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El Congreso pocas veces se ha animado a tocar temas polémicos y de corte liberal. Eutanasia, despenalización del uso adulto de las drogas y el aborto han sido asuntos vetados en el Legislativo: sus proyectos son descartados de tajo o apenas llegan a pasar por un debate y luego se hunden en plenaria. No obstante, con una mayoría progresista, se esperaría que en este Congreso las cosas cambien.
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Este lunes será una muestra de cómo están las nuevas cargas ideológicas en el legislativo. La Comisión Primera de la Cámara debatirá en una misma sesión proyectos que tienen que ver con la reglamentación de la Eutanasia y la despenalización del uso adulto del cannabis. Antes de que se den los debates, vea las veces que el Congreso ha preferido guardar silencio frente a estos polémicos temas.
En desacato a la Corte Constitucional
Frente al primer tema, la eutanasia, el Congreso nunca ha logrado cumplir con el llamado que le ha hecho la Corte Constitucional para reglamentarla. Este año se cumplieron 25 años desde el histórico fallo de Carlos Gaviria Díaz sobre la despenalización de la eutanasia y del pedido para que el legislativo estableciera sus alcances y formas de acceder a ella. No obstante, senadores y representantes han hecho caso omiso y no han querido meterse con un tema tan espinoso.
Los proyectos relacionados con este tema nunca han sorteado más allá del segundo debate. Se quedan a medio camino, puesto que, al ser leyes estatutarias, necesitan de cuatro debates para ser aprobados y no hay voluntad política para que siquiera las discusiones lleguen a la corporación contraria a la que comenzaron las discusiones. El costo político con un proyecto de este tipo y con los temas religiosos han predominado en el debate de estas iniciativas.
Desde 2006 se han radicado 15 proyectos relacionados con el tema y ninguno ha salido adelante. Incluso, llevando la contraria a la corte, una parte de estas propuestas lo que han intentado es prohibir el derecho a la muerte digna. Por casi 12 años, el ahora embajador Armando Benedetti fue el único abanderado en los intentos por sacar adelante la reglamentación eutanasia.
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Desde 2006, y hasta su salida del Congreso, el que se convirtió en uno de los más cercanos a Gustavo Petro radicó nueve proyectos para cumplir con el pedido de la Corte Constitucional. Su propuesta solo tuvo un mediano éxito cuando logró pasar de primer debate en la Comisión Primera de Senado y llegó a plenaria, pero allí sufrió el mismo destino que los proyectos anteriores.
Un camino similar tuvo el exrepresentante Juan Fernando Reyes Kuri, del Partido Liberal. Llegó en 2018 a la Cámara y desde su primer año intentó tramitar la reglamentación de la eutanasia, pero ninguno de sus intentos fue exitoso. Al igual que Benedetti, su mayor logro fue llevar la propuesta a segundo debate, pero de inmediato se enfrentó a las fuerzas conservadoras del Congreso, que le cerraron el camino.
A pesar de estas negativas, en el cuatrienio pasado ocurrió algo histórico y fue que por primera vez un gobierno radicó un proyecto para reglamentar la eutanasia. Impulsado por el ahora exministro de Salud Fernando Ruiz Gómez, la administración Duque presentó una propuesta en la que incluso se quería establecer las condiciones para que los menores de edad, entre 12 y 18 años, pudieran acceder a la llamada muerte digna.
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Aunque el texto era de gobierno, este nunca lo impulsó y la propuesta se terminó hundiendo, así como ocurrió en los otros proyectos. La lucha por la eutanasia se quedó sin cabezas visibles debido a que Reyes Kuri y Benedetti no volvieron al Congreso. Sin embargo, la bandera fue asumida por el liberal Juan Carlos Losada, que radicó en este nuevo cuatrienio una propuesta para reglamentar la eutanasia, la que se va a discutir este lunes 3 de octubre.
La propuesta busca nuevamente establecer los parámetros para garantizar el acceso a la eutanasia e integrar los nuevos avances desarrollados por la Corte Constitucional en la más reciente sentencia sobre el tema, la C-233 de 2021. A pesar de que el texto cumple con las peticiones hechas por el alto tribunal, su camino por Cámara nuevamente le será adverso desde el comienzo.
Para la discusión de este lunes, la propuesta apenas tiene una ponencia positiva y tres de archivo. Las diferentes propuestas negativas tienen un sentido similar de que, si el derecho a la vida es inviolable, no se puede tramitar una propuesta en la que supuestamente se atente contra esta. Las ponencias negativas vienen de distintos sectores. Por ejemplo, la excandidata vicepresidencial Marelen Castillo ha sido una de las que se ha pronunciado en contra del proyecto.
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“Si se enfatiza en la sacralidad de la vida y el deber de los médicos de protegerla y no terminarla, se considera pertinente seguir luchando para que la norma sea revertida”, expresa la ponencia de Castillo. Un pronunciamiento similar se lee en la ponencia de archivo de los representantes Juan Daniel Peñuela y José Jaime Uscateguí: “no está previsto en la Constitución un derecho fundamental a la muerte digna, ni puede estarlo, por el contrario, es la propia Constitución la que dispone que el derecho a la viuda es inviolable. Por lo tanto, la vida como derecho supremo no puede afectarse ni judicial ni extrajudicialmente”.
A pesar de las múltiples ponencias negativas, la configuración liberal y progresista de la Comisión Primera hace pensar que el proyecto tendrá un buen tránsito en su primera fase. Sin embargo, el camino por la Plenaria de la Cámara puede ser un tanto diferente y volverse a repetir lo que ha ocurrido en los últimos 25 años.
Dos proyectos similares en menos de una semana
En cuanto al proyecto sobre el uso adulto de la marihuana, la Comisión Primera ya está tramitando dos proyectos sobre el tema: uno es de Juan Carlos Losada y el segundo es de Carlos Ardila. Los proyectos eran muy similares y se iban a acumular, pero no se pudieron poner de acuerdo y ahora tienen un trámite independiente en el Congreso.
El proyecto de Losada ya tuvo su primer fogueo en Comisión y alcanzó a pasar. No obstante, tiene un camino complicado, puesto que tiene que sortear tres debates más antes de que termine este semestre de sesiones. Un panorama similar ocurre con la propuesta que se discutirá este lunes.
Las únicas diferencias con el texto de Losada es que este contempla desde el comienzo que los departamentos y municipios podrán establecer impuestos tanto a la producción y distribución del cannabis de uso como a los inmuebles que se usen para estos fines. Esta diferencia fue la que impidió que los proyectos se acumularan.
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Al igual que frente a la eutanasia, el Congreso tampoco se ha animado a meterle mano al tema del uso recreativo de la marihuana y muchas veces se quedan con la excusa de que no es necesario hacerlo “debido a que ya hay una sentencia de la Corte que despenaliza la dosis personal”. No obstante, en los últimos ocho años se ha venido cambiando esa forma de ver el asunto de las drogas.
Los primeros pasos se hicieron con los proyectos de cannabis medicinal, cuyo acto legislativo fue aprobado en 2015. Desde entonces hubo un freno a avanzar en el tema del uso de la marihuana, solo hasta hace cuatro años volvieron propuestas al Congreso relacionadas con esta. En el pasado cuatrienio, los proyectos vinieron del exrepresentante Juan Fernando Reyes Kuri y del senador Gustavo Bolívar.
Las propuestas eran diferentes, puesto que la de Reyes Kuri era una reforma de acto legislativo para agregar una excepción a la prohibición constitucional al porte y consumo de sustancias psicotrópicas, mientras que la de Bolívar era un simple proyecto de ley que busca legalizar el cannabis de uso adulto, sin antes cambiar la prohibición explícita que hay en la Constitución.
Ninguna de las propuestas tuvo éxito en el Congreso pasado y se hundieron los siete textos presentados con ese fin. No obstante, desde el comienzo, varios en este nuevo legislativo tiene en mente darle un nuevo enfoque a la lucha contra las drogas y como muestra de ello está que hay en trámite cuatro proyectos relacionados, tres de acto legislativo y uno de ley -nuevamente el de Bolívar-. Como el proyecto de Losada ya fue aprobado hace dos semanas, se espera que el de Ardila tenga un camino similar. Ya después, en plenaria, se podría nuevamente estudiar si se acumulan los dos articulados.
La sesión de este lunes servirá como termómetro para medir la verdadera temperatura ideológica del Congreso. De pasar ambas propuestas, se demostraría que el Legislativo está siendo permeado por una agenda progresista y que al fin está asumiendo temas espinosos que en años anteriores no se atrevía a asumir por el temor a perder votantes, así hubiese un pedido de la Corte Constitucional para asumir estos temas, al menos el de la eutanasia.