Gobierno giró la discusión de la ejecución para demostrar que sí estaría cumpliendo

La baja ejecución presupuestal reportada en el 2023 es la sombra que no abandona al gobierno de Gustavo Petro. Mientras enfrentan las investigaciones en el Consejo Nacional Electoral (CNE) y la lupa de la Fiscalía en la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (Ungrd), el Ejecutivo ha optado por una estrategia que pone el foco en los contratos que ha firmado el Gobierno, en lugar de los pagos u obligaciones que ha adquirido. Así, buscarían dirigir la mirada hacia unos porcentajes que no tendrían nada que envidiarle a las administraciones pasadas y demostrar que “el cambio” sí avanza.

La baja ejecución presupuestal reportada en el 2023 es la sombra que no abandona al gobierno de Gustavo Petro. Mientras enfrentan las investigaciones en el Consejo Nacional Electoral (CNE) y la lupa de la Fiscalía en la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (Ungrd), el Ejecutivo ha optado por una estrategia que pone el foco en los contratos que ha firmado el Gobierno, en lugar de los pagos u obligaciones que ha adquirido. Así, buscarían dirigir la mirada hacia unos porcentajes que no tendrían nada que envidiarle a las administraciones pasadas y demostrar que “el cambio” sí avanza.

Los últimos en darle vía a este nuevo camino fueron los ministros de Culturas, Juan David Correa, y Comercio, Industria y Turismo, Germán Umaña, quienes se presentaron frente a la Comisión Tercera del Senado para defender las decisiones que han tomado con sus entidades y enfatizar en que se trata de una cuestión ver el vaso medio lleno o medio vacío.

“Hay maneras de contar el problema”, señaló Correa. “Se está enfocando, una y otra vez, en lo ejecutado y no con lo comprometido”.

Los datos revelaron que el 2023 fue el año con la ejecución más baja en 21 años, excluyendo la pandemia. El senador Efraín Cepeda (Partido Conservador) quien presentó los datos a inicios de abril, ya había citado a las ministras de Ambiente, Vivienda, Ciencia y Deporte sobre el mismo tema. En la presentación de su ponencia, indicó que para el primer cuatrimestre del 2024, el porcentaje esperado de ejecución por entidad es del 33,3 %, que ni MinComercio (17,9 %) ni MinCulturas (15,9 %) habían cumplido. Sin embargo, para los funcionarios citados, estos datos no muestran el trabajo que sus carteras han hecho en estos cinco meses y medio del año.

“Aquí hay compromisos del Ministerio de Cultura, a esta altura del año, para satisfacer ese 33 % en el que insistió una y otra vez el senador Cepeda. Hay buenas noticias, estamos en un compromiso del 38,5 % hoy, eso quiere decir, contratos firmados, que no se van a incumplir”, apuntó Correa.

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El ministro de Comercio, por su parte, enfatizó que se tenía que tener en cuenta cómo funcionaba cada cartera para poder hacer un análisis más certero de lo que ocurría para cifras tan bajas. En su caso, explicó que “no parece justo que [sigan] mirando el tema del ‘obligar’ como ejecución presupuestal, y menos en el tema de inversión”.

“Lo único que hemos aprendido en el pasado es que uno jamás debería dar anticipos frente a contratos de inversión, porque desafortunadamente esos anticipos no han tenido el mejor comportamiento en el pasado, por no decir que fue un desastre”, indicó. “Un proyecto de inversión puede trascender varias vigencias presupuestales y eso tiene que pagarse de acuerdo a los hitos que se presenten en la inversión”.

Los ministros han estado de acuerdo en que a sus gabinetes les ha tocado empezar a construir desde cero. A inicios de abril, la ministra de Ambiente, Susana Muhamad, explicó que con el Gobierno llegó un cambio en la metodología de las inversiones ambientales, lo que implicaba “una reconfiguración del sector”. Este martes, Umaña señaló que su equipo llegó a una cartera que, “en los últimos 30 años, había [planteado] una política de crecimiento y una política de desarrollo sostenible”, por lo que tuvieron que comenzar a construir el paso de un “modelo simplemente energético hacia un modelo de desarrollo sostenible”.

Una de las citadas para este debate, en calidad de ministra de Igualdad, había sido la vicepresidenta Francia Márquez, después de que se conociera la noticia de la decisión de la Corte Constitucional que dejó sin efectos la ley que dio vida a su ministerio por un “vicio de procedimiento insubsanable”. La semana pasada, Márquez asistió a otro debate de control político en la Comisión para la Equidad de la Mujer, en donde también fue cuestionada sobre la baja ejecución de su cartera.

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“Este es un ministerio que está en construcción. Hacía cien años que no se construía una institución de cero y nosotros en tiempo récord tenemos proyectos para que arranquen en su ejecución”, aseveró. “Pasarme esos procedimientos por encima para dar una respuesta no es posible. Estoy formulando los proyectos en el tiempo establecido, estamos definiendo los proyectos de inversión y creando equipos”.

Los integrantes del “Gobierno del cambio” han sido enfáticos en que su ascenso al poder traía consigo una nueva forma de hacer política. Al ser la primera vez que la izquierda y el progresismo llegaban a dirigir el país, como lo explicó la senadora María José Pizarro (Pacto Histórico), necesitaban construir una manera diferente de gobernar que se distinguiera de aquellas “prácticas que han dejado instauradas quienes han hecho parte de la política tradicional en Colombia”, lo que “tampoco es sencillo porque es la forma en que la que se ha edificado el poder y se ha edificado el Estado durante décadas”.

Pizarro entiende “la crítica a la inexperiencia, la reflexión en torno a asumir muy rápidamente curvas de aprendizaje, de aprender inclusive a gobernar”, pero, de todas formas, señala, la oposición los critica “por un montón de situaciones”. Transformar esa forma de hacer política no es tan fácil: “cambiar eso no es como hacer borrón y cuenta nueva, de todas maneras hay unas leyes, hay un Estado que se ha venido construyendo y edificando y hay muchas cosas que cambiar”.

“Yo creo que tenemos que intentar hacer del ejercicio de la gobernanza un ejercicio cada vez más transparente, cada vez más un ejercicio más ágil, más cercano a la gente, un Gobierno que pueda dialogar con la población”, asegura.

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Este giro en la forma de entender la acción del Gobierno en cada cartera ocurre en un momento clave. La semana pasada el Gobierno estuvo bajo el escrutinio público por cuenta de la ponencia radicada en el CNE que, de ser aprobada, formularía cargos contra la campaña del mandatario por violación de topes electorales. Todo eso en medio del escándalo en la Ungrd, en el que presuntamente están involucrados los presidentes de Senado— Iván Name (Alianza Verde)— y de Cámara— Andrés Calle (Partido Liberal)—, así como la exconsejera presidencial para las Regiones, Sandra Ortiz. Con una ola de eventos que salpicarían a funcionarios del Gobierno, el presidente pidió a sus ministros mostrar resultados y asegurarse de que los colombianos sientan que el “cambio” está cumpliendo.

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