Fichajes estelares del Junior: ¿anzuelo electoral de los Char?
Es casi una costumbre que cuando se avecina o hay época electoral el Junior haga contrataciones rimbombantes. La historia reciente señala que quizás funciona como estrategia electoral, pero no deportiva, y que no hay ningún pecado en hacer este tipo de contrataciones para seducir políticamente a la afición barranquillera.
“Sabes lo que hicimos para que esto fuera posible”. Con esas palabras, el futbolista Juan Fernando Quintero le contestó a Alejandro Char su mensaje de bienvenida al Junior de Barranquilla, club que hace parte del conglomerado empresarial de la poderosa familia Char, del que también hacen parte Olímpica Estéreo, las tiendas Olímpica, droguerías Olímpica, los Caimanes de Barranquilla, Portales Urbanos, entre otros negocios. Char, excandidato presidencial en 2022 y dos veces alcalde de Barranquilla (2008 a 2011 y 2016 a 2019), fue parte clave del novelón en el que se convirtió la transferencia de Quintero del River Plate argentino al Junior, y que por poco se cae según revelaron ambas partes esta misma semana.
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“Sabes lo que hicimos para que esto fuera posible”. Con esas palabras, el futbolista Juan Fernando Quintero le contestó a Alejandro Char su mensaje de bienvenida al Junior de Barranquilla, club que hace parte del conglomerado empresarial de la poderosa familia Char, del que también hacen parte Olímpica Estéreo, las tiendas Olímpica, droguerías Olímpica, los Caimanes de Barranquilla, Portales Urbanos, entre otros negocios. Char, excandidato presidencial en 2022 y dos veces alcalde de Barranquilla (2008 a 2011 y 2016 a 2019), fue parte clave del novelón en el que se convirtió la transferencia de Quintero del River Plate argentino al Junior, y que por poco se cae según revelaron ambas partes esta misma semana.
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Con el fichaje de Quintero, el Junior dio un golpe en la mesa del futbol colombiano, acostumbrado a que figuras de ese estilo regresen cuando están a punto de “colgar los guayos” o han bajado mucho su nivel. Ninguno de estos es el caso del futbolista medellinense, que brilló en los mundiales de Rusia 2018 y Brasil 2014, y tuvo un paso destacado por grandes equipos como el Porto y el propio River Plate.
Por eso, su traspaso al Junior se celebró casi como un título en Barranquilla, una plaza clave para la disputa política que se dará en las elecciones de octubre de este año. Todo el mundo sabe de la influencia de los Char en el Junior. Aún más cuando se avecina o hay época electoral.
Solo hay que ver la transmisión en vivo que hizo el futbolista Carlos Bacca (otro de los flamantes fichajes del equipo, pero en 2022 cuando ya habían pasado las elecciones presidenciales), en la que Juan Guillermo Cuadrado, figura de la Juventus italiana, le escribió a Bacca: “Habla con Char, yo también me voy”. Seguro era una broma, pero en el balompié colombiano se sabe que no hay otro equipo que tenga el músculo económico del Junior, gracias al soporte de los Char.
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Entonces, ¿está mal que usen ese poderío económico para hacer fichajes estelares en época de elecciones? Para nadie es un secreto que el Junior mueve muchas pasiones no solo en Barranquilla sino en los siete departamentos del Caribe. Y tampoco que son miles los que cambiarían su voto si el equipo les ofrece un equipo que pueda competir por todos los torneos que disputa.
Y es que solo hay que retroceder un par de años para encontrar varios ejemplos de este curioso modo de atraer votantes. Poco antes de iniciar la campaña al Congreso y la carrera hacia la Casa de Nariño, en la que compitió Alejandro Char como parte de la coalición de centro-derecha Equipo por Colombia, el Junior se hizo con los servicios de Miguel Ángel Borja, uno de los fichajes más caros que ha hecho el equipo caribeño. Borja fue anunciado como nuevo jugador del club barranquillero por el propio Alejandro Char, entonces preprecandidato presidencial.
Como si fuera poco, también contrató a Fernando Uribe, Daniel Giraldo, Yesus Cabrera, Walmer Pacheco y Fabián Sambueza. También le apostó, como hace mucho no lo hacía, a un técnico extranjero: Juan Cruz Real, quien dos años antes había sido campeón con el América de Cali.
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Los resultados evidentemente no fueron los esperados. Char apenas obtuvo 707.007 votos en la consulta de la centro-derecha, que ganó Federico Gutiérrez con 2′161.686 votos. Y ni siquiera la fuerza de los demás integrantes de la coalición (David Barguil, 629.510 votos; Aydeé Lizarazo, 259.771, y Enrique Peñalosa, 231.668) fue suficiente para que “Fico” lograra pasar a la segunda vuelta que disputaron finalmente el hoy presidente Gustavo Petro y el exalcalde de Bucaramanga, Rodolfo Hernández. Y en lo deportivo ni hablar, pues el Junior no ganó ningún título.
Cuando mejor les funcionó la estrategia fue en las elecciones locales de 2019. Antes de esos comicios, en los que fue electo como alcalde Jaime Alberto Pumarejo, ficha de los Char y Cambio Radical, el Junior botó la casa por la ventana y contrató a los venezolanos Yohandry Orozco y Luis ‘Cariaco’ González, al chileno Matías Fernández, al uruguayo Jonatan Daniel Alvez, y a otros nombres que en ese entonces eran llamativos en fútbol colombiano como Fabián Ángel o Fredy Hinestroza. En lo deportivo también hubo satisfacciones, con dos títulos para el club currambero .
En 2018 Cambio Radical le apostó a Germán Vargas Lleras como su candidato. Y en la previa de esa campaña el Junior puso en su nómina a pesos pesados del fútbol nacional como Yimmi Chará, la contratación más cara en la historia del equipo, Teófilo Gutiérrez, Víctor Cantillo, Matías Mier. La alta inversión no se vio reflejada en alegrías para el pueblo barranquillero: apenas una Copa Colombia, aunque una buena campaña en la Copa Sudamericana de ese año, que perdieron por penaltis.
En las elecciones de 2015, en las que fue electo Alejandro Char, la estrategia no fue tan marcada, pero hubo contrataciones importantes. El Junior repatrió desde el fútbol chino a Edinson Toloza, fichó al paraguayo Roberto Ovelar y a los colombianos Gustavo Cuéllar y William Tesillo. Char, con 355.844, cuadruplicó la votación de su contendor, Rafael Segundo Sánchez, y el Junior le dio una alegría a Barranquilla con la obtención de la Copa Colombia de ese año.
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En las elecciones presidenciales de 2014 el grupo Char no compitió directamente, pero sí apoyo y promovió la candidatura ganadora de Juan Manuel Santos en el Caribe. Y en ese año también hubo fichajes que dieron de qué hablar: Jarlan Barrera, Edwin Cardona, Juan Guillermo Domínguez, el regreso de Michael Ortega, quien jugaba en Alemania, y la llegada del paraguayo Nery Rubén Bareiro desde el fútbol griego, fueron algunos. Eso sí, títulos no hubo.
Así se podrían rememorar varias de las contrataciones importantes del Junior que coinciden con las distintas épocas electorales, pero hay otra cosa cierta y es que hay muchas otras que no se hicieron cuando estaba cerca alguna campaña. Sea como sea, según analistas, que los Char hagan uso del capital económico para fortalecer al Junior realmente no es un pecado ni se le puede calificar como juego sucio en política.
Eso porque a pesar de lo mucho que puedan emocionar los fichajes, nada garantiza, como se ha visto, que se traduzcan en títulos, como lo menciona Andrés Dávila, director del Departamento de Ciencia Política de la U. Javeriana y autor del libro “Ganar sin ganar: nación e identidad en la selección Colombia”. Según dice, a pesar de que Junior “se metió la mano al dril” en más de una ocasión, en muchas de estas “fue un fracaso porque fue una inversión altísima para no obtener ningún resultado”.
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Lo que si considera Dávila es que hay un uso de recursos válido, golpes de opinión y, en lo futbolístico, “un salto de calidad al fútbol colombiano”. Pero de ahí a acusar de corrupción a los Char, como lo han hecho muchos sectores políticos, hay mucho trecho porque además la relación entre política y fútbol no es exclusiva de Barranquilla y mucho menos de Colombia.
Están los casos de Mauricio Macri, quien presidió durante más de 12 años el club Boca Juniors y luego se convirtió en presidente de Argentina, o Silvio Berlusconi, propietario del A.C. Milán por más de tres décadas y hoy senador y líder político del partido Forza Italia, solo por nombrar un par de ejemplos.
“En eso no caben juicios moralistas”, advierte Dávila. “Los Char han aprovechado esa capacidad económica y ese poder político, y a la vez hacen torpezas. Este año quizás hasta pierden la alcaldía de Barranquilla. Son armas que están a la mano, se han utilizado en muchas partes con éxitos y fracasos. Eso es lo bonito del fútbol, quieren manipularlo y usarlo y no siempre es tan fácil”.
Además de lo común que puede ser la conexión entre política y fútbol, Mauricio Jaramillo Jassir, docente de ciencia política de la Universidad del Rosario, ve “mucho centralismo en la crítica, en cuanto a ver a Barranquilla como una ciudad de provincia y que da votos a cambio de jugadores”. Para el analista, a los Char hay que verlos como todo un grupo, que maneja muchas cosas en Barranquilla además del Junior.
Respecto a los fichajes estelares en época electoral, el docente señala que “el sistema lo avala y no hay nada reprochable”. Sí lo puede haber, como en alguna vez se mencionó, cuando hay un posible constreñimiento hacia los empleados de Olímpica. “Les dicen que si no queda elegido el candidato de los Char no se les renueva, pero en el caso de usar al Junior hace parte del juego político de los Char y si se les va a atacar a debería ser por otra cosa”, concluye.