Comunes luego de la carta de Victoria Sandino sobre la salida de varios excombatientes de la colectividad?
No había querido hablar públicamente del tema porque a veces uno no sabe si vale la pena o no. Al respecto digo que miren el Twitter de la señora que sacó la carta. Allí pide disculpas a los que metió a esa carta sin haberlos consultado. Yo tengo varias cartas de compañeros que dan cuenta de eso. Por ejemplo, la de un muchacho de Chaparral diciéndome que él no ha renunciado y que sigue firme con el partido.
Pero igual algunos sí renunciaron al partido. ¿Cómo recibe esa carta?
Como una acción de desespero de un grupo de compañeros que, desafortunadamente, ha venido insistiendo en que no han encontrado espacio en el partido. No obstante, sus críticas a la colectividad siempre la hacen por fuera, a pesar de que en el partido ha habido el espacio para escucharlos.
Por ejemplo, sus posiciones fueron derrotadas en la segunda conferencia extraordinaria de Comunes. Si fuera por ellos seguiríamos llamándonos Farc. Haga una reflexión sobre eso. Ellos querían invalidar la conferencia que nos cambió el nombre como partido, cuando toda la militancia acepta que fue de las decisiones más acertadas que tomamos. La determinación equivocada de cara al Congreso hubiera sido seguir llamándonos Farc. En ese caso se impuso la democracia, la mayoría.
Por no acoger su postura de continuar con el mismo nombre nos demandaron. Podríamos hacer un largo recuento de la cantidad de acciones jurídicas, demandas, acciones de tutela, derechos de petición, que nos interpusieron para obstaculizar el funcionamiento del partido.
Quisieron crear un hecho político cuando nosotros íbamos a lanzar un pleno que se iba a encargar de discutir las tesis para la tercera conferencia que se hará en enero de 2023, que va a ser el espacio para discutir, entre otras cosas, cómo será la nueva dirección, quiénes la van a integrar, cómo será nuestra política frente al nuevo gobierno, qué nos planteamos hacia el futuro como partido.
¿Por qué dice que con la carta querían generar un hecho político?
Ellos se marginan de esa discusión y dicen que renuncian al partido. Les aceptamos la carta de renuncia pero se requieren las firmas, número de cédulas y modos de contactarlos, porque las renuncias son individuales. Pero, como querían generar una situación de impacto político, lo que hicieron fue meter un montón de nombres de una buena parte de compañeros que no estaban de acuerdo. Incluso, incluyen nombres de gente que ya estaba retirada del partido, que salieron sancionados, como es el caso de Benedicto González. Revisamos otros de los nombres en la carta y encontramos que ni siquiera son militantes del partido. Entonces, ¿qué sentido tiene una carta de esas? La carta es una patada de ahogado, frente a una militancia que se mantiene en firme.
Pero, ¿no cree que las críticas de Sandino y el resto tienen una razón de ser? Es decir, además de ellos, hay otro montón de excombatientes que ya no están en el partido.
La militancia tiene cuestionamientos, por supuesto. Yo soy el presidente del partido y yo mismo tengo críticas al partido. ¿Pero dónde las tramito? En el marco de los conductos que tenemos. Además, todos los años de confrontación deben llevarnos a ser más críticos, pero en el marco de la democracia de Comunes.
Muchos creen que la democracia existe solo si gano con mi posición, pero si pierdo, entonces ya no es democracia. Yo planteé cambiar el nombre en el congreso fundacional del partido, pero perdí. No por eso me puse bravo.
¿Para usted, Victoria Sandino no tramitó esas diferencias en el partido? Porque ella en sus cartas reitera que sí lo hizo, pero que no se sintió verdaderamente escuchada.
Habría que definir qué es sentirse escuchado.
Quizá que los mecanismos internos permitan que se avance en las discusiones democráticas...
Sí. Un evento democrático son los plenos del partido, pero allí lo que se plantea solo se convierte en una decisión si la gente lo acepta. No había pleno en el que ella no me cuestionara sobre temas sin relevancia. Le aprendí a Jacobo Arenas a plantear las cosas de una manera distinta: uno no tiene por qué insultar, a toda hora, al adversario político. Es muy difícil solucionar algo cuando siempre se aborda en la confrontación.
¿No cree que manejar esas diferencias públicamente le hace daño al partido?
Claro. Es que el dolor y la preocupación de uno es esa. Yo a ella la he estimado mucho. Ella sabe que cuando ha tenido cualquier dificultad, ha tenido un apoyo. Y no por esto dejo de quererla y de valorar lo que ella hizo y el papel tan importante que jugó en La Habana. Lo que pasa es que en esta dinámica ya no es mi culpa que salga con posiciones públicas que nos hace perder a todos. Eso no tiene presentación. No quiero juzgarla por eso.
Fuimos 13 mil compañeros que salimos del monte gracias a la firma del Acuerdo de Paz. Soñamos con que nuestro partido sería de 13 mil militantes, pero eso no es automático. La gente queda en libertad y la práctica nos demostró que hubo mucha gente que políticamente no estaba clara a qué estaba jugando en la guerrilla.
¿Para dónde va el partido en esa construcción democrática?
Nosotros estamos construyendo un partido revolucionario. Eso no es fruto de la genialidad de una persona, sino del colectivo que toma decisiones. Estamos en ese proceso de discusión de las tesis. Ahora, todos los militantes tienen derecho a opinar lo que quieran. Todas esas opiniones se deben recoger para tramitarlas en enero de 2023, cuando haremos la tercera conferencia. Allí tomaremos decisiones del rumbo del partido. En este momento, estamos firmes en apoyar las medidas del presidente Petro que estén encaminadas a la implementación del Acuerdo de Paz. Eso sí, si vemos algo que no nos parece pues también lo diremos.
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